Los chilenos están a un año de festejar su “Bicentenario”. Para el 2010, están preparando una serie de actividades que no solo se reducen a lo eminentemente académico: hay todo un programa de infraestructura a nivel nacional que se verá el próximo año. Según todos los testimonios -cuesta decirlo- su Comisión del Bicentenario es la que mejor ha trabajado, al menos en América del Sur. Se trata de una empresa multidisciplinaria, en la que están participando todos los sectores de la ciudadanía. ¿Y nosotros? Bien, gracias. Como lo nuestro es “recién en el 2021” casi nadie mueve un dedo, menos aún el Gobierno. Bueno, en lugar de quejarnos, veamos por qué celebran hoy, 18 de septiembre, los chilenos el inicio de su proceso de independencia. Para eso, presentamos un extracto que publica hoy en El Mercurio de Santiago:
“El 18 de septiembre de 1810 Chile dio el primer paso para obtener su Independencia definitiva del dominio español. A las 09:00 horas de ese día, cerca de 450 vecinos –en su mayoría jefes militares, cabezas de las familias aristocráticas y prelados de las órdenes religiosas- se reunieron en el salón de honor del edificio del Consulado para discutir cómo debía ser gobernado el país luego de que Napoleón tomara cautivo al Rey Fernando VII y en su lugar pusiera a su hermano José Bonaparte. El primero en tomar la palabra fue el octogenario gobernador don Mateo de Toro y Zambrano y Ureta, quien renunció a su cargo diciendo: “Aquí está el bastón; disponed de él y del mando”. Luego habló José Miguel Infante, quien hizo ver a la asamblea la conveniencia de designar una “Junta Provisoria de Gobierno”que gobernara mientras el monarca se encontrara prisionero, tal como ya había ocurrido en otras colonias. La mayoría de la asamblea aceptó la proposición de Infante, manifestando su sentir con el grito de “Junta queremos”. Posteriormente fueron designados los miembros que integrarían el organismo.
Don Mateo de Toro y Zambrano asumió la presidencia de la Junta, que también estaba compuesta por José Antonio Martínez de Aldunate (obispo electo de Santiago), Fernando Márquez de la Plata, Juan Martínez de Rozas, Ignacio de la Carrera, Francisco Javier de Reina, Juan Enrique Rosales, José Gaspar Marín y José Gregorio Argomedo. La reunión terminó a las 15:00 horas en medio de la alegría de los vecinos de Santiago. Las campanas de las iglesias repicaban, y el pueblo celebró con fiestas y bailes”.
Así los chilenos inauguraron lo que sus historiadores llaman la “Patria Vieja”. Nosotros añadiremos un dato. Cuando el virrey Fernando de Abascal se enteró en Lima de lo acontecido en el país del sur organizó una campaña militar para aplastar la Junta de Santiago. Esta concluyó en la batalla de Rancagua (1814), con la derrota de los patriotas sureños. Ignacio de la Carrera y Bernardo O’Higgins se refugiaron en Argentina, al otro lado de los Andes, y negociaron con San Martín la independencia de Chile.
Nota.- Encabeza este post una imagen de cómo los chilenos celebraban su fiesta nacional en el siglo XIX. Como apreciamos, hay una pareja bailando la popular “cueca”. ¿Cuál es su origen? Este baile, tan popular hoy en el país vecino, es descendiente directo de nuestra antigua zamacueca y llegó a Chile en 1825 con el Ejército Libertador que regresaba del Perú. Los ritmos y cantos encontraron aceptación, con lo que el baile se difundió rápidamente. Al principio, la “cueca” se interpretaba entre los grupos de la elite, con guitarras y arpas, pero, con el tiempo, se folclorizó llegando a los sectores más populares donde se tocaba con la tradicional guitarra y se acompañaba cantando. Lentamente el nombre de “zamacueca” fue desplazado por la “cueca chilena” o sólo “cueca”. Aunque llevaba sonando desde el siglo XIX, recién el 18 de septiembre de 1979, a través de un decreto, se determinó que fuera la danza nacional de Chile. A continuación, presentamos una fotografía de hoy viernes 18 de septiembre, en la que se ve a la Presidenta de Chile bailando una “cueca” con el Alcalde de Santiago, dando inicio a los festejos por el Día Nacional:
(latercera.cl)