Capisco

– Pero no… por eso estás desolada, precisamente porque te dejaste tentar por tu racionalidad. Y este espacio es muy distinto…

– ¿Cómo es eso?

– Se trata de sentir, de gustar, de saborear… de ir lentamente, poco a poco. De dejar que sea tu corazón el interlocutor y de que tú – tu ego – se vaya muriendo poco a poco para que Él nazca…. ¿Hai capito?

– Capisco* * *

Y luego pasó el tiempo. Entonces…. ahí estabas. Y te felicité efusivamente, con toda la alegría del mundo…

– ¡Al fin! Felicidades… ¿tú sabes? Encontrar al ser que te completa plenamente es una epifanía del alma. Y vale la pena esperar toda la vida, sólo por encontrar la respuesta. Y cuando lo haces, ya no importa nada, solo estar ahí, junto a su compañía

Y no respondiste… sólo me miraste pensativo. Toda la gente del banquete estaba en silencio…

– Diana, estás soñando… nuevamente….

Puntuación: 3.75 / Votos: 4

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *