Plazuela del Teatro


Plazuela del Teatro hacia finales del siglo XIX

Esta plazuela no tiene origen virreinal sino republicano, y se abrió entre 1822 y 1847. Cuenta Luis Antonio Eguiguren que, en 1822, el general San Martín y su ministro, Bernardo de Monteagudo, solicitaron a los padres agustinos su colaboración para dar realce al Teatro Principal, también llamado Teatro de la Comedia. Así, los frailes donaron a la ciudad un terreno que se agregó a la calle del Teatro. Esta cesión significó la demolición de un sector del convento Nuestra Señora de la Gracia para dar paso a la plazuela y facilitar el estacionamiento de coches y carrozas sin obstaculizar el tránsito. Fue la primera obra de expansión urbanística que se realizó después la Independencia, y se inspira en las plazas alargadas y curvilíneas del siglo XVIII tratadas con portales o fachadas clásicas. Luego, el presidente Torre Tagle, por Decreto Gubernativo del 22 de marzo de 1823, dispuso que se llamara “Plaza 7 de septiembre”, en recuerdo a la fecha del desembarco de San Martín en Paracas; también mandó adornar el lugar para que sirviera como paseo público (en 1931, el alcalde de Lima, Luis A. Eguiguren, colocó una placa recordatoria sobre este hecho pero hoy está desaparecida). Cabe mencionar que en esta plazuela se colocó la primera piedra de un monumento a San Martín que nunca se concluyó; luego, en 1855, la Municipalidad decidió colocar en ese mismo lugar una estatua al oidor Pedro Antonio de Olavide, quien reconstruyó el viejo teatro e mediados del siglo XVIII. Poco antes, en 1846, se hizo el Portal de San Agustín, frente al Teatro, financiado por los comerciantes Federico Barreda y Nicolás Rodrigo. A lo largo del siglo XIX, la plazuela tuvo otros nombres, como de las Comedias y del Coliseo.

El Teatro Segura se construyó hacia el año 1910, sobre los vestigios de la antigua sala del Teatro Principal, que acogió las veladas artísticas desde los tiempos coloniales. Todo el conjunto (teatro y plazuela) lleva el nombre de uno de los autores teatrales peruanos más importantes del siglo XIX, Manuel Ascencio y Segura. Cabe destacar que, junto al Segura, se la Sala Alcedo, en honor de don José Bernardo Alcedo, autor de la música del Himno Nacional del Perú. En la plazuela, hoy totalmente empedrada, hay un monumento al poeta César Vallejo, obra de Miguel Baca Rossi, inaugurada el 15 de abril de 1983. Muestral poeta de pie y está hecha de bronce y granito. La escultura ha sido muy criticada, pues, según algunos, muestra a Vallejo sin altivez, con la cabeza gacha, cubierto con un sacón que va desde el cuello hasta las canillas, con las solapas entreabiertas y con las manos dentro de los bolsillos. Tampoco la frase que está en el pedestal es la más original de nuestro primer poeta: Hay, hermanos, mucho por hacer. Por último, el bar o taberna “Carbone” es otro de los lugares tradicionales de la Lima de antaño que aún puede verse o visitarse en esta plazuela.

Mañana, la plazuela de La Merced

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