Nuevo libro, ‘Testigo de raza’: un negro en la Alemania nazi

La imagen es tan aterradora como sobrecogedora. Hamburgo, 1933. Rodeado de niños rubios como la cerveza, arios hasta la médula y las entrañas, aparece un niño negro de siete años, con una esvástica prendida sobre su chalequito. No es una broma macabra, ni una pirueta del más cruel de los destinos. Es la imagen, la viva imagen, de Hans J.Massaquoi, hijo de una enfermera alemana y un magnate y diplomático liberiano.

Hans se crió entre hijos de nibelungos y walkirias y, lo más insólito, consiguió sobrevivir al régimen más racista de la historia gracias a sus agallas, su ingenio, su inteligencia y el coraje de su madre germana que logró sacarlo adelante mientras sus compatriotas eran cegados por el odio y el fanatismo.

Pesadilla de niño.- Incluso, poseído también por el demonio del nazional-socialismo y la presencia del Führer, Hans llegó a pedir ser admitido en las Juventudes Hitlerianas. No lo consiguió, afortunadamente. Pero sí consiguió convertirse en un reputado periodista que, ya pasada la Segunda Guerra Mundial y sus horrores, llegó a dirigir la revista “Ebony”, la más prestigiosa e influyente de las publicaciones negras de los Estados Unidos. Su vida, su pesadilla de niño no ario entre esvásticas, camisas pardas y calaveras de las SS, las ha rememorado ahora en “Testigo de raza. Un negro en la Alemania nazi”, una autobiografía que pone los pelos de punta, pero que también nos devuelve la fe en lo bueno del ser humano, en su valor, en su entrega, en su lucha por la supervivencia.

Un impagable puñado de fotos hilvanan las páginas del libro. Imágenes de Massaquoi en su infancia, rodeado de blancos, fotos de familia (tanto la africana como la alemana) de su servicio en la Guerra de Corea, y junto a otras personalidades de la comunidad afroamericana como Martin Luther King, los músicos Fats Domino y Diana Ross, los boxeadores Cassius Clay y Joe Louis, el atleta Jesse Owens, el escritor James Baldwin. “Ataviado con el pardo uniforme nazi –escribe Massaquoi-, el maestro nos anunció que “el más esplendoroso momento de nuestras jóvenes vidas” era inminente, que el destino nos había escogido para estar entre los agraciados por la fortuna de contemplar a “nuestro amado Führer” con nuestros propios ojos. Yo tenía entonces ocho años y no había adevertido que, de los casi seiscientos chicos congregados en aquel patio, era el único a quien Herr Wriede no se dirigía”. Sin duda, Hans nunca tuvo un camarada.

Adaptado del ABC de España


Foto actual del ahora escritor Hans J. Massaquoi

Puntuación: 0 / Votos: 0

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *