(fuente: panoramio.com)
Fue inaugurada el 29 de junio de 1945 y cuenta con más de 30 mil volúmenes de diversos temas: publicaciones antiguas (impresos e incunables) de la historia de Lima y de temas municipales, así como periódicos, revistas, fotografías y planos antiguos y la Colección de Normas Legales desde el siglo XIX.
Sin embargo, no es solo su colección bibliográfica y documental lo que asombra sino su arquitectura y decoración, sin duda una de las más bellas de nuestra ciudad en cuestión de diseño. Ingresando hacia el ambiente principal, puede apreciarse la ensamblada talla en cedro de Nicaragua que cubre íntegramente el recinto. Los trabajos fueron dirigidos por el maestro ebanista José Caycho, cuya firma “Caycho tallador” figura en la parte inferior del eje o alma de la estupenda escalera de caracol que conduce al entrepiso. Existen 150 figurillas decorativas, todas distintas entre sí, a lo largo del eje de la escalera, coronada por un fruto de piña. Los motivos en relieve del techo y las balaustradas del entrepiso tienen acentuadas reminiscencias rococó.
Entre su mobiliario, cuenta con cuatro mesas de lectura grandes “fraileras” talladas con sus respectivas lámparas de bronce y sillones de estilo Luis XIII. Al fondo destaca un armario labrado en caoba rosada venezolana, obsequio de Caracas a Lima en 1935, con ocasión del IV Centenario de su fundación; los escudos de ambas ciudades adornan sus portezuelas.
Entre sus documentos y objetos de alto valor históricos, la Biblioteca Municipal guarda el Acta de Declaración de la Independencia del 15 de julio de 1821, redactada por el prócer Manuel Pérez de Tudela y firmada por los vecinos notables de la Lima de entonces. La última vez que fue restaurada fue en 1979, en Roma. Otras curiosidades son la “Llave de la Ciudad” y una talla en madera del Escudo de la Ciudad del siglo XVIII. Muestra las alteraciones que sufrió este emblema a partir de aquel siglo: la adición del fruto de la lima, extraño a la etimología original del nombre de la ciudad, así como el águila bicéfala imperial, en lugar de las dos águilas originales, y la columnas de Hércules.
Una rectificación: Soy hermano de José Mazzini Otero, a quien mencionas en relación a la competencia automovilística de las Seis Horas, donde Pepe perdió la mano. Tres son las rectificaciones pertinentes: 1) No perdió la mano izquierda, sino la derecha. 2) No cayó en depresión, aunque ciertamente el hecho lo afectó. A pesar de eso, siguió practicando remo, en competencia, con un brazo artificial. En esa condición fue campeón nacional. 3) Murió por una afección cardíaca, no por voluntad propia.
Un afectuoso saludo.
Eduardo Mazzini Otero