Archivo del Autor: Sinesio López Jiménez

Acerca de Sinesio López Jiménez

Sinesio López Jiménez es doctor en Sociología por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) de Lima, Perú. Hizo estudios de doctorado en la Ecole Pratique des Hautes Etudes de la Universidad de París bajo la dirección de Alan Touraine. En la actualidad es profesor principal de la Facultad de Ciencias Sociales de la PUCP y de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNMSM. Fue coordinador de la maestría en Sociología de la PUCP, coordinador de la maestría en Ciencia Política de la PUCP, Director de la Biblioteca Nacional del Perú (2001-2005), Director de El Diario de Marka (1982-1984) y columnista político del mismo. Los campos de interés académico son la Teoría Política, la Política Comparada, el Estado, la Democracia y la Ciudadanía. Ha sido profesor visitante de FLACSO, Quito, Ecuador y del CAEM. Es autor de los libros El Dios Mortal, Ciudadanos Reales e Imaginarios, Los tiempos de la política, coautor de varios libros de sociología y política y ha escrito muchos artículos y ensayos de su especialidad publicados en el Perú y en el extranjero. Actualmente es columnista del diario La República.

UN JUEGO PERVERSO

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                                   Sinesio López Jiménez

El problema de la UNMSM, como el de muchas universidades nacionales, no es el MOVADEF. Este es un solo pretexto para justificar la represión a la mayoría de los estudiantes (de izquierda democrática, progresistas e independientes) que protestan contra las autoridades ilegítimas y contra la mediocridad académica que ellas expresan y defienden. El verdadero problema es una camarilla ilegítima que se ha enquistado en el gobierno universitario y que quiere mantenerse en él apelando a fraudes electorales y a métodos mafiosos. Este es el caso del último escándalo suscitado en San Marcos en donde cinco facultades tienen decanos designados a dedo (por el rector) que se niegan a convocar a los consejos de sus facultades para elegir a los decanos legítimos porque temen perder.

El problema se agrava cuando algunos de los designados decanos son impresentables en el mundo académico. Este es caso del decano a dedo de la Facultad de CCSS cuyo mérito parece reposar en mantener limpia, esto es, en blanco su foja de servicios destacados en la docencia universitaria y en la investigación. Al señor Rueda se le conoce como dirigente eterno de una cooperativa en la UNMSM a la que quebró para fundar otra. Rueda es un decano persistentemente ilegítimo que ya tenía esa función antes de las últimas elecciones y cuyo cargo es digitado mensualmente por el rector.

¿Quién sostiene a Rueda además del rector?. Parece que el sólido soporte del decano ilegítimo de CCSS es el Vicerrector de Investigación cuyo mérito mayor es estar en contradicción con el tema de su función. Menciono el caso de CCSS de San Marcos porque es similar a otros casos que se producen en otras facultades sanmarquinas y en otras universidades nacionales.  ¿En estas circunstancias qué hacen los estudiantes universitarios?. Se organizan, discuten y protestan. ¿Es eso senderismo?. No, en absoluto. En las últimas elecciones, los estudiantes vinculados al MOVADEF fueron aplastantemente derrotados (80 votos) por la izquierda democrática (cerca de 500 votos) y por la fuerzas progresistas (cerca de 400 votos).

En esas circunstancias se genera un proceso perverso. Las camarillas mafiosas y las autoridades ilegítimas acusan a los estudiantes (que protestan contra ellas) de senderistas o filosenderistas, la policía ingresa a investigar la infiltración senderista y los medios de derecha parecen solazarse informando de la presencia del MOVADEF en las universidades nacionales. Esto puede parecer un inocente juego de palos de ciego, pero en realidad expresa una política perversa: una coalición práctica entre las camarillas ilegítimas de las universidades y la derecha, una propaganda gratuita al MOVADEF, un manoseo torpe y a la vez complaciente de la policía y una represión de los estudiantes que luchan contra las camarillas mafiosas y contra el MOVADEF. Esta es la verdad de la milanesa.

Se espera que la nueva ley universitaria acabe con las camarillas mafiosas enquistadas en algunas universidades nacionales y asociativas. Eso exige respetar la autonomía universitaria violentada por la propuesta Superintencia de Universidades. La mantención de esta en la nueva ley brinda armas a las camarillas que buscan perpetuarse en el gobierno de algunas universidades.

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EL DIALOGO Y LA IZQUIERDA

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                                   Sinesio López Jiménez

El diálogo es un componente central de la política. En la democracia clásica (Atenas) la palabra (lexis) y la acción (praxis) eran momentos indisolubles de la política. En Roma republicana y en las ciudades-repúblicas italianas del Medioevo las comunidades de ciudadanos discutían y  al mismo tiempo actuaban políticamente. A diferencia del mundo clásico (democrático y republicano) en donde los ciudadanos desplegaban el debate (y la acción) en el espacio público (la polís, la civitas), el diálogo en el mundo moderno surge del espacio privado en donde los individuos discuten sobre los asuntos de interés general y critican al espacio público estatal (la monarquía absoluta) dando origen a lo que Habermas llama la esfera pública.

La esfera pública (la crítica de los ciudadanos y de la ilustración) y la acción de las logias contribuyeron decisivamente a la transformación de las monarquías absolutas en monarquías constitucionales. Las democracias liberales, ayudadas por la complejidad y extensión del mundo moderno, han institucionalizado y en la práctica han expropiado el debate  público enclaustrándolo en sus recintos parlamentarios que devinieron foros públicos. Esta función parlamentaria, sin embargo, hoy ha sido francamente devaluada y ha sido asumida, de manera deficiente, por los medios que están claramente limitados por los las ideas y los intereses de sus propietarios y de las élites.  De esa manera el debate y la acción de los ciudadanos han quedado prácticamente fuera de la política. Los ciudadanos que deliberaban y actuaban políticamente han sido transformados en electores y en votos. Eso explica, en gran medida, la emergencia y los reclamos de la democracia deliberativa y de la democracia participativa.

El diálogo parte de dos grandes supuestos. El primero sostiene que la verdad y el error están democráticamente repartidos y nadie puede reivindicar su monopolio. El segundo afirma que nadie posee tampoco el monopolio de las soluciones de los problemas y que todos, incluidos los pobres, pueden contribuir a resolverlos. El diálogo importa, además, más que por la calidad de los argumentos que se esgrimen, por la consideración de los otros que intervienen en él. El diálogo expresa una racionalidad comunicativa que toma en cuenta los deseos, las creencias, las preferencias y demandas de la gente.

La racionalidad comunicativa no elimina, pero sí controla los efectos destructivos de la racionalidad instrumental (propia del mundo moderno) que considera a las personas como cosas y las trata como tales. Un claro ejemplo de esta es el empresario capitalista que se propone como objetivo la rentabilidad y que convoca a los trabajadores (medios) para este fin y que los despide cuando ya no le son útiles. En la política pasa lo mismo. Las políticas públicas, sobre todo las políticas sociales, tratan a los peruanos y a los pobres como cosas. Los gobernantes pretenden dirigir la educación sin los maestros y contra los maestros, organizar eficientemente el estado sin y contra la burocracia, reformar la salud sin y contra los médicos. Es una locura.

Lo peculiar del dialogo de la izquierda es que ella llevará como agenda, además de algunos puntos consensuales con otros partidos (corrupción, seguridad, reforma política) otros temas que ni la derecha ni el gobierno quieren discutir: crisis y desarrollo sostenible, consulta previa, defensa de los derechos de los trabajadores, etc.

 

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EL PERU NO ES UNA ISLA

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Sinesio López Jiménez

¿El Perú vive una crisis económica? No como la del 2009 en la que el crecimiento económico bajó de 9% a 0.9%, la inversiones se retrajeron, los capitales fugaron, la exportaciones disminuyeron, los ingresos fiscales se redujeron, el nivel empleo descendió. El Perú actual no sufre una crisis de recesión de la economía como entonces, pero experimenta una desaceleración que puede culminar en una recesión. Ese es un escenario que los neoliberales se niegan a ver como posible.

¿Por qué se produjo la crisis en el 2009? El crecimiento económico del Perú del 2001 en adelante, como el de muchos países de AL, reposa en la demanda de materias primas y en los altos precios de las commodities. Este el secreto del llamado milagro económico peruano. No es obra del modelo neoliberal como creen nuestros neoliberales criollos. Con una demanda sostenida y con precios por las nubes de las materias primas cualquier modelo económico tiene “éxito”. El desempeño neoliberal en la década 1990-2000 fue mediocre, menor que el de AL entre 1945-70 (cuando existía otro modelo económico) que, en promedio, estuvo por encima del 5%.

La economía peruana no tiene motor propio para funcionar. Los principales motores que la ponen en movimiento están fuera: USA, Europa, China. Si uno de los motores se apaga, como sucedió con la crisis del capitalismo norteamericano en el 2008, la economía peruana sufre sus efectos. El Perú pudo salir rápido del escollo porque Europa y China siguieron funcionando como motores y porque tenía y tiene recursos suficientes (acumulación de divisas, deuda externa manejable, ingresos fiscales más o menos suficientes, etc) para enfrentarla.

La larga crisis europea no nos ha afectado tanto como la norteamericana. ¿Pero qué va a pasar en el Perú ahora que la crisis del capitalismo ha llegado a China?. A Krugman le “preocupa que China no sepa cómo aminorar el paso, que sea una economía bicicleta que se caerá si deja de moverse. Y, por supuesto, he sostenido –dice- que quedarse sin campesinos dispuestos a aceptar sueldos bajos crea una pared” contra la cual choca la bicicleta.  China ha decidido bajar su crecimiento a 7.5% y eso trae algunas consecuencias en las exportaciones y en los precios de las commodities.

Krugman hace algunos cálculos: “Supongamos –dice- que la economía de China experimenta una desaceleración de 5% respecto a su tendencia. Las importaciones caerían más que esto; las estimaciones típicas de la “elasticidad de ingreso” de las importaciones (el cambio porcentual generado por un cambio de 1% en el PIB, manteniendo todo lo demás constante) son de alrededor de 2. Entonces, podríamos estar viendo una caída de 10% en las importaciones chinas; un impacto adverso para el resto del mundo de una décima parte de 3%, o 0,3% del PIB. No es nulo, pero tampoco catastrófico”.

El impacto en los precios de los commodities es más importante: “China es un consumidor importante de materia prima (por ejemplo, aproximadamente 11% del consumo de petróleo del mundo). Una caída drástica en la demanda china podría llevar a disminuciones importantes en el precio de las ‘commodities.’ Entonces, el impacto sobre la bicicleta (china) podría ser más importante para los países que venden materia prima, ya sea a China o no, que para los exportadores de China” (LR, 05-08-13).  Si esto es así, ¿Porqué los políticos neoliberales se niegan a ver la inminencia de la crisis de la economía peruana?.

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EL MITO DE LA CLASE SALVADORA

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Sinesio López Jiménez

Previendo el fin del ciclo exportador de minerales, nuestros liberales criollos se han echado a buscar a los salvadores del posible naufragio y creen haberlos encontrado en la clase media que es consumidora y al mismo tiempo un semillero de emprendedores. Esta búsqueda forma parte del mito de la clase salvadora. Hernando de Soto creyó encontrarla en los informales; el marxismo, en el proletariado; los liberales de los países avanzados, en la burguesía. A esta  nueva clase media se le atribuye una función económica, diferente a la de la clase media tradicional (compuesta de profesionales liberales y de burócratas) cuya función ha sido principalmente política. Como sostuvo Carlos Franco, la clase media tradicional distribuye conciencias, ideologías y cuadros políticos a las otras clases sociales. Era y es una clase media ilustrada mientras la nueva clase media (que nace del comercio y los servicios) está constituida por cachueleros exitosos, pero iletrados.

Más allá de los mitos, las sociedades modernas (de individuos y clases sociales) más o menos integradas han tenido y tienen élites dirigentes que han construido un orden social (económico, político, cultural) a través de un proyecto nacional que toda la sociedad comparte y hace suyo. Ellas son las clases dirigentes de las que hablaba Gramsci. Esta es justamente la carencia peruana (y de otros países de América Latina) que es la fuente permanente de inestabilidad. Montesquieu sostenía que los equilibrios políticos no se basan sólo en las instituciones sino también en los equilibrios sociales. Este es otro tema de  la agenda posneoliberal.

Otro tema de agenda con incidencia política es el cambio cultural. Dos problemas han surgido en este campo en las últimas décadas: el individualismo y el carácter pluricultural del país. Por un lado, el avance en la sociedad de mercado implica un avance en la sociedad de individuos y, en menor medida, del individualismo posesivo, pero este no es tan importante como creen los neoliberales. La demanda de Estado y de comunidad (estatismo-comunitarismo: 38%) y la de estado y mercado y  libertades individuales (estatismo-liberalismo: 43%) siguen siendo de lejos las más importantes en una encuesta del 2005. Por otro lado, lo que caracteriza al Perú es una multiculturalidad compleja (plural en el caso de la selva y semi-plural en el caso de  los quechuas y los aymaras usando los términos del politólogo Lijphart).

El terrorismo sigue siendo un problema que marca la agenda y ha traído una serie de consecuencias que hasta hoy perduran. Por un lado, produjo lo que Schmitt llamó una situación excepcional (caos legal, político, militar) y de ella nacieron la dictadura y el fujimorismo. Por otro, el miedo al terror generó más conservadurismo (y más anti-izquierdismo) en la sociedad, la desmovilización de los sectores populares y la desdemocratización del país.

Finalmente, el neoliberalismo no ha resuelto ninguna de las grandes divisiones estructurales o clivajes (étnico-racial, centralismo-descentralización, nación-imperio, social o de desigualdad, la brecha estado-territorio,  etc) que ponen en tensión a las diversas fuerzas sociales del país. Ellas seguirán motorizando los diversos conflictos sociopolíticos en los próximos años.

 

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LA AGENDA POST-NEOLIBERAL

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Sinesio López Jiménez

El fin del largo ciclo exportador de materias primas que dio alas al neoliberalismo obliga a los académicos, a los políticos, a los actores sociales y empresariales a plantear una nueva agenda de debate. Los puntos más importantes son los siguientes:

  1. Los cambios en el modelo de acumulación y de desarrollo. Es probable que la crisis actual induzca a la definición de políticas anti-cíclicas y al cambio del equipo económico y la búsqueda del desarrollo sostenible impulse un modelo basado en la demanda (más empleo, más distribución del ingreso y un rol más activo del Estado)  que sustituya al que se basa en la oferta (menos empleo, menos inflación y menos regulación del mercado).
  2. La re-evaluación de la política y del Estado que el neoliberalismo ha devaluado desde 1990 en adelante para imponer la primacía del mercado. Esta re-evaluación, aparte de liberarnos de los sacerdotes del mercado que agreden la inteligencia en casi todos los medios, puede contribuir a que las propuestas de nuevos diseños institucionales (en el sistema electoral, en el sistema de partidos, en los aparatos del Estado, etc) se puedan concretar.
  3. Los cambios en la estructura social. Los más importantes son los siguientes: Reducción, desarticulación y ruptura de la base material de la acción colectiva de los obreros; descampesinización acelerada en las diversas regiones del país; informalidad creciente (cerca del 70% de la PEA); crecimiento significativo de una nueva clase media  basada, ya no en el Estado, sino en el comercio y los servicios. Es necesario investigar sobre los nuevos dueños del Perú. Estos cambios implican grandes problemas en la representabilidad (posibilidad de los grupos sociales de ser representados en la política) y en la representatividad (capacidad de los actores  políticos para recoger, agregar y canalizar demandas, intereses y apoyos).
  4. Los cambios en las relaciones entre las ciudades y el campo. Pese a que hay un déficit de más de 80 mil Km. de caminos rurales se ha producido un mayor acercamiento entre la ciudad y el campo. El mercado y el Estado han llegado un poco más al campo. En algunas aldeas rurales existen los celulares y en menor medida el internet. Estos cambios tienen fuerte incidencia en el mercado y en la política.
  5. La presencia de nuevos movimientos sociales (el feminismo, los movimientos juveniles, las asociaciones culturales, el movimiento gay, etc.) y el debilitamiento de los antiguos (movimiento obrero, campesino y de pobladores). El más importarte de los nuevos movimientos es el socio-ambiental que se bifurca, por un lado, en un movimiento antiminero (el caso de Cajamarca) que no quiere extractivismo sino otra forma de desarrollo y,  por otro, el movimiento (mayoritario) que negocia con la minería las condiciones de exploración, explotación y distribución.
  6. El colapso de los partidos que ha traído varias consecuencias políticas (volatilidad electoral, fragmentación política, caudillismo, disminución de la calidad de la representación, sobrepresencia de los medios y los poderes fácticos, democracia sin partidos) y replantea nuevas formas de pensar, diseñar y hacer la política.
  7. En otra ocasión volveré sobre otros puntos de la agenda como los cambios culturales, el nefasto legado político del terrorismo, la crisis del Estado-nación y la globalización.

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DESENCUENTROS Y ENCONTRONAZOS

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Sinesio López Jiménez

El choque entre la complacencia del discurso presidencial del 28 de Julio y el disgusto de la gente en las encuestas y en las calles caracteriza la situación política actual. Se puede resumir el discurso de Humala en tres tesis centrales.

  1. El crecimiento por la demanda de los recursos naturales parece estar llegando a su fin, pero el Perú puede defenderse porque ha acumulado recursos suficientes para seguir creciendo y diversificándose.
  2. Ahora “ya no se trata sólo de crecer para incluir sino también de incluir para seguir creciendo”.
  3. El crecimiento y la inclusión requieren “reorientar el Estado, priorizar los gastos, gastar bien y rendir cuentas”. La presencia del Estado en todo el territorio requiere una serie de reformas (tributaria, servicio civil, educación, salud, políticas sociales).

El problema de estas tesis es que todas ellas chocan con las exigencias de la situación internacional y nacional.

  1. La crisis internacional requiere un cambio del equipo económico y de las políticas económicas: impulsar la demanda interna con más empleo y mejor distribución del ingreso y con un rol más activo del Estado. El gobierno de Humala sigue con el mismo equipo y las mismas políticas neoliberales (siete medidas de confianza para estimular la inversión minera en desmedro de los trabajadores y del interés público).
  2. Incluir para seguir creciendo requiere no sólo el despliegue de políticas asistencialistas (para los sectores más pobres) sino también el impulso de un modelo sostenible de desarrollo que diversifique la economía, empuje el crecimiento de los mercados internos y añada valor agregado a las exportaciones.
  3. La reforma del Estado no consiste en adecuar el Estado a las exigencias del neoliberalismo sino a las necesidades del desarrollo sostenible, de la soberanía y de la democracia. Uno de los problemas principales del Estado es su captura por la CONFIEP  y el neoliberalismo que impide la realización de una reforma que permita organizar un Estado autónomo, democrático, eficaz y efectivo. Castilla ha prostituido el lenguaje cuando llama reformas a los  ajustes administrativos que viene haciendo.  Además de las reformas del Estado,  la crisis de las instituciones exige, un conjunto de reformas políticas sobre la representación, los partidos, la forma de gobierno, la constitución y la designación de las autoridades en las instituciones estatales.

El peligro que encierran estos desencuentros y encontronazos entre el poder político y los ciudadanos es que Humala puede terminar abruptamente su gobierno como Lucio Gutiérrez de Ecuador, quien terminó expulsado por la izquierda y los indigenistas que lo eligieron.

 

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DESENCUENTROS Y CHOQUES

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Sinesio López Jiménez

En el tránsito del segundo al tercer año del gobierno humalista se han producido un desencuentro y algunos choques entre el poder político y los ciudadanos en las encuestas y en las calles en dos oleadas sucesivas. La cosa parece que va a seguir porque los problemas continúan y se pueden agravar. Si los choques se extienden y se vuelven masivos y el Presidente de la República no enmienda  el rumbo que viene tomando en una situación de crisis económica (que se avecina), el régimen democrático puede trastabillar y el mismo Humala puede terminar como Lucio Gutiérrez, ex –presidente del Ecuador. Gutiérrez participó en el golpe contra Mahuad en el 2000, fue elegido presidente en el 2002 con el apoyo de las izquierdas y los indígenas, los mismos que lo sacaron del gobierno en el 2005 acusándolo de corrupción y de haberse vendido a los ricos.

El desencuentro se ha dado en las encuestas en las que Humala se desliza por el tobogán de la desaprobación de los ciudadanos. ¿Por qué es desaprobado?. Los analistas de derecha y la derecha misma  afirman que Humala no ha abandonado totalmente el programa de la gran transformación y no ha asumido a plenitud sus ideas (y sus intereses). Por eso no genera confianza. La izquierda, en cambio, sostiene que Humala ha abandonado el programa con el que fue elegido y se ha entregado totalmente a los brazos de la derecha. La gente  rechaza el incumplimiento de las promesas asumidas.  ¿Y Humala qué dice?. “Yo no gobierno para las encuestas”, lo que, en buen romance, significa que le importa un pepino la opinión de los ciudadanos. ¿Y qué ha hecho?. Ha profundizado su entrega a la derecha dando un conjunto de medidas para favorecer la inversión privada en desmedro de los trabajadores y del interés público.

El primer choque se produjo en las calles. La mayoría de los partidos que integran el Congreso se repartieron los cargos vacantes del TC, la Defensoría y el BCR. Pese a la crítica de los medios, el Congreso aprobó la repartija y se desató un escándalo de grandes proporciones. Los jóvenes protestaron y se movilizaron (en dos ocasiones) contra la repartija; Humala y los partidos repartijeros  retrocedieron y el Congreso anuló la medida de la discordia. El segundo choque se dio también en las calles. Mientras Humala daba su mensaje presidencial, blindado por más de  cinco mil policías, miles de ciudadanos protestaban en las calles contra el gobierno por diversos motivos (ley del servicio civil, la repartija, la ley universitaria, aumento de sueldos).

En su discurso de fiestas patrias, Humala expresó su satisfacción por los aciertos (que conducían a un Perú mejor) y por los errores (que se podían rectificar) mientras los ciudadanos gritaban a todo pulmón su insatisfacción  con el gobierno. Ollanta hizo un recuento complaciente de lo hecho en el segundo año de su gobierno mientras los manifestantes expresaban su ira contra el gobierno.  El mensaje, cocinado en el MEF, tenía un sencillo diagnóstico implícito: Pese a la  crisis internacional, la economía peruana va bien y la inclusión social, mejor, pero lo que falla es el Estado al que hay que reformar para que marche de acuerdo a los sones que le toca el modelo neoliberal. Olvida un dato simple: Los que han capturado  los aparatos económicos del Estado (MEF, BCR y otros) y gobiernan son los representantes de la CONFIEP y del modelo neoliberal.

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LA REPARTIJA DE FONDO

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Sinesio López Jiménez

La situación política se acelera. La crítica  mediática se vuelve política y esta se torna social. Y la crítica social (en manos de los jóvenes y los trabajadores) si, se amplía y profundiza y va acompañada por la crisis económica (como parece) y por la ya evidente deslegitimación política del gobierno, del Congreso y de los partidos de la repartija actual y pasada, puede retornarse política en nuevos términos. Puede ser el comienzo del fin del ciclo neoliberal y el inicio de un nuevo ciclo económico, social y político.

He aquí la rápida crónica de este aceleramiento. Los medios critican al Congreso por su incapacidad para designar a los reemplazantes de los cargos vacantes en el TC, la Defensoría y el BCR. El actual presidente del Congreso busca legitimar su reelección resolviendo el problema. Los partidos que apoyan al gobierno y los de derecha llegan a un acuerdo repartiéndose los cargos. Los medios cuestionan la presencia en el acuerdo de algunos personajes impresentables. Ante la persistencia congresal del acuerdo multipartidario, la crítica mediática se desplaza a la repartija. Pese a ello, los partidos imponen el acuerdo en el Congreso, lo que genera un gran escándalo público.

Humala se lava las manos, rompe el acuerdo y pide la salida de Souza del TC y Freitas de la Defensoría. García, activo participante en otras repartijas, crítica la actual en la que no ha participado porque su pequeña bancada es irrelevante para el caso y porque controla el actual TC y otros organismos fiscalizadores. Los jóvenes protestan, los partidos acuerdistas retroceden, la protesta juvenil se vuelve masiva. Los medios de derecha le bajan el tono y la importancia. Los jóvenes y los trabajadores amenazan volver con más fuerza. La izquierda acompaña estas protestas.

Los designados al BCR estaban pasando piola, la derecha (económica, política y mediática) miraba al techo, pero la batahola también ha barrido con ellos. ¿Por qué la derecha no quiere hablar de repartija en el caso del BCR?.  Porque ella cuestiona la repartija de los aparatos políticos, pero está feliz con la repartija de los aparatos económicos y porque, si se jala la pita, se corre el peligro de llegar a la repartija de fondo que se produjo en los inicios del gobierno de Humala por presión de la CONFIEP y de los medios de derecha: la captura del MEF y del BCR. La derecha estaría feliz si controla a la vez los aparatos económicos y políticos del Estado.

El movimiento juvenil (y social) que cuestiona la actual repartija política puede cuestionar todas la repartijas (incluida la económica del MEF y del BCR) para hacer del Estado una esfera más o menos autónoma, expresiva del bien común (republicano) y del interés general (liberal). Eliminar los privilegios, las discriminaciones, las desigualdades de la política y las capturas de los aparatos estatales, en suma, acabar con el patrimonialismo y el sultanismo,  son tareas democráticas que los movimientos de protesta pueden cumplir. Eso no es poca cosa en un país que no ha tenido una revolución democrática.

 

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LA CAIDA: DOS LECTURAS

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                                               Sinesio López Jiménez

Es una caída vertical. Caer del 53.2% en abril al 35.9% en julio produce seguramente vértigo político. Perder casi 18 puntos en tres meses es dilapidar un capital político necesario para enfrentar las crisis que se avecinan. ¿Qué ha pasado?. Hay diversas lecturas al respecto. La derecha y sus encuestadoras explican el desplome en las encuestas por las veleidades chavistas del presidente, por el intento de volver a la Gran Transformación, por su supuesto estatismo (expresado en el intento de comprar Repsol) y por la reelección conyugal. Esta es una lectura interesada que pretende transformar a Humala de socio en mandadero.

El chavismo de Humala es un recuerdo (a veces seguramente una añoranza) del pasado, la gran transformación es la de él en manos de la derecha, el supuesto estatismo es un cuco (inventado por la derecha) que no asusta a la mayoría de los peruanos que, según sus propias encuestas, piden más estado. La reelección conyugal es probablemente el único factor levantado por la derecha (independientemente de sus intenciones) que ha tenido algún impacto en el desgaste de la pareja presidencial. La gente intuye que la reelección presidencial era cultivada in pectore por la señora Heredia dejando entrever una angurria intolerable y una ambición desmedida.

La derecha, a la que ha servido con presteza y  fidelidad la señora Nadine, la ha transformado, luego de ensalzarla y colocarla (con su aquiescente beneplácito) en sus vistosas páginas sociales, en una rémora en el manejo del poder del presidente. Otra lectura, proveniente principalmente de la izquierda, pone la causa del desplome presidencial en los límites personales y políticos que ha mostrado Humala para enfrentar las situaciones difíciles y las críticas provenientes de la derecha. Esta lo ataranta y él cede. El manejo del asunto de Repsol fue vergonzoso y humillante. Las concesiones hechas a los poderosos en desmedro de los débiles tienen también un alto costo político para Humala, aunque sobre ellas no preguntan las encuestas.

Las causas de la caída que sí aparecen en las encuestas son la falta de seguridad ciudadana, la promesa incumplida de bajar el precio del gas, las criticadas leyes recientes (el servicio militar obligatorio y  la del servicio civil) que han generado movilizaciones de protesta. La lectura de la derecha sobre el desgaste de Humala sostiene que este cae por no haberse entregado a ella totalmente; la de la izquierda, en cambio, que la caída se produce por haberse entregado en demasía a la derecha. El itinerario del desgasta ha sido lento pero constante. Se inició en noviembre del 2011 (58.7%) con la salida del gabinete Lerner,  llegó hasta el 45.7% en junio del 2012, se mantuvo en esos niveles hasta noviembre de ese año (la salida del gabinete Valdez) y se disparó hasta el 53.8% en Abril del 2013.

Mi hipótesis es que la caída va a continuar impulsada por la crisis económica (que ha disipado el fetiche del milagro económico), el mal manejo de la crisis de las instituciones y las protestas sociales. Acicateado por la derecha y por la izquierda y abandonado por la mayoría de las regiones y de los sectores sociales, la soledad visita a la pareja presidencial.

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NO ME DEFIENDAS COMPADRE

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Sinesio López Jiménez

Steve Levitski es un buen analista político que ha escrito excelentes libros de política comparada y que hace también agudos análisis de coyuntura peruana y latinoamericana. Es, además, un buen ciudadano cuyo corazoncito late por los demócratas en los Estados Unidos y por una inexistente “coalición paniagüista” en el Perú. Su candidato ideal, por confesión propia, es Gastón Acurio, lo que habla bien de sus buenos gustos culinarios. Lo que quiero decir es que no hay un análisis inocente de coyuntura y que el analista, por más esfuerzos que haga por controlar su subjetividad, se juega también una pichanguita en los fríos marcos de su pretendida objetividad analítica.

Como analista ha escrito en este diario un artículo que, a contrapelo de su título (En defensa del Frente Amplio), parece más bien la descripción de un largo viacrucis de la izquierda.     Steve sostiene, en resumen, que en el corto plazo el Frente Amplio (FA) va muerto y que en el largo plazo, cuando todos estaremos (efectivamente) muertos (Keynes), podría tener éxito. Concluye su análisis martirológico con una pizca de humor negro: “En 2026, tal vez el FA estaría en condiciones de competir con Alan, que solo tendría 77 años”. Por favor, querido Steve, el FA –supongo- quiere ganarle a un mejor adversario para que su triunfo tenga el sabor de la gloria. Concédele, al menos, ese honor.

¿En qué basa Levitski estas apuradas conclusiones?. Para el corto plazo, los argumentos son los siguientes: La unidad de la izquierda como solución es un mito, la izquierda carece de una base social sólida y no tiene líderes con capacidad electoral y, finalmente, existe un poderoso antizquierdismo (sobre todo en Lima). En San Isidro  -supongo- este antizquierdismo debe llegar al paroxismo. Para el largo plazo Levistki sostiene que “una izquierda sana haría bien a la democracia”, que no está condenada al fracaso porque hay un pequeño espacio electoral y también un espacio social de un tercio de descontentos con el establisment, que podría consolidarse si maneja bien sus diferencias, si  no plantea recetas para la derrota electoral (recuperar el socialismo), si construye un perfil más amplio (que involucre a la clase media) y si se modera como lo hizo Humala en la segunda vuelta.

¿Es la unidad de la izquierda un mito?. Puede ser, pero es un mito movilizador, políticamente productivo por varias razones. En primer lugar, ha sido y es una exigencia de las bases de todos los pequeños partidos y es una aspiración de las bases sociales en las que influyen. En segundo lugar, a la izquierda peruana le ha ido bien cuando se ha presentado unida y le ha ido mal cuando ha ido dividida a la lucha electoral. Esa es la experiencia histórica. En tercer lugar, el todo es más que las partes, en la sociología y en la política. La suma aritmética de Levitski es equivocada. En la política de la izquierda funciona el álgebra más que la aritmética: Menos por menos da más. Reconozco que hay sumas que restan: la coalición del Apra con la oligarquía o con el fujimorismo por ejemplo. En cuarto lugar, la representación monopólica del amplio espacio social de los contestatarios puede dar buenos resultados electorales en el corto plazo.

Reconozco también que el FA carece, por ahora, de líderes con arrastre electoral, pero tenemos dos años para descubrirlos o construirlos. No es una tarea muy difícil si tenemos en cuenta el desolador panorama de los poco edificantes liderazgos políticos de centro y de derecha en el Perú actual. Vuelvo sobre el largo plazo.

 

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