Bicentenario de Argentina: la huella de los argentinos en Lima (2)


Imagen noctura del día de la inauguración del monumento a San Martín en 1921

Argentina en el Centenario de la Independencia del Perú (1921).- Como era de esperarse, cuando en 1921 el gobierno de Leguía organizó las celebraciones por los 100 años de nuestra Independencia, la efeméride tuvo un claro corte sanmartiano. En primer lugar, se decidió construir la plaza San Martín, con el monumento al Libertador al centro, y darle a la ciudad un nuevo espacio público, de corte republicano, paralelo a la Plaza de Armas, el tradicional espacio público de los limeños pero con reminiscencias coloniales. Ojo que durante el Protectorado, San Martín ordenó cambiar de nombre a la Plaza de Armas por Plaza de la Independencia; sin embargo, este decreto no tuvo mucha incidencia pues se impuso la costumbre y los limeños siguieron llamando a la plaza como desde el siglo XVI.

Hasta 1919, existía en este lugar una plaza muy modesta, con losetas sencillas, y unos cuantos postes y arbustos. Leguía quería darle a la ciudad una plaza elegante, de prestancia y qué mejor ocasión que el Centenario para inaugurarla en homenaje al Libertador argentino. Para desarrollar el proyecto, se tuvieron que construir graderías para salvar los desniveles producidos por la antigua estación del tren (San Juan de Dios) y contratar picapedreros de La Paz y Arequipa, quienes tuvieron que trabajar (en las canteras de granito de Amancaes) fabricando las baldosas para el pavimento y los bloques para los muros de la nueva plaza. Otro problema fue que, según el diseño, las balaustradas y las bancas debían ser de mármol. Lo más fácil hubiera sido contratar su construcción en Italia (Carrara), pero se decidió importar la maquinaria y crear una “industria del mármol” para aprovechar las canteras de Atocongo; los talleres de la nueva industria estuvieron ubicados en la vieja avenida de La Unión. La solemne inauguración de la plaza y el monumento a San Martín ocurrió el 27 de julio de 1921, con la presencia del presidente Leguía y de todas las delegaciones invitadas para el histórico evento.

El monumento a San Martín.- Con esta obra, el Estado saldaba una deuda de gratitud con el Libertador argentino. El concurso fue ganado por el escultor español (valenciano) Mariano Benlliure, director de la Academia Española en Roma. A pesar de que la maqueta fue objeto de severas críticas (como las de los escritores Federico Larrañaga, L. Macagno y Teófilo Castillo, quien la describió como “algo monótono, con sabor a presepio italiano, demasiado planimétrico, poco decorativo, más pictórico que escultórico”), el monumento se inauguró como parte de un proyecto mayor. La nueva Plaza San Martín se construyó sobre un espacio ocupado por el Hospital San Juan de Dios, frente donde se encontraba la Estación del Ferrocarril. El trabajo de diseño y jardinería fue encargado al escultor español Manuel Piqueras Cotolí.Retomando el monmento, como lo observamos hasta hoy, el aspecto del Libertador en la escultura fue objeto de crítica desde su maqueta. En la imagen, cabalgando algo arrogante, San martín cruza los andes, de Argentina a Chile, por el Paso de los Patos, situado a 4 mil metros sobre el nivel del mar, de ahí la nieve en la cordillera. En concordancia, el escultor añadió un abrigo al uniforme de granadero. Sin embargo, se dijo que l conjunto no recogía las dificultades de la travesía, con un San Martín mirando hacia la derecha en actitud serena, y un caballo avanzando a paso lento sin denotar cansancio, del que incluso se dijo lucía pesado y perezoso. A esta observación se sumó otra: que se trataba de un episodio ocurrido en otro territorio, alejado de los acontecimientos que precipitaron la Independencia del Perú. En fin, diversas caricaturas publicadas en los medios locales hicieron escarnio del monumento. Se dijo, para dar más detalles, que el caballo era pesado y algo perezoso. Escritores como L. Macagno y Federico Larrañaga, y artistas como Teófilo Castillo, cuestionaron el tributo al que nos declaró la independencia el sábado 28 de julio de 1821 en nuestra Plaza de Armas.

La delegación argentina en 1921.- Para las celebraciones del Centenario, la delegación argentina estuvo presidida por el monseñor Luis Duprat, arzobispo interino de Buenos Aires. Otro ilustre personaje de la “embajada” rioplatense fue el general Carlos I. Martínez, quien tuvo la jefatura de las tropas que formaron el día de la inauguración del monumento al Libertador. Pero la delegación también estuvo compuesta por un batallón de los famosos “Granaderos a Caballo General San Martín”, cuyos vistosos uniformes se convirtieron en una de las grandes atracciones en los desfiles que se organizaron por esos días en la ciudad . Para alojar a este batallón se tuvo que remodelar (ya que estaba muy abandonado) el Cuartel San Martín, ubicado en la avenida del Ejército (Miraflores). Se culminaron las cuadras, los salones, el comedor y los dormitorios para los oficiales; también se acondicionaron las caballerizas para el ganado. En un gesto muy amable, al final de su estancia en nuestra capital, los “granaderos” obsequiaron sus caballos y sus lanzas al ejército del Perú.

El local de la Embajada argentina.- Finalmente, en un gesto de verdadera amistad con el país que vio nacer al libertador San Martín, el Estado peruano donó el edificio para que funcione la Embajada de argentina en Lima; el local, diseñado al estilo neocolonial o neohispano, se ubicó en la primera cuadra de la avenida Leguía (hoy Arequipa) y, hasta la actualidad, funciona como sede de la legación diplomática rioplatense. Cuando el gobierno peruano donó el edificio para la Embajada de Argentina en Lima, el gobierno argentino, en reciprocidad, obsequió el local que ocupa actualmente la Embajada del Perú en Buenos Aires. El diseño del inmueble fue obra de arquitecto argentino Alejandro Bustillo y el dueño originario del edificio fue Alberto del Solar Dorrego, miembro de una tradicional familia porteña. La construcción quedó lista en 1928. La donación de este inmueble quedó registrada por Escritura Pública del 5 de agosto de 1942, y fue suscrita a nombre del Perú por el entonces Embajador en Argentina, el mariscal Óscar R. Benavides.

La avenida Argentina.- Esta avenida se abrió como consecuencia del éxito de la apertura de la avenida Progreso (hoy Venezuela). La idea era unir la zona norte del Callao con los nacientes barrios industriales de Lima, ubicados en los alrededores de la plaza La Unión. La iniciativa también respondía a las obras portuarias que se iban a iniciar, justamente, al norte de la bahía del Callao: la nueva avenida debía culminar en esa zona del puerto. El que financió y llevó a cabo la obra fue el empresario Santiago Poppe, quien recibió del gobierno una serie de facilidades y franquicias, especialmente al derecho que se le otorgó en expropiar, a una tasación establecida por ley, una faja de 100 metros a cada lado de la arteria. Cuando se terminó de construir, en 1927, la avenida tenía una longitud de 10 kilómetros y una pista de concreto reforzado de 8 metros de ancho y 6 pulgadas de espesor. El costo de la obra ascendió a un millón de soles, fue inaugurada el 5 de octubre y se constituyó en la vía más recta entre Lima y el Callao. Cabe destacar que esta avenida fue inaugurada con el nombre de La Unión; en 1930, tras la caída de Leguía, fue rebautizada como “Argentina”.

Argentina en el distrito de Barranco.- En 1912, el entonces alcalde de Barranco, Aurelio Souza, inició la construcción del Paseo Roque Sáenz Peña, rodeado por un elegante grupo de residencias de estilo europeo, en su mayoría “afrancesadas”; luego, durante las décadas del 20 y del 30, se añadieron otras casonas con motivos góticos, tudor y moriscos. Asimismo, en el recorrido del Paseo, hay un pedestal con una escultura en mármol de “Neptuno”, que luce la túnica con el pecho descubierto y con corona. Lleva el nombre del general argentino Roque Sáenz Peña.

Asimismo, en el cruce de Sáenz Peña con San Martín, hay un monumento, en forma de obelisco, en honor al Libertador argentino. Su historia es algo complicada, pues no siempre esta escultura estuvo en Barranco. En realidad se trató de un obsequio hecho por el coronel Lorenzo Pérez Roca a la ciudad de Lima en 1906. En un principio, esta obra de Roselló, estuvo ubicada cerca de la entrada al Parque de la Exposición y reemplazó al monumento a Colón que fue trasladado unos metros más allá, al centro de la avenida 9 de Diciembre (hoy Paseo Colón). El obelisco, que en es entonces estaba coronado por un Ángel de la Victoria o de la Coronación, fue trasladado a Barranco en 1922 y fue, inexplicablemente, partido en dos: la parte mayor del obelisco y la escultura de San Martín, en la Alameda Sáenz Peña; el resto del obelisco y el Ángel, en la Av. Bolognesi; en el terremoto de 1940, el Ángel se cayó y se destruyó.

San Martín en el Callao.- La provincia del Callao también tiene su Plaza San Martín, ubicada en la cuadra 7 de la avenida Grau (ex Buenos Aires). El monumento tiene una placa en la que se lee: “El Callao por iniciativa del comité patriótico, al fundador de la independencia nacional, Generalísimo Don José de San Martín, Libertador del Perú”. También tiene los escudos de Perú y Argentina y, al centro, las palabras del Libertador cuando proclamó la independencia. Sin embargo, no siempre este monumento estuvo en este lugar. Revisemos la historia. Este monumento estuvo ubicado, hasta 1944, frente a la Iglesia Matriz, en el pequeño parque ubicado entre el edificio de la Cámara de Comercio del Callao y La Prefectura y entre las calles Manco Capac y Constitución, cuando todavía existía la Estación del Ferrocarril. Fue inaugurado en este lugar en 1921, año del Centenario de nuestra Independencia.

La influencia argentina en el Perú, 1900-1950.- Como sabemos, Argentina fue una potencia económica mundial hasta la década de 1950, cuando inicia su declive debido, en gran medida, al populismo desatado por el peronismo. En aquella “época dorada”, el país de la carne y del trigo (uno de los “graneros” del planeta) miraba a Europa, especialmente a Francia. No era un país que “exportaba” gente sino, más bien, era receptor de miles de migrantes provenientes de muchos países de Europa. Si hubo familias argentinas que salieron de su país, lo hicieron a las grandes capitales europeas, especialmente París, a disfrutar de sus fortunas y vigilar, desde el Viejo Mundo, sus negocios. Por ello, en Lima nunca hubo una gran colonia argentina, por lo menos hasta la década de 1950. En cambio sí hubo, especialmente en Lima, una gran influencia argentina pero de tipo académico y cultural. En 1918, por ejemplo, estalló el movimiento de la Reforma Universitaria en Córdova, que influyó a toda una generación de intelectuales latinoamericanos. En el Perú, Haya de la Torre fue el que más se vio guiado por este movimiento que buscaba que el gobierno de las universidades sea más democrático y que los estudiantes estén más involucrados con los problemas nacionales y la labor social (en la ciudad de Córdova, Argentina, hay una avenida con el nombre de Haya de la Torre, justo donde se encuentra el campus de la Universidad Nacional de Córdova). Desde Buenos Aires, por ejemplo, llegaban las novedades editoriales. Las últimas obras de filosofía, historia, literatura, derecho y medicina que se producían en Europa llegaba a través de sus traducciones por las grandes editoriales argentinas, como Losada. Toda librería limeña, que se preciara de estar actualizada, debía tener libros impresos en Argentina. Asimismo, muchos jóvenes peruanos, atraídos por el prestigio de las universidades rioplatenses, iban a estudiar sus carreras allá, especialmente derecho y medicina. Finalmente, muchas compañías de teatro o de ópera que actuaban en el Teatro Colón de Buenos Aires, eran requeridas por los empresarios para que vengan a Lima.

Otros campos de influencia fueron la música, el cine y la radio. Respecto a la música, no cabe duda que el tango gozó de gran popularidad, así como las películas de cine, muchas de ellas protagonizadas por Libertad Lamarque. Cabe recordar, por ejemplo, que los primeros discos de música criolla se grabaron en Buenos Aires. En el campo de la radio, hasta los años 50, fueron muy populares las radionovelas (o “teatros del aire”), cuyos guiones eran comprados por los empresarios peruanos en Argentina. Toda esta influencia cultural argentina fue mermando hacia los años cincuenta, cuando fue desplazada por la mexicana.

Argentina y el fútbol peruano.- A partir de la década de 1970, muchos futbolistas argentinos llegaron al Perú contratados por clubes profesionales. De todos ellos, los que más destacaron fueron los arqueros, especialmente tres: Humberto Horacio Ballesteros, Ramón Quiroga y Óscar Ibañez; los tres se nacionalizaron peruanos y se quedaron a residir en nuestro país. El primero de ellos, Ballesteros, llegó en 1971 (procedente del “Lanús”) contratado por Universitario de Deportes; defendió el arco crema cuando la “U” alcanzó el subcampeonato de la Copa Libertadores en 1972. Cuentan que el dictador Velasco se opuso a que, ya nacionalizado peruano, el popular “HH” defienda el arco de la selección peruana para las eliminatorias del mundial de Alemania 74 (hoy es dueño de una pequeña pizzería en el Centro Comercial “El Trigal”, en Velasco Astete con Benavides). Ramón Quiroga tuvo una historia distinta. Llegó de Rosario Central a defender la valla del “Sporting Cristal”. Se nacionalizó peruano y fue el arquero titular de la selección peruana en los mundiales de Argentina 78 y España 82 (incluidas las eliminatorias para ambos torneos). Luego fue entrenador y, actualmente, se desempeña como periodista deportivo. No detallamos más la figura de Quiroga pues habría que entrevistarlo. De Óscar Ibáñez, nacionalizado peruano en 1997 y arquero titular de la selección peruana en las eliminatorias para Francia 98 no hablamos mucho por ser una historia muy reciente.

El Rincón Gaucho.- Es quizá el restaurante de carnes más célebre y el más antiguo de Lima. Ubicado originalmente en el Parque Salazar de Miraflores, fue inaugurado, el 21 de marzo de 1963, por Juan Domingo Núñez y Dora Stolar de Núñez. Debido ala construcción de Larcomar en los años noventa, su local se trasladó a la última cuadra de la avenida Armendariz, también en Miraflores.

El apoyo del Perú a la Argentina en la Guerra de las Malvinas (1982).- A lo largo del siglo XX, hubo hasta tres coyunturas en las que hubo un sincero acercamiento entre Perú y Argentina. El primero se produjo durante los años del fracasado plebiscito de Tacna y Arica. Varios políticos y juristas argentinos avalaron y respaldaron la posición del Perú frente a la “chilenización” de aquellas provincias cautivas. El segundo momento ocurrió cuando estalló el conflicto entre Perú y Ecuador en 1941; recordemos que Argentina fue uno de los “garantes” del Protocolo de Río de Janeiro, documento que ratificaba los derechos soberanos de nuestro país sobre Tumbes, Jaén y Maynas. Finalmente, el último momento se dio en 1982, durante la guerra entre Argentina y la Gran Bretaña por la soberanía de las Islas Malvinas. Desde un principio, el Perú, que en ese entonces era gobernado por el arquitecto Fernando Belaunde, vio con simpatía las reivindicaciones argentinas y trató de mediar en la disputa, pero todo fracasó cuando se produjo el hundimiento del Belgrano por los submarinos británicos. En una operación solidaria con Argentina, desde el Perú hubo envíos de equipos y material bélico, incluida una escuadra de por lo menos diez aviones caza bombarderos Mirage, artillados con misiles teledirigidos; asimismo, nuestra Marina de Guerra colaboró en el transporte de material bélico desde Israel hasta Argentina. Cabe destacar que en estas operaciones el gobierno de Belaunde no actuó en solitario: toda la opinión pública supo expresar su lealtad sanmartiniana.

Puntuación: 4.2 / Votos: 5

Comentarios

  1. Sergio Selva escribió:

    Muy buena la nota sobre la huella de los argentinos en Lima! Celebro que los lazos de amistad entre Argentina y Perú se fortalezcan plenamente y se renueven día a día. Todo argentino que viaje a Perú debería visitar Lima (y no solamente ir a Machu Pichu). Lima es una ciudad increible, bellísima, llena de historia y encantos; una ciudad que he visitado y que me siento muy cómodo.
    Saludo a los amigos peruanos!!! Un fuerte abrazo desde buenos aires, argentina!
    Sergio.

  2. elizabeth escribió:

    Excelente artículo,pero deseo información que monumento estaba antes de la figura de Víctor Raul Haya de la Torre, y como se llamaba la Plaza frente a la embajada argentina , por el lado de 28 de Julio , gracias por la Información.

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