Recuerdos de la década de los 80

Hasta principios de los años 80, el mundo estaba ya acostumbrado al conflicto ideológico y militar llamado “Guerra Fría” entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Sin embargo hacia mediados de esta década, se inició un proceso que nadie había previsto: el fin del comunismo. Todo empezó en 1985 con la perestroika de Gorbachov en la fenecida Unión Soviética y se consolidó en 1989 con la caída del Muro de Berlín y la reunificación alemana. Ni el más optimista defensor de los valores de Occidente hubiera podido imaginar un desplome del socialismo en tan poco tiempo.

Pero estos también fueron los años en que la medicina registró una nueva enfermedad contagiosa, el SIDA, que habría de marcar decisivamente la conducta sexual y la visión del mundo de nuestro tiempo. La gente demoró en tomar conciencia de la moderna “plaga” que, los más conservadores, consideraron “bíblica”, es decir, un castigo de Dios ante tanta promiscuidad y libertinaje sexual. La Humanidad tomó conciencia también de otra amenaza sobre el planeta: el agujero de la capa de ozono crecía en ambos polos. Por ello, en los ochenta cobró mucha fuerza el movimiento ecologista.

Una nueva máquina revolucionó el mundo de los negocios y la vida cotidiana. Hablamos de la PC o computadora personal. El mundo pronto se dio cuenta del océano de posibilidades del moderno procesador. De allí en adelante, las computadoras se modernizaron cada año y su manejo fue cada vez más simple. Las ventas no hicieron sino aumentar. Hoy por hoy, no manejar el “ordenador” es como no saber leer ni escribir.

El contexto nacional.- En las elecciones de 1980 Acción Popular, con Fernando Belaunde, obtuvo una mayoría de 42%. El APRA, sin Haya de la Torre, logró el 28%, un revés político muy serio. El PPC alcanzó un magro 11% y todos los grupos de izquierda sumaron el 16%. La escena política tenía algo de familiar. Belaunde era otra vez presidente pero sin la obstrucción del APRA en el Parlamento. Su reelección era también una suerte de reivindicación: los militares lo habían depuesto en 1968 y ahora le garantizaban su vuelta a la presidencia.

Belaunde se comportó como un político de la vieja escuela. Prometía el progreso mediante nuevas obras públicas, como complejos habitacionales y la Carretera Marginal. También proponía reducir el papel del estado en la economía, fortalecer la empresa privada y garantizar la inversión externa, especialmente en el tema petrolero. Sus ideas en favor del libre mercado le permitieron refinanciar la deuda y su gobierno parecía bien encaminado al fomentar la diversificación de las exportaciones.

Todo sin embargo era un espejismo. En 1981 el crecimiento del PBI fue de 3,1% pero en 1982 cayó a menos del 1% y en 1983 se desplomó un 12%. El descalabro se debió a razones externas y a los efectos devastadores del Fenómeno del Niño que provocaron inundaciones en la costa norte y sequías en la sierra sur. El manejo económico ahora se hizo con criterios de emergencia. Se tuvo que volver a negociar la deuda externa y el régimen entró en un escenario de ingobernabilidad. La situación se agravó, además, por el surgimiento del terrorismo. Sendero Luminoso, movimiento maoísta surgido en los años 70, inició su guerra contra el estado desde la sierra de Ayacucho proponiendo una utopía igualitaria. Asaltaba pueblos, asesinaba autoridades y mantenía un absoluto secreto acerca de su estructura interna. Tras lamentables titubeos, Belaunde ordenó una ofensiva militar que dejó una peligrosa huella de represión brutal. SL no se amilanó y se extendió por otras provincias hasta Lima.

A pesar de que en 1984 hubo un repunte en el crecimiento económico, la inflación se reavivó: en 1985 llegó a un 130%. El país estaba descontento con la gestión de Belaunde. Con el terrorismo y la crisis económica a cuestas, el camino estaba allanado al APRA. Alan García, un líder joven con grandes habilidades retóricas, se presentaba como el gran salvador de la nación. En 1985 obtuvo el 46% de los votos y la izquierda, unida por vez primera, alcanzó el 22%. El APRA se hizo con el control del Parlamento lo que le permitió a García tener amplia base política. En castigo, Acción Popular casi desapareció del mapa electoral.

García defraudó todas las expectativas. En un inicio, su populismo lo empujó a elevar los salarios, recortar algunos impuestos y los tipos de interés, congelar los precios, ofrecer crédito agrícola y devaluar la moneda. Al aumentar la demanda su equipo económico esperaba reactivar la industria. Esto no sucedió. El gobierno no se dio cuenta que se enfrentaba a una economía mundial demasiado hostil. Además, García desafió a los acreedores extranjeros al incumplir con los pagos de la deuda y el Fondo Monetario Internacional expulsó al país del sistema financiero mundial.

Hacia 1987, la economía estaba resentida. García intentó nacionalizar la banca y multiplicó su descrédito. SL seguía en auge: las matanzas de campesinos en la sierra y los apagones en Lima demostraban la fuerza del terrorismo, ahora alimentado por la acción de otro movimiento subversivo, el MRTA. La población estaba agotada: 20 mil muertos y pérdidas materiales difíciles de calcular. Como si esto fuera poco el PBI se desplomó y la hiperinflación alcanzaba el 3.000%. El país se encontraba casi en bancarrota.

Notas sobre la vida cotidiana el Perú.- En 1980, cuando acababa de morir el historiador Jorge Basadre y se establecía la televisión a color, el Perú retornaba a la democracia. Había mucha expectativa en que el país podía mejorar al enmendarse los errores del régimen militar de los 70. Nada ocurrió pues la aparición del terrorismo y factores como el Fenómeno del Niño y la abultada deuda externa dejada por los militares impidieron el despegue.

Fue una decepción el tener que vivir no solo sin mucho dinero en el bolsillo sino también bajo el terror de un coche bomba, un apagón por la voladura de alguna torre de alta tensión o leyendo la noticia de una matanza de campesinos en la sierra. Así pasamos los ochenta: viendo cómo el terrorismo avanzaba, cómo los políticos se desprestigiaban y cómo miles de peruanos abandonaban el país en busca de mejores horizontes.

Quizá las dos visitas del Papa (1985 y 1988) o la medalla de plata en las Olimpiadas de Seúl (1988) conquistada por nuestro equipo femenino de vóley atemperaron los ánimos. Sí, se equipo, liderado por Cecilia Tait, Gaby Pérez del Solar y Natalia Málaga, logró la mayor hazaña deportiva nacional. Asimismo, en los ochenta, se puso de moda ver películas de Francisco Lombardi; bailar el rock en español; ir de campamento a las playas del sur; ir a fiestas con grupo electrógeno; ver los programas cómicos como Risas y Salsa; ir a comprar a Polvos Azules y a otros mercadillos de informales; cambiar dólares en la calle; llegar temprano a la casa por el toque de queda; aprender algún programa de computación; escuchar música digital gracias al disco compacto; ir a los pubs de Barranco; o gastar de acuerdo a la inflación. A finales de los ochenta, los precios subían día a adía y la inflación llegó a 7 mil por ciento y el tipo de cambio se duplicaba en un mes. Todo un desastre que fue corregido por el tremendo fujishok en 1990.

El boom de la economía informal.- La informalidad no es un fenómeno exclusivamente peruano. Ha sido la “solución”, por intuición y por necesidad, que han encontrado los sectores menos favorecidos de los países subdesarrollados frente a sus estados, sus gobiernos o sus élites que, en las últimas décadas, se han ido alejando de sus necesidades y expectativas. En el Perú, la economía informal (llamada en otros países “economía negra”) se empezó a desarrollar a partir de los años setenta con las sucesivas crisis económicas y el colapso de un Estado que se veía desbordado en su papel de control, planificación y ordenamiento nacionales debido a la penuria de sus fondos y a la incompetencia, y corrupción, de su burocracia cada vez más numerosa. La empresa privada, por su lado, afectada por las crisis, también limitaba su inversión y la generación de nuevos puestos de trabajo.

La nueva masa urbana, integrada en su mayoría por migrantes, quedó abandonada a su suerte. La falta de trabajo, el crecimiento del costo de vida, los bajos niveles salariales, el nulo acceso al crédito bancario, el aumento desesperado de impuestos dictado por un Estado carente de ideas y los famosos “papeleos” burocráticos para obtener licencia a fin de montar un negocio o construir una casa, con “coima” de por medio, hicieron que miles de peruanos optaran por la informalidad para poder sobrevivir. Se calculó, por ejemplo, que registrar debidamente un taller demoraba 289 días de gestiones y una suma de 1.231 dólares, es decir, 32 veces el sueldo mínimo vital; este ejemplo demostraba que “legalizar” una pequeña industria estaba fuera del alcance de cualquier persona con modestos recursos. La “solución”, entonces, era obviar al Estado y a su enmarañado y corrupto orden legal para poder salir adelante y crear su propia fuente de ingresos.

El vendedor ambulante se convirtió en el prototipo del “informal”, es decir, una persona que vendía productos en la calle a precios más bajos que en las tiendas formales porque no pagaba impuestos, además de no dar factura o garantía alguna por lo vendido. Pero lo que en principio no era claro es que ese vendedor, que no era tan ambulante sino que tenía su puesto o incluso su tienda aparentemente formal, no era sino la culminación de toda una cadena que empezaba en la proliferación de micro-empresas informales, con una organización casi siempre familiar, que producían una amplia variedad de artículos. Estas pequeñas fábricas funcionaban sin licencia en algún inmueble de los nuevos distritos populares y daba trabajo a más de una decena de personas y, al amparo de la clandestinidad, no pagaba beneficios sociales a sus operarios ni los impuestos de ley al Estado. Otra vía que abastecía al mercado informal fue el cada vez más creciente ingreso de productos por las fronteras o puertos marítimos sin pagar impuestos, es decir, el contrabando. De esta manera esta economía al margen de las normas vigentes fue extendiéndose y absorbió, directa o indirectamente, a buena parte del mercado laboral. Invirtió y permitió que muchas familias sobrevivieran. Los consumidores de esta economía, por su lado, veían el único refugio para poder cubrir sus necesidades dado su cada vez menor capacidad adquisitiva.

Pero la informalidad se extendió por otras esferas de la vida cotidiana. Las invasiones de terrenos; la construcción, por partes, de viviendas sin licencias, sin la participación de un técnico especialista sino con la ayuda vecinal; las líneas de microbús, o los servicios de taxis; el “pirateo” de cassettes, discos compactos y libros sin pagar derechos de autor; el acceso al crédito a través de préstamos familiares, “juntas” o “pirámides”; las conexiones clandestinas de luz eléctrica y de servicio de televisión por cable; y, en fin, tantos otros ejemplos, veces no tan edificantes, terminaron formando parte de la informalidad. Incluso las empresas formales recurrieron a estas estrategias para no pagar tantos impuestos, reducir sus costos y no quebrar. En menos de 30 años, el Perú se convirtió en un país de informales, es decir, en una sociedad donde la mayor parte de sus habitantes vivía directa o indirectamente de la economía informal.

En un famoso libro, el economista Hernando de Soto (El otro sendero, 1985) sostuvo que cuando se hablaba de una economía informal se pensaba en un problema. Se veía a esos empresarios y vendedores clandestinos como promotores de industrias o negocios que no estaban registrados, no pagaban impuestos y no se regían por el orden vigente; eran competidores desleales de las empresas y tiendas que trabajaban en la ilegalidad; y, al evadir los impuestos, privaban al Estado de los recursos necesarios para atender sus obligaciones como vivienda, educación o salud. Paradójicamente, el libro concluía que el problema del país no era la economía informal sino el Estado. Decía De Soto que esta respuesta popular, espontánea y creativa, era frente a la incapacidad estatal para satisfacer las aspiraciones o necesidades más elementales de los pobres. La tarea, entonces, era formalizar a los informales, incluirlos en un sistema que los excluía sistemáticamente. De esta manera se iniciaron programas en otorgar títulos de propiedad en los barrios populares, exoneraciones o incentivos tributarios a los que quería formalizarse y se simplificaron algunos trámites administrativos para obtener todo tipo de licencias.

La “chicha”, fenómeno musical de los setenta y los ochenta.- “…surgen géneros nuevos que hibridan culturas. De ellos, la chicha, cumbia peruana o guraracha andina, es el más importante y ha llegado a ser el segundo ritmo musical popular, después de la salsa, desde su nacimiento en 1968. Es una fusión musical de la cumbia colombiana, la guaracha cubana y el huayno serrano, tropicalizando la música andina y ejecutándolo con instrumental electrónico (guitarra, batería y órgano). Es una creación urbana y actual de los barrios populosos y de las barriadas. Surge del patrimonio traído por el migrante andino, pero se arraiga en el residente ya antiguo y en las segundas y terceras generaciones urbanas. Es un ritmo de juventudes que homogeniza su estilo a nivel nacional y supera los regionalismos tradicionales del arte peruano. Un solo conjunto ha logrado vender, en tres años, algo más de un millón de disco del “Aguajal”, un huayno en ritmo de chicha. Los chichódromos y salsódromos, locales donde se baila y se vende legalmente cerveza y gaseosas, y drogas de modo ilegal, han terminado por ocupar para la segunda generación de nuevos limeños, el mismo nivel de importancia que tuvo, para la primera generación de migrantes, el coliseo folklórico de la década de mil novecientos sesenta… Desde el punto de vista de un indigenismo purista, la chicha puede significar un cierto empobrecimiento de la rica vertiente musical andina sometida al influjo de los medios modernos. Es, sin embargo, indudable que expresa un nuevo patrón cultural en ascenso. Su presencia y avance constituyen una muestra notable del peso que han llegado a tener los migrantes y la cultura que portan, en la decisión de la dinámica viva de la cultura metropolitana y en la formación de una conciencia nacional unitaria” (José Matos Mar).

Los apagones y Radio Mar.- La cobertura radial durante los años de los apagones y el terrorismo no la inicia, “Radioprogramas”, sino “Radio Mar”, una estación de música y entretenimiento popular. Una noche, allá por 1981, se produjo un gran apagón en Lima, que se extendió a una buena parte de la costa peruana (las estaciones radiales no tenían sistemas de generación eléctrica de emergencia; tampoco la emisora del Estado ni las del circuito privado, lo que con los días fue duramente censurado por la opinión pública porque bien podía tratarse de un terremoto o alguna otra emergencia). Lo cierto es que aquella noche de apagón terrorista sólo surgió una emisora de radio para intentar brindar información y tranquilidad a la población: “Radio Mar”. En medio de un apagón, la emisora no tenía reportes ni recomendaciones sobre como actuar. Simplemente tuvieron operativo su generador eléctrico y las voces de Luis Delgado Aparicio y de Lucho Muro, con disco de risas para celebrar sus ocurrencias, que intentaron, a su modo, llevar tranquilidad a tantos y tantos millones en una Lima asustada, mientras las bombas sonaban por doquier. Cabe recordar que “Radio Mar” fue, por años, la emisora más escuchada de Lima, basada en la difusión de música salsa y programas populares, cuyo locutor estrella fue Román Gámez “El Ronco”.

El “nombre” de los años:

1980 “Año de los Deberes Ciudadanos”
1981 “Año del Bicentenario de la Rebelión Emancipadora de Tupac Amaru y de Micaela Bastidas”
1982 “Año de los Derechos del Minusválido”
1983 “Año del Bicentenario del Nacimiento del Libertador Simón Bolívar”
1984 “Año del Sesquicentenario del Natalicio del Almirante Miguel Grau”
1985 “Año del Centenario del Sacrificio de Daniel Alcides Carrión”
1986 “Año del Cuatricentenario del Nacimiento de Santa Rosa de Lima”
1987 “Año del Bicentenario del Nacimiento de Don José Faustino Sánchez Carrión”
1988 “Año de la Regionalización”
1989 “Año del Cuatrocientos Cincuenta Aniversario del Nacimiento del Inca Garcilaso de la Vega”

La televisión durante los 80.- En 1980, el gobierno de Belaunde devolvió los medios de comunicación a sus respectivos dueños, se liquida la estatal Telecentro y los grandes competidores de la TV nacional América Canal 4 y Panamericana Canal 5, quedaron listos para competir libremente. Este mismo año, la TV deja de lado el blanco y negro para producirse en su totalidad en color. En 1982, inicia su señal de prueba la Compañía Latinoamericana de Radiodifusión, Canal 2, al igual que Andina de Radiodifusión, Canal 9. Asimismo, Panamericana Producciones crea una empresa anexa para la realización de producciones dramáticas CINETEL. Se realiza el concurso Miss Universo en el Perú, así como la Copa Mundial de Voley Femenino, siendo Panamericana TV la cadena oficial encargada de dichos eventos. El 23 de enero de 1983 se fundó Frecuencia Latina y el 18 de abril se inaugura Canal 9, el “canal con sentido”; el 14 de junio Inició su transmisión oficial Canal 27 UHF, el primer canal con señal codificada. Este emblemático 1983, Panamericana TV reinicia la producción dramática con diversas series, la más sonada “La Pensión”, con Pilar Brescia y el brasilero Lauro Corona. En 1984, Panamericana produce su primera telenovela en la nueva década: “Páginas de la Vida”, con Pilar Brescia, Víctor Hugo Vieyra y Gloria Maria Ureta.

CINETEL produce “Gamboa”, la primera serie policial peruana con Eduardo Cesti; la división dramática de Panamericana produce otra serie policial “Barragán”, basada en la Guardia Republicana. Otro año emblemático fue 1985 cuando CINETEL y Panamericana producen “Carmín”, la telenovela top de los 80’s y que puso a la fabrica de telenovelas del 5 nuevamente en posición exportadora. “Carmín” conquista mercados, con récords de audiencia en Estados Unidos, Ecuador, Nicaragua, Venezuela e Italia. Aparece también al aire la señal en prueba de UNIVISION, Canal 13, quienes, antes de oficializar sus emisiones, por problemas internos, deciden cerrar y cancelan sus transmisiones.

En junio de 1986 se inauguró Stereo 33 UHF, de la Empresa Radiodifusora 1160. “PROA Productores Asociados” nace como una nueva propuesta para la telenovela peruana; su primer producto fue “Bajo tu Piel”, que trasmitió Canal 9. El 22 de diciembre del mismo 86, reaparece el Canal 11, ahora bajo la batuta de Ricardo Belmont hijo y bajo el nombre de RBC Televisión, bajo el polémico modelo de “accionariado difundido” (1 dólar la acción). En 1988, Panamericana TV inicia transmisiones por el PA NAM SAT, haciendo una gran ceremonia con transmisión desde Quito y Santiago, demostrando el alcance de su nueva señal con calidad internacional. Finalmente, en 1989, la crisis económica ahoga las producciones locales y Panamericana inaugura el Estudio Maestro del Amauta para la realización de nuevas producciones, comenzando con “El Hombre Que Debe Morir”, con Diana Quijano y el mexicano Raymundo Capetillo en los roles estelares. Ese mismo año, Compañía Radiodifusora 1160 deja la frecuencia 33, cambiando por la de Canal 13; América TV también inicia transmisiones satelitales por el PA NAM SAT.

Entre los programas de televisión, no podemos dejar de mencionar la aparición de “Buenos Días Perú”, “Panorama” (con Guido Lombardi), “Gigante Deportivo (Con el inolvidable Pocho Rospigliosi), “Risas y Salsa” (número 1 en sintonía) y “Aló Gisela” (aparecido el 28 de octubre de 1987), todo en Panamericana; en el mismo canal, continuó en vigencia “Trampolín a la fama” con Augusto Ferrando. Asimismo, las clásicas “teletones”, organizadas por Ricardo Belmont en beneficio del hospital San Juan de Dios.

Miss Universo en el Perú (1982).- El concurso se desarrolló en pleno invierno limeño y a la organización, por ejemplo, no le importó que las candidatas posaran en bikini en la Plaza de Armas en plena mañana con harta neblina. Además, casi se tuvo que retrasar el mundial de voley porque Panamericana no había desmontado el escenario en el Coliseo Amauta y no se podía armar la cancha. Tampoco nunca se supo cómo la pasaron los asistentes al espectáculo porque todo fue en inglés y la traducción de Pepe Ludmir era solo para la TV. También se recuerda que las “misses” desfilaron en autos deportivos descapotables (Fiat RX/7) saludando a los limeños en un desfile mismo de 28 de julio por la Plaza de Armas. La candidata peruana fue María Francesca Zasa (era del Colegio Raimondi), pero la que se llevó el trofeo fue la canadiense Karen Dianne. Vino a darle el premio la Miss Universo del año anterior, la espectacular venezolana Irene Saez. Un hecho muy comentado fue que el novelista Mario Vargas Llosa estuvo entre los miembros del jurado (se le criticó su “frivolidad”). La revista Monos y Monadas hizo una parodia en la que pusieron al entonces joven ministro de Energía y Minas de entonces, Pedro Pablo Kuczinski como animador, ya que Miss Universo siempre se narraba en ingles. En los programas cómicos, como “Risas y Salsa”, se hacían bromas sobre el sistema computarizado del concurso: “Las computadoras ya están computadas”, decían. También hubo un mini-escándalo que cierta prensa quiso explotar: un supuesto romance entre Miss Guam y un cholo peruano.

El rock de los 80.- El rock de esta década quedó marcado por dos sucesos casi ajenos a la música: el asesinato de John Lennon, a manos de un fan desequilibrado (8 de diciembre 1980) y el nacimiento (1 de agosto de 1981) de la cadena MTV, el primer canal musical de televisión con una programación de 24 horas. Esta emisora, basada en la emisión de videoclips, necesitaba 200 mensuales para renovar su programación, y esto dará impulso a la producción de estos videos musicales que sustituirán al single radiofónico. Por ello, el videoclip significó el predominio de lo visual sobre lo musical.

Respecto al rock en inglés, la década se caracterizó por la amplia diversidad de música en estilos, propuestas, formas y estética, gracias al nacimiento de varios subgéneros del rock (como el new wave, post-punk, techno, dark, electrónico, rap, breakdance, dark metal, new romantic, entre otros). Durante la primera mitad de la década, destacó el trío británico “The Police”, nacido del punk pero que había evolucionado y transformado su sonido con una mezcla de rock, reggae y jazz. “The Police” se convirtió en la mejor banda del mundo, hasta que se separaron en 1985, justo cuando experimentaban su punto más alto. Ante su desintegración, los tomaron la posta fueron los irlandeses de U2, que para finales de la década ya se habían convertido en el grupo de rock más importante del mundo.

El rock en español cobra fuerza al promediar la década. En México, “El Tri” decide continuar con su rock visceral. En España, una corriente llamada la Movida Madrileña presenta a bandas de tecno-pop como “Mecano” (que incluía la sensual voz de la cantante Ana Torroja) y “Alaska y Dinarama”, sin dejar de lado el rock pesado que ve nacer a los “Héroes del Silencio”. En Argentina arrancan “Soda Stereo” con su mezcla de brit-pop y pop/rock latino, “Los Enanitos Verdes” y el ska/rock de “Los Fabulosos Cadillacs”. En Chile, “Los Prisioneros” emergen en medio de un convulsionado ambiente social, del que se desprende el sentido de la mayoría de sus canciones. En el Perú, la década fue inaugurada por el grupo “Frágil” y su tema Avenida Larco. Los siguieron “Río” y “Dudó” y, al final de la década, se formó “Arena Hash”. Entre los solistas, el que más destacó, por su apuesta por la fusión, fue Micky Gonzáles (Lola, Akundún, Vamos a Tocache).

La jerga.- Según el lingüista Enrique Carrión, la jerga enriquece nuestro lenguaje, porque multiplica las dimensiones de la creatividad, vulnerando los patrones establecidos. Es un signo del ingenio de la gente y eso es bueno porque el ser humano demuestra que no es un simple cumplidor de un ritual ya trazado. Aquí un breve listado de la “jeringa” ochentera:

agarre.- relación sin compromiso
cabro.- hombre afeminado
calentao.- relación adicional a la oficial (la “otra”)
causa.- amigo
chamba.- trabajo, oficio
chancha.- colecta entre amigos
chela.- cerveza
chupódromo.- cantina, bar de baja categoría
fallo.- cigarrillo
fercho.- chofer
fumón.- quien consume drogas
hembrita.- chica, pareja sentimental
jato.- casa
jonca.- cajón de 12 botellas de cerveza
ladilla.- pesado, insistente
monse.- zonzo, quedado
mostro.- espectacular, asombroso, bonito; antes era “Qué paja”
ñoba.- baño
pacha.- chica fácil
pichanga.- partido de fútbol o fulbito por entretenimiento
terruco.- terrorista
triquear.- llevar un curso por tercera vez
villegas.- billetes, dinero
yunta.- amigo íntimo
zampón.- intruso, invitado no deseado

Los centros comerciales.- Sin duda alguna, el centro comercial emblemático de esta década fue Camino Real, en San Isidro, que inició sus operaciones en 1980. En sus inicios, su éxito se basó en la novedad (decenas de tiendas, estacionamientos y cines); sin embargo, el no contar con un modelo centralizado de administración provocó su debacle. Esto le impedía reaccionar y adaptarse a las nuevas tendencias que modificaron el concepto del negocio en la década de los 90. En efecto, Camino Real se fue a la quiebra porque cada uno era dueño de su local (eran más de 200). Además, a diferencia de los malls de ahora, no había “tiendas ancla”, es decir, establecimientos que atraigan una gran cantidad de clientes; además, había pocos estacionamientos y la tarifa por hora era muy elevada.

A pesar de estar ubicado en un lugar estratégico, para los nostálgicos de los 80, ir ahora a este inmenso local es como estar en un pueblo fantasma. En síntesis, ¿cuál es la gran diferencia entre los centros comerciales de los 80 como Camino Real, Arenales, La Gran Vía con los de ahora? Simplemente el control de la propiedad por una administración central. Los malls de ahora no se venden, sino se administran y se promueven.

Un nuevo concepto de salas de cine.- La historia empieza allá por 1979 cuando se inauguran los cines “Romeo” y “Julieta” en Miraflores. Este novedoso sistema se caracterizaba por ofrecer dos películas en un mismo complejo. En contra de la tendencia de la sala tradicional, cuando los cines eran amplios, con platea y “mezanine”, estas salas eran de un tamaño mucho menor. Luego vendrían el “Real 1” y el “Real 2”, en Camino Real, y el “Ámbar” y “Jade”, en el Centro Comercial Arenales. Pero tendría que pasar mucho tiempo antes de que estos conjuntos de dos salas se convirtieran en lo que conocemos actualmente como “multiplexes”. Los primeros cambios comenzaron como una subdivisión de salas de cine existentes durante la crisis económica de los ochenta, cuando muchos teatros no supervivieron y se convirtieron en iglesias. Hay que recordar que el fenómeno de los multiplexes se popularizó en Estados Unidos durante la época del presidente Carter, en la segunad mitad de los 70, cuando la crisis económica generó una gran cantidad de metros cuadrados desocupados en los centros comerciales. La popularización del VHS, de otro lado, y la amenaza terrorista, por otro, también contribuyeron a la crisis de las salas de cine en el Perú durante los 80.

El terrorismo y la guerra interna.- La llamada “lucha armada” por parte del Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso (PCP-SL), liderado por Abimael Guzmán, se inicia formalmente el 17 de mayo de 1980, día de las elecciones, en el pueblo de Chuschi (Ayacucho). El periodo comprendido entre 1980 y 1993 fue el más violento y traumático de todo el conflicto armado interno. La cantidad de muertos y desaparecidos reportados en este periodo representa casi el 90% de todo el conflicto. El primer gran hito mediático de un hecho de violencia fue el asesinato de ocho periodistas en el poblado ayacuchano de Uchuraccay (26 de enero de 1983). En 1984 otra agrupación, pero esta vez proveniente de la nueva izquierda peruana y de la experiencia guerrillera latinoamericana, el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), se alza en armas. Poco después, ocurre otro hito de violencia, la llamada matanza de los penales (18 y 19 de junio de 1986). Los senderistas de los penales de Lurigancho, en Lima, y Santa Bárbara y El Frontón en el Callao, se amotinaron el 18 de junio. La respuesta de las fuerzas del orden fue devastadora, y se calcula que murieron más de 200 reclusos.

En la segunda mitad de la década, ocurrió un despliegue nacional de la violencia, el PCP-SL abrió frentes en Puno, Junín y el valle del Huallaga, mientras que priorizó los asesinatos selectivos de autoridades en Lima. El MRTA abrió un frente guerrillero en el departamento de San Martín en 1987 y organizó una exitosa campaña publicitaria que fue aprovechada por los opositores del gobierno. Por otra parte, se desarrollaron trabajos de inteligencia en la Dirección contra el Terrorismo (Dircote), al formarse el Grupo Especial de Inteligencia (GEIN) que se dedicaría al seguimiento y espionaje con la finalidad de capturar a los líderes de las organizaciones subversivas. Mientras tanto, la espiral de la violencia causó estragos a nivel nacional, sucesos tristemente célebres como el enfrentamiento en Molinos entre miembros del MRTA y del ejército en 1988, el ataque al puesto policial de Uchiza por miembros del PCP-SL en 1989, la aparición del Comando Rodrigo Franco, el desarrollo de la comunidad senderista de Raucana en las afueras de Lima.

El cine peruano: “La boca del lobo” (1985).- Es la película peruana sobre la que más se ha escrito y discutido, ya que fue la primera que trató el tema del conflicto armado interno desde su inicio, en 1980, por lo cual existía una expectativa en diversos sectores preocupados por los acontecimientos de violencia que estaban ocurriendo. Su posición crítica a las estrategias contra subversivas provocó que sectores sociales y políticos que pedían una mayor mano dura en el conflicto se pronunciaran en diversos medios de comunicación. El debate y polarización sobre el tema de La boca del lobo contribuyó a generar expectativa en el público cinematográfico local. El filme, hasta el día de hoy, es uno de los más taquilleros de la historia del cine peruano, con alrededor de un millón de espectadores. Si bien es cierto que una película peruana siempre despierta expectativas, el delicado tema tocado en La boca del lobo despertó un gran interés no solo por ver el filme, sino por comentarlo y sentar una posición sobre él. Junto a La ciudad y los perros, Gregorio o Juliana es la película local que más peruanos han visto o que más les ha gustado, en parte por la constante repetición que ha tenido en canales de televisión abierta, donde es de proyección obligada cuando se realizan ciclos de cine peruano.

El Fenómeno del Niño (1983).- Todavía se recuerda el caluroso y desastroso verano de 1983, con racionamiento de agua y desastres naturales, como las inundaciones en la costa norte y sequía en la sierra sur. Fue una clara demostración de la falta de previsión y de organización para contrarrestar los impactos negativos producidos por el llamado “Fenómeno del Niño”. En efecto, las pérdidas y daños ocasionados a personas, actividades, ciudades y regiones evidenciaron cómo el desconocimiento y ausencia de preparación magnifican enormemente las consecuencias negativas de este fenómeno natural, hasta convertirlos en una verdadera catástrofe de proporciones nacionales. A continuación, algunas cifras del desastre:

1 millón 330 mil personas afectadas
120 mil hectáreas afectadas o inundadas
2 millones 600 mil cabezas de ganado sacrificado por sequía
2 mil 600 kilómetros de carreteras destruidas o afectadas
122 kilómetros de calles destruidas
56 kilómetros de alcantarillas averiadas
Total de pérdidas directas: 900 millones de dólares, aproximadamente

Ante semejante panorama, al gobierno de Belaunde no le quedó otro remedio que emitir los famosos “Bonos de Reconstrucción Nacional” (parte del sueldo de los trabajadores era pagado mediante estos papeles que la gente corría a venderlos en las casas de cambio) para financiar el problema.

El sufrido deporte nacional.- Empecemos por el llamado “equipo de todos”, la selección nacional de fútbol. Durante la primera mitad de la década el fútbol peruano nos dio algunas satisfacciones, fue el último tramo de la mejor generación de futbolistas que tuvo el Perú, aparecida entre finales de los sesenta e inicios de los setenta. Nos clasificamos al mundial de España 82 luego de una brillante eliminatoria frente a Colombia y Uruguay (todavía se recuerda el partido en el Centenario de Montevideo en el que con goles de La Rosa y Uribe derrotamos a Uruguay por 2 a 1). Ya clasificada al Mundial, la selección hizo una gira europea en la que ganó varios partidos (el más célebre fue el triunfo frente ante la Francia de Platini en el Parque de los Príncipes de París por 1 a 0, con gol de Oblitas) y en la que el equipo demostró su mejor nivel. Parece que se cansaron y se sobraron con tantos partidos y triunfos, porque la participación en el Mundial fue casi desastrosa. Por último, al Mundial de México 86 no fuimos por un pelo. Aún se recuerda el triunfo frente a Argentina en Lima por 1 a 0 (con gol de Oblitas y el marcaje de Reyna a Maradona) y el injusto empate ante la misma Argentina en Buenos Aires. Por ello, esa eliminatoria, en 1985, cerró todo un ciclo en la historia del fútbol peruano.

Pero, sin duda alguna, en el deporte colectivo, las palmas se las llevó el vóley femenino, con una brillante generación de jugadoras lideradas por Cecilia Tait. Entre los numerosos triunfos o hazañas de estas chicas, resaltan el subcampeonato en el Mundial de 1982 (12 al 26 de septiembre), jugado en Lima, y la triste, injusta y trágica medalla de plata en las olimpiadas de Seúl en 1988. Todo el Perú lloró con ellas aquella recordada mañana del 29 de septiembre. El recibimiento en Lima a las muchachas fue apoteósico.

Entre los deportes a nivel individual, destacamos la famosa pelea de box entre nuestro crédito Orlando Romero y Ray “Boom boom” Mancini en el Madison Square Garden de Nueva York, el 15 de septiembre de 1983, por el título mundial de peso ligero; lamentablemente, a pesar de haber tumbado por unos segundos a su contendor, “Romerito” cayó por KO en el noveno asalto. Mucho se habló del “Síndrome Romerito” en el deporte nacional: el fatalismo de tener que perder. Se podrá estar cerca, se llegará al “casi”, se jugará como nunca, pero se perderá como siempre. A nadie le sorprenderá la derrota (algo semejante le ocurriría al vóley en Seúl). El otro acontecimiento fue la medalla de plata en tiro (modalidad “fosa olímpica”) que obtuvo Pancho Boza en las Olimpiadas de Los Ángeles (1984), cuando contaba con tan solo 18 años.

OTROS ACONTECIMIENTOS Y COSTUMBRES EN LOS AÑOS 80

1. En 1981 el embajador peruano Javier Pérez de Cuéllar en elegido Secretario General de las Naciones Unidas.
2. La muerte de Chabuca Granda (8 de marzo de 1983). La compositora falleció en un hospital de Miami, su entierro fue multitudinario.
3. La visita del papa Juan Pablo II (1985), primera vez que un pontífice visitaba nuestro país. Los acontecimientos más recordados durante este multitudinario acontecimiento fueron su visita a Villa El Salvador, la apoteósica concentración en el Hipódromo de Monterrico y su discurso en la castigada Ayacucho.
4. Se legalizó y liberalizó el dólar, naciendo el mercado paralelo de “Ocoña” que luego se extendió por todas las ciudades del país. También se recuerdan las irregularidades cometidas durante el mandato de García con el célebre Dólar MUC (Mercado Único de Cambio).
5. El cometa Halley pasa por el Perú (1986).- Cientos de personas viajan al departamento de Ica para contemplar el paso del cometa pero no vieron nada.
6. Acudir a la Feria del Hogar y quedarse al “estelar de la Feria” por donde pasaron Celia Cruz, Gloria Stefan (Miami Sound Maching), Héctor Lavoe y Charlie García, entre otras estrellas internacionales y muchas de nuestro medio.
7. Fue la época en que empezaron a entrar en decadencia supermercados como Scala Gigante, Tía, Todos y Monterrey, así como Seas y Oeschle, tradicionales tiendas por departamentos.
8. El alcalde de Lima, Eduardo Orrego, convirtió el jirón de la Unión en paseo peatonal y reubicó a los vendedores ambulantes. Nació así el mercado “Polvos Azules”, reino de la informalidad.
9. En 1988, en plena crisis económica y auge del terrorismo, aparece el primer supermercado “E. Wong”, que innovó este tipo de negocios al poner énfasis en la atención al cliente.
10. Parte de la pequeña clase media limeña se benefició con los nuevos conjuntos habitacionales impulsados por el segundo belaundismo, las famosas “torres”: San Borja y Limatambo, las más emblemáticas.
11. Alfonso Barrantes Lingán, primer alcalde socialista elegido por sufragio en América Latina, inauguró su famoso plan de ayuda social denominado el “Vaso de Leche”.
12. Entre los jóvenes se puso de moda el peinado tipo punk y algunas marcas de ropa como OP, Lightingbolt y Ayllu (estas prendas podían encontrarse en “Galerías Persia”, en la avenida Larco).
13. Debido a los apagones, en las fiestas, especialmente en Año Nuevo, había que contratar “grupo electrógeno”; asimismo, debido al “toque de queda” decretado por el gobierno de García, resucitaron las fiestas de “toque a toque”, como en la década de los setenta.
14. Otra opción para los jóvenes en Año Nuevo o Semana Santa fueron los campamentos a las playas del sur (antes de ser lotizadas y privatizadas como ahora). En realidad era una manera de asegurarse una juerga de varios días sin necesidad de contar con grupo electrónico.

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Comentarios

  1. yessenia escribió:

    que no hay videos de esta esena del terremoto aun que esta muy lindo lo que dicen en esta istoria

  2. zitr0x escribió:

    asuuuu tantas cosas que ya me habia olvidado y he recordado muchas mas…
    bueno tu blog… espero que se den una vuelta por aca tambien
    http://www.forosperu.net/sh

  3. carlos palacios barraza escribió:

    bueno… parece que fueron tus vivencias y que nadie te lo conto…muy bueno

  4. Ana escribió:

    Felicitaciones, que estilo tan ameno y didáctico
    Muchas gracias

  5. pepe escribió:

    El mejor de los mejores de los mejores de los mejores blogs que halla visto en mi vida, no me gusto, me encanto.
    Estupendo nada mas que decir

  6. Eduardo Adrianzen escribió:

    Que bacán tu articulo. Buscaba información de mis juveniles 80 y es lo mejorcito que encontré. Felicitaciones, por tu blog y obviamente por tu programa. Saludos

  7. Luis Roy escribió:

    Hola, solo una aclaración, la serie Barragan no estaba basada en la guardia republicana sino en la Guardia Civil, Barragan representa a un oficial de la Guardia Civil así como gambosa hace lo propio de la PIP
    saludos y espero puedas rectificar el articulo que es muy leído
    atte
    Roy

  8. OLARTE escribió:

    FELICITACIONES, MUY BUENO TU ARTICULO, ESPERO SOLO PUEDAS RECTIFICAR ESTO:
    "CINETEL produce “Gamboa”, la primera serie policial peruana con Eduardo Cesti; la división dramática de Panamericana produce otra serie policial “Barragán”, basada en la Guardia Republicana."
    BARRAGAN SE BASO EN LA GUARDIA CIVIL RECUERDA SINO LOS PATRULLEROS Y LAS UNIDADES EBRO QUE TENIA LA GC QUE EN LOS 80 ERA LA MEJOR POLICIA DE SUDAMERICA INCLUSO SUPERANDO A LOS CARABINEROS, PENOSAMENTE EL SR. ALAN GARCIA MAL ASESORADO NOS LEGO UNA POLICIA DEPRIMENTE
    QUE RECIEN AHORA ESTA RENACIENDO DE LAS SOMBRAS DE LA GUARDIA CIVIL… VERAS QUE EN 2014 VIENE UNA NUEVA MISION ESPAÑOLA A REESTRUCTURAR LA PNP
    SALUDOS

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