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Esas cosas que te pasan en el mundo de la vida

Dharma

Muchas gracias a todos por estar aquí presentes y por colaborar con la causa… ¡Estamos en familia! ¡Siéntanse como en su casa! ¡Cuiden su casa! Bueno… quise titular este demo como «pequeños resentimientos» porque siento que todas las canciones son como que muy carmositas; pero Leo me recomendó que mejor no. Creo que compuse las canciones* en una etapa especial de mi vida, todas ellas tratan sobre amores que vienen y aquellos que se van. Así que va para ustedes, con mucho amor «Primavera del amor-odio»

El tiempo que te he dado
ya lo he perdido.
No volverá mi corazón
No volverá mi corazón

– Diana, toma… es de mango con coco o algo así.

Y yo me pregunto por qué siempre creo que los cocteles son jugos… comienzo a sonreir mirando el hermoso árbol verde pintado con maripositas azules revoloteando a su alrededor… Mira, ¡mira esa luz de color! ¡Qué lindo foco! Aquí todos están felices…

Sabes… tú me haces ver el mundo
con los ojos de la sinceridad…
¡me haces ver las cosas bellas de la vida!

Dime, ¿qué tienen tus ojos que cuando
me miran acarician mi alma?

¿qué tiene tu sonrisa que con ella
me iluminas toda?

¿qué magia tienes que conmueves
todo mi universo infinito?

Sí hombre diferente…. tú ya me
tienes toda con sólo un «Diana»
no necesitas decir más…
qué fácil soy

– ¡Ella canta como la gloria! Y conmueve como si estuvieran haciendo música de tu alma…

Por todas las distancias que he conocido
cocinaría tu corazón
yo cocinaría tu corazón

Tanto sol he visto hacer el amor con el mar
Y tú no quieres más de mi
Y tú no quieres más de mi
Ven
Oh, ven.

– Sí, por alguna razón, escucharla me recuerda cositas del universo que me hacen feliz.

* Ella es Lalá, he buscado su MySpace para linkear sus canciones, pero creo que todavía no tiene. Leer más »

Romántico… dejémoslo ahí

– ¿Así que era un bandido?

– Sí… ni te imaginas

– Yo leí por ahí que se enamoraron con Fanny Ardant

– Para que veas… todo un bandido

– Bueno, es que también él… ¡era inevitable! No me digas que también con Jeanne Moureau

– Oh, ella era preciosa, Jeanne Moureau

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Desde la cocina resonó una voz vivamente emocionada. Un caballero del antaño salió con el rostro alegre mientras caminaba hacia nosotras con el mantel y los platos en la mano.

– Oh, Jane Birkin… ¿están hablando de Jane Birkin? ¡Qué bella dama!

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Mi cara era de una profunda sorpresa. Mi conocimiento de las bombas femeninas de escultural belleza tiene un límite – delicadamente delineado por la nouvelle vague

– Ella es la que hizo la canción romántica porno

– ¿romántica porno? Oh md! ¿cómo es eso?

– Ah miren… les explico

oh md! ¿es que se puede hacer una canción así? Claro que la había escuchado antes, pero recién ahora le encuentro sentido a todo… romántico porno… mira tú.

Tu vas, tu vas et tu viens
Entre mes reins
Je vais et je viens
Je me retiens
Non! Maintenant viens
Je t’aime
Je t’aime
Oh, oui, je t’aime


La première photo est du film Jules et Jim de François Truffaut. L’image correspond à l’instant même où Catherine est ébloui par sa beauté. Elle est très semblable à la statue qu’il avait secoué Jules et Jim.

La deuxième photo est de Jane Birkin et j’ai la pris d’ici
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guerras

– Te digo que con eso te has volado – en el sentido más amable – siglos y siglos de diálogos sobre Teoría del Conocimiento. ¿Pero no crees que hay cosas que escapan de tu control absoluto digamos?

– No cholita, no… todo está en la mente, todo. Me refiero a que eres quien predispone las cosas.

– ¿Y las guerras?

– Incluso las guerras.

– Bueno, las guerras son estúpidas

– Eso sí.

Cuando estalla una guerra, las gentes se dicen: «Esto no puede durar, es demasiado estúpido». Y sin duda una guerrra es evidentemente demasiado estúpida, pero eso no impide que dure. La estupidez insiste siempre, uno se daría cuenta de ello si uno no pensara siempre en sí mismo. Nuestros conciudadanos, a este respecto, eran como todo el mundo; pensaban en ellos mismos; dicho de otro modo, eran humanidad: no creían en plagas. La plaga no está hecha a la medida del hombre, por lo tanto el hombre se dice que la plaga es irreal, es un mal sueño que tiene que pasar. Pero no siempre pasa, y de mal sueño en mal sueño son los hombres los que pasan.

A.Camus, La Peste

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vergüenza

– Ya pues Segundo… ¿Por qué mierda le abres la puerta?

– Porque paraste. Tú no me dijiste nada

– No te voy a estar diciendo a cada rato pues… tú ya deberías saber cuando dejar bajar o no. Ahora yo no sé cómo haces. Tú pagas la papeleta. Corre baja y dale nomás diez soles por lo bajo.

Nuestras caras de vergüenza eran supremas. Unas más discretas que otras. Leer más »

Interpretación

No me leas literalmente, siempre interprétame. Recurre al contexto, al tiempo, a la época, al entorno… y finalmente interpela a tu intuición.

Y siempre espera lo mejor, encuentra la dimensión más noble y elevada… la otra perspectiva te llevará a un camino suspicaz y terminarás odiándome. Y eso no es bueno para el alma de ninguno de nosotros.

Hoy me entraron los escrúpulos porque me percaté de que lo escribo muchas veces puede no ser comprendido y lo puedes tomar como algo hiriente. Me dije a mi misma, es que claro, hay que interpretarme… Más fácil sería si hablara, si me miraras a los ojos, si vieras lo mucho que me demoro en pensar las palabras… me parezco a Grand cuando trata de hablar de la amazonas y del Bosque de Bolonia. Te darías cuenta que mis intenciones si bien no te parecerán nobles, al menos no intentan ser hirientes.

Escribo para contar relatos de la luna, del sol, del cielo, del río y de Tsugki, de lágrimas y alegrías… y mientras escribo, recreo todo lo vivido nuevamente. Edgardo una vez me contó que quien escribe se cree el dueño de la vida, porque puede hacer con sus personajes y sus historias lo que su alma anhela.

Esta suerte de controlar la vida me recuerda a François Truffaut, quien pensaba que el cine era la vida… que era su vida. Creo que su deleite y enamoramiento por el cine, en cierta forma se dió porque podía controlarlo todo ahí; pero a la vida no hay nadie quien la pueda controlar del todo. Y yo creo que en eso radica la belleza del mundo de la vida.

Saber que hay cosas que escapan a tu voluntad puede dejarte en un camino de incertidumbre. ¿Quién podría aceptar semejante realidad? He escuchado que los maestros zen pueden aceptar la realidad así de simple.

Pero yo no soy tan profunda como un maestro zen… soy simplemente yo, en todas mis limitaciones. Por eso, he decidido aceptarme con honestidad. No me interpretes con dolor ni resentimiento. Sólo eso quería decirte… y también que “hay en el ser humano más cosas de admiración que de desprecio” y yo creo que soy muy ser humano.

Por favor, si no me entiendes, no me pidas que use emoticones cuando escribo… no lo puedo soportar… me parece el colmo de la trivialidad, quizás con el tiempo esta perspectiva cambie ¿quién sabe? Te suplico que tampoco me pidas usar el chat. No lo soporto.

El teléfono algunas veces me suena frío y distante. Yo lo que quiero son cartas escritas a mano, eso quiero. Cartas donde pongas tu alma al escribir, donde dejes tus lágrimas y también tus risas. Donde plasmes tus dudas y esperanzas… Debe ser por eso que comencé a escribir a mano porque quiero cartas a mano, pero quizás la vida no me mande esas esperadas cartas, así que yo debo escribirlas. Sino, ¿quién lo hará?

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Parentezco

La dama del velo encantador y la sonrisa misteriosa de la Mona Lisa se acercó a la chica de colitas con lazitos azules en la cabeza.

– Me encanta tu disfraz. ¿Eres la madre revolución verdad?

– Jajaja.. así de roja, sí… ¿Y tú de qué te disfrazaste? ¿colegiala?

– No, de conflicto existencialista freudiano. Tengo ciertas taras que superar de mis épocas escolares. Espero que esta noche la terapia me salga gratis…

No pasó nada fuera de lo que debería pasar en una fiesta de disfraces, de minifaldas al por doquier, de las promos del antaño mezcladas entre treinta generaciones del colegio de siempre, que también siempre se cruzan – por algún interesante motivo – con los magísticos. Todos ellos disfrazados de deportistas, de capitanes de barcos piratas, y de sí mismos – quizás porque la propia naturaleza humana es un disfraz. Valientes, eso sí, para aceptar estas realidades.

– Ven aquí colegiala… ¿por qué no hiciste tus tareas? Ahora este profesor te va a enseñar la lección

– Tú y tu doble sentido de las cosas… francamente…

Sí, también siempre hay el doble sentido inherente de la edad del siglo de las luces, la intensidad, la pasión y la cándida ingenuidad de no reflexionar las cosas que uno dice – cuyas consecuencias quedan para la eternidad… y quién sabe si también formarán parte de alguna basurita en el subconciente.

Y también, siempre aparece ese momento de amistad, de aquella dulce ternura y consuelo en el mundo de la vida de los seres humanos. De pronto le vino a la mente la historia de la tácita amistad de Tarrou y Rieux…

– Vamos, con las manos… – extendió sus manos hacia ella.

– No, con las manos no por favor. ¿No me ves? Estoy toda sudada, me estoy derritiendo delante de ti.

– Oh, vamos! Dame las manos… lo demás es lo de menos…- Le tomó de las manos, y ella se sintió agradecida. Un agradecimiento difícil de explicar, porque entre el sudor, la música, las lucesitas de colores, las alas de mariposa, las zapatillas de deportista y las minifaldas no había forma de explicar lo bonito que es sentirse comprendido gracias a un simple gesto.

– ¿Has leido La Peste de A.Camus?

«Valor, ahora es cuando hay que tener razón», esos otros habían recobrado sin titubear al ausente que creyeron perdido. Ésos al menos por algún tiempo, serían felices. Sabían, ahora, que hay una cosa que se desea siempre y se obtiene a veces: la ternura humana

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verdades

Y esa pitonisa, la hermosa chica de la flor en la cabeza y de cabellos negros ondulados, aceptó leerle las palmas de la mano.

– Mañana será un día hermoso

– Esperanzadora eres… pero quiero la verdad

– Más tarde irás al baño

Posiblemente uno sobreestima el valor de la verdad Leer más »

excitada

– Me gustó mucho la película. Tenía una historia muy, muy inteligente

– A mi me gustó el aspecto técnico

– Sí, estuvo bueno. Pero… no sé, me parece que fue un film un tanto ¿soberbio? Pero, a ver, ¿cómo me explico? No sé, un tanto ¿imperialista?

– Sí, entiendo lo que quieres decir…

– Permíteme encontrar el adjetivo adecuado…. mmm soberbio, soberbio…. eco, apoteósico. ¡Eureka! Fue un film un tanto apoteósico. No sé…. me gustan los films más sencillos, menos estrepitosos digamos. Pero no negaré que la historia me pareció muy inteligente… me excitó sobremanera

– Veo…

– A propósito, eso te quería preguntar. He estado usando mucho la palabra ‘excitada‘ y he percibido ciertas reacciones – fuera de lo común – de mis interlocutores… digamos…

– Sí… bueno, es que esa palabra está cargada de un sentido….

– ¿Sexual?

– Eco, sí, eso

– Jajajaja… con razón. Y yo la usaba a cada rato: “es que me excita demasiado hablar con él, es muy inteligente” “No te imaginas lo mucho que me excita encontrar a alguien inteligente… sencillo e inteligente.” “¡md…. qué excitación!” “ese film tiene una historia que me excita demasiado… Estoy excitadaaaaaaaa!!!!

– ¡Diana! Creo que no deberías gritarlo… no aquí al menos jajaja

– Oh cierto… lo lamento…. pucha, ¡la pavada! ¡Qué roche!

– Lo que sucede es que todas las palabras tienen un ‘espacio de uso‘ digamos, y ‘excitado‘ o ‘excitada‘, como tú misma lo intuyes, se usa mucho en un contexto sexual…. su uso así se ha popularizado. Y bueno, en nuestra generación, la gente todavía tiene esa tendencia a la chiquillada.

– Me acabo de acordar, que la palabra ‘penetración‘ también podría ser susceptible a esa connotación sexual – incluso inconcientemente de mi parte. Recuerdo una vez, en un conversatorio equis, uno de los ponentes, habló en la parte de descripción fenomenológica sobre “penetrar la cosa, es decir, rodearla, ver sus distintos aspectos y al mismo tiempo dejarse afectar por ella”. La cuestión es que a mi me pareció bastante violento usar la palabra “penetrar”. Y le hice esa pregunta, respecto de si en vez de “penetrar” no debería usar otra palabra…. no sé, quizás ¿“dejarse afectar”? – al fin y al cabo, lo primero me evoca a arbitrariedad y prepotencia mientras que lo segundo, a sutileza y asombro. Y si realmente quieres conocer y reconocer al sujeto, no lo puedes hacer con violencia, creo. Te confesaré que mientras hacía la pregunta, me dí cuenta de la carga sexual que dicha palabra tenía. “Mierda, y estoy preguntando delante de todos algo que me evoca a un contexto sexual… la pucha!” me puse roja y comencé a sudar como descosida – algunas veces puedo ser tan pacata – …. horrenda estuve… horrenda!

– Jajaja

– Cuando me trabo… me trabo completamente. Ah, sí… ¿qué fue lo que dijiste sobre el horizonte histórico de la palabra?

– ¿Cuándo?

– Cuando te comenté sobre mis dudas sobre lo ‘burgués’ y lo ‘proletario‘ a raíz de que me habían preguntado qué era ‘ser arty‘. (Se me da por encontrar relaciones a las cosas por todos lados).

– Ah si… es que, me parece que los conceptos de ‘proletario‘ y ‘burgués‘ son propios de ‘las clases sociales’ y los ‘modos de producción‘ – para utilizar la terminología del materialismo dialéctico de Marx…. Pero, hablarte de eso, no viene al caso ahorita. Lo que sucede es que luego, la palabra adquiere un nuevo significado con el paso del tiempo y con la ubicuidad de las personas que usan la palabra. Y hoy en día usas ‘proletario’ y ‘burgués’ con connotaciones que hacen referencia a ‘humilde’ y ‘ostentoso’ por lo general… ves?

– Ah… una suerte de “experienciar” la palabra.

– Sí… podría decirse. Cargarla de un nuevo significado en base a tu experiencia, a la cotidianidad de su uso, al momento histórico en el que estás, al entorno social, al lugar donde te encuentras, a la época, etc… Por ejemplo, dentro de la misma temática: En su tiempo, y en su geografía, antes estaba muy bien definida la diferencia entre ‘socialista‘ y ‘comunista‘: la segunda palabra hacía referencia a un régimen de ‘mayor madurez en los aspectos de la vida social donde las fuerzas productivas están muy desarrolladas para asegurar la abundancia de productos y el trabajo es la primera necesidad vital de la sociedad‘ mientras que la primera palabra te evocaba a una especie de régimen en proyecto latente de mejora, digamos. Pero ahora, en este tiempo y en este lugar pareciera que ambas palabras hacen referencia a lo mismo y están cargadas de cierto prejuicio negativo y despectivo, e incluso también de temor.

– Ya veo… es como si tú instituyeras nuevamente lo instituido. Es decir, desordenas y reordenas nuevamente las cosas de forma tal que te permita decir algo nuevo que no es lo del pasado…. “un nuevo ser cultural” “algo que no se había dicho antes”… el evento de la comunicación.oh Mon Dieu! Hoy en día, encuentro la fenomenológía por todos lados…. ¡eso me excita demasiado!

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kármico

– Aló

– Aló, Diana

– [noooooooooooooooo] hola

– ¿cómo andas?

– Bien

– oye, vi que estabas escribiendo en tu facebook en francés. ¿Sabes acaso francés?

– [¿cómo eme sabes que escribo francés? Si te he bloqueado en el facebook y por ti he bloqueado a la mayoría de mis contactos. Por ti me entraron los escrúpulos con este tema de la privacidad en la internet y por tu culpa me cambié de nombre…. ¡acosador!] ¿cuándo viste eso?

– No recuerdo…. ¿hace un mes? ¿sabes francés?

– [md! ¿y si se me pasó bloquearte del facebook? ¡la pavada! pero estaba segura de haberlo hecho] ah ya… la verdad no… solamente algo. Sigo aprendiendo a hablar español aún.

– ¿y tu prima ya se fue?

– [ahhhhhhhh noooooooo…. mi primita hermosa, mi primita bella… el sólo hecho de imaginarme que también la has estado acosando a ella por el facebook, sólo porque se llama como yo, me pone la piel de gallina] Sí ya se fue.

– Ah… las pensaba invitar a salir…

– [noooooooooooooo] Ah, bueno, gracias. Mira, me debo ir y ya cuelgo. Adieu!

Lo paradójico, es que – si bien el acoso es virtual y por la internet – no llegará a leer este escrito nunca. Y si lo lee, no se reconocerá en él.

Debe ser una suerte de equilibrio cósmico del mundo kármico por todas las veces que he sido una stalker detestablemente acosadora.
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La Petite Wanda, l’existentialisme et le Petit Chaperon Rouge

(dans le essence du film de François Truffaut)

– How many existentialists does it take to screw in a light bulb?

– Two. One to screw it in and one to observe how the light bulb itself symbolizes a single incandescent beacon of subjective reality in a netherworld of endless absurdity reaching out toward a maudlin cosmos of nothingness.

Il était une fois un petit chaperon rouge…

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et tu as été très attentif avec elle

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Mais le loup vient manger le petit Chaperon rouge. Ton cher amie est en danger!

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oh noooooo!!!

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Oh, et maintenant, qui pourra nous défendre?

Le Chapulin Colorado? Le Petit Prince? Jean Paul Belmondo? Peut-être Jean Paul Sartre?

ah… Simone de Beauvoir comme Wonder Woman…

Maintenant, tout sera bien!

(L’image appartient à film “les 400 coups” de François Truffaut) Leer más »