Hoy es el Día de la Marina de Guerra del Perú, fecha del recordado Combate de Angamos en el que Miguel Grau, nuestro máximo héroe, se inmoló dando una lección de coraje a los que habían llevado al país al desastre. En este día, sin embargo, no queremos reseñar los ya conocidos los hechos bélicos en los que, durante el siglo XIX, intervino la Marina en defensa de los intereses del Perú: guerra contra la Gran Colombia (1827-29), guerra de la Confederación Perú-Boliviana, guerra con Ecuador (1859-60), guerra contra España (1866) y Guerra del Pacífico (1879-83). Hoy nos ocuparemos de algunas tareas poco divulgadas de nuestros marinos pero que también contribuyeron fuertemente a la construcción del Perú como nación.
La Marina de Guerra y la Amazonía.- En los primeros años de la vida republicana, la Amazonía era un conjunto de territorios poco conocidos para los que gobernaban nuestro país. Pero si hubo una institución que colaboró firmemente en “integrar” ese vasto territorio a la vida nacional fue la Marina. En efecto, la relación de la Armada con esa región fue múltiple:
1. Marinos peruanos acompañaban cualquier expedición que se organizaba con el fin de conocer mejor esos territorios, los cursos de sus ríos o las riquezas que encerraban.
2. A través de su presencia en la Amazonía, la Armada fue muy eficaz en la defensa de la integridad del territorio peruano mediante los patrullajes de los ríos y la vigilancia de los hitos fronterizos.
3. Diversos estudios hechos por integrantes de la Armada enriquecieron los conocimientos sobre las características de esa extensa zona.
4. Fue muy valiosa la acción cívica desarrollada por los marinos allí, brindando ayuda material a las poblaciones nativas, o efectuando labores educativas o de fomento del sentimiento nacional.
En 1834, por ejemplo, un oficial naval, el teniente Ramón Azcárate, fue designado para tomar parte de una expedición científica dirigida por marinos ingleses (William Smith y Frederick Lowe) que se realizaría por los ríos Ucayali y Pachitea. Todo indica que fue la primera exploración efectuada a través de esos ríos. Luego, en 1846, se llevó a cabo una importante expedición que siguió un largo itinerario en la Amazonía a cargo de una comisión científica enviada por el gobierno francés, y dirigida por el conde Francis de Castelnau. Con ellos viajaron dos oficiales de la Armada peruana: el capitán de fragata Francisco Carrasco y el alférez de fragata José Becerra. Luego de la expedición, el capitán Carrasco presentó un utilísimo diario de la navegación realizada por el río Huillcamayo y parte del Ucayali, que incluía datos geográficos y estadísticos; también elaboró un mapa del río Ucayali. La larga expedición navegó también por el río Urubamba, en el que naufragaron, tras lo cual padecieron graves penalidades.
En la década de 1850, uno de los hechos más significativos fue el arribo a los ríos del Oriente de dos pequeños vapores comprados por el gobierno de Ramón Castilla, el “Tirado” y el “Huallaga”, llegados desde los Estados Unidos a través del Brasil, y comandados por los oficiales Manuel Villar y Juan Fanning. La compra de esos buques fue una acertada idea: relacionar sus itinerarios con los de las embarcaciones brasileñas que surcaban el Amazonas con el fin de que los nuevos vapores pudiesen cubrir el tráfico por los tributarios de éste, especialmente el Ucayali y el Huallaga.
A inicios de la década de 1860 –fines del segundo gobierno de Castilla- se estableció el Apostadero y Arsenal de Iquitos, junto con una factoría, un dique y 4 buques a vapor que integrarían la flamante Marina fluvial. Eso también significó la auténtica fundación del puerto y de la ciudad de Iquitos. Con todo ello, se afianzó la presencia de la Armada en la Amazonía y, por ende, la influencia del propio Estado en zonas tan apartadas de la sede del gobierno central. Los 4 buques mencionados iniciaron la navegación a vapor en 1864, la cual se desarrollaría en forma ininterrumpida durante varios años. Uno de ellos, el “Morona”, bajo el mando de Manuel Ferreyros tuvo un valeroso desempeño en defensa del derecho de navegación por el río Amazonas frente a los obstáculos puestos por Brasil.
El nombre del comandante Federico Alzadora no puede omitirse al hacer referencia a la fundación y primer desarrollo de la Marina fluvial, como en lo relacionado a la fundación de Iquitos. Fue el gran propulsor del desarrollo de la Marina en la Amazonía. Durante su gestión, además, se realizaron diversas exploraciones, como las efectuadas por el vapor “Putumayo” a través de los ríos Ucayali y Pachitea, en cuyo curso murieron dos oficiales navales en manos de indios cashibos. Otro hito importante en el proceso de conocimiento de la selva por parte de los marinos estuvo constituido por la travesía del vapor Napo (1869) al mando de Melitón Carvajal, por el río Marañón, durante la cual se logró atravesar el pongo de Manseriche.
Melitón Carvajal
Durante la década de 1870, se siguieron realizando expediciones integradas por marinos, pero muy relacionadas con las labores de comisiones de límites con los países fronterizos. Sin embargo, hubo dificultades en esos viajes debido a que, por la crisis económica, no se atendían adecuadamente las necesidades del apostadero de Iquitos y del departamento de Loreto en su conjunto: no se remitían los recursos necesarios para cubrir las necesidades de los vapores de la Marina fluvial, y muchos operarios de la factoría naval de Iquitos tuvieron que ser despedidos por los mismos problemas económicos.
Luego de la guerra con Chile, muchos pensaron que el futuro del Perú podría depender de la exploración de la selva y aprovechar sus riquezas. Por ello, en 1886, se creó la Junta Informadora sobre la Región Fluvial de Loreto, con el fin de recopilar todo tipo de información sobre la región. Estuvo integrada básicamente por marinos; su presidente fue el capitán de navío Federico Alzadora y uno de los vocales fue Melitón Carvajal. La Junta elaboró un dictamen muy útil en reunión de datos con algunas conclusiones:
1. La necesidad de que se verificaran las fronteras del Perú con los países vecinos, y de que se vigilaran y recorrieran periódicamente.
2. Debía solucionarse la casi absoluta falta de vías de comunicación entre Iquitos y Lima.
3. Ponderan la gran riqueza que la Amazonía encerraba desde el punto de vista animal y vegetal.
4. Denunciaron la ausencia de una organización administrativa en el departamento de Loreto.
En los primeros años del siglo XX, una figura clave en la investigación en torno a la Amazonía fue el coronel Pedro Portillo, el cual recibió importante colaboración de miembros de la Armada. Entre 1901 y 1904 fue prefecto de Loreto, desarrollando desde Iquitos un plan de exploración de los ríos amazónicos; algunos viajes los hizo personalmente, y en otros casos los encomendó a los marinos que dependían de esa prefectura. Así se pudieron elaborar diversas cartas sobre el curso de esos ríos, lo que luego hizo posible la publicación del Atlas de Loreto. La labor de Portillo, además, puso especial interés en custodiar la soberanía del Perú en esos territorios orientales. Basadre comenta: con Portillo en Loreto el cerebro y la mano del Perú parecieron llegar a distantes e inhóspitos lugares de la selva: un cerebro lúcido y una mano suave y fuerte que implicaban el acierto y la eficacia.
Finalmente, cuando fue necesario, la Marina actuó en defensa del patrimonio territorial peruano en la Amazonía: así ocurrió, por ejemplo, en la región del río Napo, donde se produjeron los encuentros bélicos de Angoteros y Torres Causano entre fuerzas peruanas y ecuatorianas hacia 1910. Allí participó de modo decisivo el oficial Óscar Mavila, quien quedó herido en una de las acciones, a bordo de su lancha Pizarro. Pero, a medida que fue avanzando el siglo XX, fueron mejorándose progresivamente los medios que estaban a disposición de los oficiales de la Armada destinados a la Amazonía. Así se adquirieron algunas lanchas cañoneras que pudieron prestar servicios por varios lustros.
La Marina de Guerra y el progreso de la ciencia en el Perú.- Estudios científicos muy valiosos y de diverso tipo fueron realizados en diferentes épocas por marinos, o fueron auspiciados por la propia Armada.
En los primeros años de la República, tenemos la figura de Eduardo Carrasco. Este marino llegó a tener una de las bibliotecas más importantes del Perú y gracias a su experiencia hidrográfica pudo colaborar decisivamente con las tareas cartográficas que vino a realizar en el Perú, hacia 1835, el marino británico Robert Fitz Roy, quien era un importante cartógrafo naval. La labor que Roy vino a desempeñar (en su célebre buque “Beagle”, en el cual también viajaba Charles Darwin) consistía en elaborar el diseño hidrográfico y cartográfico de las costas peruanas. Carrasco, además, publicó, a lo largo de la década de 1840, la Guía de Forasteros de la República Peruana, la cual aparecía cada año y contenía datos estadísticos muy precisos de la geografía física y política, al igual que información variada proporcionada por los diversos niveles de la administración pública. Se trataba, pues, de la guía más amplia del Perú de entonces.
En cuanto a la investigación hidrográfica, debe destacarse la figura de Aurelio García y García, quien publicó su Derrotero de las costas del Perú (1863), obra muy elogiada. Se trató de un trabajo fundamentado en la buena experiencia de navegación de este oficial, al igual que en la capacidad que tuvo para estudiar obras navales en otras lenguas. Luego, en la década de 1870, realizó un útil estudio sobre el puerto de Mollendo. Asimismo, como ministro de Gobierno de Manuel Pardo, dispuso que se publicara el célebre Diccionario Geográfico de Mateo Paz Soldán.
También hubo interés por la astronomía. En 1878, una comisión científica, presidida por Camilo Carrillo, tuvo como misión la elaboración de un informe sobre un fenómeno astronómico importante que se produciría en mayo de ese año: el tránsito del planeta Mercurio por el disco del Sol. Ese fenómeno congregó en el puerto de Paita a otras misiones científicas, y la comisión peruana, a bordo del monitor “Huáscar” y compuesta íntegramente por marinos, emitió el informe solicitado.
Después de la guerra con Chile, volvió a manifestarse el interés de los marinos por los asuntos científicos. Por ejemplo, varios oficiales de la Armada estuvieron entre los miembros fundadores de la Sociedad Geográfica de Lima, creada en 1888. Entre sus miembros, destacó Melitón Carvajal quien colaboró en la determinación precisa de algunas coordenadas geográficas, con la idea de que ello sirviera de base para la confección de un detallado mapa del Perú.
Ya en los primeros años del siglo XX, muchos marinos continuaron realizando investigaciones de carácter hidrográfico. Efectuaron sus labores tanto en el litoral como en los ríos de la Amazonía. En cuanto a sus trabajos en la costa, por ejemplo, realizaron estudios para fijar los lugares donde se instalarían 13 faros que alumbraría n el litoral; se levantó una carta del puerto de lobitos; se hizo un estudio para analizar si Puerto Pizarro podría ser un buen punto de partida de un ferrocarril a Tumbes. Igualmente, el Germán Stiglich publicaría su utilísimo Diccionario Geográfico del Perú (1918-22, 4 vols.).
Los marinos en la vida política.- A diferencia de los que ocurre hoy, durante todo el siglo XIX e incluso a inicios del XX, los marinos podían participar en política, es decir, podía elegir y ser elegidos como autoridades. Esta situación empezó a cambiar con la llegada de la misión norteamericana en 1920. Ahora, hay que distinguir entre la participación de la Marina como institución en defensa de algún gobierno frente a un peligro revolucionario o la participación individual de determinados jefes u oficiales como congresistas, diplomáticos o ministros.
En el campo de la actuación colectiva de la Armada debe destacarse que la mayoría de las veces fue para respetar el orden constitucional, como ocurrió con la defensa del gobierno de José Rufino Echenique frente al movimiento revolucionario de Ramón Castilla en 1854. Esa unidad, pocas veces se vio luego y la Marina se dividió apoyando a uno u otro caudillo, tal como ocurrió en 1856 cuando Manuel I. de Vivanco intentó terminar con el segundo régimen de Ramón Castilla. Entre los casos individuales, destacamos:
a. Aurelio García y García.- El gobierno de Manuel Pardo lo envió como embajador ante los imperios de China y el Japón para solucionar el conflicto desatado por el tráfico de trabajadores chinos en el Pacífico, denunciado por la prensa internacional. Las negociaciones no fueron nada fáciles pues el Perú se había ganado una mala imagen por los malos tratos a los chinos durante la travesía al Callao. Perteneció al Partido Civil y fue senador por Ayacucho (1878). Luego, concluida la guerra con Chile, su experiencia diplomática le valió para el gobierno de Miguel Iglesias lo nombrara representante del Perú en Inglaterra y la Santa Sede.
b. Camilo Carrillo.- Fue profesor en San Marcos, llevó la Dirección General de Correos, fue miembro del Partido Civil, Ministro de Hacienda y Comercio de Manuel Pardo, diputado y presidente de su Cámara. En 1985, fue Ministro de Guerra y Marina de Nicolás de Piérola.
c. Lizardo Montero.- Fue quizá el marino de mayor vigencia en la vida política: participó en el levantamiento de Vivanco contra Castilla (1856); ayudó a Mariano I. Prado a derrocar a Pezet (1865); miembro del Partido Civil y senador por Piura (1871); candidato a la Presidencia de la República (1876); cuando Francisco García Calderón, “Presidente de la Magdalena”, fue enviado cautivo a Chile, se proclamó presidente de los departamentos del sur durante el conflicto (tuvo el honroso gesto de ofrecerse a los chilenos para reemplazar a García Calderón en su prisión en Chile); senador en 1890. Falleció en 1905 retirado de la política.
d. Miguel Grau.- Participó en el movimiento de Vivanco contra Castilla (1856); apoyó la revolución de Mariano I. Prado contra Pezet (1865); su vocación constitucionalista la demostró en su lucha contra la revolución de los hermanos Gutiérrez (1872). Fue miembro del Partido Civil y diputado por Paita (1875).
Lizardo Montero
Le felicito por su página. MI hijo se está preparando para postular a esta magnifica y gloriosa institución; estoy segura que su página le ayudará mucho en su aprendizaje.
Saludos,
Pilar Navarrete.