Si alguien supo poner voz al horror nazi fue Primo Levi, quien desde que salió de Auschwitz fue dejando su testimonio del infierno con una dignidad y hondura como nunca se había hecho, como recuerda Antonio Muñoz Molina. Ahora se publican en España los cuentos completos en un solo volumen con dos inéditos. Publicado por El Aleph Editores, que ya editó el pasado año la Trilogía de Auschwitz, este volumen incluye cinco libros de cuentos publicados de forma dispersa por el escritor italiano de origen judío y autor de Si esto es un hombre, considerada una de las mejores obras del siglo XX.
Primo Levi (Turín 1919-1987) fue un resistente antifascista que no dejó de contar nunca el horror de los campos de concentración, que sintió en carne propia al ser deportado en 1944 a Auschwitz, lugar del que fue uno de los pocos supervivientes y del que dejó escrito para el futuro de la humanidad la experiencia de su supervivencia y sus reflexiones sobre la condición humana. Él repetía que la experiencia de Auschwitz le había convertido en escritor.
Un escritor escindido.- Este libro incluye títulos como Historias naturales (con traducción de Carmen Martín Gaite); Defecto de forma, de 1971, reeditado en 1987 con una carta del autor, y El sistema periódico, publicado en 1975, en el centro del libro, en el que Levi desgrana en veintiún capítulos cada elemento de la tabla química y con cada uno de ellos traza un paralelismo con el hombre.
Y es que Primo Levi fue también químico y profesor. Marco Belpoliti, editor del libro, cuenta en el prólogo que Levi utilizó la figura del centauro, protagonista de uno de sus cuentos más misteriosos, Quaestio de centauris, para hablar de lo que sentía como escisiones: mitad químico mitad escritor, mitad testigo mitad narrador, mitad judío mitad italiano. También se incluye en este volumen Lilit y otros relatos aparecidos en 1981, además de Última Navidad de guerra, volumen de cuentos dispersos y que ahora ha reunido Belpoliti.
Los dos inéditos son El fin de Marinese, que narra el intento de fuga de un soldado de la II Guerrra Mundial que está en un camión militar, y Carne de oso, que narra las conversaciones de unos alpinistas que comentan las expediciones más arriesgadas durante su estancia en un refugio. Relatos breves en los que «la parodia» despista al horror o lo hace más suave, más irónico; mitad realistas, mitad fantásticos. «No, no son historias de ciencia ficción, si por ciencia ficción se entiende “futurismo”, la fantasía futurista barata. Estas historias son más posibles que muchas otras», dice Primo Levi en una entrevista que recoge el prólogo de este ambicioso volumen.
«Todos los cuentos de Levi, incluso los más divertidos, ocurrentes, amables y ligeros, terminan regresando ahí, a la naturaleza dual, al espacio que se extiende entre el sueño y la realidad, espacios que sus palabras habitan de un modo aparentemente sereno, inteligente y siempre problemático. Levi es un escritor profundo que esconde su terrible profundidad en la superficie de las palabras», explica Belpoliti. Por su parte, Bernat Puig Portabella, responsable de El Aleph, recuerda a Efe que Levi «es el autor más importante del siglo XX y de la llamada literatura concentracionaria, una ficción que ahora ha dado novelas como “El niño del pijama de rayas”, edulcorada por la amabilidad y cuyo original y prototipo es Primo Levi» (EFE).
NOTA.- Primo Levi fue un autor de novelas judío de origen italiano, famoso por haber escrito una de las obras autobiográficas sobre su experiencia en el Holocausto nazi, Si esto es un hombre. La vida de Primo Levi acabó a los 68 años de edad. Aparentemente se suicidó tirándose de cabeza por el hueco de la escalera de su casa en Turín, aunque algunos estudiosos y fans ponen en duda que fuera un suicidio, al no dejar el escritor ninguna nota. Pero lo cierto es que en aquél entonces familiares y amigos declararon a la prensa “que se lo temían”. En concreto, su viuda dijo que “Primo estaba cansado de la vida”. Su biógrafa, Carole Angier, siempre ha sostenido que las secuelas de Auschwitz no fueron determinantes para que el escritor se quitara la vida. Muchos se preguntan cómo es posible que un hombre que ha sobrevivido al horror de un campo de exterminio decida terminar con su existencia. La respuesta es una depresión debida a varios factores que le fueron haciendo mella a lo largo de su vida: era una persona débil que no sabía imponerse a los demás, había tenido problemas con su condición sexual desde adolescente y su fama como escritor sólo se debía a una obra, aunque era un buen novelista y se esforzaba para que se lo reconocieran. Además, le enervaba que, habiendo vivido el calvario que vivió en Auschwitz, aún hubiera gente que negara el Holocausto. En la última etapa de su vida, la desesperación y angustia que le producía ver a su anciana madre y sus enfermedades fue lo que probablemente “colmó el vaso” de la desesperación de Levi.