Sinesio López Jiménez
La censura de Saavedra cambia drásticamente la situación política. Se pasa del equilibrio precario de poderes de los 100 primeros días al sometimiento del Ejecutivo al Congreso. Con la censura de Saavedra no está en juego sólo la reforma educativa, en particular la reforma universitaria, sino también el equilibrio de poderes y la democracia. Después de la caída de Saavedra caerán otros ministros por quítame estas pajas hasta acabar con el gobierno de PPK.
El conflicto político típico de un gobierno dividido (en el que el Ejecutivo está en manos de un partido y el Congreso está en manos de otro partido) en un presidencialismo parlamentarizado (en el que el Presidente es jefe de Estado y jefe de gobierno pero está sometido a excesivos controles parlamentarios) ha sido resuelto, por ahora, en favor del Congreso y del fujimorismo. Estados Unidos con su presidencialismo puro ha tenido (pre-Bush) 50 años de gobierno dividido y ha sabido llevar la fiesta en paz.
Mantener el equilibrio precario hubiera exigido que PPK planteara el voto de confianza al actual gabinete y que lo sacrificara (quizás solo a Zavala) para blindar al que viene, sabiendo que FP no se va a suicidar negándole por segunda vez el voto de confianza. ¿Qué pasó?. Aparte del débil liderazgo de PPK, explican su sometimiento la inexistencia de un partido que lo sostenga, la pusilanimidad (con notables excepciones), el reducido número y la inorganicidad de su bancada parlamentaria, la composición predominantemente tecnocrática del gabinete y la fuerte presión de los poderes fácticos (CONFIEP y medios concentrados).
En una situación parecida (1963-1968), Belaúnde, luego de haber tenido la iniciativa política en los 100 primeros días, pudo mantener el equilibrio precario hasta el momento del golpe de Velazco (1968) gracias a su liderazgo y a su habilidad política, al partido (AP) más o menos fuerte que lo respaldaba y a la coalición de AP con el Partido Demócrata Cristiano (PDC).
En 1990 el Perú tuvo también un gobierno dividido con Fujimori en el Ejecutivo y con AP, el PPC y los liberales de Vargas Llosa en el Congreso y un equilibrio precario entre ambos poderes. Luego de una campaña de hostigamiento y desprestigio, Fujimori acabó con ellos el 5 de abril de 1992, la fecha del autogolpe. ¿Está en el ADN del fujimorismo el autoritarismo, el rechazo al equilibrio de poderes y a la democracia?. ¿Hasta cuándo va a durar el sometimiento del Ejecutivo al Congreso?. ¿Qué viene luego?.
Ahora el fujimorismo opera desde el Congreso, pero el objetivo parece ser el mismo: el golpe del Congreso a PPK. El modelo parece ser Brasil en donde una banda de asaltantes, corruptos como el fujimorismo, dio un golpe blanco a Dilma Roussef manteniendo las formalidades constitucionales. Felizmente no todo es color de rosa para las pretensiones autoritarias del fujimorismo. El antifujimorismo en la calle es un actor poderoso que puede frenarlo y derrotarlo. Está también el FA que puede ser una fuerza política decisiva si mantiene la unidad, se posesiona bien en la coyuntura y acompaña a la calle. El riego es que la calle en algún momento grite: ¡que se vayan todos!.