Plazuela de San Agustín


Detalle de la plazuela de San Agustín y de la iglesia, cuando aún conservaba una de sus torres

El lugar que ocupa esta plazoleta fue el solar de Francisco Velásquez de Talavera, alcalde de Lima en 1553 y 1566. Su residencia fue heredada por su hija, Inés de Sosa, quien se casó con Francisco de Cárdenas y Mendoza, también alcalde de Lima en 1595. Luego, en 1612, en este espacio se construyó un “corral de comedias”, propiedad de Alonso de Ávila y su esposa, María del Castillo. Según Juan Bromley, es posible que delante de este teatro se dejara un espacio libre para el público, lo que habría originado la plazoleta. Cabe añadir que para esa época, ya los agustinos habían construido tu templo y su convento en la manzana de al lado.

¿Qué hubo antes en esta plazuela? Antiguas fotografías demuestran que en su perímetro existía una casona con un espectacular mirador de corte gótico. Luego, en ese mismo lugar, se construyó, en 1955, el edificio de oficinas de la compañía “Peruano-Suiza”, donde funcionó, hasta inicios de la década de 1970, la sede de la embajada suiza. El inmueble fue diseñado por el arquitecto suizo Teodoro Cron, quien le prestó mucha importancia al peatón, a quien le dio un pasaje debajo del edificio, que permite ver la hermosa fachada barroca de la iglesia de San Agustín; actualmente, es el local principal del SAT, Servicio de Administración Tributaria. Asimismo, en esta plazoleta estuvo el monumento a Eduardo de Habich, fundador de la Escuela de ingeniero, por lo que se le llamó “Plazuela Polonia” (el monumento se trasladó luego a Jesús María). También estuvo aquí un obelisco en honor de Jaime Bausate y Mesa, fundador de la Gazeta de Lima, primer periódico del Perú y de América del Sur (luego se ubicó el monolito en el Campo de Marte). Actualmente, podemos admirar, al centro, una estela en homenaje al poeta César Vallejo, inaugurada en 1961. Esta obra del escultor vasco Jorge Oteiza es, quizá, la escultura más valiosa que hoy adorna Lima por la fama de su autor. Fue el primer monumento abstracto levantado en nuestra ciudad, en un lugar de tradición barroca, que significa la ruptura con la figuración y la exaltación romántica del personaje. Sin embargo, a pesar de todos estos cambios, la plazuela perduró con su viejo nombre de San Agustín.

Mañana, la plazuela de San Pedro

Puntuación: 4 / Votos: 4

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *