Esta vez queremos recordar y rendir homenaje a la doctora Laura Esther Rodríguez Dulanto, una mujer de extraordinaria vocación quien, desoyendo los prejuicios de su época, culminó la secundaria y siguió estudios universitarios, convirtiéndose en la primera médico-cirujana del Perú. En efecto, fue la primera mujer peruana que ingresó a la universidad, en mayo de 1892, y juramentó como médico-cirujana el 25 de octubre de 1900 en la Facultad de Medicina de San Fernando, un hito sin precedentes de la medicina peruana.
Su fecha de nacimiento variaba según las fuentes: 1874, 1875 y 1876; otros dieron fechas más precisas, como el 13 de octubre de 1875. Respecto al lugar, nació en Supe “Antiguo”, distrito de Supe, en la ex-provincia de Chancay, pues ahora está dentro de la jurisdicción de la provincia de Barranca (departamento de Lima). Su lugar natal fue destruido por lluvias torrenciales y huaycos durante el mes de marzo de 1891, por lo que los libros bautismales de su época fueron derivados a los pueblos de Pativilca, Barranca y Puerto Supe; esto dificultó hallar su partida bautismal.
Pero, afortunadamente la encontramos. En la partida dice: “María Laura Ester, bautizada el 28 de octubre de 1872, de diez días de nacida, en la Capilla de Santa María Magdalena de Supe, hija legítima de Don Marcelo Rodríguez y de Doña María Cristina…”. Su nombre completo fue María Laura Ester Rodríguez Dulanto, y su verdadera fecha de nacimiento es el 18 de octubre de 1872 (en Supe).
En el siglo XIX, Supe “Antiguo” estaba ubicado en lo que actualmente se denomina Campiña de Supe, y Laura Esther nació en la zona denominada actualmente Campiña Baja, primer lugar del Perú donde por iniciativa de los lugareños y vecinos se proclamó la Independencia Nacional, un lunes 5 de abril de 1819, como lo afirma el virrey Joaquín de la Pezuela en sus Memorias de Gobierno.
En Supe “Antiguo” pasó parte de su infancia. Luego, sus padres se trasladaron a Lima, en donde estudió la primaria en el colegio Badani. Su capacidad intelectual le permitió ser precoz preceptora de tercer grado. Fue en ese momento cuando tomó la firme decisión de continuar sus estudios, a pesar de que no había colegios de secundaria para niñas. En aquellos años, se asumía que las mujeres con solo los rudimentos de lectura y escritura debían prepararse para el matrimonio. Pero, Laura Esther ya se había propuesto seguir Ciencias y Medicina. Tercamente, se impuso una meta definitiva: para cuando su hermano Abraham hubiera terminado la secundaria, ella también lo habría hecho. Al respecto, decía: “Mi hermano, al regresar del Colegio Guadalupe, donde estudiaba la secundaria, se prestaba los cuadernos de sus compañeros y me los traía también y durante dos horas me repetiría las lecciones”. Muy joven terminó su instrucción secundaria pero, como no existían colegios oficiales de instrucción secundaria para señoritas, la Dirección de Instrucción nombró un jurado especial para tomarle el examen y la aprobaron con nota sobresaliente.
Luego se preparó con igual persistencia e ingresó, en mayo de 1892, a la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, con el calificativo de 20, mereciendo comentarios del diario El Comercio, ya que era la primera mujer en el Perú que ingresaba a la Universidad; tenía 19 años. Aún antes de concluir los estudios en la Facultad de Ciencias, se matriculó en la Facultad de Medicina, en el año de 1894; así consta en el Quinto Libro de Matrículas, página 109 (Primera matrícula N° 3022. Expediente N° 38). Con 21 años, fue la primera mujer peruana en iniciar estudios médicos.
Para sus trabajos de anatomía, por entonces con severas restricciones para las mujeres, debió estar detrás de un biombo. A veces preguntaba y sus compañeros la comparaban con un ciego que quiere reconocer una realidad que no ve. En su casa repasaba con su hermano Abraham, quien también estudiaba medicina, todos los pormenores, como si estuviera en la sala de disección. Por sus altas calificaciones (su caso era comentado su caso en los pasillos del Congreso de la República), una Resolución Legislativa del 15 de diciembre de 1895 le concedió un subsidio de 40 soles mensuales hasta el término de sus estudios. A la vez que cursaba el tercer año, tuvo una autorización especial del Decano de la Facultad de Medicina para realizar disecciones anatómicas en una sala aparte, en compañía de su hermano Abraham. Tales circunstancias representaron un enorme adelanto y superación para su tiempo. Su rendimiento fue brillante y a través de sus estudios mereció premios y estar calificada para los grados de Bachiller y Doctorado, según anota Alberto Tauro del Pino en su Enciclopedia Ilustrada del Perú.
Cuando estudiaba el quinto año de medicina, fue la primera mujer en el Perú en obtener el grado de Bachiller en Ciencias, el 27 de octubre de 1898, con calificativo sobresaliente. Su tesis fue sobre “Estudios Geológicos en la Provincia de Chancay”, y por su calidad fue publicada en los Anales Universitarios, tomo XXVI. Este acontecimiento fue publicado al siguiente día en el diario El Comercio.
Continuó estudios y prácticas clínicas y de laboratorio en la Facultad de Medicina. Alcanzó el grado de Bachiller en Medicina con la Tesis “Empleo del Ictiol en las Inflamaciones Pelvianas”, que lo obtuvo el 23 de diciembre de 1899. Y, luego de rendir los exámenes integrales, recibió el Título de Médica Cirujana, por primera vez otorgada a una mujer, con fecha 25 de octubre de 1900. De esta manera, comenzó el ejercicio de la profesión.
Como “interna” del doctor Constantino T. Carvallo, publicó en la Crónica Médica el trabajo “Enorme quiste ovárico, acompañado de otro pequeño” (año 1898); posteriormente, en la misma publicación, escribió sobre “Fibroma uterino” (año1900). La trayectoria profesional de la doctora Rodríguez Dulanto no fue muy amplia, pero puso las bases de un ejercicio profesional integral. Fue clínica asistencial al lado de los maestros Bello y Corpancho. Su espíritu solidario le hizo fundar la primera Escuela de Enfermería del país, donde ejerció la docencia, enseñando anatomía, fisiología e higiene con prácticas en los hospitales Santa Ana y Dos de Mayo. Con el producto de las erogaciones compró un equipo completo de cirugía, que entregó al Hospital Militar. Igualmente, fue solidaria durante el conflicto con Ecuador, en el año 1910, pues organizó la “Unión Patriótica de Señoras”. Como en el país había alta mortalidad materno-infantil y por tuberculosis, investigó sobre la tuberculosis y presentó una ponencia al respecto en el V Congreso Médico Latinoamericano celebrado en Lima en 1913 titulada “La necesidad de la declaración obligatoria de la tuberculosis pulmonar y del establecimiento de sanatorios por el Estado”. Contribuyó así al desarrollo de la salud pública nacional. También trabajó en la Escuela Normal de Mujeres, el Liceo Fanning y en los conventos de La Concepción, Jesús María y Nazarenas.
Lamentablemente, cuando todavía se esperaban mayores contribuciones suyas a la vida nacional, la pionera de la medicina peruana, después de padecer una prolongada enfermedad, falleció en Lima el 6 de julio de 1919, a la edad de 46 años. La Beneficencia Pública le erigió un busto en el Parque de la Historia de la Medicina Peruana, con una placa, en 1972, en la que dice: “Placa Recordatoria a la Dra. Laura Esther Rodríguez Dulanto. 1876-1919. UNMSM 22-IX-1900”. Hoy, su nombre perdura en el Hospital MINSA de su pueblo natal Supe. En Lima es homenajeada por la Asociación Cultural Vidal Hijos de Supe y por su Alma Mater.
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Gracias por los datos. Muy poco se sabe de estas mujeres peruanas primeras profesionales del Peru Republicano. Me es grato leer algo sobre ellas.
Excelente artículo. Gracias por difundir y dar a conocer el aporte de las mujeres peruanas en diferentes ámbitos como la medicina. De esta forma se contribuye a visibilizar el rol de las mujeres en la historia del Perú.