RUTAS FUTURAS DEL GOBIERNO DIVIDIDO

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                                               Sinesio López Jiménez

El desenlace que tenga la interpelación del Ministro de Educación va a definir el tipo de relación entre el Ejecutivo y el Congreso dentro del actual gobierno dividido. Sólo hay dos salidas posibles: Lo censuran o le dan un voto de confianza. Ambos desenlaces dependen sólo de FP debido a la aplastante mayoría con la que controla el Congreso.

Si lo censuran es porque FP busca la confrontación abierta entre el Ejecutivo y el Congreso y el sometimiento del primero al segundo. El fujimorismo sabe que tiene las manos libres y la fuerza suficiente para hacer lo que quiere.  Sabe que el recurso de pedido de confianza a todo el gabinete para evitar la censura de ministros es sólo una amenaza inocua porque cualquier fuerza política no va a caer en la trampa de la disolución del Congreso, sabiendo que puede perder. Es un error pensar que ese recurso constitucional puede ser un mecanismo efectivo para controlar la prepotencia del Congreso en un presidencialismo parlamentarizado.

Que se recorra la ruta de la confrontación o la del sometimiento depende también de la respuesta del Ejecutivo a la censura de los ministros. Si a la censura de Saavedra el Ejecutivo responde designando otro ministro que asuma con más energía su política educativa (Daniel Mora, por ejemplo) se defiende mejor la autonomía de los poderes del Estado y se frena la voracidad de FP. No tiene otra arma para frenarla.

Si, por el contrario, PPK designa a un ministro favorable a los intereses del fujimorismo como ha venido haciéndolo con la Defensoría del Pueblo y con la SUNAT, entonces se abre la ruta del sometimiento del Ejecutivo al fujimorismo. Esta ruta es el fin del gobierno de PPK. Se configuraría entonces una especie de cogobierno en el que el fujimorismo tendría la sartén por el mango.  Su situación sería parecida a la de Humala frente a los poderes fácticos (la CONFIEP y los medios) ¿Cuál de estos caminos escogerá el Ejecutivo?. Es difícil saberlo porque, hasta ahora, ha hecho gestos que van en ambas direcciones.

Cabe también la posibilidad de que no se censure a Saavedra. Esta decisión abre las puertas a la concertación entre el Ejecutivo y el Legislativo dentro de un gobierno dividido. Esta posibilidad se explicaría por cualquiera de las siguientes razones. En primer lugar, el fujimorismo quiere mostrar su fuerza política sin abusar de ella, lo que le traería un aumento de la aprobación ciudadana. En segundo lugar, PPK y Keiko Fujimori habrían establecido un diálogo secreto para concertar en aplicación del dilema del prisionero que, como lo ha recordado el economista Ricardo Lago, les permiten ganar a ambos sólo si cooperan en lugar de confrontar.

La concertación abierta del Ejecutivo con todas fuerzas políticas, entre ellas con el fujimorismo, no constituye un cogobierno sino que es una forma de hacer viable un gobierno dividido parlamentarizado en el que el Ejecutivo está en manos de un partido y el Congreso es controlado por otro partido y en el que el primero tiene un excesivo control parlamentario.

 

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