Sabemos que cuando se derribaron las antiguas murallas de Lima se abrieron, en el trazo que ocupaban, amplias avenidas que debían tener forma de boulevar. Una de ellas es la avenida Alfonso Ugarte. Sin embargo, entre finales del siglo XIX e inicios del XX, se le conocía como “Carretera del Gas” porque sobre ella estaba la fábrica de gas que surtía de este combustible a la ciudad. El tema es que las cenizas que emanaba la fábrica caían sobre el suelo y lo impregnaban de una capa que impedía el crecimiento de cualquier planta. Era tierra muerta, de color muy oscuro y con fuerte olor a gas. Felizmente, cuando el alumbrado eléctrico se extendió, la empresa quebró. Poco después se inauguraba la “Alameda Circunvalación”, rebautizada luego como avenida “Alfonso Ugarte” con un aspecto muy vistoso: por todo su trayecto fueron plantadas cuatro hileras de álamos.
Antigua postal de la “Alameda Circunvalación” (luego, avenida “Alfonso Ugarte”); al fondo, la plaza “Dos de Mayo”