El sistema bancario fue sobreponiéndose tras su prácticamente desaparición durante la Guerra del Pacífico. El “Banco Italiano” (hoy “Banco de Crédito”) se inició en 1889 como una asociación de comerciantes italianos. En 1897 el “Banco de Londres, México y Sudamérica” se asoció al “Banco del Callao” dando origen al “Banco del Perú y Londres”, que financiaba exportaciones agro-azucareras del norte y de Lima. En 1899, la familia Prado fundó el “Banco Popular” como mecanismo para financiar las actividades empresariales del grupo familiar. El capital bancario más importante era movido por el “Banco del Perú y Londres” y el “Banco Italiano”; cada uno colocaba alrededor de un millón de libras peruanas.
Oficinas del Banco Italiano
También en Lima, esta vez en el plano económico, empezaron a funcionar varias sociedades anónimas: la “Compañía de Seguros Rímac”, la “Compañía Internacional de Seguros”, el “Banco del Perú y Londres”, el “Banco Internacional” (hoy llamado “Interbank”), el “Banco Popular”, la “Sociedad de Alumbrado Eléctrico” y la “Compañía de Fósforos El Sol”, entre otras.
Durante el Oncenio se quiso crear un “Banco de la Nación” para emitir cheques circulares y regular el circulante, labor que hasta entonces era realizada por los bancos comerciales o privados. También se ocuparía de regularizar el servicio del presupuesto (pagos y cobros) y financiar diversas obras públicas. El proyecto no prosperó.
Recién el 9 de marzo de 1922 se aprobó el funcionamiento de un “Banco de Reserva” para organizar el sistema crediticio y la emisión monetaria. Es a partir de este momento que recién se puede hablar de una moneda nacional en el Perú. Su capital inicial fue de 2 millones de libras peruanas y su directorio lo formaban siete miembros: tres elegidos por los bancos, uno como defensor de los intereses extranjeros y tres nombrados por el gobierno. Además de tener total independencia del Ejecutivo, debía emitir billetes respaldados por oro físico, fondos efectivos en dólares y en libras esterlinas, no menores del 50% del monto de dichos billetes. Por último, debía atender imposiciones de cuenta corriente de los accionistas y del gobierno, actuaría como Caja de Depósitos, podría aceptar depósitos del público pero sin intereses y negociar en moneda extranjera de oro u oro físico, además establecer los tipos de descuento.
El Oncenio también inauguró en el país la llamada “banca de fomento” fiel al nuevo papel asignado al Estado por la Patria Nueva. De esta forma, en 1928, inició sus funciones el “Banco de Crédito Agrícola” que debía impulsar la producción agropecuaria en el país. Lamentablemente sus créditos estuvieron destinados a los barones del azúcar y del algodón, no así a los pequeños propietarios o a las comunidades campesinas de la sierra. Ese mismo año se fundó el “Banco Central Hipotecario” para facilitar el crédito a los pequeños y medianos propietarios.
Local del Banco del Perú y Londres ocupado por la Municipalidad del Callao