Plan anti-abusos: Fallos y carencias que todavía dañan a las víctimas

1:00 p.m. | 9 mar 24 (AP/TP).- Hace cinco años, el Papa convocó una cumbre mundial de obispos para insistir en que los abusos sexuales por parte del clero persistían como un problema global y que se tenía que hacer más al respecto. Si bien la iniciativa impactó en la conciencia pública, y se han implementado procesos, leyes eclesiásticas y canales de formación, el sistema jurídico y la respuesta pastoral a las víctimas aún no está a la altura, e incluso les perjudica. Reunimos un análisis de esas limitaciones y una reseña de cómo un país ha respondido a la crisis de abusos, orientado por la carta apostólica Vos estis lux mundi, fruto de la cumbre del 2019.

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En la cumbre antiabusos del año 2019, durante cuatro días, obispos de todo el mundo escucharon desgarradoras historias traumáticas de las víctimas, se informaron sobre cómo investigar y sancionar a los sacerdotes pedófilos, y se les advirtió que ellos también se enfrentarían a castigos si seguían encubriendo a los abusadores. Sin embargo, cinco años después, a pesar de las nuevas leyes eclesiásticas para exigir responsabilidades a los obispos y de las promesas de mejorar, el sistema jurídico interno de la Iglesia católica y la respuesta pastoral a las víctimas han mostrado muchas carencias y limitaciones al lidiar con los casos y la crisis.

De hecho, las víctimas, los investigadores externos e incluso los abogados canónicos internos afirman cada vez más que la respuesta de la Iglesia, elaborada y modificada a lo largo de dos décadas de escándalos incesantes en todo el mundo, al final resulta perjudicial para las personas que ya han sufrido daños: las víctimas. En muchos casos, cuando se atreven a denunciar los abusos, vuelven a sufrir traumas a causa del silencio, las evasivas y la inacción de la Iglesia.

“Es una experiencia horrible. Y (denunciar) no es algo que recomendaría que alguien haga a menos que se esté preparado para que su mundo y sus emociones se pongan de cabeza”, dijo Brian Devlin-1, un ex sacerdote escocés cuyas acusaciones internas, y luego públicas, de conducta sexual inapropiada por parte del difunto cardenal escocés Keith O’Brien marcaron la caída del purpurado. “Te conviertes en el alborotador. Te conviertes en el soplón. Y puedo entender perfectamente que las personas que pasan por ese proceso acaben con problemas mayores de los que tenían antes”.

Al final de la cumbre de 2019, Francisco prometió enfrentarse a los clérigos abusadores con “la ira de Dios”. En cuestión de meses, aprobó una nueva ley que exige que todos los abusos se denuncien internamente (pero no a la policía) y trazó procedimientos para investigar a los obispos que abusan o protegen a los sacerdotes depredadores.

Pero cinco años después, el Vaticano no ha ofrecido estadísticas sobre el número de obispos investigados o sancionados. Incluso la propia comisión asesora para la protección de menores creada por el Papa afirma que los obstáculos estructurales están perjudicando a las víctimas e impidiendo que se haga justicia. “Recientes casos denunciados públicamente señalan deficiencias muy perjudiciales en las normas destinadas a castigar a los abusadores y exigir responsabilidades a aquellos cuyo deber es hacer frente a las transgresiones”, dijo la comisión después de su última asamblea.

“Hace tiempo que deberíamos haber corregido los defectos de los procedimientos que dejan a las víctimas heridas y en la oscuridad tanto durante como después de que se hayan resuelto los casos”, señalaron también en la asamblea.

En la cumbre de 2019, las normas promulgadas por la Iglesia católica estadounidense para sancionar a los sacerdotes y proteger a los menores se presentaron como el estándar a seguir. Los obispos de EE.UU. adoptaron los principios de “mano dura” después de que estallara el escándalo de abusos por la investigación “Spotlight” del Boston Globe en 2002. Pero incluso en EE.UU. las víctimas y los abogados canónicos dicen que el sistema no funciona, y eso sin tener en cuenta el nuevo frente de casos de abusos que afectan a víctimas adultas. Algunos lo llaman “fatiga del Estatuto”, o un deseo de dejar atrás el escándalo que dio lugar al Estatuto para la Protección de Niños y Jóvenes de 2002.

Casi todas las investigaciones sobre abusos en la Iglesia católica que se han publicado en los últimos años -informes encargados por la Iglesia en Francia y Alemania, investigaciones gubernamentales en Australia, una investigación parlamentaria en España e investigaciones policiales en Estados Unidos- han identificado el sistema jurídico interno de la Iglesia como una gran parte del problema. Aunque se han hecho algunas reformas -el papa Francisco levantó el secreto pontificio oficial que cubría los casos de abuso en 2019-, los problemas centrales persisten:

-El conflicto de intereses estructural. Según los procedimientos eclesiásticos, un obispo o superior religioso es quien investiga las acusaciones de que uno de sus sacerdotes ha abusado de un niño y luego dicta sentencia. Y sin embargo, el obispo o superior tiene un interés creado en su sacerdote, ya que éste es considerado un hijo espiritual en el que el obispo ha invertido tiempo, dinero y amor. Es difícil pensar en algún otro sistema jurídico del mundo en el que se pueda esperar que alguien con una relación personal y paternal con una de las partes de un litigio emita un juicio objetivo y justo sobre el mismo.

La comisión independiente que investigó el escándalo de abusos en la Iglesia francesa dijo que tal conflicto de intereses estructural “parece, humanamente hablando, insostenible”. Incluso durante el mismo Sínodo sobre la sinodalidad del Papa se llegó a una conclusión similar. En su documento de síntesis, tras una reunión de un mes, los obispos de todo el mundo identificaron como un problema el conflicto entre el papel de un obispo como padre y juez en los casos de abusos y pidieron la posibilidad de asignar la tarea de juzgar a “otras estructuras”.

-La falta de derechos fundamentales para las víctimas. En las investigaciones canónicas de abusos, las víctimas solo aportan como cualquier otro testigo. No pueden participar en ninguno de los procedimientos llamados “secretos”, no tienen acceso a los expedientes de los casos y ni siquiera tienen derecho a saber si se ha iniciado una investigación canónica, y mucho menos su estado. Solo a raíz de una reforma de Francisco en 2019 se permite a las víctimas conocer el resultado final de su caso, pero nada más.

El Defensor del Pueblo español, encargado por el Congreso de los Diputados de investigar los abusos en la Iglesia católica española, dijo que las víctimas a menudo quedan traumatizadas por este proceso, que, según él, está muy por debajo de los estándares nacionales o internacionales. Los expertos franceses fueron aún más lejos, argumentando que la Santa Sede incumple esencialmente sus obligaciones como Estado observador de la ONU y miembro del Consejo de Europa, que le exigen defender los derechos humanos básicos de las víctimas.

-No se ha publicado la jurisprudencia. La oficina de abusos sexuales del Vaticano no publica ninguna de sus decisiones sobre cómo se han juzgado los casos de abusos sexuales del clero. Esto significa que un obispo que investiga una acusación contra uno de sus sacerdotes no tiene forma de saber cómo se ha aplicado la ley en un caso similar. Significa que los estudiantes de derecho canónico no tienen jurisprudencia que estudiar o citar. Significa que los académicos, los periodistas e incluso las víctimas no tienen forma de saber qué tipo de conductas se sancionan y si las penas se imponen de forma arbitraria o no.

Los expertos jurídicos que investigaron los abusos en la iglesia de Munich (Alemania) dijeron que la publicación de las decisiones canónicas ayudaría a eliminar incertidumbres para las víctimas sobre cómo se estaba aplicando la ley eclesiástica; la Royal Commission de Australia, la forma más alta de investigación en el país, pidió de forma similar la publicación redactada de sus decisiones y que proporcionaran por escrito las razones de sus decisiones “en el debido momento”. Internamente, los abogados canonistas llevan años quejándose de que la falta de publicación de los casos ahonda las dudas sobre la credibilidad y eficacia de la respuesta de las iglesias locales al escándalo eclesiástico.

VIDEO. Papa pide a la Iglesia “reconstruir las vidas destrozadas por los abusos y sanar el dolor”


VIDEO. Forman a obispos para identificar y responder a situaciones de abuso en Caritas LATAM

Cómo Polonia se convirtió en un “laboratorio” de Vos estis lux mundi

Este año también se cumple el quinto aniversario de la publicación de Vos estis lux mundi, la carta apostólica de Francisco que estableció los mecanismos para exigir responsabilidades a los obispos por la mala gestión de los casos de abusos. El documento fue fruto de lo compartido y trabajado durante la cumbre previa el mismo año. Ahora, en vísperas del aniversario del 9 de mayo, se discute cada vez más si el texto -cuyas normas se hicieron permanentes el año pasado– ha demostrado su eficacia.

El debate sobre Vos estis suele centrarse en Estados Unidos. Es comprensible, dado que el escándalo del ex cardenal McCarrick fue uno de los que escaló la crisis a nivel mundial y porque es el país con mayor número de católicos, excepto Brasil, México y Filipinas, y cuenta con más de 250 obispos en activo.

Pero para hacerse una idea más completa de la influencia de Vos estis merece la pena considerar otra nación más pequeña: Polonia, que ha sido descrita como un “laboratorio” para lo propuesto por la carta. Aunque Polonia es comparativamente pequeña, sigue ocupando un lugar importante en el mundo católico. Tiene la novena población católica más grande del mundo. Hay unos 35 millones de católicos en el país, frente a los cerca de 64 millones de Estados Unidos, y tiene casi 100 obispos en activo. ¿Cómo se ha aplicado Vos estis en ese país?


Polonia en vísperas de Vos estis

El 11 de mayo de 2019, solo dos días después de la publicación de Vos estis, se colgó en YouTube un documental polaco de dos horas llamado Tell No One. La película, creada por los hermanos Tomasz y Marek Sekielski, revelaba los abusos clericales y los encubrimientos en la Iglesia católica polaca. Cinco horas y media después de su publicación, había sido visto más de un millón de veces. El documental fue el preludio de lo que los católicos polacos denominan el “momento Spotlight” de la Iglesia local.

En junio de 2019, el mes en que Vos estis entró en vigor para un periodo experimental de tres años, el arzobispo Charles Scicluna viajó a Polonia para dirigirse a los obispos. El clérigo maltés -que ayudó a dar forma a las normas como secretario adjunto de la oficina de doctrina del Vaticano, que supervisa los casos de abusos- exhortó a los obispos polacos a adoptar las nuevas herramientas ofrecidas por la Santa Sede para combatir los abusos. “Nos obligó a hacer examen de conciencia”, dijo un obispo polaco a la periodista Paulina Guzik tras la reunión. En octubre de 2019, los obispos polacos crearon la Fundación San José para promover la salvaguarda y apoyar a los sobrevivientes de abusos. Entonces empezaron a llover los casos de Vos estis.

VIDEO. Documental Tell No One (No se lo digas a nadie)


VIDEO. Documental Hide and seek (Jugando al escondite)

 

Una cronología de algunos casos

Tomasz Krzyżak, periodista del diario polaco Rzeczpospolita (“República”), ha elaborado una detallada cronología de las investigaciones a obispos polacos desde la promulgación de Vos estis. Su relato comienza con tres casos en los que se investigó a obispos a raíz de acusaciones de abusos:

1) El cardenal Henryk Gulbinowicz, arzobispo de Wrocław entre 1976 y 2004, fue acusado de abusar sexualmente de un menor en mayo de 2019. La nunciatura apostólica en Polonia anunció sanciones contra el cardenal en noviembre de 2020. Murió días después a la edad de 97 años.
2) El obispo auxiliar de Cracovia Jan Szkodoń fue acusado públicamente de abusar de un menor en febrero de 2020. La nunciatura apostólica dijo en julio de 2021 que la acusación “no estaba probada”. Szkodoń se retiró en marzo de 2022, a la edad de 75 años.
3) El obispo Marek Mendyk de Świdnica fue acusado en agosto de 2022 de abusar sexualmente de un menor hace 30 años, antes de convertirse en obispo. Negó enérgicamente la acusación, pidió a su arzobispo metropolitano que investigara los hechos y presentó una demanda por difamación contra la publicación que informó de la denuncia. Al parecer, el Vaticano puso fin a una investigación sobre las acusaciones contra Mendyk en mayo de 2023, “debido a la falta de pruebas creíbles e irrefutables”. Mendyk declaró a Rzeczpospolita que recibió el dictamen de la Santa Sede en otoño de 2023.

Krzyżak también ha registrado otros 15 casos en los que obispos polacos se han enfrentado a investigaciones tras denuncias de negligencia en la gestión de casos de abusos. Aquí algunos:

1) El obispo de Kalisz, Edward Janiak, fue denunciado por negligencia en mayo de 2020, tras la emisión de un segundo documental de los hermanos Sekielski, “Jugando al escondite”. La diócesis fue puesta bajo un administrador apostólico en junio de 2020 mientras se llevaba a cabo una investigación. Janiak dimitió en octubre de 2020, a la edad de 68 años. Fue sancionado por el Vaticano en marzo de 2021 y falleció en septiembre de 2021.
2) El obispo de Radom, Henryk Tomasik, fue acusado públicamente de negligencia en junio de 2020. Se jubiló al cumplir 75 años, en enero de 2021. Al parecer, el Vaticano detectó “ciertas irregularidades” en la gestión de los abusos, pero no hubo confirmación oficial del resultado de la investigación.
3) El obispo de Łowicz, Andrzej Dziuba, fue denunciado por presunta negligencia ante el Vaticano, que autorizó a su metropolitano a realizar una investigación, que concluyó en octubre de 2020. No se ha anunciado ningún resultado.
4) El arzobispo Sławoj Leszek Głódź, que dirigió la archidiócesis de Gdańsk desde 2008 hasta agosto de 2020, fue objeto de una investigación que concluyó en noviembre de 2020. El Vaticano anunció sanciones contra Głódź en marzo de 2021, entre ellas la orden de vivir fuera de la archidiócesis, la prohibición de asistir a celebraciones o actos públicos y la petición de hacer donaciones a la Fundación San José. Głódź fue elegido alcalde del pueblo-3 ese mismo año.

Ni siquiera esa lista muestra el panorama completo de la aplicación de Vos estis en Polonia, ya que el documento se aplica no sólo a los obispos, sino también a los superiores religiosos. Las órdenes religiosas, que desempeñan un papel destacado en la vida católica polaca, también se han visto sacudidas por escándalos de abusos en los últimos años.


¿Por qué tantos casos?

Aunque es difícil saber con precisión cuántos obispos en todo el mundo se han enfrentado a investigaciones Vos estis desde 2019, las normas parecen haberse aplicado con más frecuencia en Polonia que en cualquier otra nación, excepto Estados Unidos, o, al menos, de forma más pública. ¿Por qué se ha empleado Vos estis con tanta frecuencia en Polonia? Los católicos locales dicen que el momento de su publicación fue un factor importante. Apareció en el mismo momento en que la crisis de los abusos envolvía a la Iglesia polaca.

Otro factor notable es que había obispos dispuestos a tomar la iniciativa. Uno de los que se cita a menudo es el arzobispo Wojciech Polak, arzobispo de Gniezno y primado de oficio de Polonia. Polak ejerce desde marzo de 2019 como delegado de los obispos polacos para la protección de niños y jóvenes. Rompió filas en mayo de 2020 al denunciar acusaciones de negligencia contra el obispo Janiak. Esto quedó claro por la reacción de Janiak, quien escribió una furiosa carta a sus compañeros obispos un mes después, denunciando la acción de Polak. Tomasz Krzyżak, de Rzeczpospolita, declaró: “Me parece que Polonia se ha convertido en un campo de pruebas para Vos estis“.

“Su introducción coincidió en nuestro país con una oleada de revelaciones tras las películas de Sekielski. No deja de ser significativo que la primera denuncia la hiciera el arzobispo Wojciech Polak como delegado”. Sin embargo, algunos católicos polacos sugieren que Polak es algo atípico en una Conferencia Episcopal que permanece en gran medida apática ante la crisis de los abusos. En su opinión, los obispos no merecen demasiado crédito por el frecuente uso de Vos estis.

Una razón más pertinente para el elevado número de casos, sugieren, son los animados y combativos medios de comunicación polacos, que han mantenido el foco sobre los abusos clericales y los encubrimientos desde 2019. Significativamente, los casos investigados según Vos estis han seguido no solo a informes de medios seculares, sino también a investigaciones de periodistas católicos.

Las víctimas de abusos han sido otro motor importante de los casos Vos estis. Su disposición a hablar en los medios de comunicación ha ayudado a impulsar las investigaciones. También se cree que han denunciado a varios obispos directamente a las autoridades eclesiásticas, acogiéndose a las disposiciones del documento de 2019, que subraya que “cualquier persona puede presentar una denuncia”, no solo los obispos.


Cuestiones pendientes

Los católicos polacos expresan sus reservas sobre la aplicación de Vos estis lux mundi, aunque reconocen que el documento ha tenido un impacto significativo en la Iglesia local. En un artículo con motivo del tercer aniversario del texto en 2022, el abogado Krzysztof Bramorski argumentó que los breves reconocimientos emitidos al final de las investigaciones eran inadecuados. “La práctica hasta la fecha, que consiste en el mejor de los casos en declarar lacónicamente información sobre las decisiones tomadas, incluso sin especificar su naturaleza, es inapropiada y no sirve para generar confianza en las instituciones y procedimientos de la Iglesia”, escribió en la revista Więź (“Enlace”).

“Los anuncios publicados hasta ahora no sólo no permiten determinar las circunstancias en base a las cuales se tomaron las decisiones, sino que en la mayoría de los casos ni siquiera permiten determinar el procedimiento y la fase del procedimiento en que se tomaron”. También criticó las grandes variaciones en la duración de las investigaciones. (Krzyżak calcula que la mayoría de los casos duran entre nueve meses y dos años, pero algunos se han prolongado durante tres años).

“Esto está en contradicción no sólo con el principio procesal general, ampliamente aceptado y defendido, de eficacia procesal”, escribió Bramorski, “sino también con la idea clara que subyace a la introducción de Vos estis, que hace hincapié en el cumplimiento de las obligaciones introducidas por la nueva normativa dentro de unos plazos determinados”.

Bramorski también lamentó la indulgencia percibida en las sanciones impuestas a los obispos culpables de negligencia. “No hay duda de que las sanciones impuestas a los culpables de los delitos contemplados en Vos estis deben ser penas, y además severas, sujetas a ejecución y control de su cumplimiento”, dijo. “En muchos casos, por desgracia, se trata de una ficción, que afecta dolorosamente a las víctimas de los infractores y suscita la justa indignación de la opinión pública, incluida una parte significativa de los fieles”.

“La falta de consecuencias para los infractores no sirve, en efecto, para la limpieza efectiva de la Iglesia de la que habla el papa Francisco, ni para generar confianza en las actividades de la Iglesia”. A medida que se acerca el quinto aniversario de Vos estis, entre los católicos polacos laicos existe la fuerte sensación de que la limpieza está inacabada, y no pueden permitirse esperar a que los obispos tomen un liderazgo coherente si quieren garantizar su finalización.

Información adicional
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Fuentes

Agencia AP / The Pillar / Videos: Vatican News – Rome Reports / Foto: Vincenzo Pinto (AP)

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