Recuerdos de la hacienda Camacho

Eduardo Martín Recoba, gran conocedor de las haciendas de la Lima antigua, nos manda esta fotografía de la década de 1940. Se trata de una familia de peones (los Barbero Espinoza) de la otrora hacienda Camacho, que funcionó hasta finales de los años 60, cuando se urbanizó, así como las haciendas vecinas (Monterrico Grande, Monterrico Chico, Salamanca y Puente, cerca a Santa Anita). Un “anexo” a Camacho era Matazango, que viene de la deformación de “Matazambo”, pues ahí se encerraban a los negros cimarrones o huidizos que formaban palenques a la altura de lo que hoy es Cieneguilla.

Recoba nos dice “Lo cierto es que mis recuerdos de niñez se vinculan con esa hacienda, la caza de palomas con la carabina de aire comprimido y la compra de leche en porongo que a veces hacía mi mamá en la camioneta Ford Taunus, resabío de comercio lácteo que quedaba en Matazango de sus corrales y establos que llegaron a albergar 300 cabezas de ganado Holstein que producían 500 litros de leche diarios que iban a embotellarse a la empresa ATELECHE, además de toros finos, caballos de paso, una chancadora de chala, silos de maíz, potreros de camote, habas, alfalfa, fresas y bosques de eucalipto que son a la sazón, el único recuerdo viviente de Matazango “el mayor” que queda en la vera del azequión o río de Surco. Además del recuerdo de la familia de Cuto, aquel moreno que jugará fulbito en el parque de Santa Teresa (al lado del Cepis y Camino Real de Camacho hacía la muralla o puerta de Barbones en Lima) y que tenía varias hermanas… Los niños de Matazango pronto empezaron a trabajar en el Hipódromo de Monterrico como vareadores primero y luego como jinetes, igualmente en el Club de Golf de Los Inkas encontraron quéhacer como aprendices de caddyes, llegando a ganar hasta 200 soles de esa época por esos trabajos. Grandes jinetes o jockeys como Edgard Prado o Talaverano quien triunfó en Argentina, salieron de las rancherías de Matazango… Asar camotes en la leña, tomar leche de los porcones del establo mayor, cazar cuculiés y huanchacos, lazar chúcaros en los potreros, pescar camarones en el río Surco (sí, en esa época este riachuelo traía camarones), jugar matches de fútbol contra la peonada de Camacho en la cancha donde ahora se levantaba el Colegio Santa María Eufrasía, eran las actividades de los chicos de esa hacienda”.

Volviendo a la foto, esta muestra parte de la ranchería, al fondo lo que sería la carretera de Evitamiento y los árboles y barrales (tapias de barro que aún quedan en algunas zonas de la avenida Quechuas) de Salamanca (o hacienda Cavero) que cubrían los campos de Piña Cayena que sembraba el italiano Cánepa, dueño de este fundo; el corralón está a la vera de lo que sería la avenida Las Palmeras.

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Comentarios

  1. Samuel escribió:

    Porr favor, quisiera saber algo de las fotos de las haciendas Santa Leonor, Matellini o San Tadeo, donde pasé los mejores años de mi niñez.
    Gracias

  2. felisa salinas escribió:

    viendo la foto recuerdo a la sra chelita y el sr. jorge barbero uy amigos de mis abuelitos

  3. Tuty Torres Mitma escribió:

    Que bonito es leer la historia del lugar en donde vivo sólo campo, vacas, vegetacion y sobre tranquilidad….. me imagino como habría sido en esos tiempos, es lugar donde crecio mi mami que partio antes de tiempo y a la que extarño mucho…..

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