– Me gustó mucho la película. Tenía una historia muy, muy inteligente
– A mi me gustó el aspecto técnico
– Sí, estuvo bueno. Pero… no sé, me parece que fue un film un tanto ¿soberbio? Pero, a ver, ¿cómo me explico? No sé, un tanto ¿imperialista?
– Sí, entiendo lo que quieres decir…
– Permíteme encontrar el adjetivo adecuado…. mmm soberbio, soberbio…. eco, apoteósico. ¡Eureka! Fue un film un tanto apoteósico. No sé…. me gustan los films más sencillos, menos estrepitosos digamos. Pero no negaré que la historia me pareció muy inteligente… me excitó sobremanera
– Veo…
– A propósito, eso te quería preguntar. He estado usando mucho la palabra ‘excitada‘ y he percibido ciertas reacciones – fuera de lo común – de mis interlocutores… digamos…
– Sí… bueno, es que esa palabra está cargada de un sentido….
– ¿Sexual?
– Eco, sí, eso
– Jajajaja… con razón. Y yo la usaba a cada rato: “es que me excita demasiado hablar con él, es muy inteligente” “No te imaginas lo mucho que me excita encontrar a alguien inteligente… sencillo e inteligente.” “¡md…. qué excitación!” “ese film tiene una historia que me excita demasiado… Estoy excitadaaaaaaaa!!!!“
– ¡Diana! Creo que no deberías gritarlo… no aquí al menos jajaja
– Oh cierto… lo lamento…. pucha, ¡la pavada! ¡Qué roche!
– Lo que sucede es que todas las palabras tienen un ‘espacio de uso‘ digamos, y ‘excitado‘ o ‘excitada‘, como tú misma lo intuyes, se usa mucho en un contexto sexual…. su uso así se ha popularizado. Y bueno, en nuestra generación, la gente todavía tiene esa tendencia a la chiquillada.
– Me acabo de acordar, que la palabra ‘penetración‘ también podría ser susceptible a esa connotación sexual – incluso inconcientemente de mi parte. Recuerdo una vez, en un conversatorio equis, uno de los ponentes, habló en la parte de descripción fenomenológica sobre “penetrar la cosa, es decir, rodearla, ver sus distintos aspectos y al mismo tiempo dejarse afectar por ella”. La cuestión es que a mi me pareció bastante violento usar la palabra “penetrar”. Y le hice esa pregunta, respecto de si en vez de “penetrar” no debería usar otra palabra…. no sé, quizás ¿“dejarse afectar”? – al fin y al cabo, lo primero me evoca a arbitrariedad y prepotencia mientras que lo segundo, a sutileza y asombro. Y si realmente quieres conocer y reconocer al sujeto, no lo puedes hacer con violencia, creo. Te confesaré que mientras hacía la pregunta, me dí cuenta de la carga sexual que dicha palabra tenía. “Mierda, y estoy preguntando delante de todos algo que me evoca a un contexto sexual… la pucha!” me puse roja y comencé a sudar como descosida – algunas veces puedo ser tan pacata – …. horrenda estuve… horrenda!
– Jajaja
– Cuando me trabo… me trabo completamente. Ah, sí… ¿qué fue lo que dijiste sobre el horizonte histórico de la palabra?
– ¿Cuándo?
– Cuando te comenté sobre mis dudas sobre lo ‘burgués’ y lo ‘proletario‘ a raíz de que me habían preguntado qué era ‘ser arty‘. (Se me da por encontrar relaciones a las cosas por todos lados).
– Ah si… es que, me parece que los conceptos de ‘proletario‘ y ‘burgués‘ son propios de ‘las clases sociales’ y los ‘modos de producción‘ – para utilizar la terminología del materialismo dialéctico de Marx…. Pero, hablarte de eso, no viene al caso ahorita. Lo que sucede es que luego, la palabra adquiere un nuevo significado con el paso del tiempo y con la ubicuidad de las personas que usan la palabra. Y hoy en día usas ‘proletario’ y ‘burgués’ con connotaciones que hacen referencia a ‘humilde’ y ‘ostentoso’ por lo general… ves?
– Ah… una suerte de “experienciar” la palabra.
– Sí… podría decirse. Cargarla de un nuevo significado en base a tu experiencia, a la cotidianidad de su uso, al momento histórico en el que estás, al entorno social, al lugar donde te encuentras, a la época, etc… Por ejemplo, dentro de la misma temática: En su tiempo, y en su geografía, antes estaba muy bien definida la diferencia entre ‘socialista‘ y ‘comunista‘: la segunda palabra hacía referencia a un régimen de ‘mayor madurez en los aspectos de la vida social donde las fuerzas productivas están muy desarrolladas para asegurar la abundancia de productos y el trabajo es la primera necesidad vital de la sociedad‘ mientras que la primera palabra te evocaba a una especie de régimen en proyecto latente de mejora, digamos. Pero ahora, en este tiempo y en este lugar pareciera que ambas palabras hacen referencia a lo mismo y están cargadas de cierto prejuicio negativo y despectivo, e incluso también de temor.
– Ya veo… es como si tú instituyeras nuevamente lo instituido. Es decir, desordenas y reordenas nuevamente las cosas de forma tal que te permita decir algo nuevo que no es lo del pasado…. “un nuevo ser cultural” “algo que no se había dicho antes”… el evento de la comunicación.… oh Mon Dieu! Hoy en día, encuentro la fenomenológía por todos lados…. ¡eso me excita demasiado!
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