Y me fui…

Un ser humano no me impresiona por ser el mejor gerente o por contar con una maestría en Standford

– ¿Y tienes inquietudes?

Mi rostro lo dijo todo, estaba roja, con los ojos brillando como el fuego del ave fénix, porque me preguntaba muchas cosas y me atemorizaban otras tantas. Finalmente, decidí arriesgarme, nuevamente, a ser auténtica ¿acaso es posible no serlo?

– Es que me parece una suerte de conquista. Percibo detrás de todas esas lecturas que me dieron, un discurso de “Yo tengo el poder” “Lo que yo sé, es lo que vale y he venido para ser yo quien te muestre la verdad” “Yo, el super héroe” “Yo, el generador del cambio”. Me causa tanta conmoción esta percepción ya que soy conciente de que las personas con quienes se va a trabajar son vulnerables, tienen su propio ciclo, sus tiempos, sus momentos son distintos… e intuyo que se requiere de mucha sutileza para comprender y tratar esto. – y francamente, no me inspira paz… la perspectiva que me comparten…

No me escuchó.

Y me fui.

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