Merleau Ponty
– Y luego… creiste en mí!
– Lo sigo haciendo
– Y fue esa fe…
– ¿Maria Fe Perceptiva?
– Fue esa fe la que me motivó ha hacer cosas que me ayudaron a crecer, que me hicieron conocer otros mundos, que me dieron ánimos para ir por otros rumbos tan inesperados para mi. Tan mágicos, tan buenos, tan felices.
– ¿Qué pasó luego?
– Que fue ambiguo también: porque aquello de lo cual me valía para disimularme… también me permitía revelarme.
– Y sin embargo… yo creo que te quebré la Gestalt
– Me hiciste descubrirla
– Tú me hablaste de Kafka. Gracias.
– Tú me hablaste de Lobachevsky… no sé si agradecertelo.
– Y luego de que me dejaste y te fuiste, ¿qué hiciste?
– Comencé a odiar todas las películas en las que aparece Drew Barrymore – a excepción de E.T. claro -.
– Yo comencé a extrañar más a Quino. Y luego comencé a buscar al Principito… pero me fui por otros caminos que me llevaron hasta Maquiavelo, ¿ves?
– Y, ¿estás bien?
– Supongo… pero ya no quiero cambiar el mundo. En las mañanas soy obrera, y en las noches soy bohemia (intelectual). ¿Y tú?
– En las mañanas duermo… y en las noches también. Así puedo soñar siempre.
– Ah. ¿y eres feliz?
– Sí.
– Eso es bueno.