– ¿Qué haces?
– Estoy esperando
– ¿sabe que esperas? Digo…. la persona que esperas
– No
– ¿Por qué esperas entonces?
– Porque… vale la pena. Verdaderamente
Una hora fija. No quedamos en una hora en específico. Solo me dijo que nos encontraríamos en «el preciso momento en que el atardecer te conmueve el corazón y sus colores te hacen cosquillitas en el alma… en ese preciso instante nos vemos» – me dijo. Pero ahora estabamos en otra dimensión, en la realidad. Aquí las cosas son muy distintas… Leer más