VIENA, 25 DE JULIO DE 1934. Un comando nazi asesina al canciller Dollfuss. Hitler muestra sus cartas a Europa: no se conforma con Alemania.
La imagen es un adelanto del futuro próximo. La desnudez de ese cuerpo resulta obscena, porque ese señor es de los que usan siempre camiseta, camisa y chaleco, y se acuestan con su mujer llevando el pijama abotonado hasta arriba. Desnudarlo sin miramientos por las urgencias de un médico que intenta cortar la hemorragia es casi una agresión; un colofón a la que han perpetrado los pistoleros.
La imagen tiene dos chocantes contrapuntos que la hacen aún más violenta. Le han dejado puestos los pantalones, lo que agudiza la desnudez del torso, y no está sobre una camilla o una mesa de autopsias, sino sobre la floreada tapicería de un fino sofá del palacio de la Cancillería, lugar de lo más inapropiado para morir . Hasta esa época la prensa no solía publicar fotografías tan descarnadas, pero el nazismo y la Segunda Guerra Mundial acostumbrarán al público a una violencia gráfica en prensa y pantalla que, antes, se hubiera considerado insoportable. Esto es lo que viene.
En realidad, la fotografía no es más que un reflejo certero de la realidad, porque el asesinato del jefe del Gobierno austriaco es también un avance de los acontecimientos, como el tráiler de una película. Si alguien en Europa se despreocupaba por el ascenso al poder de Hitler , si pensaba que eso era cosa de los alemanes y allá ellos, el magnicidio de Viena debería abrirle los ojos.
Muchas cosas podrán decirse de Hitler, pero no que disimulara sus designios. Hacía sólo año y medio que se había convertido en canciller de Alemania, catorce meses desde que el Parlamento le otorgara poderes dictatoriales; todavía tenía por encima de él la autoridad del presidente de la República, el mariscal Hindenburg… Y ya había puesto en marcha los planes anexionistas que en cinco años arrastrarían al mundo a su peor tragedia.
El intento de golpe de Estado en Viena de 1934 anunciaba claramente la anexión de Austria, la de Checoslovaquia, el ataque a Polonia en 1939, la invasión de países neutrales y pacíficos como Dinamarca, Noruega u Holanda e incluso de aliados como la Rusia de Stalin. Como un escorpión loco, el nazismo tiene que agredir a quienes están a su alrededor, y como cada vez se expande más, nuevos vecinos se irán sumando a su lista de víctimas. “Europa se halla ante un programa de agresión, cuidadosamente preparado y calculado al minuto, que se viene ejecutando etapa tras etapa”, avisará Winston Churchill algún tiempo después del asesinato de Dollfuss .
Austrofascismo.- Engelbert Dollfuss , jefe del Gobierno de Austria desde 1932, era el líder del Partido Social Cristiano y representante de la ideología católica conservadora, cuyo tradicional enemigo eran los marxistas. Para enfrentarse a ellos –muy fuertes en Viena, donde controlaban el Gobierno local-, se alió con el príncipe Ernst Rudiger von Starhemberg, un admirador de Mussolini que dirigía una organización paramilitar de extrema derecha, la Heimwehr , ultranacionalista y pangermánica. El régimen que salió de esa alianza sería conocido por austrofascismo , pero tenía grandes diferencias con el nazismo. Entre otras cosas no era antisemita, sino que incorporó a la burguesía judía y, sobre todo, no quería que Austria fuera absorbida por Alemania.
Sin embargo, los partidarios de Hitler iban creciendo en Austria como una pandemia, y Dollfuss impuso una dictadura porque era consciente de que si había elecciones, los nacionalsocialistas las ganarían, como había sucedido en Alemania. La dictadura sirvió también para acabar con la fuerza del socialismo: hubo una auténtica pequeña guerra civil, con cientos de muertos, en la que el ejército aplastó a las milicias obreras, y luego una fuerte represión. Por desgracia para Dollfuss , no llegó a aplicar ese tratamiento brutal a las milicias nazis.
Antes de que lo hiciese, fueron los nazis quienes dieron el golpe. El 25 de julio de 1934, disfrazados con uniformes de la organización del príncipe Starhemberg , que formaba parte del régimen, o de la policía, dos grupos de asalto tomaron Radio Viena y el palacio de la Cancillería. Capturaron a Dollfuss y al ministro de Seguridad Pública, y desde la emisora anunciaron la dimisión del canciller. Dollfuss , sin embargo, no se había plegado a sus exigencias. El canciller era un hombre tan bajito que no lo admitieron en el ejército para luchar en la Gran Guerra, pero tenía coraje. Intentó escapar de sus captores, que le dispararon sin piedad. Murió desangrado por falta de atención.
Los asaltantes eran pocos y fueron reducidos por el ejército, pero no se trataba de una acción suicida. Contaban con estar poco tiempo detenidos, pues su golpe de fuerza, teledirigido desde Berlín, era sólo el prólogo al Anschluss , la anexión de Austria. El Führer sabía que la doctrina del “apaciguamiento”, imperante en Inglaterra y Francia, les haría tragar con la expansión del Reich por el “espacio germánico” antes que meterse en una guerra, de modo que tenía preparadas sus fuerzas para entrar en Austria y sacar a hombros de la cárcel a los golpistas.
Hitler se arruga.- Inesperadamente, quien salvó a la pequeña Austria de la amenaza nazi fue Mussolini . Desde la óptica actual, sabiendo cómo se desarrolló la reciente historia de Europa, resulta paradójico que Mussolini le parase los pies a Hitler , pues siempre les hemos visto como una pareja artística en la que el italiano se supeditaba completamente al alemán. Sin embargo, las cosas eran distintas en 1934.
Mussolini llevaba 12 años en el poder y era el inventor del fascismo, de modo que para él Hitler era un aprendiz recién llegado. El Duce tenía muchos imitadores en Europa, podía elegir a cuál protegía, a cuál promocionaba. El austrofascismo de Dollfuss estaba ideológicamente tan cerca del régimen mussoliniano como el nacionalsocialismo de Hitler, pero Austria estaba más cerca de Italia que Alemania. No sólo por su carácter católico, sino por la geografía.
Mussolini soñaba con hacer de Austria un satélite, un protectorado. Demostraría así su grandeza de estadista, dándole la vuelta a la Historia, pues hacía menos de un siglo media Italia se hallaba bajo ocupación austriaca. De modo que el Duce envió cuatro divisiones al paso del Brennero, que separa Italia de Austria, listas para entrar en auxilio de ésta si a Hitler se le ocurría atravesar la frontera. Y Hitler se arrugó.
Esta historia parece hecha para sacar un moraleja. Al mal hay que atacarlo al principio, antes de que crezca y se haga fuerte. Si las democracias, Francia e Inglaterra, se hubieran molestado en frenar y neutralizar a Hitler al principio, cuando se arrugaba ante el irrisorio ejército italiano, no se habría convertido en el peor castigo de la humanidad (adaptado de la revista El Tiempo de España).
Esto es algo más de las atrocidades cometidas por los nazis en Europa en las décadas del 39 y del 40 del siglo pasado y nos da una idea de la tortura y muerte de miles y miles de judíos en todo Europa. Sin embargo, aunque el mundo tiene derecho de superar el Holocausto, todavía existen quienes anuncian el retorno de la barbarie, la sangre, la muerte y el abuso a través de la locura. En el Perú, se han descubierto hace poco organizaciones criminales de adoctrinamiento nazi lideradas por los psicópatas Ricardo de Spirito Balbuena y Víctor Baca Minetti quienes preconizan el retorno del ideario nazi y pretenden hacer de el un partido político con aspiraciones a gobernar el país. Esta audacia ha movido a las autoridades peruanas y al cuerpo diplomático de Israel a tomar medidas drásticas contra estos energúmenos que viven como dos parásitos alterando la mente de los niños y de los jóvenes en Lima y en Tacna. Los padres de familia estamos reuniendo pruebas para presenar una denuncia internacional contra estos dos enfermos mentales a quienes se les acusa inclusive de violación de menores como es el caso de Víctor Baca Minetti. La Embajada de Israel les está haciendo un detenido seguimiento para enviarlos a la cárcel o al manicomio por presentar signos evidentes de enajenación mental.
(a) Jean Moulin
el viejito calvo que tiene la foto de hitler en la mano es victor baca minetti:
http://elcomercio.e3.pe/ima…
haciendo jurar a menores de edad por lo que esta siendo denunciado.