En septiembre de 1995 se produjo la entrada oficial de internet en España, con la puesta en marcha de la red InfoVía de Telefónica. Cuatro años después, en diciembre de 1999, el Senado presentó la Declaración de Derechos de Internet, que en su primer punto decía así: “Todas las personas tienen el derecho fundamental de acceder libremente a la red, sin discriminación de sexo, condición, características físico-psíquicas, edad o lugar de residencia”.
Solo en la Unión Europea, alrededor de 37 millones de personas padecen algún tipo de discapacidad, ya sea mental o que afecta a la movilidad, la audición, el habla o la vista. Por ese motivo, desde las instituciones se trata de definir este concepto para no caer en la exclusión de millones de ciudadanos: para la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, la accesibilidad “es un derecho que implica la real posibilidad de una persona de ingresar, transitar y permanecer en un lugar, de manera segura, confortable y autónoma”. Esto implica que las barreras de entorno físico deben ser suprimidas.
En España, el Centro Nacional de Tecnologías de la Accesibilidad (CENTAC) es una organización cuyo objetivo es promover el desarrollo de las tecnologías de accesibilidad en todos los ámbitos posibles, con el fin último de facilitar la integración social, la igualdad en el acceso a las tecnologías de la sociedad de la información y, en conclusión, de mejorar la vida de todas las personas con discapacidad, dependientes y la de sus familias.
PAUTAS PARA UN INTERNET ACCESIBLE
Desde el mundo internauta, estos principios han sido fundamentales para uno de los padres de internet, Tim Berners-Lee, autor de la frase “El poder de la web reside en su universalidad. El acceso para todo el mundo, a pesar de la discapacidad, es un aspecto esencial”, tal y como ha recordado la Asociación de Internautas (AI) a través de un comunicado.
La accesibilidad aplicada al contenido de internet se denomina accesibilidad web. En la red, el Consorcio World Wide Web (W3C) ha desarrollado directrices o pautas específicas para permitir y asegurar este tipo de accesibilidad. El grupo de trabajo dentro de este organismo encargado de promoverla es la Iniciativa para la Accesibilidad Web (WAI), que ha elaborado para ello las Pautas de Accesibilidad al Contenido Web (WCAG) entre las que conviene destacar:
– Usar proporciones alternativas para los contenidos visuales y auditivos. Además, es importante aportar textos equivalentes para los contenidos no textuales, es decir, un texto que sustituya a la imagen para quien no pueda leerla.
– No basarse solo en el color. Si los textos y los gráficos no se entienden cuando se vean sin color, los usuarios que no tengan pantallas en color o utilicen dispositivos de salida no visuales no recibirán información.
– Utilizar marcadores y hojas de estilo, y hacerlo apropiadamente.
– Identificar el lenguaje natural usado, ya que cuando no se hace o se emplean solo abreviaturas, pueden ser indescifrables para los lectores de pantalla y los dispositivos Braille.
– Crear tablas que se transformen correctamente a través los marcadores necesarios para adaptarlas mediante los navegadores accesibles y otras aplicaciones de usuario.
– Asegurarse de que las páginas que incorporen nuevas tecnologías se transformen correctamente y de que las páginas son accesibles incluso cuando no soportan las tecnologías más modernas o estas están desconectadas.
– Garantizar al usuario el control. Los objetos o páginas que se mueven, parpadean, se desplazan o se actualizan automáticamente tienen que poder ser detenidos o parados.
– Asegurar la accesibilidad directa de las interfaces incrustadas.
– Diseñar teniendo en cuenta diversos dispositivos como el ratón, el teclado, el sensor de voz o el licornio, entre otros.
– Utilizar soluciones de accesibilidad provisionales, de forma que las ayudas técnicas de los antiguos navegadores operen correctamente.
– Utilizar las tecnologías y pautas del W3C. En caso de que no se puedan emplear, o su uso obtenga materiales que no se transforman correctamente, hay que proporcionar una versión alternativa del contenido que sea accesible.
– Proporcionar información de contexto y orientación para ayudar a los usuarios a entender páginas o elementos complejos.
– Garantizar mecanismos claros y consistentes de navegación para incrementar la probabilidad de que una persona encuentre lo que está buscando en un sitio.
– Asegurarse que los documentos sean claros y simples, para que puedan ser más fácilmente comprendidos.
ACCESIBILIDAD ‘GAMER’
En el mundo de los videojuegos también se busca que los desarrolladores hagan accesibles los juegos. Recientemente se han publicado dos guías, una de ellas llamada ‘Game Accesibility Guide’, que contiene un listado bastante completo de elementos a tener en cuenta en el desarrollo de un videojuego para que sea más accesible, han afirmado desde la Asociación de Internautas.
La otra guía de accesibilidad se llama ‘Includification’, una página web desde cuya cabecera se puede acceder a claves sobre discapacidades de movilidad, escucha, visión y cognitiva, así como a una categoría llamada ‘random thouhgts’ que abarca todas las discapacidades en general.
La asociación ha defendido que aunque el avance legislativo en esta materia es importante, no sería suficientemente efectivo si desde la sociedad civil y conectada no se estuviera constantemente rompiendo las barreras que discriminan a unos ciudadanos de otros. La inversión precisa en estos desarrollos inclusivos proporcionará beneficios tanto para la sociedad como para los gestores web: la página y los contenidos llegarán a todos los usuarios posibles.
Fuente: eleconomista.es