El caso de Georgia: ¿Se viene una nueva “Guera Fría”?

Yo creo que el reconocimiento de la independencia de Osetia del Sur y de Abjazia por parte de Rusia es la culminación de un proceso de hartazgo por parte de Moscú frente a la política norteamericana de entrometerse en los asuntos de los antiguos países satélites de la URSS. Fue un error de Occidente pensar que algo así no sucedería. Además, el tema del Cáucaso evidencia que los intereses de Estados Unidos y de Europa (La Unión Europea) no siempre son los mismos.

Hagamos un poco de historia. Cuando a finales de la década de 1980, Estados Unidos exigió que la Alemania unida debía pertenecer a la OTAN, esto fue el mayor obstáculo de la reunificación. Helmut Kohl tuvo que pagar en dinero para que Moscú aceptara esa victoria no tan simbólica de Occidente. Luego vino el colapso de la URSS y su sucedánea, la Federación Rusa, vio casi impotente como los antiguos países del Pacto de Varsovia se integraban a la alianza atlántica y, luego, a la Unión Europea. Luego, vinieron las presiones cada vez más “groseras” de Washington por integrar a la OTAN a algunos países satélites de la URSS, como Ucrania o Georgia.

Quizá la intervención militar de Georgia en Osetia del Sur y Abjazia estaba justificada por el derecho internacional ya que era parte de su territorio. Sin embargo, se trataba de una población étnicamente distinta, lo cual podría justificar su deseo independentista. ¿Si por motivos étnicos Kosovo se independizó de Serbia y Occidente lo reconoció (con la oposición rusa), por qué esto no podría ocurrir en el Cáucaso? Rusia, con este reconocimiento de Osetia y Abjazia le está pagando con la misma moneda a Washington lo que ocurrió en Kosovo (Serbia es aliada histórica de Rusia).

Entonces, uno de los posibles escenarios de esta “nueva guerra fría” van a ser casos como estos: presiones internas de algunas etnias o nacionalidades por independizarse y los intereses cambiantes de las grandes potencias. Pongamos tres ejemplos: las intensiones separatistas en el País Vasco (España no reconoció la independencia de Kosovo por obvias razones), el grave problema que tiene Rusia en Chechenia y el reconocimiento de un territorio para los kurdos (aliados de Estados Unidos). Lo cierto es que la gran escalada armamentista que vive hoy el planeta es consecuencia de la pretensión de Estados Unidos por el dominio total (no olvidemos a Irán o Corea del Norte). De hecho, el mundo está viendo una competición armamentística como en los peores años de la Guerra Fría con posibles fatales consecuencias.

¿Y la Unión Europea? Es evidente que sus intereses no coinciden con los de Washington respecto a Rusia. Europa es vecina de Rusia, depende energéticamente de ella y, lo más importante, hay inversiones europeas multimillonarias allí. Es un mercado demasiado atractivo. A Europa le conviene una Rusia estable y próspera económicamente. Desde ese punto de vista, no puede impedir que Rusia recupere su status de gran potencia regional. Es muy posible que en un futuro cercano Europa trate de controlar o persuadir a los Estados Unidos que no le dispute a Rusia el control del Cáucaso y de Asia Central (con grandes yacimientos de petróleo y gas). Una tarea demasiado delicada pues no debe dar la imagen ser aliada de Rusia.

Puntuación: 4.67 / Votos: 12

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *