Historia de las tiendas por departamentos en Lima (1)


Hermoso local de Oeschle, inaugurado en 1917, en el Portal de Botoneros (Plaza de Armas)

Entre finales del siglo XIX e inicios del XX, cuando Lima y su elite pretendían emular a París, alentadas por el crecimiento económico, empezaron a aparecer en el centro de la ciudad una serie de tiendas o almacenes que importaban toda clase de artículos, básicamente europeos. Estos negocios, regentados en su mayoría por inmigrantes, traían ropa, artefactos electrónicos, instrumentos musicales, bicicletas, muebles, máquinas de escribir y un sinfín de mercaderías que eran la aspiración de toda familia limeña, interesada por emular el estilo de vida y el consumo de la burguesía del Viejo Continente. Sin embargo, estas tiendas eran relativamente “especializadas”, pues se dedicaban a traer un rubro específico para cubrir el mercado de consumidores. Quizá las tiendas de los chinos eran las que ofrecían la mayor variedad de productos, aunque su público objetivo eran los grupos populares y algunas familias de “clase media”.

También existían, al igual que en las demás capitales latinoamericanas, tiendas o sucursales de los grandes almacenes europeos que se dedicaban a traer artículos europeos o norteamericanos por pedido, a través de catálogos. Almacenes famosos, como los parisinos La Maison du Bon Marche o Galerie Lafayette, tenían “oficinas” en nuestra capital y los limeños podían soñar con algún artículo de lujo o una exclusividad. Incluso, había tiendas donde se podían adquirir obras de arte; por ejemplo, esculturas de mármol italiano para decorar casas, jardines, tumbas en el Cementerio General y algunos espacios públicos. Cabe destacar que, paralelamente a la instalación de estos modernos negocios, la publicidad también avanzaba, y en los periódicos y revistas de la época se promocionaban toda clase de artículos en avisos muy sofisticados por sus diseños y mensajes.

Pero, hasta 1917 , Lima no contaba aún con una tienda por departamentos o un gran almacén como había en París, Londres o Nueva York (el primero de estos grandes almacenes fue La Maison du Bon Marche, fundado en París en 1852). Ese año se abrió Oeschle, una gran tienda de cuatro pisos, en la Plaza de Armas, que ofrecía una amplia variedad de productos orientados a cubrir diversas necesidades como ropa para damas, caballeros y niños, menaje del hogar, decoración, juguetes, etc. El hermoso edificio de la Casa Oeschle era propiedad del inmigrante alemán Augusto Fernando Oeschle quien, desde 1888, había abierto en Lima una pequeña tienda dedicada a la venta de hilos, botones y encajes traídos de Europa. Pronto el negocio creció con la llegada de textiles, perfumes, juguetes y demás artículos hasta que el empresario alemán, en 1917, decidió dar el gran salto y abrir la primera tienda por departamentos entre el portal de Botoneros y el Pasaje Olaya. Cabe destacar que la firma Oeschle siempre se destacó por su innovación, elemento clave en este tipo de negocios, no solo en los artículos que importaba sino en la infraestructura del local. El señor Oeschle, por ejemplo, antes de abrir el gran almacén en el Portal de Botoneros, instaló en su tienda el primer ascensor que operó en Sudamérica. Pero si algo recuerdan los limeños de entonces de Oeschle eran los juguetes que traía la tienda, tanto así que, en los años treinta, la sección juguetes se “independizó” y la empresa abrió la que fue la juguetería más importante de Lima. Otro servicio que ofrecía Oeschle era la venta por catálogo. Si un cliente no encontraba lo que necesitaba en la tienda, lo podía pedir de cualquier lugar de Europa o Estados Unidos. En 1945, murió el fundador y fue reemplazado por su hijo Alex Oeschle Pruss.

Lógicamente, con los años, le vino la competencia a Oeschle. A inicios de la década de los cincuenta, la familia Brescia le vendió una manzana de los terrenos que tenía en San Isidro a la firma norteamericana Sears Roebuck, que ya operaba en Lima a través de una oficina de venta por catálogos. El local del nuevo gran almacén de Sears, proyecto del arquitecto Linder, se abrió en 1953, en lo que era una chacra, frente al tranvía Lima-Chorrillos, en la actual Vía Expresa, cuadra 32 del Paseo de la República. Era una tienda de venta de artículos para el hogar y de ropa; asimismo, tenía su cafetería o snack bar. En sus primeros años, el éxito de Sears consistió en que la mayor parte de su mercadería era importada y que su sistema de crédito era más flexible que las otras tiendas de Lima. Cabe destacar que su frase, “Entera satisfacción o la devolución de su dinero”, se convirtió en el lema primordial de la empresa. Con los años, Sears abrió cuatro locales más en la capital: en el Jirón de la Unión (cuadra 5), en Miraflores (cuadra 7 de la avenida Larco), en Pueblo Libre (avenida Sucre) y en Plaza San Miguel. Sears se transformó, en 1984, en SAGA (siglas de la empresa colombiana “Sociedad Andina de Grandes Almacenes”); en 1996, la compró la chilena Falabella.


Local de Sears en San Isidro, inaugurado en 1953

Interior de Sears de San Isidro

Puntuación: 4.8 / Votos: 5

Comentarios

  1. Leonardo Blascano escribió:

    Sabe usted cual es el motivo del fracaso de la tienda Hogar. Su historia de exito y fracaso

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