José Gil de Castro (2)

Es posible también que su formación inicial fuera através de la enseñanza particular, tal vez en la escuela conventual de los Hijos de Santo Domingo de Guzmán. Pudo -también- estudiar en la Escuela Pública de Dibujo y Pintura establecida en Lima en 1791 por el pintor Jesús del Pozo. Pero fue, sobre todo, un autodidacta que desarrolló un estilo particular de en el retrato, caracterizado por cierto hieratismo (que resalta la oficialidad y presencia de los personajes), un especial tratamiento de los rostros y expresiones, además de una especial minuciosidad en el trabajo de las vestimentas. Es el caso del miniaturismo casi especializado del pintor, reflejado en la representación de atributos monárquicos, condecoraciones, charreteras de los uniformes militares que distinguen a patriotas o realistas, además del decorativismo de bordados y estampados, hebillas, utensilios, armas y mobiliario. Para Francisco Stasny, el detenimiento con que Gil pinta las medallas y los pormenores de los uniformes militares engalanados con bordados en hilo de oro y la calidad inmaterial y plana que les otorga, recuerda inequívocamente a la tradición de los estofados coloniales y a la pintura de superficie, de velos y de encajes tan usada en la escuela limeña en el siglo XVIII.

El padre rubén Vargas Ugarte afirma que ya en 1805 salió del Perú para trasladarse a Chile, estableciéndose en Santiago donde pinta gran parte de su obra como los retratos del general Miller (1820), del general Hilarión de la Quintana y el primer retrato del Capitán General Bernardo O’Higgins, Director Supremo de Chile. En 1806 era ya pintor de renombre en Santiago como da testimonio el lienzo pintado en ese año: un retrato del maestre de campo Antonio García Larin Castro y Cuevas. Estuvo en Argentina de 1811 a 1814. En 1816 recibió en la capital chilena el nombramiento de Maestro Mayor del gremio de pintores. Residió en esta ciudad durante 1818, año de la declaratoria de la independencia del país del sur luego de la batalla de Maipú. Durante las campañas de independencia, se incorporó en Cuyo al ejército libertador y asì regresó a Santiago. En 1822 estaba en ima nombrado como “primer pintor de cámara del gobierno del Perú”. En 1824, diseñaba uniforme para el ejército peruano.

Gil de Csatro rompe con el esquema del anónimo de la pintura colonial al firmar y fechar sus cuadros, ser un artista natural y de casta reconocido oficialmente, alcanzando prestigio social y posición económica. Sale del ámbito colonial de lo sagrado y se integra a la representación de la vida oficial y cotidiana de los sectores aristocráticos y de alta burguesía de Santiago y Lima. Su obra maestra, sin embargo, presenta el legado colonial en conciliación con la innovación temática y estilística siguiendo los cánones pictóricos coloniales e incorporar el texto (en semblanzas y cuadros-reseñas) como parte esencial de los retratos. De ahí la descripción más que visual de los personajes que nos recuerda junto al tratamiento de las imágenes, el esquema didáctico de las crónicas ilustradas, las imágenes religiosas y los retratos de los virreyes.


Retrato de Bernardo O’Higgins

Detalle del retrato de O’Higgins

Puntuación: 3.00 / Votos: 5

Comentarios

  1. Diana Duhalde escribió:

    Agradecería info sobre el pintor limeño Josè Legarda. Aquí se lo relaciona a Gil de Castro, como un maestro posible, pero se fecha al cuadro del obispo Manuel de Alday en 1892. según el Museo Histórico Nacional, el cuadro es de 1872. saludos

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *