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Conocer y saber más sobre una ciudad

09/07/11: Rímac: recorriendo el tradicional Barrio de ‘Abajo el Puente’

La última vez que estuve allí, había recorrido sus calles con mucho sigilo, con cuidado, casi en silencio. Tal vez no en la mejor situación. Quizás sin el debido tiempo. Aquella vez, si bien pude obtener información valiosa -traducida en fotografías y testimonios-, no dispuse de mucho tiempo para el detalle, la mirada paciente o la contemplación fija (y poner aprueba los conocimientos arquitectónicos pertinentes). Aquel día, por azares del destino -o porque ya era un poco tarde-, la calle estaba tomada. Haber continuado el recorrido por los jirones siguientes hubiera significado asumir un riesgo innecesario. El tiempo me depararía una nueva oportunidad para conocer el Rímac que no desaprovecharía.

El Rímac, tradicional barrio limeño, nos enseñó los secretos que ocultan sus calles. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Es una mañana fría, limeña. Unas cuantas personas observan la corriente del río Rímac, que continua, incesante, su tramo por debajo del Puente Trujillo. Los bodegueros de la Alameda Chabuca Granda alistan lo que hoy será otro día de comercio. Son pocas las personas que se ven reunidas a puertas del también llamado ‘Puente de Piedra’, punto de partida de nuestro recorrido al Rímac, un paseo que podría considerar de expedicionario: era, pues, la primera vez que David Pino, David Segura, Wilfredo Ardito, Antonio Poloylaborda –grandes amigos, interesados en la historia y la puesta en valor de Lima- y yo ‘asaltábamos’ las calles del Rímac con nuestras cámaras y nuestro peculiar caminar –similar al de un grupo de turistas japoneses en Lima, sin embargo, había que disimularlo y parecer lo más estoico posible-, con el único fin de conocer y difundir el valor histórico y patrimonial del distrito del Rímac, la imponente y vistosa arquitectura de las casonas y el quehacer cotidiano de los rimenses.

Una de las casonas que más nos trajo la atención. Sin embargo, existe poca información sobre la misma. Foto: Marco Gamarra Galindo.

La avenida Loreto fue testigo de nuestro ingreso al Rímac, la primera calle que recorrimos a nuestras anchas, luego de haber esquivado buses de todas las líneas imaginables y las miradas de sus somnolientos pasajeros. Para ese entonces las primeras construcciones coloniales y republicanas empezaban a sobresalir en el paisaje urbano: quintas y casonas de quincha y abobe, pintorescas –con refinado estilo arquitectónico- pero también cochambrosas y decadentes, surgían en ambos extremos del pavimento. Aprovechábamos los breves instantes que teníamos para poder fotografiar el momento, la serie de balcones de cajón que observábamos mientras caminábamos, las tradicionales calles del Rímac. Caminábamos ahora por la avenida Chiclayo.

Jirón Chiclayo a la vista. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Fue en esta última calle donde apreciamos una de las casonas más documentadas y antiguas de la capital. Como bien diría Antonio Poloylaborda: Si bien Lima no ha sufrido ni tifones ni huracanes devastadores a lo largo de su historia, sí ha sufrido el implacable dolor de la indiferencia y el olvido. David Segura dijo sobre la misma edificación: “y pensar que esta vivienda es una de la más antiguas de Lima. Su construcción está fechada en el siglo XVI. Aunque quizás en apariencia no sea la misma de ese entonces, algo de esa fecha debe perdurar hasta el día de hoy. El balcón es republicano, pero crea una composición simpática con la fachada asimétrica y la ventana repisa del primer piso“.

Antigua casona del Jirón Chiclayo y tema de nuestros comentarios. Foto: Antonio Poloylaborda.

Al doblar hacia la Avenida Marañón, no pudimos dejar de sorprendernos por el increíble número de zaguanes de aires coloniales –muchos de ellos ahora convertidos en pujantes comercios-, que merecen la mejora de sus condiciones y servicios por el bien de los inquilinos y del propio inmueble. El Rímac, a la vuelta de la esquina, nos deleitaba en cada calle, jirón o esquina (con el apoyo de alguna simpática señora que nos invitaba a caminar en los interiores de su residencia centenaria). Observábamos, asombrados y con detenimiento, los grabados artísticos en el techo, los arcos o los detalles de algún ventanal.

Una mimosa vecina del Rímac nos da la bienvenida a su quinta. Foto: Marco Gamarra Galindo.

-No, no somos de la Municipalidad- respondimos ante la interrogante de un vecino, al vernos ingresar a los interiores de una hermosa casona, cuyo portón de entrada estaba abierto –una de los metas consiste, pues, en ingresar a estas grandes casonas y poder conversar con los habitantes de la misma-. ¿Qué pasará con la Municipalidad del Rímac, en especial, por estos lares? Maravillados con esta casona en particular, de la cual lastimosamente no pudimos obtener mayor información, y luego de haber tomado las respectivas fotos para el recuerdo, partimos a la avenida Lambayeque, no sin antes conocer la Quinta Virgen del Carmen –que indica, en una de sus cuatro entradas de ingreso, en peculiares letras, el nombre de la quinta-. Estábamos ante uno de los inmuebles multifamiliares más tradicionales del Rímac –que junto al ‘Sagrado Corazón’, ‘Señor de la Justicia’ y la misma ‘Presa’- constituyen los sitios donde han surgido más de una anécdota curiosa y de donde se han criado más de un conocido deportista, político o cantante. Por ser valor fundamental de la identidad rimense, la quinta recibe el cariño incondicional de sus fieles hogareños y de sus generaciones de moradores; de todos de los habitantes de este barrio.

Quinta Virgen del Carmen, ubicada en el Rímac, es una de las más tradicionales de este sector del Centro de Lima. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Dejamos atrás, en cada paso, en cada mirada al zaguán de una gran casona, en el profundo diálogo sobre temas de arquitectura e historia –en el amable trato de los vecinos-, en la aspiración de un sueño, todo temor natural de explorar barrios desconocidos. Quizás hasta nos hubiéramos animado a dar unos movimientos al son de una música: Néctar no está en el cielo y suena a todo volumen en una radio de los alrededores de la Plaza de Acho.

Caminando por las calles históricas y bohemias del Rímac. Foto: Marco Gamarra Galindo.

De pronto, al parecer la zona más solitaria del Rímac, nos dio la bienvenida. En la Avenida Cajamarca solo se respiraba silencio, la nostalgia de una época añorada y pudiente, que si bien nosotros no la vivimos, la pudimos presentir, latentes por siempre en la pasividad de las últimas calles del Centro Histórico de Lima. Atraída quizás por el entorno surgido, nuestra efusividad se vio reducida al zigzagueante paso de nuestros pies. Avanzando y viendo los interiores de las quintas contemporáneas formamos parte de esa vida en secreto, y asimismo, dura, impenetrable, hasta que una señora nos alertó del riesgo que corríamos. -Tengan cuidado, jóvenes, por aquí hay mucha delincuencia- logró decir, preocupada. Quizás fue una advertencia que también nos presentó el ambiente en que nos hallábamos: pocos vehículos y poco tránsito peatonal, sumado al gran número de casas cuyas puertas de ingreso permanecían clausuradas con concreto enladrillado, quien sabe hasta por cuántos años. Calles desiertas hay soledad.

Son muchas las casonas que hoy se ven en estado ruinoso y decadente. La indiferencia de las autoridades juega a favor de ello. Foto: Marco Gamarra Galindo.

La iglesia San Lorenzo, ubicada en el cruce de Pataz y Libertad, se convertiría en un punto que acabaría con ese estado, dudoso. Con su intenso color rojo, ostentosa de un peculiar espacio esquinero y de unos relucientes interiores que nos deslumbraron, San Lorenzo nos cautivó. Sin duda un sector más que debe formar parte de los principales atractivos turísticos del Rímac, así como muchas de las casonas que, por haber brindado a la capital un tipo identidad e imagen diferente al de otras ciudades del mundo, merecen darse a conocer pues son la ciudad en su esencia misma.

Entre los atractivos de la iglesia San Lorenzo están sus dos torreones. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Seguimos por Libertad, y si bien no nos jugábamos la libertad, sí quizás la integridad. Una serie de pintorescas casas en hilera, de un solo piso y una puerta rústica de madera en cada una -el color era la única diferencia entre ellas- era el entorno que prevalecía en la calle hasta la Plaza de Toros de Acho. Inseparable, a su derecha, el mirador Ingunza. Unas rejas nos separaban de esa historia de Lima. El cielo gris, de invierno, brindaba a la ciudad una vista más entristecida, desolada.

Viviendas rimenses de peculiar aspecto en el Jirón Libertad. Foto: Marco Gamarra Galindo. Leer más »

22/06/11: Los Barrios Altos de Lima en faceta nocturna

Los Barrios Altos de Lima a la luz de la luna. Hemos caminado muchas veces por los pintorescos Barrios Altos pero casi nunca teniendo como guía el reflector de los faroles coloniales ni las pocas estrellas que iluminan el cielo limeño. Si bien ‘se nos hace la noche’ cuando nos quedamos, imprudentemente, en horas que no son tempranas, ahora comprendemos que es la misma noche la que nos acompaña -y no la que nos obliga a retirarnos, con el presagio de sufrir algun inconveniente-. La noche nos brinda otra perspectiva de ciudad, nos cuida y nos permite apreciar, en cierto punto, cómo el Centro de Lima vivía sin luz, en la época de ocupación española.

Aún no he tenido la suerte de hacer este ‘tour’, pero tengan la certeza que algun día lo podré hacer: caminar por los históricos Barrios Altos de noche, quizás a la hora en que podría cruzarme con el diablo de la Piedra Horadada o con algun ánima que reunida en alguna plaza centenaria, empieza su procesión perpetua por callejuelas y jirones angostos. Comparto con ustedes las interesantes fotos del forista sotlab, en Skyscrapercity, las que se contrastarán con algunas fotos mías tomadas en horas tempranas.

Contrastes día y noche en los Barrios Altos.

La iglesia Virgen del Carmen de día. Foto: Marco Gamarra Galindo.

La iglesia Virgen del Carmen de noche. Foto: Sotlab.

Plazuela Buenos Aires de día. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Plazuela Buenos Aires de noche. Foto: Sotlab.

Plazuela de la Iglesia San Camilo o Buena Muerte de día. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Plazuela de la Iglesia San Camilo o Buena Muerte de noche. Foto: Sotlab.

Más fotos nocturnas de los Barrios Altos
Cortesías de forista Sotlab.

Pileta de la Plaza del Cercado, Barrios Altos. Foto: Sotlab.

Casona contemporánea del Jr. Paruro, Barrios Altos.

Peculiar construcción en el Jr. Huanta, Barrios Altos. Leer más »

13/06/11: Un vistoso y antiguo castillo en el Rímac

Acallado escucha pasar los buses y carros que diariamente asaltan las pista; giran la calle como quien gira un vaso de cerveza en una cantina barata, veloces. El smog y polvo que dejan detrás queda impregnado en sus colosales torreones y murallas de quincha, sin reparo ni cuidado. El ajetreo del gentío rimense lo mantiene despierto, más en las mañanas, cuando el barrio recordado por muchos como ‘Abajo el Puente’ se dispone a realizar sus actividades cotidianas. Su ubicación a puertas del río explica su posición estratégica y acaudalada, hoy, peculiar. El constante movimiento de la urbe, por su parte, parece formar una escena trivial y a la vez interesante, quizás hasta vital. Su imponente sombra a raz del piso resalta un aspecto medieval de arquitectura, todo en plena avenida Loreto.

La construcción está inspirada en la arquitectura medieval. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Han pasado muchos siglos, quizás un tanto menos o un tanto más, que ha ocupado a sus anchas una vistosa cuadra del Rímac. Unas miradas curiosas, jadeantes y expectantes rompen la sencillez en que está inmerso el día a día del Centro de Lima y se disponen a comentar la realidad en que se halla. Es, pues, difícil que pase desapercibido, aún en épocas duras y cambiantes. La acción final, sin embargo, siempre ha sido la misma: indiferencia y olvido. El destino de este castillo colonial parece dirigirse, sin opción, a la destrucción irremediable, a sumar como otras construcciones antiguas, la lista de vestigios que existieron alguna vez y que ya no se hallan en pie, solo presentes en las escasas fotografías y en la memoria de algun morador nostálgico.

Pintorescos torreones del palacio-castillo. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Logro cruzar la pista luego de que un interminable número de vehículos, de todas las líneas imaginables, transcurren las últimas pistas del Rímac, por el antiguo banco de tabaco, a unos pasos del castillo. Por el estado de su arquitectura podría decirse que ha sufrido no solo negligencia, también hasta algun incendio. Sus puertas y ventanas yacen cerradas desde hace ya muchos años, quizás por la serie de disputas familiares que siempre han existido alrededor de la propiedad de las casonas antiguas, y que generalmente terminan con la clausura del inmueble hasta finiquitado el juicio. Solo la casona sabe qué historias guardará detrás de sí. Leer más »

24/04/11: El renovado rostro de la huaca Mateo Salado

La huaca Mateo Salado está retomando la monumentalidad y vistosidad de la que alguna vez gozó. A través de una acertada planificación de restauración y de desocupación informal emprendida por el INC (ahora Ministerio de Cultura) desde el 2007, uno de los recintos prehispánicos más grandes de Lima –la huaca Mateo Salado- se perfila como punto de visita obligatorio para el estudio de la historia de la capital en épocas previas a la invasión española.

La Huaca Mateo Salado está rodeada de chacras y una casa hacienda. Estos terrenos pertenecen a los antiguos parceleros beneficiados de la reforma agraria de Velasco. Foto: Marco Gamarra Galindo

Pedro Espinoza, arqueólogo encargado de la puesta en valor de la huaca Mateo Salado –con excelentes resultados en la investigación, refinamiento y limpieza de la misma- es conciente de los retos que todavía debe afrontar este patrimonio nacional para su completa recuperación: la huaca necesita ser más conocida. Muchos limeños y turistas transitan diariamente por las avenidas Tingo María y Mariano Cornejo, en los alrededores de la Plaza de la Bandera (su ubicación es estratégica; está a minutos del Centro Histórico de Lima) y, sin embargo, ignoran la existencia de este complejo arquitectónico Ischma que data entre los 1100 – 1450 d.C. Por este motivo, Pedro y su equipo, en coordinación con el Ministerio, están empezando a invitar a ciudadanos interesados en conocer su ciudad: es el caso de la página Lima la Única, la cual dirige David Pino.

Comenzando el paseo. Foto: Lima la Única.

El encuentro con el grupo de “limeñófilos” que integran “Lima la Única” se realiza en la puerta del Colegio Chino. 9:30. Alrededor de veinte personas se preparan para hacer el ingreso a la huaca Mateo Salado. La historia de este recinto saldrá a relucir a través de la explicación y guía de Pedro Espinoza. Sus lentes negros y cabello largo evidencian esa peculiaridad que solo poseen los jóvenes cineastas y arqueólogos. Wilfredo Ardito, gran amigo, empieza a supervisar, apoyado por David, que ningún miembro del colectivo pueda desviarse de la ruta. Pedro nos sorprende más luego de relatarnos algunas anécdotas vividas durante sus excavaciones y estudios en la huaca; sobre objetos de religiosidad popular con que se topó.

Recorrer las cinco pirámides que constituyen el Complejo Arqueológico Mateo Salado permite observar cómo fueron conformados los asentimientos de las culturas prehispánicas en la costa de Lima. Mateo Salado, cuyo orden fue de tipo ceremonial y administrativo, estuvo conectado mediante un estrecho camino amurallado con Maranga, actualmente ubicado dentro del terreno del Parque de las Leyendas. Su elevada altura y extensa área evidencia su carácter soberano en el valle.

Se espera que la Huaca Mateo Salado esté abierta al público desde mayo del 2011.

Los avances y descubrimientos científicos más recientes son, de igual modo, interesantes: uno de los ramales de la red vial del Qhapaq Ñan (Gran camino) costeño ingresa directamente a Mateo Salado, cruza el complejo y luego se prolonga hacia el grupo arqueológico Maranga. Se conoce, además, por los trabajos arqueológicos en la zona que al menos dos pirámides del complejo han sido víctimas de un sistemático proceso de huaqueo colonial (evidencia de ello son las bolsas de cuero encontradas dentro de los tajos).

La huaca Mateo Salado es conocida, además, con el nombre de “Ruinas de Azcona” o “Cinco Cerritos” –por las cinco pirámides escalonadas que alberga-, pero ¿a qué se debe que también se la denomine con el nombre del luterano francés –Mateo Salado-, a quien la inquisición arrojó a la hoguera (el primero, por cierto)? Se dice que este personaje arribó al Perú desde España, donde tenía contacto con luteranos sevillanos, en busca de nuevos horizontes. Se asentó, ante la mirada extrañada de la gente, en la periferia de Lima, en la vecindad de las huacas Maranga y las hoy conocidas con su nombre. Se afirma, además, que este ermitaño se dedicaba a la búsqueda de tesoros –a través del “huaqueo”-. Todos estos no dejan de ser más que leyendas populares, pues no se han encontrado restos que evidencien su asentamiento en la zona.

La huaca Mateo Salado pertenece al Centro de Lima pero está en el límite de Breña y Pueblo Libre. Foto: Sophy Zegarra.

Para el final, Pedro nos tenía reservado algunas anécdotas que forman parte de la influencia de la religiosidad urbana en la huaca. Amarres (como el arroz con un par de fotos que encontró, envueltos en piel de serpiente) y ritos de venganza (como el de la foto clavada que halló, que incluía el nombre del odiado). Pedro, sin embargo, no se sorprende. No cree en misterios pero admite que sí es respetuoso de sus antepasados, y que por ello, al tenerlos como objeto de estudio, da antes un pago a la tierra.

En la huaca se han encontrado fragmentos de cerámicas y textiles. Foto: Lima la Única.

El recorrido nos asombró, nos impactó. La belleza de las murallas y colosales monumentos de tapia y adobe, los últimos restos de colores amarillos y blancos que conservan celosas un par de paredes, escondidas, maravilló pero también alertó la necesidad de que el proyecto de recuperación siga en pie. Todo el grupo concuerda en que este patrimonio ha mejorado mucho: a pesar de las limitaciones y problemas que ha tenido el trabajo, ha podido avanzarse mucho. Lo que sigue ahora es el apoyo de entidades privadas para transformarlo en un museo –o inclusive- parte de un restaurante (como el caso de la huaca Pucllana). Esperemos que el interés por la cultura e historia iluminen a nuestros empresarios.

Una foto con Pedro Espinoza. Foto: Marco Gamarra Galindo. Leer más »

12/02/11: Tours en las entrañas de Lima: Plazuela Buenos Aires

El afán es redescubrir, quizás recordar. Son las primeras horas del día y el entorno se somete al frío limeño. Las casonas y quintas exhiben, sin resignación, sus paredes cochambrosas y descuidadas. Hace tiempo que nadie intenta documentar la historia que cada jirón, cuadra o calle, alrededor de estos barrios, guardan consigo. Poco a poco, el eterno y rechinante sonido de los vehículos que pasan, el apuro reflejado en los preocupados rostros del gentío, el sentido de decadencia, se apoderan del ambiente. Estamos en los Barrios Altos de Lima

Quinta contemporánea de los Barrios Altos. Foto: Marco Gamarra Galindo

Antonio Raymondi, panorámico, observa los incesantes pasos que das hacia la plazuela. Dejas a Santa Ana para dirigirte donde el Carmen. No andas solo. Los transeúntes te escoltan unas cuántas cuadras hasta que desaparecen, se esfuman, sospechosos. Sigues conversando, y mientras concuerdas que Lima todavía puede ser la gran ciudad que fue, te vas acercando a la plazuela que tanto quisiste pero que no conociste, a las callejuelas contempladas por la ciudad vacía. Es Buenos Aires.

Plazuela Buenos Aires, Barrios Altos de Lima. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Unos centenarios árboles evidencian el carácter solitario del casco externo de la ciudad, de los sitios empinados de la urbe, son los barrios altos de Lima. La tradición se respira, pero se resiste a ser vista fácilmente. Junto a ti, unas bancas despintadas, sostenidas a duras penas por el fierro herrumbrado, enmarcan el camino lineal por toda la Plazuela Buenos Aires. Wilfredo Ardito, mi compañero y amigo, aprovecha para tomar fotos, ahí está el Conde de Lemos, el antiguo cine símbolo de estas calles calcinadas por el sol, hoy casi irreconocible, por allá, una casona esquinera de notoria peculiaridad, comenta.

Antiguo cine Conde de Lemos, Barrios Altos de Lima. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Debajo del árbol que miras de reojo, unos cuerpos inmóviles, silenciosos, parecen sobresalir. Una silueta parece dibujarse, se halla oculta por la sombra frondosa del árbol que dejas de mirar. De todos modos, sigue siendo peligroso venir temprano, dices, cuidadoso. Sigues caminando por la antigua plaza cuyos faroles en época añorada, daban la hora en Lima, la moda en el centro. Leer más »

21/01/11: La Quinta del Prado: historia y presente de una reliquia colonial

Solar muriendo diste paso a la quinta,
hoy no hay portera ni alambre para tender,
y tus cifras cambiaron por letras,
y hasta el caño tiene doble V…”

Según Juan San Martín Vásquez en el libro ‘Edificaciones civiles y vida cotidiana en la Lima colonial’, el virrey Amat mandó a construir la casa huerta Prado hacia 1762, en la parte alta de la ciudad, con la finalidad de tener un lugar apacible para descansar cerca de la casa de gobierno.

En el jirón José Pardo y la calle Huamalíes, en los Barrios Altos, existe una quinta llena de historia y tradición. Construida durante el gobierno del Virrey Manuel Amat y Juniet, la Quinta del Rincón del Prado (XVIII) fue antaño un ‘Pavillon de mon plasir’. Aún conserva un teatrín colonial y la apariencia de suntuosa mansión que albergó a diversas familias de clase y abolengo. Hoy, sin embargo, está inmerso en el olvido.

Actualmente, la recordada Quinta o Rincón del Prado es un tugurio ruinoso, sin el más mínimo rastro de su anterior apariencia rococó, excepto los fragmentos de los murales de su teatrín y oratorio. Es monumento nacional desde 1972.

La Quinta del Rincón Prado fue erigida en 1762, siguiendo la moda del afrancesamiento. Algunos dicen que Virrey Amat fue el que dirigió su construcción, otros que el virrey solo intervino en su diseño. Ambas precisiones permiten advertir que el palacete tiene un vínculo muy fuerte con el virrey español. Esto se debe, afirma el historiador Juan Manuel Ugarte en su libro “Lima incógnita”, que era “conocida la afición del virrey por la arquitectura y sus pretensiones como inspirador de varias fábricas que se levantaron bajo su dirección (…)”.

Una quinta muy hermosa conocida también como la “Quinta de los tres Patios”. Queda en la “Calle del Prado”, en los Barrios Altos.

En las afueras, “más cercano a los bastiones del cinturón fortificado que preservaba a la ciudad de las sorpresas de la filibustería, que del núcleo urbano, en sitio de huertas y follajes, apartado y discreto”, se construyó la Quinta del Rincón Prado, la cual evoca el recuerdo de las casonas y palacetes que fueron edificados con el único fin de ser espacios de recreación y de descanso para sus dueños. Leer más »

18/01/11: Los tipos de balcones de Lima

Lima cumple hoy 476 años de historia. Durante esa continuidad de vivencias diversas, nuestra ciudad ha vivido y contemplado diversos acontecimientos que la han ido cambiado, que le han permitido apropiarse de una personalidad única y distinta. Desde épocas como capital del Virreinato español en América hasta tiempos como la acogedora de un sector nuevo y pujante, Lima, siempre creciendo, ha sido parte de nuestra historia pasada, de nuestro presente y nuestro futuro. Lima es nuestro reducto de sueños y metas, la forjadora de nuestra identidad. Lima somos todos.

Lima celebra un año más camino al medio milenio. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Hoy Lima cumple un año más de edad, y como mi regalo de cumpleaños hacia ella, quiero dedicar un artículo sobre los tipos de balcones que alberga Lima. Los balcones, pues, son los personajes que hasta hoy en día siguen asombrando por su belleza arquitectónica a todo visitante que los observa. Hablar sobre los balcones de Lima es estudiar cómo ciertos detalles que habitan en la ciudad pueden influir en la vida y definir las costumbres de sus habitantes, de los limeños de antaño y los de hoy.

Tipos de balcones de Lima

a) Balcones abiertos
Su estructura solo la formaba el antepecho colocado sobre la plataforma y, en algunos casos, un guardapolvos de madera en la parte superior para protegerlo de la lluvia.

La casona Agua Viva presenta dos balcones abiertos. El primer balcón no posee protección contra la lluvia, mientras que el otro sí. Foto: Lia. Leer más »

14/01/11: Historia y anécdota del mirador Ingunza

Maravillarse con la vista panorámica de una Lima republicana, observar en el horizonte el mar porteño, o disfrutar de una de sus más íntimas pasiones: la lidia de toros, fueron quizás los motivos que llevaron a Francisco Esteban de Ingunza y Basualdo, intrépido viajero, acaudalado y prestigioso abogado huanuqueño, a construir el mirador Ingunza, ícono del Rímac que acompaña a la Plaza de Acho desde 1858, y último mirador de su tipo que ha contemplado Lima.

El Mirador de Ingunza fue declarado Monumento Histórico y Artístico en 1972. Posteriormente la UNESCO declaró a dicha propiedad conjuntamente con la Plaza de Acho como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Por lo tanto, la Plaza de Acho y el Mirador de Ingunza son complementos arquitectónicos e históricos, un conjunto monumental. Foto: André Ramirez.

Inspirado en las edificaciones de gran derroche artístico que observó en sus viajes por el norte de África, el lejano Oriente, América y Europa, tal vez atraído más por los minaretes árabes, don Francisco de Ingunza y Basualdo levantó en 1858, dentro de su casa –la Quinta Ingunza-, ubicada en la esquina de las calles Hualgayoc y Marañón, al lado de la Plaza de Acho, en el Rímac, el mirador Ingunza, pintoresco y tradicional rincón de Lima.

Francisco Esteban de Ingunza y el plano original que diseñó para la construcción del mirador. (Archivo familia Ingunza/Museo de la Nación). Ilustración: Marco Gamarra Galindo.

Elizabeth Ingunza Montero de Villegas, descendiente directa de Francisco Esteban de Ingunza y Basualdo, comenta que el recinto donde se construyó el mirador se caracterizaba por poseer “caballerizas y hermosos jardines adornados por estatuas de mármol y piletas, así como por una colección de cuadros del eximio pintor Juan de Dios del Carmen de Ingunza y Basualdo”. La construcción del mirador, pues, significó un atractivo más para el solar que, en la actualidad, se ha convertido en un modestísimo hotel signado con el número 511 del Jirón Marañón.

Acceso al mirador Ingunza. Fotos: Plazadeacho.galeon.com

Por pedido de Francisco Esteban de Ingunza, el encargado de la construcción del mirador fue el francés don Paul Nicolás Chalón. El costo, según el contrato inicial, ascendía a 964 pesos. Sin embargo, Chalón realizó gastos adicionales por las sucesivas modificaciones efectuadas al plano original, realizadas a lo largo del proyecto, por lo que se presentó, finalmente, una factura a cobrar por una mayor cantidad.

Se dice que el magistrado supervisaba personalmente los avances y los iba ajustando de acuerdo a sus observaciones de otros miradores limeños de la época, así como de monumentos vistos en sus viajes por España, Rusia, Palestina, Líbano, Siria, Turquía, Persia, Egipto, y demás países del Oriente, efectuados entre los años 1847 y 1849. Leer más »

09/01/11: Un pintoresco día recorriendo Lurín

Visité Lurín, una alegre ciudad que por momentos se asemeja a una campiña. Hice mi recorrido por este distrito de Lima con la finalidad de realizar una obra social. Sin embargo, sus atractivos turísticos coparon también mi atención. Lurín me hizo recordar mi viaje a Piura, por los algarrobos y arboledas que adornan el camino, además del sofocante sol que acompaña y u gente atenta al visitante.

Paisajes de Lurín, Lima. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Árboles añejos y casas de barro acompañan nuestro trayecto. Lo irregular de la trocha obliga a cada uno de nosotros a cuidar con mayor atención los regalos que amenazan con caerse. En el colegio, niños como Jennifer y Marco están esperando entusiasmados sus respectivos presentes. Un letrero, de pronto, aparece y nos indica que nos hallamos en La Rinconada, urbanización rústica que habitan dedicados agricultores. Sus hijos estudian en el colegio de educación pública 6012 y presencian, curiosos, nuestra llegada. Las pequeñas de la Casa Hogar Caritas Felices no tardan en hacer lo mismo.

Camino al colegio La Rinconada, Lurín. Foto: Marco Gamarra Galindo.

El profesor Alejandro García se dispone a poner orden entre sus alumnos, quienes juegan en un campo de fútbol que todos los días se improvisa como patio de formación. Una vez impuesto el orden, empieza el show que CUCARES ha organizado. Cada uno de estos infantes tendrá una tarde diferente, llena de color y diversión plena. Una serie de juegos y bailes pintan la mañana de un tono alegre y divertido, que cada niño goza. Leer más »

02/01/11: Churubamba: momias y atracción en Huánuco

Visitamos Churubamba, un hermoso pueblo a treinta minutos de Huánuco. Su bella estampa de campiña, su pasado milenario, representado en las momias que el pueblo orgulloso muestra al mundo, además de su pintoresca plaza e iglesia, crean un ambiente acogedor, encantador e interesante para el visitante. Churubamba, ubicado en la carretera camino a Tingo María, se ha convertido en el nuevo point de Huánuco.

En Churubamba se practican danzas ancestrales como “la Palla”. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Hemos dejado atras el Centro de Huánuco y nos topamos con campos de color trigo. Una cadena de montañas contemplan, imponentes y silenciosas, nuestro recorrido. La ruta a Churubamba se vuelve cada vez más serpenteante, mientras más nos alejamos de Huánuco.

Paisajes de Churubamba, Huánuco. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Atras quedan los recuerdos previos; acuden nuevos, rodeados del verdor que alcanza la zona en su éxtasis máximo, cuando uno se acerca más a la selva interior del departamento. De pronto, un desvio nos anuncia que estamos entrando a Churubamba.

Pintoresco sacerdote se anima a tocar guitarra en la iglesia de Churubamba. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Tejados andinos, banderas patrias, rostros amigables, pintan las primeras calles de Churubamba. Frente a algunas casas hay 4×4 todo terreno estacionados. Las casas, humildes y preciosas, evidencian el caracter tradicional del distrito. El museo que abre sus puertas a los visitantes, a su turno, muestra lo histórico que este pueblo andino conserva. Las momias de Papahuasi, un interesante hallazgo de restos humanos, nos permiten conocer la presencia de nuestros antepasados en esta zona.

Momias de Papahuasi, Churubamba. Una gran cantidad de ellas son de niños. Foto: Marco Gamarra Galindo. Leer más »