I. Fed lanzará plan audaz y riesgoso para impulsar economía EEUU
Noviembre 03, 2010. WASHINGTON (Reuters)
La Reserva Federal podría anunciar el miércoles una controvertida nueva ronda de compras de miles de millones de dólares en bonos del Gobierno, en un intento por darle respiro a una alicaída economía estadounidense.
La anunciada decisión apuntaría a reducir los costos del crédito para los consumidores y las empresas aún dañadas por la peor recesión en décadas, aunque existen dudas respecto a su efectividad.
Con la economía que creció sólo a un 2 por ciento interanual en el tercer trimestre y una tasa de desempleo que no baja del 9,6 por ciento, la Fed está bajo presión por tomar más medidas para estimular la actividad empresarial.
Economistas esperan una nueva ronda de adquisición de bonos del Tesoro por un total de cerca de 500.000 millones de dólares en un periodo de seis meses, aunque acompañada por una señal de que las autoridades, que se han mostrado divididas por la prudencia de la medida, podrían elevar la operación si fuera necesario.
“Esperamos que el comunicado exprese una voluntad -pero no necesariamente una tendencia- a incrementar más las compras de activos dependiendo de las condiciones económicas”, dijo Michael Feroli, economista jefe de JPMorgan en Nueva York.
Se espera que la Fed anuncie su decisión en torno a las 14.15 hora local (1815 GMT).
HECHO EN EEUU PARA EEUU
Los mercados han tenido bruscos movimientos a la espera de la decisión de la Fed de compras de bonos, que fue la primera medida en respuesta a la crisis financiera del 2007-2009. Las acciones y los bonos del Gobierno en Estados Unidos han subido, pero el dólar ha descendido.
Las bolsas han sido apoyadas por expectativas -ahora validadas- de que los republicanos, vistos como más pro-mercado por los inversionistas, tomarían el control de la Cámara de Representantes y subirían su participación en el Senado en las elecciones del martes, observadas como un plebiscito al manejo económico.
Dado que los republicanos hicieron campaña por un Estado más pequeño, el Congreso podría ser menos proclive a ofrecer más estímulos al gasto para apuntalar a la economía, por lo que la Fed quedaría como la fuente principal de respaldo.
La Fed recortó sus tasas de interés a casi cero por ciento en diciembre del 2008 y ya ha comprado cerca de 1,7 billones de dólares en deuda del Gobierno y bonos respaldados por hipotecas.
Con la perspectiva de un largo periodo de bajos retornos en Estados Unidos, los inversores se han trasladado a los mercados emergentes, donde han apreciado las monedas locales. Las economías emergentes, preocupadas por la pérdida de competitividad de sus exportaciones, han reclamado.
“Todos estamos bajo ataque por la relajada política monetaria de Estados Unidos”, dijo el martes el ministro de Hacienda de Colombia, Juan Carlos Echeverry.
El Banco de Japón, que se reúne el jueves y viernes, también se apresta a lanzar una nueva ronda de compra de bonos. El Banco Central Europeo y el Banco de Inglaterra se reúnen esta semana, pero no se esperan grandes cambios en su política monetaria hasta ahora.
II. Esperando la lluvia de dinero de la Fed: así reaccionará el mercado tras la cita del año
Noviembre 03, 2010. Llegó el día. Tras semanas de espera y una miríada de especulaciones, la Reserva Federal (Fed) anunciará hoy los nuevos estímulos con los que intentará reactivar el débil crecimiento estadounidense y desterrar la amenaza de la deflación o caída de los precios.
La resolución se conocerá a las siete y cuarto de la tarde -hora española-, momento en que difundirá el comunicado oficial con las medidas definitivas. Y entre todas las posibles, los inversores mirarán una de forma especial. Consiste en cuánto dinero nuevo introducirá en la economía mediante la compra de bonos en el mercado.
Esta esperada maniobra se ha bautizado como QE2 -expansión cuantitativa 2 o quantitative easing 2, en inglés-, puesto que será la continuación del plan de adquisiciones de deuda pública y privada -QE1- con el que el banco central norteamericano reaccionó a la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008. Con esa primera parte, la entidad presidida por Ben Bernanke ya inyectó 1,75 billones de dólares en la economía.
Una cuestión de expectativas
Esta vez, la elevada expectación responde tanto a la relevancia de las iniciativas que adoptará como a la incertidumbre que rodea a la cita. Hay que remontarse hasta marzo de 2009, momento en que precisó el montante del QE1, para encontrar una reunión con los pronósticos tan abiertos.
La mayoría de los expertos espera que la Fed destine 500.000 millones de dólares -unos 357.000 millones de euros- a la adquisición de deuda; o en su defecto, que en vez de anunciar una cifra cerrada, adopte una estrategia flexible, basada en marcar unas metas mensuales e ir decidiendo si prorroga el QE2 conforme evolucione la economía. En este sentido, las compras oscilarían entre los 50.000 y los 200.000 millones al mes.
Pero también existen extremos. Por un lado, hay analistas que mencionan que la lluvia de dinero podría alcanzar los dos billones de dólares. Y por otro, figuran los expertos que opinan que la Fed, finalmente, no emprenderá el QE2.
Y no acaban ahí las quinielas. Hay dos variantes más. La primera, la posibilidad de que la institución plante cara a las presiones deflacionistas con el establecimiento de un objetivo de inflación o de un Producto Interior Bruto (PIB) nominal.
“Son unas medidas con las que la Fed no se siente del todo cómoda, por lo que a lo mejor las deja para más adelante”, matiza Pablo Guijarro, analista de AFI. Y la segunda, que modifique el mensaje de su comunicado. Si desde marzo de 2009 ha reiterado que los tipos seguirán entre el 0 y el 0,25% “durante un largo periodo de tiempo”, hoy podría definir de manera más precisa este horizonte temporal.
¿Cómo reaccionará el mercado?
Todas estas novedades dejarán en el mercado una profunda huella, que será mayor cuanto más se aleje Bernanke de las previsiones.
En las divisas, el veredicto es claro. “Si anuncia una cantidad superior a los 500.000 millones de dólares, el dólar caerá; si es inferior, se apreciar”, avisa Gregory Anderson, estratega de divisas de Citi.
Más errática puede ser la reacción inicial de la bolsa. “Bernanke podría reservarse la cantidad final y enviar un mensaje más diluido de lo esperado, por lo que el mercado podría tomárselo mal”, advierte Juan Ramón Caridad, director general de Swiss&Global Iberia.
Si no alcanza los esperados 500.000 millones, podría caer en un primer momento a causa de la decepción, para remontar luego por el alivio de saber que la situación no es tan grave como para que la Fed actúe con fuerza.
Si, por el contrario, envía una cantidad superior, la reacción inicial puede ser alcista, para caer posteriormente por la alarma que generaría esa intervención. A medio plazo, eso sí, los analistas recuerdan que el QE1 fue un factor clave para reforzar el rebote bursátil entre marzo y diciembre de 2009.
III. La Fed y su difícil misión de convencer a los mercados
Noviembre 02, 2010. QE2. Estos tres caracteres, propios de un jeroglífico, tienen en vilo a los mercados. Quantitative Easing 2 (flexibilización cuantitativa segunda parte) es la fórmula elegida por la Reserva Federal estadounidense para impulsar el crecimiento de la primera economía del mundo.
Este mecanismo permite ampliar el dinero en circulación, a través de la compra de títulos de deuda pública por parte del banco central. De este modo, el precio de los bonos sube y la rentabilidad baja, igual que, en consecuencia. el tipo de interés. Así se reduce el coste del crédito para las empresas, que tienen más fondos para crecer y ampliar plantillas. Con esta ecuación, la Fed busca acelerar el crecimiento de EEUU, (que fue del 2% en el tercer trimestre) y combatir el paro (9,6%).
El banco central empieza hoy la reunión de su Comité de Mercado Abierto (FOMC) que debe establecer el importe de deuda pública que compra. La decisión definitiva, que se conocerá mañana, coloca a la Fed en la difícil posición de convencer a los mercados y vuelve a situar a Bernanke en la encrucijada.
El consenso de los analistas espera que la institución anuncie una operación valorada entre 450.000 y 500.000 millones de dólares (entre 324.090 y 360.100 millones de euros), ejecutable en varios meses, previsiblemente seis, y ampliable si la coyuntura económica así lo requiere.
Cualquier anuncio por debajo de esta cifra defraudaría las expectativas, alentadas por el banco central, sobre todo si es muy inferior. Esta posibilidad, además, reforzaría la creencia de una parte de los analistas que considera que la Fed tiene poco margen para estimular el crecimiento, con los tipos de interés en el rango del 0% al 0,25%.
Si el importe es más alto, por el contrario, la Fed estaría indicando que la economía estadounidense se encuentra débil y necesita respaldo público.
La operación se encuentra con una dificultad añadida. Su materialización divide a los miembros del FMOC en cuatro frentes: los que promueven la política expansiva de forma decidida, los técnicos que apoyan a Bernanke, los escépticos proclives a cambiar de opinión y los opositores convencidos.
Bandos
Bernanke tiene siete aliados, encabezados por William Dudley (presidente de la Fed de Nueva York y vicepresidente del banco central estadounidense) y Janet Yellen (del consejo de gobernadores). Además, su política agrada a tres técnicos (Daniel Tarullo, Sarah Bloom Raskin y Elizabeth Duke). El ex académico, no obstante, debe convencer a tres escépticos (Richard Fisher, Narayana Kocherlakota y Kevin Warsh) para superar la previsible oposición de Thomas Hoenig, Charles Plosser y Jeffrey Lacker. Hoenig ha votado en contra de las propuestas de Bernanke en todas las reuniones que el FMOC ha celebrado este año. En su opinión, la Fed puede estar alentando la aparición de nuevas burbujas.
La Fed ya aprobó una primera ronda de compras de deuda pública para combatir la crisis financiera por 1,7 billones de dólares.