Una vez firmada la paz con Chile, empezó, lentamente, la reconstrucción del balneario. Algo prioritario era devolverla la vida al malecón, símbolo de Chorrillos. Fueron 30 años en los que se trabajó en forma intensa, a pesar de la crisis económica inmediatamente posterior al conflicto, hasta devolver al malecón sus atractivos y galas como en los tiempos de Castilla y de Pezet.
El nuevo malecón de Chorrillos hacia 1900
De esta manera, Chorrillos renació, aunque en forma distinta a la de antes de 1879. El trazo de la ciudad se mejoró, se arregló la bajada de los baños y el malecón fue entablado en toda su extensión (se sustituyó el antiguo piso de madera con un buen enlozado de mosaicos y desaparecieron las bancas diseminadas en diferente forma al igual que su rústica glorieta), dotándosele de nuevas glorietas, bancas y faroles que completaron lo que fue el paseo preferido de la clase alta limeña. Ahora Chorrillos debía competir con naciente Ancón. Además, el alumbrado a gas dejó de existir, y los faroles fueron reemplazados por postes de luz eléctrica. Todo lo antiguo y provisional quedó a un lado.
La fundación del distrito.- Luego de la guerra, y con el fin de organizar bien la reconstrucción de Chorrillos, la Municipalidad de Lima, nombró una comisión integrada por vecinos notables que evaluara la magnitud de la catástrofe. Esta comisión redactó un Informe minucioso el1 de agosto de 1884, que señalaba la situación de Chorrillos y recomendaba las medidas a implementarse. Así, el 20 de septiembre de 1884 se nombró el primer Consejo Municipal, que se instaló el 2 de octubre. Estuvo conformado por el alcalde e inspector de baños, José Ignacio de Osma; el síndico e inspector de pesos y alamedas, Aurelio Denegri; el secretario e inspector de estadística y estado civil, Guillermo Carrillo; el inspector de higiene, C. Torres; el inspector de obras públicas, Gabriel Saco; el inspector de instrucción, Raymundo Morales; y, el inspector de mercado y alumbrado, Andrés Gaillour.
El Casino de Chorrillos.- Para muchos, el segundo apogeo de Chorrillos se inició el 7 de octubre de 1896 cuando un grupo de vecinos fundó el Casino de Chorrillos en un terreno de 5,421 metros cuadrados en la avenida Alfonso Ugarte (el terreno era de la familia Goyeneche). El nuevo local contaba con pabellones, bar, canchas de tenis y de tiro al blanco y bellos jardines. El casino fue el eje de la vida social del balneario y de Lima, especialmente en los meses de verano. Sus fiestas eran, sencillamente, apoteósicas, como fue el baile de disfraces en el verano de 1903.
Este baile se realizó en los salones del desaparecido Casino de Chorrillos la noche del sábado 21 al domingo 22 de febrero de 1903. Citando al diario El Comercio, “no creemos que haya habido jamás, en Lima o sus alrededores, fiesta más hermosa, en su género, que la que anoche se realizó en el casino de Chorrillos”. Pero esto, quizá, no sea lo más importante: se trataba del resurgimiento de la vida social limeña luego de la guerra con Chile y el renacimiento del balneario de Chorrillos como punto de reunión y esparcimiento de la sociedad capitalina. Eran, en ese entonces, socios del Casino la gente más “encumbrada” de Lima, y se había inaugurado con el fin de proporcionar todas las comodidades a los socios durante los “rigores” del verano. Hasta aquella memorable noche, en el Casino solo se organizaban mattinées o cenas muy tranquilas Pero todo cambió desde aquella noche.
En un inicio, se pensó que todos los asistentes fueran con trajes japoneses; pero después se decidió que cada cual llevase el disfraz que más le conviniese. Cabe destacar que al baile asistieron congresistas, ministros de estado, otros funcionarios públicos y representantes del cuerpo diplomático.
En la edición de El Comercio del domingo 22 de febrero de 1903, se reseñan los detalles del evento: “El aspecto que anoche presentaba éste era verdaderamente encantador: el gran salón de baile, circundado de palmeras y decorado con flores y guirnaldas de vistosas hojas, se presentaba, profusamente iluminado con gas acetileno, en medio de los extensos y graciosos jardines del casino, que se hallaban también resplandecientes de luces. Los invitados de Lima, que llegaron por ferrocarril, a las diez y media de la noche, se confundieron con los primeros concurrentes de Chorrillos, y cuando todos estuvieron juntos y ya el número era crecido, la espléndida orquesta del maestro Kuapil dejó oír sus primeras notas, precursoras de la alegría que vino después, y que no decayó mi un solo instante. A las doce el salón estaba colmado, y era el momento de ver esa reunión elegante, que atestiguaba, por sus trajes el buen gusto artístico de nuestra sociedad. Era un cuadro soberbio de belleza extraña y fascinadora el que ofrecía aquella hora el salón. Algo así como una gran paleta animada, que cambiaba de colores a cada golpe de luz o a cada ritmo de orquesta. Todo aquel conjunto de lindas figuritas, que se deslizaban, de un extremo a otro del gran hall, envueltas en sus caprichosas telas cromáticas, fingían el desfile armónico de una legión de hadas, hacia el país del ensueño y de la alegría. Era un gran torneo femenino, en que la juventud, la gracia y la distinción, se unían en el más completo triunfo de belleza”.
El baile comenzó a las 11 de la noche y la música la alternaban la orquesta y la banda de artillería. En el salón principal podían bailar hasta 40 parejas. Toda la noche duró el entusiasmo. La cena fue servida a las 3 de la madrugada y estuvo a cargo de la Casa Klein. Minutos después de las 6 de la mañana, sonó el pito del tren a Lima que dio por finalizado este sonado baile en la Lima de inicios del XX. En la edición del domingo 22 de febrero de El Comercio hay fotos del baile y la descripción de cada traje de las invitadas, con nombres y apellidos (ver Héctor López Martínez, El siglo XX en el Perú a través de El Comercio, tomo I-1901-1910, p. 312-324).
El Casino de Chorrillos se ubicaba al final de la calle Lima y desapareció con el terremoto de 1940; hay fotos de él. Su apogeo fue entre 1900 y 1920, aproximadamente. Ese lugar ya no existe, hoy estaría en el aire, arriba, a la altura de donde está actualmente el club Regatas Lima.
Pero no era solo el Casino el lugar donde se congregaba la sociedad de entonces. También lo eran los salones de las mansiones particulares; la antigua Estación del Ferrocarril, a donde acudía la gente los días feriados y los fines de semana a recibir a los familiares y amigos que llegaban de Lima; el Malecón, con sus retretas de tarde y noche; y el Establecimiento de Baños, con su terraza y glorieta, lleno de gente que iba a disfrutar los baños en Agua Dulce.
El malecón.- Como ya vimos, era el paseo preferido de Chorrillos. Luego de la guerra, los tablones de madera fueron reemplazados por locetas y cemento con un barandal para tener una hermosa vista del mar. Tenía dos hileras de bancas a lo largo de sus dos cuadras. Estas hileras marcaban discretamente 3 pistas de paseos para los peatones: la primera era escogida por la gente “conocida, la intermedia era para los que no querían lucirse mucho y la tercera era para el “pueblo” y la servidumbre. Esta diferenciación tácita era respetada.
En las noches, el Malecón era el sitio de reunión del señorío de Lima y del balneario. Para tomar bebidas refrescantes o pastas estaba el local de la Casa Nove o la Casa Broggi, una elegante dulcería. Ambos establecimiento estaban al pie del Malecón.
La Estación del Ferrocarril.- Estaba en la calle del Tren y abarcaba 6 cuadras (desde la calle Colonia hasta Bolognesi); hasta allí llegaba el ferrocarril que llegaba de Lima. Pero en 1904 un nuevo servicio se estableció: era el tranvía eléctrico con sus cómodos y elegantes vagones. La Estación de salida en Lima estaba en la Exposición y costaba 20 centavos. El tranvía eléctrico terminó sustituyendo, por una cuestión de costos, al antiguo ferrocarril. Además, la compañía del tranvía, “Las Empresas Eléctricas” extendió el servicio hasta La Herradura y construyó el túnel que hasta ahora existe.
Ferrocarril Lima-Chorrillos
El Establecimiento de los Baños.- Ya estando muy viejo y deteriorado el local que se remontaba al siglo XIX, el alcalde de Chorrillos, don Alejandro Freundt y Noble, tomó la iniciativa de construir uno nuevo y convocó a una suscripción vecinal para recaudar las 5 mil libras peruana que se necesitaban para construir el nuevo local. Afortunadamente, la convocatoria fue un éxito y el 7 de enero de 1923 el arzobispo de lima, monseñor Emilio Lissón, bendijo la nueva obra. Para la inauguración, hubo un almuerzo a mediodía y, en la noche, un espectacular show de fuegos artificiales.
Baños de Chorrillos
Aquí el testimonio de Alejandro Freundt (Apuntes del viejo Chorrillos. Lima, 1967) sobre el nuevo local: “El establecimiento con gran número de cuartos tenía dos alas, a la derecha entrando la de los varones y a la izquierda la destinada a las damas, dotadas ambas de duchas provistas de agua dulce para después del baño de mar. En la amplia rotonda que separaba las alas no faltaba una bien provista cantina, y buen número de bancas, mesas y sillas delante de la baranda para los espectadores que no disfrutaban del baño. Dos sogas gruesas de la playa hasta cierta distancia en que se había anclado fuertes rieles de acero servían de auxilio o confianza a los que no se aventuraban a nadar o no sabían hacerlo, dándose el espectáculo gracioso de prenderse de los cables para resistir el oleaje. A algunas brazadas no faltaba una balsa y en la poza los bañadores típicos, indios chorrillanos que previa una modesta paga ayudaban o sostenían a las damas de cierta edad, nerviosas, por el vaivén o resaca de las olas. Los vestidos totalmente distintos de los de ahora, especialmente los de las mujeres, cubrían la totalidad del cuerpo y llegaban hasta las manos. Algunas elegantes llegaban a protegerse durante el baño, no solo de amplísimos sombreros, sino hasta quitasoles: había la preocupación de no tostarse al sol y de evitar la salida de las pecas. La figura distinguida y refinada en sus especiales arreglos de una señorita de la sociedad Antolina Sotomayor y Rodulfo, no puede dejar de tenerse presente. Era un a legítima estampa de versallescos tiempos idos. Todo Chorrillos se congregaba en la rotonda a diario, pasando ratos de agradable esparcimiento. Algunas veces se contaba con animada orquesta para las horas preferidas del baño”. Actualmente, el local del Club Regatas ocupa lo que fue La Estación de Baños y el muelle que existía desde el siglo XIX.
El terremoto de 1940.- Lo que había hecho el hombre –la guerra- en 1881 lo repitió la naturaleza en 1940 cuando el terremoto destruyó la mayor parte de Chorrillos: el malecón, la Estación de Baños, el Casino y otras construcciones emblemáticas se desplomaron. Luego del desastre 1940, una playa marcó el “resurgimiento del distrito, “La Herradura”.
Efectos del terremoto de 1940
es muy hermoso conocer como fuè el distrito de chorrillos antes del terremoto del 40 y como quedò pero me gustarìa mucho tener imagenes de la Residencia del presidente Manuel Prado que llegò a sere biblioteca y museo entre la calle Lima y Juan Fanning ya que esta en la actualidad, devastada y poco sabemos de ella. gracias
…me parece estupendas las fotos de mi chorrillos de antes,gracias por estas joyas que comparten con las generaciones del presente.
muy interesante q des a conocer algo sobre los chorrillanos!!
La historia de cada pueblo es necesario conocerla para podwe aber donde queremos ir