Blog de ArturoDiazF

Lo bueno, lo malo y lo feo del TPP

En presente articulo fue publicado el 12 de Octubre de 2015 en: americaeconomia

2017: U.S. President Donald Trump holds up the executive order on withdrawal from the Trans Pacific Partnership after signing it as White House Chief of Staff Reince Priebus stands at his side in the Oval Office of the White House in Washington January 23, 2017.   REUTERS/Kevin Lamarque      TPX IMAGES OF THE DAY - RTSWZWJ

2017: U.S. President Donald Trump holds up the executive order on withdrawal from the Trans Pacific Partnership after signing it as White House Chief of Staff Reince Priebus stands at his side in the Oval Office of the White House in Washington January 23, 2017. REUTERS/Kevin Lamarque TPX IMAGES OF THE DAY – RTSWZWJ

Dos objetivos explícitos tiene Estados Unidos con el Acuerdo de Asociación Transpacífico (Trans-Pacific Partnership, TPP), aprobado hace unos días por la administración Barack Obama y los gobiernos de los otros once socios. El primer objetivo estadounidense es establecer en esos 12 países -que incluyen a Chile, México y Perú por América Latina, pero también a naciones tan disímiles como Canadá, Japón, Nueva Zelanda y Vietnam- un régimen comercial y regulatorio común, muy parecido al que tiene hoy el propio Estados Unidos. El segundo objetivo es vender más productos y servicios estadounidenses a ese mercado común de 800 millones de personas y un PIB que equivale al 40% de la economía mundial

Y ambos objetivos explícitos tienen un sólo objetivo común: frenar el avance de China en la cuenca del Océano Pacífico, su zona de influencia natural. Ese objetivo, más estratégico y central, nace de consideraciones más geopolíticas que comerciales. El TPP puede incluso ser visto como una de las herramientas que está construyendo Estados Unidos  para conservar la hegemonía mundial que hoy tiene, y que se ve amenazada por el ascenso chino.

El punto más controvertido del acuerdo es el que da a las empresas extranjeras protección legal contra los gobiernos que las han tratado injustamente, con acciones que incluyen la expropiación, hasta acciones discriminatorias para favorecer a una competidora local.

No es extraño entonces que la controversia en torno al TPP no se refiera a la reducción de aranceles, subsidios agrícolas o cuotas de importación, sino a temas como la propiedad intelectual, la normativa ambiental, los estándares regulatorios y la protección al inversionista extranjero.

El acuerdo más grande de la historia, que debe ser ratificado por los parlamentos de los doce países miembros antes de entrar en vigencia, desmantela miles de aranceles que hoy gravan a productos estadounidenses que ingresan principalmente en Asia y también elimina numerosos aranceles que los productos asiáticos deben pagar para entrar al mercado estadounidense. Cada uno de los socios del TPP gana acceso libre de impuestos a los mercados de los once socios restantes y puede comprar de ellos a precios más baratos. Y como quedan fuera del acuerdo los productos que son subsidiados en alguno de los países socios, el beneficio es claro para todos los firmantes.

Beneficioso será, pero marginal. Casi todos los países del mundo han bajado sus aranceles en los últimos años y muchos además tienen acuerdos de libre comercio con sus principales proveedores y compradores, de modo que eliminar aranceles tendrá un impacto muy menor. El impacto grande -y la controversia- vendrá con la unificación normativa y regulatoria, que es además lo más importante del acuerdo. Esa unificación de estándares normativos convierte al TPP en un profundo acuerdo de integración económica similar a la Unión Europea.

Algunas de las reformas regulatorias son bienvenidas por todos, como el establecimiento para los doce países firmantes de los estándares laborales establecidos por la Organización Internacional del Trabajo. El acuerdo también limita la facultad de los gobiernos de restringir el libre flujo de información en internet y establece normas adecuadas de protección ambiental.

Hasta ahí llega el consenso. El TPP impone normas de protección de la propiedad intelectual demasiado estrictas. Algunos medicamentos, por ejemplo, tienen doce años de protección en Estados Unidos, y en los otros socios del TPP esa protección va de cero a ocho años. Estados Unidos intentó imponer los doce años a todos sus socios y finalmente tuvo que conformarse con una protección de cinco a ocho años vigente en los doce países. En el momento en que entre en vigencia el TPP, subirán los precios de esos medicamentos en los once países socios de Estados Unidos.

El punto más controvertido del acuerdo es el que da a las empresas extranjeras protección legal contra los gobiernos que las han tratado injustamente, con acciones que incluyen la expropiación, hasta acciones discriminatorias para favorecer a una competidora local. Esta provisión incluye la facultad de que las empresas se querellen contra un gobierno que las ha tratado injustamente. Esto va a regir en todos los países miembros, de modo que protegerá a una multinacional chilena, mexicana o peruana establecida en Estados Unidos. Pero el número de multinacionales latinoamericanas o incluso asiáticas operando en Estados Unidos es abrumadoramente menor que el número de empresas estadounidenses presentes en cualquiera de los demás países socios.

Es verdad que esta provisión especial se ha estado usando en acuerdos de libre comercio desde hace décadas. Canadá, por ejemplo, perdió un juicio por una querella de una empresa minera a la cual el gobierno le había negado un permiso de explotación minera aduciendo causas ambientales. La texana Occidental Petroleum se querelló contra Ecuador luego de que el país le anulara un contrato de explotación y la corte, en 2012, dictaminó que Ecuador debía pagarle a la empresa US$1.800 millones. A fines de los años 90, la francesa Vivendi se querelló con éxito contra la provincia argentina de Tucumán por impedirle subir las tarifas de agua potable. El tribunal le impuso una multa de US$100 millones a la provincia argentina. Y Uruguay enfrenta una querella de Philip Morris por haber promulgado una legislación antitabaco muy estricta que, según Philip Morris, la daña.

El principal tribunal que ve estos diferendos es una repartición del Banco Mundial, el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI). También son competentes en estas disputas la Corte Internacional de Justicia de La Haya y organismos similares en Londres, París y Hong Kong.

La última gran crítica que tiene el TPP es que su texto es clasificado y no se desclasificará hasta que hayan pasado cuatro años desde la entrada en vigencia del acuerdo. Puede ser razonable el argumento de que divulgar un texto tan complejo iba a convertir la discusión en centenares de controversias que dificultarían primero su firma y luego su ratificación por los parlamentos. Pero el secreto del texto, y la divulgación que ha hecho WikiLeaks de extractos de su contenido, han suscitado la sospecha de que si es secreto es porque algo quiere ocultar.

Estados Unidos quiere que el TPP lo ayude a mantener su posición como la mayor potencia del mundo. Japón lo que quiere es un acuerdo internacional que le permita hacer las reformas estructurales que el gobierno necesita y quiere hacer, pero no puede por motivos políticos. Los países latinoamericanos y asiáticos quieren acceso a un promisorio mercado común, y, también, ser parte del segundo proyecto de integración regional después de la Unión Europea. Aunque la Europa de hoy no sea la mejor publicidad para promocionar el TPP.

En: americaeconomia 

With Echoes of the ’30s, Trump Resurrects a Hard-Line Vision of ‘America First’

WASHINGTON — America, and the world, just found out what “America First” means.

President Trump could have used his inaugural address to define one of the touchstone phrases of his campaign in the most inclusive way, arguing, as did many of his predecessors, that as the world’s greatest superpower rises, its partners will also prosper.

Instead, he chose a dark, hard-line alternative, one that appeared to herald the end of a 70-year American experiment to shape a world that would be eager to follow its lead. In Mr. Trump’s vision, America’s new strategy is to win every transaction and confrontation. Gone are the days, he said, when America extended its defensive umbrella without compensation, or spent billions to try to lift the fortune of foreign nations, with no easy-to-measure strategic benefits for the United States.

“From this day forward, it’s going to be only America first,” he said, in a line that resonated around the world as soon as he uttered it from the steps of the Capitol. “We must protect our borders from the ravages of other countries making our products, stealing our companies and destroying our jobs.”

The United States, he said, will no longer subsidize “the armies of other countries while allowing for the very sad depletion of our military.”

While all American presidents pledge to defend America’s interests first — that is the core of the presidential oath — presidents of both parties since the end of World War II have wrapped that effort in an expansion of the liberal democratic order. Until today, American policy has been a complete rejection of the America First rallying cry that the famed flier Charles Lindbergh championed when, in the late 1930s, he became one of the most prominent voices to keep the United States out of Europe’s wars, even if it meant abandoning the country’s closest allies.

Mr. Trump has rejected comparisons with the earlier movement, with its taint of Nazism and anti-Semitism.

After World War II, the United States buried the Lindbergh vision of America First. The United Nations was born in San Francisco and raised on the East River of Manhattan, an ambitious, if still unfulfilled, experiment in shaping a liberal order. Lifting the vanquished nations of World War II into democratic allies was the idea behind the Marshall Plan, the creation of the World Bank and institutions to spread American aid, technology and expertise around the world. And NATO was created to instill a commitment to common defense, though Mr. Trump has accurately observed that nearly seven decades later, many of its member nations do not pull their weight.

Mr. Trump’s defiant address made abundantly clear that his threat to pull out of those institutions, if they continue to take advantage of the United States’ willingness to subsidize them, could soon be translated into policy. All those decades of generosity, he said, punching the air for emphasis, had turned America into a loser.

“We’ve made other countries rich,” he said, “while the wealth, strength and confidence of our country has disappeared over the horizon.” The American middle class has suffered the most, he said, finding its slice of the American dream “redistributed across the entire world.”

To those who helped build that global order, Mr. Trump’s vow was at best shortsighted. “Truman and Acheson, and everyone who followed, based our policy on a ‘world-first,’ not an ‘America-first,’ basis,” said Richard N. Haass, whose new book, “A World in Disarray,” argues that a more granular, short-term view of American interests will ultimately fail.

“A narrow America First posture will prompt other countries to pursue an equally narrow, independent foreign policy,” he said after Mr. Trump’s speech, “which will diminish U.S. influence and detract from global prosperity.”

To Mr. Trump and his supporters, it is just that view that put America on the slippery slope to obsolescence. As a builder of buildings, Mr. Trump’s return on investment has been easily measurable. So it is unsurprising that he would grade America’s performance on a scorecard in which he totals up wins and losses.

Curiously, among the skeptics are his own appointees. His nominee for defense secretary, Gen. James N. Mattis, strongly defended the importance of NATO during his confirmation hearing. Both Rex W. Tillerson, the nominee for secretary of state, and Nikki R. Haley, the choice for ambassador to the United Nations, offered up paeans to the need for robust American alliances, though Mr. Tillerson periodically tacked back to concepts echoing Mr. Trump’s.

And there is a question about whether the exact meaning of America First will continue to evolve in Mr. Trump’s mind.

He first talked about it in a March interview with The New York Times, when asked whether that phrase was a good summation of his foreign-policy views.

He thought for a moment. Then he agreed with this reporter’s summation of Mr. Trump’s message that the world had been “freeloading off of us for many years” and that he fundamentally mistrusted many foreigners, both adversaries and some allies.

“Correct,” he responded. Then he added, in his staccato style: “Not isolationist. I’m not isolationist, but I am ‘America First.’ So I like the expression.” He soon began using it at almost every rally.

In another interview with The Times, on the eve of the Republican National Convention, he offered a refinement. He said he did not mean for the slogan to be taken the way Lindbergh meant it. “It was used as a brand-new, very modern term,” he said. “Meaning we are going to take care of this country first before we worry about everybody else in the world.”

As Walter Russell Mead, a professor at Bard College and a scholar at the conservative Hudson Institute, put it the other day, “The fact that he doesn’t have a grounding in the prior use of the term is liberating.”

“If you said to the average American voter, ‘Do you think it’s the job of the president to put America first,’ they say, ‘Yes, that’s the job.’”

But Mr. Mead said that formulation disregarded the reality that “sometimes to achieve American interests, you have to work cooperatively with other countries.” And any such acknowledgment was missing from Mr. Trump’s speech on Friday.

Mr. Trump cast America’s new role in the world as one of an aggrieved superpower, not a power intent on changing the globe. There was no condemnation of authoritarianism or fascism, no clarion call to defend human rights around the world — one of the commitments that John F. Kennedy made in his famed address, delivered 56 years ago to the day, to protect human rights “at home and around the world.”

That was, of course, the prelude to Kennedy’s most famous line: that America would “bear any burden, meet any hardship, support any friend, oppose any foe to assure the survival and the success of liberty.”

But the America that elected Mr. Trump had concluded that it was no longer willing to bear that burden — or even to make the spread of democracy the mission of the nation, as George W. Bush, who was sitting behind Mr. Trump, vowed 12 years ago. Mr. Trump views American democracy as a fine import for those who like it.

“We do not seek to impose our way of life on anyone,” he said, “but rather to let it shine as an example for everyone to follow.”

Muere en un accidente de avión un juez clave del caso Petrobras

El hijo de  ha anunciado la muerte del magistrado responsable de las investigaciones en el Tribunal Supremo brasileño

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El magistrado Teori Zavascki, de 68 años, que lideraba las investigaciones en el Tribunal Supremo brasileño del monumental caso Petrobras, ha muerto este jueves al caerse el avión en el que viajaba al mar de Paraty, en Rio de Janeiro. Ha sido su hijo, Francisco Prehn Zavascki, quien ha anunciado el fallecimiento en su propio Facebook, minutos después de confirmar también por la red social que su padre estaba en el vehículo accidentado. La Fuerza Aérea Brasileña ha añadido que el avión pertenece al hotel Emiliano, un lujoso complejo con sedes en São Paulo y Río de Janeiro. Al igual que el resto de magistrados, Zavaski estaba disfrutando de sus vacaciones estivales pero había decidido interrumpir el asueto para trabajar en el proyecto de mayor envergadura a su cargo: el caso Petrobras.

Él era el instructor de la macrooperación que lleva dos años destapando centenares de casos de desvío de fondos públicos y sobornos entre la clase política. Entre ellos se encontraban aquellos políticos que gozan de aforamiento y solo pueden ser investigados por el Tribunal Supremo. De ahí que todos los ojos políticos del país siguieran siempre tan de cerca los pasos de este magistrado. También tenía el poder de homologar las llamadas “Acusaciones del fin del mundo”: las decenas de confesiones recientes de ejecutivos de la empresa Odebretch, en las que han descrito con detalle cómo sobornaban a la clase política y qué favores obtenían a cambio.

Se esperaba que Teori Zavascki decidiese en febrero si daba por buenas estas confesiones que implicaban a centenares de políticos, incluido los núcleos duros del gobierno actual, de Michel Temer, y del anterior, de Dilma Rousseff.

Viudo desde 2013, Zavaski deja tres hijos. Uno de ellos, Francisco, había denunciado, en mayo de 2016 y en Facebook, que la familia recibía amenazas por la actividad profesional de su padre (ninguna sobre la integridad física del magistrado). “Es obvio que hay movimientos de tipos muy variados para frenar el caso Petrobras”, escribió entonces.

¿QUÉ PASA CON EL CASO PETROBRAS AHORA?
A. B.
La muerte del magistrado Teori Zavascki puede provocar un retraso de meses en el caso de Petrobras en el Supremo. El artículo 38 del reglamento interno de la Corte estipula que el trabajo debe ser heredado por el sustituto del finado; el sustituto de Zavascki tendrá que ser escogido por el presidente del gobierno, Michel Temer y, después, refrendado por el Senado. Por poner un ejemplo, la última vez que se hizo una sustitución en el Supremo el proceso duró 11 meses entre la jubilación de un juez y la aprobación de su sustituto.

Pero cabe la posibilidad de que el Supremo se valga de una laguna del reglamento, según la cual la presidenta del Supremo, actualmente Cármen Lúcia, puede decidir unliaterlamente quién investiga el caso Petrobras. Esto se debe a que el artículo 68, tal y como está redactado, permite que cualquier caso pueda cambiar de manos conforme dicte la presidenta.

En: elpais.es

JPMorgan pays $55M to settle mortgage discrimination lawsuit

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JPMorgan Chase agreed to a $55 million settlement with the government over allegations that it discriminated against “thousands” of black, Hispanic mortgage borrowers, it was disclosed Wednesday.

The bank’s independent brokers charged minority borrowers higher mortgage interest rates and fees during from 2006 to 2009, compared to “similarly situated white borrowers,” according to a government lawsuit filed in a New York federal court.

JPMorgan is expected to settle the lawsuit for $55 million without admitting any liability.

“We’ve agreed to settle these legacy allegations that relate to pricing set by independent brokers,” the company said in a statement. “We deny any wrongdoing and remain committed to providing equal access to credit.”

The settlement was just one of the actions reported Wednesday taken against JPMorgan by the government. On the same day, the Labor Department said it filed a lawsuit against JPMorgan alleging that the bank has systematically discriminated against female employees by paying them less than men in similar jobs. JPMorgan responded that it is committed to diversity in the workplace and is a “neutral decision maker.”

The mortgage lawsuit, filed by U.S. attorney Preet Bharara of the Southern District of New York, alleges that the average black or Hispanic home buyer paid about $1,000 more than white borrowers with the same risk profile.

Altogether, the alleged discrimination cost at least 53,000 borrowers “tens of millions of dollars in damages,” the government said.

JPMorgan Chase attorneys denied the allegations in a response filed in court.

In the lawsuit, the U.S. government sought damages for borrowers, civil penalties and an order preventing further discrimination.

The bank gave its independent mortgage brokers the discretion to adjust pricing based on factors not related to borrower risk without documentation or justification, the government alleged. The lawsuit also accuses Chase of rewarding brokers with bonuses for charging interest rates above those based on standard credit criteria.

The average black borrower paid about $1,126 more over the first five years on an average loan of $191,100, according to the government, while the average Hispanic borrower paid about $968 more on an average loan of $236,800.

“Even when Chase had reason to know there were disparities, however, Chase did not act to determine the full scope of these wholesale pricing disparities, nor did it take prompt and effective action to eliminate those disparities, nor did it engage in adequate efforts to remedy the impact of those disparities upon the borrowers,” the plaintiffs charged in the lawsuit.

In: usatoday

Decreto Legislativo N° 1337: Modificación de Ley que regula la contratación PAC, Ley del Servicio Civil (Ley N° 30057) y el Decreto Legislativo N° 1023

Nuevos requisitos para la Contratación de Personal Altamente Calificado (PAC). Imagen: https://mywork.com.vn/data/images/u/news/k380.jpg

Nuevos requisitos para la contratación de Personal Altamente Calificado (PAC). Imagen: https://mywork.com.vn/data/images/u/news/k380.jpg

Mediante la Ley N° 30506, el Congreso de la República delegó en el Poder Ejecutivo la facultad de legislar en materia de materia de reactivación económica y formalización, seguridad ciudadana, lucha contra la corrupción, agua y saneamiento y reorganización de Petroperú S.A. por el término de noventa (90) días calendario.

En este sentido, el literal h) del inciso 1 del artículo 2 del citado dispositivo legal, establece la facultad para dictar medidas para la optimización de servicios en entidades públicas del Estado, coadyuvando al fortalecimiento institucional y la calidad en el servicio al ciudadano.

En esa línea, el Decreto Legislativo N° 1337 modifica la Ley N° 29806, Ley que regula la contratación de personal altamente calificado en el sector público, la Ley N° 30057, Ley del Servicio Civil y el Decreto Legislativo 1023, que crea la Autoridad Nacional del Servicio Civil, rectora del Sistema Administrativo de Gestión de Recursos Humanos.

1. La norma modificatoria otorga la facultad interventora a la Autoridad Nacional del Servicio Civil (SERVIR) en las autoridades del Poder Ejecutivo en los casos de grave afectación al principio de probidad por los servidores civiles y de tal forma coadyuvar al fortalecimiento institucional y la calidad en el servicio al ciudadano:

Artículo 15-A.- Facultad interventora por afectaciones al principio de probidad

La Autoridad, excepcionalmente, ejerce la atribución interventora, en caso de solicitud de un titular de la entidad del Poder Ejecutivo, en supuestos de graves afectaciones al principio de probidad y ética pública.

En dichos casos, mediante acuerdo del Consejo Directivo, se podrá disponer la intervención en la entidad, designando para ello un interventor que actuará como órgano instructor del procedimiento administrativo disciplinario que motivó la intervención.

Mediante decreto supremo se emiten las medidas que resulten necesarias para la implementación de lo dispuesto en el presente artículo”

Imagen en: http://ep01.epimg.net/internacional/imagenes/2016/01/09/america/1452298968_478417_1452299209_noticia_normal.jpg

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2. Finalmente quedan modificados el numeral 3, literal c) del artículo 52° respecto a la definición de “funcionario público”, y los literales a), c) y d) de la Segunda Disposición Complementaria Transitoria de la Ley N° 30057, Ley del Servicio Civil, relativa a las reglas de implementación de la reforma del servicio civil.

Imagen: http://blog.pucp.edu.pe/blog/wp-content/uploads/sites/404/2013/12/servidor_de_confianza_ley_del_servicio_civil_-_a_dedo_pero_con_merito.jpg

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Artículo 52. Clasificación de los funcionarios públicos

Los funcionarios públicos se clasifican en:

(…)

c) Funcionario público de libre designación y remoción. Es aquel cuyo acceso al Servicio Civil se realiza por libre decisión del funcionario público que lo designa, basada en la confianza para realizar funciones de naturaleza política, normativa o administrativa.

Son funcionarios públicos de libre designación y remoción:

(…)

3. Secretarios generales de Ministerios, Secretario General del Despacho Presidencial y aquellos que por ley expresa tengan igual jerarquía.

(…).”

Segunda. Reglas de implementación

Las entidades públicas incluidas en el proceso de implementación se sujetan a las siguientes reglas:

a) Queda prohibida la incorporación de personas bajo el régimen del Decreto Legislativo 276 así como cualquier forma de progresión bajo dicho régimen, salvo en los casos de funcionarios o cargos de confianza.

Hasta la aprobación del Cuadro de Puestos de la Entidad – CPE, está autorizada la contratación para reemplazo de personas bajo el régimen del Decreto Legislativo 728.

(…)

c) A partir de la aprobación del Cuadro de Puestos de la Entidad – CPE, toda incorporación de servidores que se efectúe se sujeta a las disposiciones del régimen del Servicio Civil contenido en la presente Ley y sus disposiciones complementarias y reglamentarias.

d) Los destaques entre entidades públicas pueden realizarse desde y hacia las entidades que no cuenten con la resolución de “inicio del proceso de implementación, así como desde y hacia dichas entidades con entidades públicas que hayan iniciado el proceso de implementación, y, desde y hacia las entidades que cuenten con la resolución de “inicio del proceso de implementación. Están permitidos los destaques entre entidades públicas que pertenezcan al régimen previsto en la presente Ley.

La implementación de lo establecido en la presente disposición se financia con cargo al presupuesto institucional de las entidades intervinientes, sin demandar recursos adicionales al Tesoro Público.

(…)”

3. Se modifica el artículo 2, el primer párrafo del artículo 3, el literal a) del numeral 4.2 del artículo 4, y el artículo 5 de la Ley Nº 29806, Ley que regula la contratación de personal altamente calificado (PAC) en el Sector Público.

Artículo 2. Del profesional altamente calificado

Los profesionales altamente calificados a que se refiere el artículo precedente deberán cumplir como mínimo los siguientes requisitos:

a) Contar con los requisitos mínimos para el puesto.

b) Contar con experiencia en gestión de la materia requerida y/o con experiencia en la actividad requerida. En el caso del numeral ii) del siguiente literal, deben contar con un mínimo de 10 años de experiencia.

c) Contar con: i) título profesional y/o grado académico de maestría o doctorado; o, ii) grado de bachiller.

d) No estar inhabilitado para ejercer función pública por decisión administrativa firme o sentencia judicial con calidad de cosa juzgada.

Corresponde al sector del Poder Ejecutivo que solicite la contratación de los profesionales altamente calificados verificar el cumplimiento de los requisitos establecidos en el presente artículo, bajo responsabilidad.”

Artículo 3. Identificación de puestos

Las entidades públicas del Poder Ejecutivo deberán identificar los puestos y a los profesionales que cumplan con los perfiles y requerimientos establecidos en la presente norma, determinando las actividades que deberá realizar. Para tal efecto, se tomará en cuenta lo establecido por la Ley 28175, Ley Marco del Empleo Público, en lo que corresponda.

(…)”

Artículos 4. Modalidad y criterios para la contratación

(…)

4.2 Corresponde al administrador del Fondo de Apoyo Gerencial al Sector Público (FAG) determinar los límites de contratación y la escala de montos por concepto de contraprestación. Para dicho efecto, deberán tenerse en cuenta los siguientes criterios:

a) Responsabilidad, según la magnitud de tareas y/o presupuesto y/o personal a su cargo.

(…)”

Artículo 5. Deber de informar

Las entidades públicas del Poder Ejecutivo que cuenten con personal altamente calificado contratado bajo los alcances de la presente Ley deberán informar semestralmente al Ministerio de Economía y Finanzas y al Congreso de la República sobre las actividades realizadas por dicho personal, los cuales serán debidamente difundidos.”

Acceda a la norma aquí: Normas Legales 2017-01-06 Decreto Legislativo 1337 (2017)

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08/12/2016: Algunas preguntas y respuestas sobre el fin de la URSS

Hoy hace 25 años se firmaba el tratado de Belavezha con el que el presidente de Rusia, Borís Yeltsin, el de Ucrania y el de Bielorrusia declaraban la disolución de la Unión Soviética y el establecimiento en su lugar de la Comunidad de Estados Independientes.

MOSCÚ.- ¿Cuándo se terminó exactamente la Unión Soviética? ¿Cuándo comenzó su fin? En cualquier caso, es claro que después del intento de golpe de Estado contra Mijaíl Gorbachov el proceso de desintegración se aceleró. El tratado de Belavezha, firmado el 8 de diciembre de 1991, fue su acta de defunción, aunque la URSS existió de facto hasta el 26 de diciembre ─el día anterior Mijaíl Gorbachov había dimitido y traspasado sus poderes al presidente de la Federación Rusa, Borís Yeltsin─, cuando el Soviet de las Repúblicas del Soviet Supremo de la URSS firmó su propia disolución y se arrió simbólicamente la bandera roja del Kremlin.

Reunidos en la reserva natural de Belavézhskaya Pushcha tal día como hoy hace veinticinco años, el presidente de Rusia, Borís Yeltsin, el de Ucrania, Leonid Kravchuk, y el de Bielorrusia, Stanislav Shushkiévich, declararon la disolución de la URSS y el establecimiento en su lugar de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), una organización cuya naturaleza quizá haya descrito mejor el historiador estadounidense Stephen Kotkin al escribir que no es “ni un país, ni una alianza militar ni una zona de libre comercio, sino un signo de interrogación”.

El tratado de Belavezha fue justificado en su momento como una formalidad imprescindible para declarar de jure el fin de la URSS. Sin embargo, el historiador Stephen Cohen lo ha calificado de “segundo golpe”. Si era necesario poner formalmente fin a la URSS, escribe Cohen, “Yeltsin podría haber expuesto abiertamente el caso y haberse dirigido a los presidentes o los legislativos de las repúblicas que aún permanecían en la Unión, o incluso al pueblo en un referendo, como hizo Gorbachov nueve meses antes”.

En el referendo del 17 de marzo, que tuvo una participación del 80%, un 77% de los ciudadanos soviéticos se expresó a favor de conservar la URSS “en una federación renovada de repúblicas soberanas” ─el referendo fue boicoteado en Armenia, Estonia, Letonia, Lituania, Georgia (excepto en Abjasia y Osetia del sur) y Moldavia (excepto Transnistria y Gagauzia)─. A juicio de Cohen, “Yeltsin actuó ilegalmente, haciendo por completo caso omiso a una constitución que llevaba años en vigor, en un, como él mismo admitió, ‘secretismo absoluto’, y por miedo a ser detenido”. Es más, “como medida de precaución, los conspiradores de Belavezha […] se reunieron en la frontera con Polonia”, lo que indica que Yeltsin, Kravchuk y Shushkiévich habrían considerado seriamente la posibilidad de tener que huir de la URSS de haber salido mal las cosas.

El propio premier de la URSS se enteró de la disolución de la entidad que presidía por teléfono. “Lo hicieron todo muy deprisa, alejados de los ojos del mundo. Desde allí no se filtró noticia alguna a nadie. […] A toro pasado, esa misma noche me llamó Shushkiévich por teléfono para comunicarme el fin de la URSS y el nacimiento de la Comunidad de Estados Independientes. Pero antes, Boris Yeltsin había informado al presidente de EEUU George Bush”, narró Gorbachov en una entrevista reciente con el diario italiano La Repubblica.

Borís Yeltsin y Stanislav Shushkevich firman el tratado de Belavezha, el 8 de diciembre de 1991. - AFP

Borís Yeltsin y Stanislav Shushkiévich firman el tratado de Belavezha, el 8 de diciembre de 1991. – AFP

¿Por qué (no) terminó la URSS?

Por qué se terminó la URSS es, y no sólo para muchos antiguos ciudadanos soviéticos, la madre de todas las preguntas. Los 74 años de poder soviético son lo que Eric Hobsbawm ha llamado el corto siglo XX, en contraposición al largo siglo XIX (1789-1914). El mundo, como escribió el historiador británico, fue moldeado “por los efectos de la Revolución rusa de 1917” y “todos estamos marcados por él”. Y cabe aún añadir: y por su desaparición.

A pesar de tratarse de un acontecimiento de enorme magnitud histórica, tanto los medios de comunicación como una historiografía perezosa, en el mejor de los casos, y sesgada ideológicamente, en el peor, siguen reproduciendo toda una serie de lugares comunes sobre la URSS y su fin con escasa base histórica. Son generalizaciones y simplificaciones que atraviesan ya todo el espectro ideológico, como que el fin de la URSS era “inevitable” porque el Estado soviético era “irreformable”, motivo por el cual “implosionó” o, incluso, “cayó por su propio peso”. En las versiones cuasirreligiosas más extremas, la URSS estaba “condenada” a su desaparición por su orientación comunista.

Las causas de la desaparición de la URSS son múltiples y desbordan la extensión de un artículo de estas características, pero una manera de comenzar a responderse la pregunta es preguntándose por qué no terminó la URSS. ¿Era el fin de la URSS “inevitable”? En Soviet Fates And Lost Alternatives. From Stalinism To The New Cold War (2011), Stephen Cohen ha calificado este tipo de argumentos de “teológicos”, una muestra más de rechazo ideológico que de rigor histórico.

La URSS, por ejemplo, no era “irreformable” sin más, como demuestra su propia historia: al comunismo de guerra (1918-1921) lo sucedió la Nueva Política Económica (NEP) (1921-1928), a éste una industrialización a gran escala promovida por Iósif Stalin e interrumpida por la Segunda Guerra Mundial (1928-1953), seguida por “el deshielo” de Nikita Jrushchov (1953-1964) y el conocido como “período de estancamiento” de Leonid Brezhnev (1964-1982), el primer intento de reforma bajo Yuri Andropov (1982-1984) y, finalmente, la perestroika de Gorbachov (1985-1991). Del mismo modo, la URSS tampoco “fue víctima de sus propias contradicciones”, un argumento que, como el anterior, no explica por sí solo su desintegración, pues ¿cuántos Estados hasta el día de hoy no presentan contradicciones ─en ocasiones incluso más que la URSS─ y cuántos de ellos han logrado evitar su desintegración de un modo u otro?

Responsabilizar del fin de la URSS exclusivamente a Mijaíl Gorbachov, bien por su acción o por su inacción, no resulta menos banal, y por ello resulta tanto más curioso que éste sea uno de los argumentos recurrentes del actual Partido Comunista de la Federación Rusa (PCFR), más aún siendo como es un choque frontal con una visión materialista de la historia. ¿No escribió el propio Karl Marx en El 18 brumario de Luis Bonaparte que los hombres “hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado”?

¿La sociedad civil contra el Estado?

El papel jugado por la sociedad civil ─entendida invariablemente como algo exterior y opuesto al Estado─ ha sido no menos magnificado. La nomenklatura soviética se destacó ciertamente por su rigidez y secretismo, pero como escribe Kotkin en el prefacio a su Uncivil Society: 1989 And The Implosion Of The Communist Establishment (2009), “la mayoría de analistas continúan centrándose de manera desproporcionada, e incluso de manera exclusiva, en la ‘oposición’, que fantasean como ‘soviedad civil’” sólo porque ésta se imaginaba a sí misma como tal.

El uso de este término, añade el historiador estadounidense, se extiende hasta nuestros días, utilizado por numerosas organizaciones no gubernamentales, algunas de ellas con fines menos altruistas de lo que aseguran públicamente. La noción de ‘sociedad civil’, explica Kotkin, “se convirtió en el equivalente conceptual de la ‘burguesía’ o ‘clase media’, esto es, un actor social colectivo vagamente definido y que parece servir a todos los propósitos”.

“¿Cómo unos cientos, y en ocasiones sólo decenas de miembros de una oposición con un puñado de asociaciones ilegales hostigadas por las autoridades y publicaciones clandestinas (samizdat) podían ser de algún modo la ‘sociedad civil’?”, se pregunta el historiador. “¿Y ello ─continúa─ mientras cientos de miles de funcionarios del partido y del Estado, agentes e informantes de la policía, oficiales del Ejército […] no formaban parte de la sociedad en absoluto?” Esta historiografía, asegura, orilla a muchos ciudadanos de la URSS que, a pesar de su deseo de una mayor liberalización en la política o la cultura y mejores estándares de vida, apreciaban el hecho de tener una vivienda o atención médica garantizada.

Un hombre disfrazado de Stalin en el centro de Moscú el pasado mes de noviembre. - AFP

Un hombre disfrazado de Stalin en el centro de Moscú el pasado mes de noviembre. – AFP

El factor báltico

En paralelo a las generalizaciones sobre la “sociedad civil” se encuentra el argumento de que las tensiones nacionalistas decantaron decisivamente la balanza en la desintegración de la URSS. Sin embargo, este argumento acostumbra a centrar toda su atención en el caso de las tres repúblicas bálticas y, en menor grado, Transcaucasia (Georgia, Armenia y Azerbaiyán) y Moldavia, y olvida por completo Asia Central. En aquellas repúblicas soviéticas el independentismo era marginal y, en palabras de la especialista en la región Martha Brill Oscott,“hasta el último minuto casi todos los líderes de Asia Central mantuvieron la esperanza de que la Unión pudiese salvarse”, como demuestra su vacilación a la hora de declarar su independencia, algo que no hicieron hasta diciembre y sólo después de que lo hubieran hecho Rusia, Ucrania y Bielorrusia.

“No fue el nacionalismo per se, sino la estructura del Estado soviético, con sus quince repúblicas nacionales, lo que se demostró fatal para la URSS”, señala Kotkin en Armaggedon Averted: The Soviet Collapse 1970-2000 (2008). Ante todo, debido a la indefinición de términos como ‘soberanía’ y “a que nada se hizo para evitar el uso y abuso de aquella estructura”, que facilitaba la secesión si la cohesión del conjunto ─la URSS─ se debilitaba, como ocurrió en los ochenta. Por comparación, EEUU era y es una “nación de naciones” compuesta por cincuenta estados cuyas fronteras no las marcan grupos nacionales.

Las reformas de Gorbachov, explica el historiador, “implicaban la devolución expresa de autoridad a las repúblicas, pero el proceso fue radicalizado por la decisión de no intervenir en 1989 en Europa oriental y por el asalto de Rusia contra la Unión”. Como recuerda Kotkin, las únicas intervenciones de la URSS en contra de las tensiones nacionalistas ─en Georgia en 1989 y Lituania en 1991─ palidecen en comparación con el asesinato de miles de separatistas en la India en los ochenta y noventa, los cuales, además, se realizaron “en nombre de preservar la integridad del Estado, con apenas o ningún coste para la reputación democrática de ese país”.

¿Efecto dominó o castillo de naipes?

Del fin de la Unión Soviética puede decirse, a grandes rasgos, que fue una mezcla de efecto dominó y castillo de naipes. Efecto dominó porque el colapso de las llamadas “democracias populares” en Europa oriental acabó golpeando a la propia URSS, y castillo de naipes porque los dirigentes de la perestroika, al retirar determinadas cartas en la base, alteraron un equilibrio más delicado de lo que aparentaba y acabaron provocando el derrumbe de todo el edificio.

Uno de esos naipes era la presencia de dos estructuras paralelas que se superponían: las del Estado y el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS). Éstas “ejercían esencialmente las mismas funciones: la gestión de la sociedad y la economía”, escribe Stephen Kotkin. “Por supuesto ─continúa─, si se eliminaban las estructuras redundantes del partido, uno se quedaría no sólo con la burocracia del Estado central soviético, sino también con una asociación voluntaria de repúblicas nacionales, cada una de las cuales podía legalmente decidir retirarse de la Unión. En suma, el Partido Comunista, administrativamente innecesario para el Estado soviético y a pesar de todo decisivo para su integridad, era como una bomba de relojería en el seno de la Unión”.

Los sucesivos intentos de reformar el sistema buscaron justamente solucionar ese solapamiento, incrementando la autonomía de las repúblicas soviéticas sin alterar en lo fundamental la estructura del aparato federal. Pero con el intento de implementar en paralelo las políticas de perestroika (cambio) y glasnost (transparencia), el PCUS perdió el control sobre la vida política y la economía centralizada, y lo hizo al mismo tiempo que su credo político se veía desacreditado por los medios de comunicación, dos procesos que además se reforzaban mutuamente, acelerando las tendencias desintegradoras en toda la URSS. Cuando Gorbachov se dio cuenta e intentó dar marcha atrás, en el último año de la URSS, era ya demasiado tarde.

Boris Yeltsin y Mijaíl Gorbachov, en el Parlamento ruso, el 23 de agosto de 1991. - AFP

Boris Yeltsin y Mijaíl Gorbachov, en el Parlamento ruso, el 23 de agosto de 1991. – AFP

Competencia desleal

Siendo como era una superpotencia, los procesos políticos en la Unión Soviética no ocurrían en un vacío internacional, pero además el desarrollo de la industria petrolífera y gasística en los sesenta, que convirtió a la URSS en una superpotencia energética, conectó al país con la economía mundial, exponiéndola a sus shocks. El descenso de la producción de petróleo en los ochenta ─superada la crisis del 73 y el embargo de los países árabes─ y una caída internacional de los precios pronto se notaron en el país. Aunque la gestión económica, que se llevaba a cabo mediante un sistema planificado fuertemente centralizado, permitía pese a todo mantener los programas sociales y el sector industrial, convertía la diversificación e informatización de la economía en un reto.

“La gente necesita pan barato, un piso seco y trabajo: si estas tres cosas se cumplen, nada puede ocurrirle al socialismo”, dijo en una ocasión el presidente de la RDA, Erich Honecker. El envejecimiento de las cúpulas dirigentes en los Estados socialistas, sin embargo, les impedía ver que sus habitantes ya no comparaban sus condiciones de vida con el capitalismo occidental anterior a la Segunda Guerra Mundial, resultado de la Gran Depresión, y tampoco con la situación de sus aliados en el Tercer Mundo, sino con la de sus vecinos en Europa occidental, a los que se sentían más próximos histórica y culturalmente. (Todo esto obviamente no está exento de ironía, pues la clase media y el Estado del bienestar en Occidente eran producto, entre otros motivos, de un pacto entre capital y trabajo que el temor a la URSS propició, y cuya imagen llegaba al campo socialista distorsionda por los medios de comunicación y la industria cultural occidentales.)

Además, a diferencia de los países occidentales, la URSS estaba moralmente comprometida a apoyar a las economías no sólo del bloque socialista, sino del Tercer Mundo, lo que suponía una carga adicional a su presupuesto. Sirva el ejemplo que ofrece Stephen Kotkin del conflicto entre Somalia y Etiopía, durante el cual “la Unión Soviética decidió transportar tanques pesados a Etiopía, pero debido a que los aviones de carga a larga distancia sólo podían transportar un único tanque, el transporte excedía el coste de los costosos tanques unas cinco veces”.

“En los ochenta, la economía de la India se encontraba posiblemente en peor situación (por diferentes razones), pero la India no estaba atrapada en una competición mundial entre superpotencias con los Estados Unidos (aliados con Alemania occidental, Francia, Reino Unido, Italia, Canadá y Japón)”, valora Kotkin. Esta rivalidad, precisa, era “no solamente económica, tecnológica y militar, sino también política, cultural y moral. Desde su comienzo, la Unión Soviética afirmó ser un experimento socialista, una alternativa superior al capitalismo para el mundo entero. Si el socialismo no era superior al capitalismo, su existencia no podía justificarse.” En suma, las cúpulas dirigentes se enfrentaban al mismo problema que los políticos occidentales: garantizar a sus poblaciones una mejora constante de su nivel de vida, pero, a diferencia de éstos, no contaban con los mismos recursos, se enfrentaban a cargas adicionales y estaban atrapados en un sistema político-económico que los hacía a ojos de su población únicos responsables de la situación.

Una seguidora del Partido Comunista ruso con una bandera con la imagen de Vladímir Ilich Uliánov, alias Lenin, durante una manifestación en Moscú. - AFP

Una seguidora del Partido Comunista ruso con una bandera con la imagen de Vladímir Ilich Uliánov, alias Lenin, durante una manifestación en Moscú. – AFP

La banca siempre gana

Uno de los aspectos menos mencionados por la historiografía oficial ─por motivos que requieren poca aclaración─ es cómo, para hacer frente a esta situación, varios Estados socialistas recurrieron a la deuda externa con bancos occidentales. Poco sorprendentemente, Europa oriental pronto se vio atrapada en una espiral de deuda, ya que su objetivo era “utilizar los préstamos para comprar tecnología avanzada con la cual fabricar bienes de calidad para su exportación con los cuales… pagar los préstamos”, escribe Kotkin. Pero para eso necesitaba una demanda constante en Occidente ─para la cual había que combatir constantemente contra campañas de boicot y la mala fama de sus productos─ y bajas tasas de interés, además de la buena voluntad de los banqueros.

Según cifras de Kotkin, esta deuda pasó globalmente de los 6.000 millones de dólares en 1970 a los 21.000 millones en 1975, los 56.000 millones en 1980 y los 90.000 millones en 1989. La mayor ironía es que, de haber declarado el cese de pagos de manera simultánea, el campo socialista habría propinado un formidable golpe al sistema financiero global con el que, al menos, habría conseguido renegociar su deuda. Pero rehenes de sus propios sistemas, la mayoría de dirigentes de Europa oriental mantuvo esta política. La única excepción fue Nicolau Ceaușescu, quien se propuso satisfacer la deuda externa de Rumanía (10.200 millones de dólares en 1981) en una década. Para conseguirlo, Rumanía redujo drásticamente las importaciones y los gastos en programas sociales, aumentó las exportaciones de todo lo posible, reintrodujo el racionamiento de alimentos y los cortes en electricidad y calefacción. El resultado de esta política de “devaluación interna” ─por utilizar una expresión actual─ fue un retroceso de todos los estándares de calidad de vida y un descontento popular soterrado que terminó por estallar en 1989, acabando con el propio régimen.

Que estos préstamos no eran una mera transacción financiera lo demostró la apertura de la frontera entre Austria y Hungría el 27 de julio de 1989, que sirvió de paso para la huida de ciudadanos de la RDA hacia Alemania occidental. La deuda externa de Hungría pasó de los 9.000 millones en 1979 a los 18.000 millones de dólares en 1989, lo que significaba que el país necesitaba un superávit en exportaciones de mil millones solamente para satisfacer los intereses de su deuda. Según recoge Kotkin, el primer ministro húngaro, Miklós Németh, y su ministro de Exteriores, Gyula Horn, volaron antes de la apertura de la frontera a Bonn para negociar la concesión de un crédito de mil millones de marcos alemanes con el que mantener a flote su economía, un acuerdo que se anunció el 1 de octubre, “mucho tiempo después de la reunión secreta, para que no pareciese el soborno que era”.

Durante años la URSS había subvencionado a Europa oriental con materias primas, sobre todo hidrocarburos, a un precio muy por debajo del mercado. A cambio, recibía mercancías de baja calidad ─las restantes se destinaban a la exportación a mercados occidentales con el fin de conseguir divisa fuerte─, por lo que, teniendo en cuenta el desequilibrio, el Kremlin no descartó planes de desconectarse de ellas desde mediados de los ochenta. El socialismo realmente existente en la URSS, como escribe Kotkin, “era letárgicamente estable y podría haber continuado por algún tiempo, o quizá podría haber intentado un repliegue en clave de realpolitik, dejando de lado sus ambiciones de superpotencia, legalizando e institucionalizando la economía de mercado para revivir sus fortunas y manteniendo de manera firme el poder central utilizando la represión política”. Pero estando conectada a sus Estados satélite, la URSS se vio arrastrada por ellos en su competición geopolítica. Poco sorprendentemente, el fin de la Unión Soviética sigue estudiándose en China hasta el día de hoy. Con todo, como recuerda Kotkin, a diferencia de China, “la Unión Soviética era un orden global alternativo, un estatus que no podía abandonar sencillamente”. Y en esa maraña de razones, se vino abajo.

En: publico.es

Family Sues Apple, Claiming FaceTime Distracted Driver in Crash That Killed 5-Year-Old Daughter

https://youtu.be/ETdtVwSNHDQ

A Texas couple is suing Apple, claiming that its FaceTime app distracted a driver who rammed into the couple’s car, killing their 5-year-old daughter.

Parents James and Bethany Modisette are suing Apple for damages on the basis that the electronics giant failed to install and implement a “safer, alternative design” for FaceTime that would have helped to prevent a driver from using the app while traveling at highway speed, court documents show.

The lawsuit filed Dec. 23 in California Superior Court in Santa Clara County also claims that Apple failed “to warn users that the product was likely to be dangerous when used or misused” or to instruct on its safe usage.

The fatal accident occurred Christmas Eve in 2014 near Dallas, when, according to the lawsuit, the Modisette family was driving in a Toyota Camry, with daughter Moriah, 5, in a booster seat in the left rear passenger seat and her sister, Isabella, next to her in the right rear seat.

The Modisettes had slowed or stopped their car due to police activity ahead of them on the highway that had caused traffic to back up, according to the suit.

Another driver, Garrett Wilhelm, traveling in his Toyota 4Runner in the same direction and behind the Modisette car, allegedly had his attention diverted by his use of the FaceTime app, the suit says.

“As a result of that distraction, his Toyota 4Runner, while traveling at full highway speed (65 mph), struck the Modisette family car from behind, causing it to be propelled forward, rotate, and come to a final rest at an angle facing the wrong direction in the right lane of traffic,” the suit says.

Wilhelm’s car then “continued its trajectory by rolling up and over the driver’s side of the Modisette car,” the suit claims.

The crash caused extensive damage to the driver’s side of the Modisettes’ car, and rescue workers had to extract both the father and 5-year-old Moriah from the car, the suit says.

The father was in critical condition after the crash while the mother and daughter Isabella were taken to a regional medical center to be treated for injuries. Moriah was airlifted to the area children’s hospital where she later died from her injuries, according to the suit.

“Wilhelm told police at the scene that he was using FaceTime on his iPhone at the time of the crash, and the police located his iPhone at the crash scene with the FaceTime application still active,” the suit claims.

The Modisettes contend in their suit that, “At the time of the collision in question, the iPhone utilized by Wilhelm contained the necessary hardware (to be configured with software) to automatically disable or ‘lock-out’ the ability to use [FaceTime] … However, Apple failed to configure the iPhone to automatically ‘lock-out’ the ability to utilize ‘FaceTime’ while driving at highway speeds, despite having the technical capability to do so.”

Wilhelm was indicted on manslaughter charges by a grand jury in Denton County, Texas, according to the Denton Record-Chronicle. He has been out of jail on bail since August, and a jury trial in the case is scheduled for Feb. 27, the Record-Chronicle reports.

Wilhelm’s lawyer, Ricky Perritt, issued the follow statement: “The Wilhelm family offers their thoughts and prayers for the family of the young lady who lost her life in this tragic accident. We are confident that after all the facts are brought out in Court, it will be shown that the use of a cellular device did not contribute and Mr. Wilhelm did not commit a crime … it was simply an accident.”

ABC News reached out to Apple but did not receive a comment on the case.

In: abc

North Carolina is no longer classified as a democracy

Saudi Finance Minister: No income taxes for Saudi citizens and residents

Staff writer, Al Arabiya EnglishThursday, 22 December 2016

Speaking at a press conference in Riyadh on Thursday, Jadaan detailed the Saudi budget for 2017. (SPA)

Speaking at a press conference in Riyadh on Thursday, Jadaan detailed the Saudi budget for 2017. (SPA)

Saudi Finance Minister, Mohammad Jadaan, announced that – for the first time in the past 10 years – the kingdom had been able to spend less than the estimated budget, and achieve higher than expected non-oil revenues.

Speaking at a press conference in Riyadh on Thursday, Jadaan detailed the Saudi budget for 2017, and spoke of the government’s promise of transparency.

He also completely removed the need for income taxes on Saudi citizens and residents.

However, the new budget imposed new fees on expatriates – domestic help (drivers, maids, nannies) excluded – as follows:

2017

Monthly payment of 100 riyals on every person sponsored by any foreign employee.

The amount of revenues from this tax is estimated at 1 billion riyals.

2018

Monthly tax of 400 riyals on every employee in a company whose number of foreign employees exceed the number of Saudis.

300 riyals tax on every employee in a company whose number of foreign employees is less than the number of Saudis and 200 riyals on every person he sponsors.

The amount of revenues from this tax is estimated at 24 billion riyals.

2019

Monthly tax of 600 riyals on every employee in a company whose number of foreign employees exceed the number of Saudis.

500 riyals tax on every employee in a company whose number of foreign employees is less than the number of Saudis and 300 riyals on every person he sponsors.

The amount of revenues from this tax is estimated at 44 billion riyals.

2020

Monthly tax of 800 riyals on every employee in a company whose number of foreign employees exceed the number of Saudis

700 riyals tax on every employee in a company whose number of foreign employees is less than the number of Saudis and 400 riyals on every person he sponsors.

The amount of revenues from this tax is estimated at 65 billion riyals.

Last Update: Thursday, 22 December 2016 KSA 20:32 – GMT 17:32

In: alarabiya 

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