Los chilenos entendieron que la única forma de seguir presionando al Perú para que firmara la paz era invadiendo Lima. De esta forma, el enemigo emprendió lo que se llamaría la “Campaña de Lima”. El dictador Piérola tuvo que organizar, o mejor dicho improvisar, la defensa de la capital apelando a las milicias urbanas. Es decir, la defensa estuvo a cargo no solo de lo que quedaba del ejército sino de la población civil, gente de todas las edades y ocupaciones. Decenas de hacendados de la sierra con sus campesinos llegaron a apoyar la campaña. Se logró reunir unos 20 mil hombres.
Los chilenos desembarcaron al sur de Lima (Lurín) con 26 mil efectivos debidamente armados. Piérola entonces decidió organizar dos líneas de defensa. Una, la llamada línea de San Juan, partía del Morro Solar Chorrillos y se proyectaba hasta lo que hoy es Monterrico; la otra, se instaló desde las afueras de Miraflores hasta la altura de Surquillo.
Con las derrotas en las líneas de San Juan y Miraflores, incluidos el incendio de Chorrillos y la ocupación de Lima por el ejército chileno (enero de 1881) culmina, formalmente, la guerra. Porque perder la capital, ver ocupados y saqueados los principales edificios públicos (Palacio de Gobierno, ministerios, oficinas de administración o Biblioteca Nacional, por ejemplo) y tener un ejército diezmado es suficiente como para decir que la derrota era un hecho concreto y verificable. Además, no había gobierno. Piérola se había trasladado a Ayacucho formando un gobierno con casi nulo alcance o aceptación nacional.
Pero a pesar de lo esperado por el invasor el conflicto se prolonga, principalmente por la tenaz resistencia de Andrés A. Cáceres en la sierra con la llamada “Campaña de la Breña”. Antes, un cabildo abierto en Lima había elegido al abogado y político Francisco García Calderón como presidente ante el fracaso militar y retiro de Piérola. Su gobierno, cuya sede fue el pueblo de Magdalena (hoy Pueblo Libre), tuvo como objetivo seguir intentando conseguir un préstamo en Francia para evitar la cesión de Tarapacá. Los chilenos se cansaron de negociar con él un tratado pues el “Presidente de la Magdalena” no aceptaba firmar la paz con entrega de territorios. Finalmente, García Calderón, junto a su familia, fue llevado prisionero a Valparaíso.
Francisco García Calderón, el “Presidente de la Magdalena”
A la resistencia de Cáceres también se sumaron el general Miguel Iglesias, en la sierra norte, y el contralmirante Lizardo Montero, en la costa norte. Este último, como vice-presidente de García Calderón, intentaba continuar con el “Gobierno de la Magdalena”. El escenario era demasiado confuso: los chilenos no sabían con quien podían firmar la paz.
En la sierra central, territorio no conocido ni dominado por el enemigo, Cáceres llevó a los chilenos con la intención de cansarlos y prolongar la guerra hasta derrotarlos. Sus primeros triunfos, con la ayuda no tanto de los hacendados sino de los campesinos de la región, parecieron darle la razón: Pucará (5 de febrero de 1882), Marcavelle, Pucará II y Concepción (9 de julio).
Pronto, sin embargo, la situación le fue cambiando a Cáceres. Muchos terratenientes del valle del Mantaro empezaron a aceptar cupos de guerra a los chilenos y pedirles la protección de sus haciendas ante el peligro de un eventual levantamiento del campesinado indígena. Este colaboracionismo con el invasor, aparte de censurable, exacerbó aún más el ánimo de los campesinos que apoyaban a Cáceres.
Finalmente, con la derrota de Huamachuco (10 de julio), donde algunos terratenientes ayudaron en el “repase” de los indios, significó el fin de los planes de Cáceres, no tanto por querer abdicar en la lucha como por la actitud que tomó Iglesias en el norte. Pero Cáceres no se dejó vencer. Con lo que quedaba de su ejército viajó hacia Ayacucho para reorganizar la resistencia. La empresa, sin embargo, no llegó a realizarse.
En efecto, luego de la derrota de Cáceres, en Cajamarca, Miguel Iglesias lograba un importante triunfo en la batalla de San Pablo (13 de julio). Autoproclamado presidente en su “Manifiesto de Montán” llamó al país a firmar la paz bajo cualquier condición. De esta manera, Iglesias formaba un nuevo gobierno y, en calidad de vencedor en San Pablo, empezaba a ganar numerosas adhesiones.
Grabado que muestra el “repase” luego de la batalla de Huamachuco
Fotografía que muestra el lugar donde fue fusilado Leoncio Prado luego de la batalla de Huamachuco
Gracias por la info, me ayudo bastante
Amigos, les pido que me ayuden, mi abuelo materno CARLOS CASTRO ROMERO, fue oficial del ejército del Perú, y por su rama materna fue sobrino del Mariscal Cáceres, a los 14 años participó en la Defensa de Lima. Cuando oficial luchó al lado de su tío y mas adelante estuvó en palacio de gobierno (ya Presidente) como su asistente personal;quisiera saber como averiguar de mi abuelo en esa época o si ustedes podrían conseguir alguna información sobre él. Gracias por adelantado.
BUENAZOOOOO