La hacienda Barboncito

Era un fundo ubicado entre lo que es hoy San Isidro, Miraflores y Surquillo. Su casa-hacienda es una curiosidad que pocos advierten. Claro que está muy remodelada y hoy es sede del Ministerio de Justicia, ubicado en la calle Scipión Llona 350, Miraflores. La construcción es moderna, neo-clásica, pero tiene aún el patrón del antiguo cortijo español, primer referente de la casa-hacienda costeña colonial: entrada amplia en terraplén, grandes patios, arquerías interiores, mamparas grandes y ventanales en arco al estilo sevillano. La casa-hacienda original fue demolida.

El origen de esta hacienda se remonta a la cesión dada por el marqués don Francisco Pizarro a la Orden de La Merced, el 18 de mayo de 1541, de los terrenos que por ese entonces se conocían como “Chácara (sic) de Surquillo” o “chacra de Surquillo”, cuya extensión iba desde los barrancos hasta los linderos del actual distrito de Surco. Pero esta facultad de otorgar estos campos no se refería a la propiedad, razón por la cual el cacique de Surco, Tantachumbe, y el encomendero español Antonio del Solar las reclamaron. Sin embargo, el requerimiento no prosperó y se dejó la propiedad dividida entre el Monasterio de La Merced y estos dos socios particularmente originales (uno, el conquistado y el otro el conquistador, pero socios al fin y al cabo). En 1594, al hacerse el deslinde entre las tierras bajo jurisdicción mercedaria y aquellas de propiedad civil, se delimitó el terreno actual del fundo Barboncito.

Durante la Colonia y los primeros años de la República, el fundo se mantuvo como anexo de las grandes propiedades que tenían los Mercedarios en Surquillo, hasta que en 1814 don Juan José de Leuro lo toma en propiedad, anexándolo a un fundo más grande que sería conocido como Fundo Leuro. En 1852, pasa a manos de don Manuel Martínez de Aparicio, Conde de Montecarmelo, quien lo toma en enfiteusis (suerte de “leasing” de la época). Años antes, en 1849, este caballero tomó en propiedad varias chacras de la Orden de la Merced, entre ellas dos de las más importantes: Surquillo y La Calera de La Merced. Martínez de Aparicio entonces se hace dueño de varios fundos y chacras, desde Surquillo, La Calera, Leuro, pasando por Barboncito (actual Avenida Aramburu, hospital de la FAP y avenida Arequipa) y terminando en lo que es el actual centro de Miraflores (Av. Ricardo Palma, Porta, Esperanza, Paseo de La República, Alcanfores y Larco). A principios del siglo XX, don José Antonio Dapelo Melo, de origen italiano y portugués, y su esposa, doña Otilia Vargas Dulanto, hija de los Condes de Torreblanca (propietarios de la Hacienda Torreblanca en el Valle de Chancay y emparentados con los Condes de Montecarmelo, los Martínez de Aparicio), toman en propiedad el fundo Barboncito que iba desde la actual avenida Arequipa hasta la zona industrial del vigente distrito de Surquillo, dándole una carácter más agroindustrial al explotar en sus campos frutales y establos lecheros para el consumo urbano. El hijo, don José Antonio Dapelo Vargas, iniciaría en este fundo una línea genética de caballos peruanos de paso que (junto a los esfuerzos de don José Antonio de Lavalle, marqués de Premio Real), recuperarían la raza nacional. El fundo Barboncito subsistiría hasta la década de 1950 cuando, por iniciativa de Dapelo Vargas, se iniciaría el proyecto urbanizador como parte del plan de vivienda del general Manuel A. Odría. Así, se construyó, por ejemplo, la Unidad Vecinal Barboncito, el Hospital de la FAP y el Hogar de la Madre; también se lotizaron parcelas grandes para la construcción de villas al estilo mediterráneo, como la Casa Berckemeyer, entre las avenidas Arequipa y Petit Thoars.

Era costumbre en Barboncito, todos los 24 de junio, que se ensillasen los mejores caballos de paso de la hacienda, potros de ser posible; desde el Fundo Barboncito salían montados y bien aperados con monturas de cajón, chapeadas en plata, estribos de punteras y pellones sanpedranos: hacendados vecinos al fundo (San Isidro, Santa Cruz, La Merced, La Higuereta, Camacho, etc.), vestidos con ponchos de vicuña, sombreros de ala corta de jipi japa y espuelas de plata, enrumbaban por la Av. Arequipa, tomando el camino real de las haciendas Orrantia, Risso o Lince y Santa Beatriz y de ahí entraban por el fundo Chacra Ríos, luego por la Av. Alfonso Ugarte y, cruzando el Puente Santa Rosa, llegaban al Rímac, a la zona que se conoce como Pampa de Amancaes para las exhibiciones que solían hacer los hacendados limeños para conmemorar el Día de San Juan, costumbre muy limeña que databa de la Colonia y que la hacían perdurar los hombres de campo de Lima, sobre todo para mostrar los mejores ejemplares del caballo peruano de paso que se criaban en los distintos fundos que rodeaban la ciudad. Este es el origen, quizás, de los actuales concursos y cotejos de caballos peruanos de paso.

Mañana hablaremos de la hacienda San Isidro.

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Comentarios

  1. moises portugal ramos escribió:

    quisiera saber si en la hacienda barboncito se ubico alguna huaca

  2. Eduardo Recoba Martínez escribió:

    Moisés, por como estaba construida la casa hacienda anterior a la actual (la moderna data de los años 40-50), sobre un terraplén que de hecho se puede ver hasta ahora, lo más probable es que sí, se superpuso sobre una huaca o santuario…recordemos que está hacienda perteneció en sus inicios a la doctrina de indios de la Orden de La Merced (siglo XVI) y como parte de la evangelización era usual construir las casonas sobre los santuarios paganos…tal es el caso de Cueva por ejemplo en Pueblo Libre o Maranga (casa que ya no existe).

  3. Bayron Burga escribió:

    Hola, quisiera saber donde puedo encontrar información con respecto a esta hacienda: Su historia, Que cultivos y/o ganados tuvieron, su ubicación y/o dimensiones durante los años, su sistema de riego y como obtenían agua, como estaba diseñada la hacienda( cantidad de trabajadores, esclavos, si tenían cocina, donde dormían, etc), imágenes de cualquier época y su estado actual(ministerio de Justicia).

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