Ahí estás tú

Estás en el viento que mueve las ramas de los árboles y me acaricia el alma, estás en esos animalitos chiquititos que me hacen cosquillas cuando se suben por mis piernas. Estás en la arena de mis sandalias y cuando canto al cielo. Estás en esas nubes blancas, acolchonaditas y almidonadas, y cuando también veo tu sonrisa en el cielo celeste…

También estás cuando viene el agua. Tú sabes que no tenemos agua todo el día y cuando viene, tú estás ahí. Y también estás en el agua del estanque, ese que dicen que si te bañas ahí te puede dar dengue… a mi me importa un pepino, porque yo me siento como un paiche más.

Y cuando llueve, es como si tu risa estuviera en cada gotita que cae. Y en las noches, también te escucho en el sonidito de los grillos, quedito… muy quedito. Estás ahí cuando como el tacacho con pescado de la paisita, y cuando lloro por la emoción del sabor – me he dado cuenta de que soy una afectiva de primera-.

¿Sabes? También estás ahí cuando bailo la Warmi Boa, cuando en cada paso de baile dejo toda mi pasión, porque me imagino que estoy bailando por la vida, por el sol, la luna, la alegría y la lluvia. Estás en la luna llena que veo en silencio de noche, cuando todo está a oscuras y cuando las estrellas me guiñan los ojos… te veo en las Tres Marías también.

Estás ahí también cuando todos hablamos de futbol, de Pizarro, de Guerrero, de la foquita Farfán, del Condor Mendoza y más aún en ese partido de Perú con Paraguay. ¿Sabías que la vida se detiene para ver el partido de Perú? Y lo confieso, pienso un momentito dulce en ti, y luego el pensamiento se va a mi corazón cuando me regalan flores: «Para ti Miss.. con cariño»

Estás ahí cuando hablé con él y me contó que algunas palabras del Kichwa del Pastaza son como el quechua y me puse a cantar Yau yau puka polleracha. Me hablaste quedito con cariño al oido cuando mi amigo cantó la canción en Shipivo para la mamá y me conmovió el alma – ya te dije que mis afectos son intensos-. Ahí estás tú… cuando hablo con mis amigos y siento que puedo escuchar su alma.

Vi tu rostro en la mazamorra de madurito y en la sopa de carachama. Y sé que te vas a reír porque la carachama es el pescado más feo por fuera…. pero es un amor por dentro. Estás en el ají charapita, en la chicha, en el agua de cocona y en curichi de aguaje. Estás en el suri y en el chicharrón de lagarto… ¡Y estás en las canciones de Julieta Venegas, en todas – toditititas- sus canciones!

Y hoy… también estás conmigo – bien quedito –.

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