EEUU lleva su reforma financiera a la cumbre del G-20
TORONTO, Canadá Junio 25, 2010. (Reuters)
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pidió el viernes a los dirigentes mundiales que sigan su dirección en la reforma financiera, al tiempo que otros países alabaron sus progresos en luchar contra las elevadas deudas que amenazan la recuperación mundial. Al día siguiente de la victoria lograda en el Congreso estadounidense con la aprobación de una reforma regulatoria, Obama animó a sus colegas del G-20 a cumplir sus propias promesas para acabar con las maniobras arriesgadas de los bancos, a las que se ha culpado de desatar la peor crisis financiera en 80 años. “Espero que este fin de semana en Toronto podamos aprovechar estos progresos coordinando nuestros esfuerzos para promocionar el crecimiento económico, conseguir la reforma financiera y fortalecer la economía global”, dijo poco antes de dejar Washington para ir a Canadá. “Necesitamos actuar concertados por una simple razón: esta crisis demostró y los acontecimientos continúan afirmando que nuestras economías nacionales están inseparablemente relacionadas”. El G-20 de naciones ricas y emergentes reforzó sus encuentros en el momento culminante de la crisis financiera y destinó billones de dólares para combatir una profunda recesión. Ese frente unido ha sido alabado por haber evitado una recesión incluso más profunda. Pero a medida que las economías se recuperan lentamente aumentan los desacuerdos sobre los próximos pasos a dar y la unidad del G-20 se está debilitando, poniendo nerviosos a los inversores, que temen que las divisiones podrían poner en peligro la recuperación. “La cohesión generalmente evidente entre los políticos a la hora de gestionar la crisis global está en peligro de dar paso a un debate más disgregador sobre cómo gestionar la recuperación”, dijeron analistas de Credit Agricole en una nota a clientes. El G-20, cuyos países suponen dos tercios de la población mundial, se reúne el sábado y el domingo en Toronto.
El G-8 – formado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia – se reúne el viernes y el sábado, centrándose sobre todo en ayuda al desarrollo para los países más pobres. Mientras Obama puede reclamar el liderazgo en la reforma regulatoria, Estados Unidos va por detrás de Alemania, Reino Unido y otros países que priorizan los recortes en el gasto para reducir los déficit. Otros posibles motivos de conflicto son el comercio y la divisa china, el yuan. Ya al comienzo de la reunión del G-8, la canciller alemana, Angela Merkel, negó que hubiera divisiones, y aseguró que no hay contradicción entre recortar los gastos y un crecimiento sostenible. Además declaró que Estados Unidos no mostró una visión opuesta a la política europea de reducción del déficit.
El primer ministro británico, David Cameron, quitó importancia a la división transatlántica, pero dijo que para reducir los desequilibrios entre los países más exportadores y aquellos con más deudas también haría falta que América se apretase el cinturón. “Parte de la gestión de los desequilibrios es que los países con más déficit se arremanguen, hagan el trabajo y se aseguren de que están viviendo con sus medios”, afirmó. El año pasado, el G-20 se comprometió a coordinar una serie de reformas a finales de 2012 y Obama puede presumir de que ha cumplido la mayor parte de estos compromisos. Europa todavía no ha aportado unas normas amplias. Además, países como Canadá o Japón, cuyos bancos tuvieron un mejor rendimiento durante la crisis, han puesto objeciones a algunas de las propuestas de reformas, argumentando que castigan de manera injusta a los bancos que no contribuyeron a la misma. El primer ministro japonés, Naoto Kan, dijo que el debate de las reformas debería tener en cuenta la situación de cada país.
EEUU: acuerdo sobre reforma financiera será aprobado pronto en el Congreso
Junio 25, 2010. Los legisladores estadounidenses llegaron a un acuerdo este viernes tras una última negociación sobre la versión final de la más vasta reforma de regulación del sistema financiero desde los años 30, que busca impedir que se repita la catástrofe financiera de 2007-2009.
Tras una maratón de veinte horas, 43 legisladores de las dos cámaras del Congreso reunidas en conferencia se pusieron de acuerdo en un texto de compromiso en las primeras horas del viernes.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se congratuló del avance afirmando que la reforma hará que Wall Strett sea más responsable. “Hemos observado lo que sucede cuando Wall Street está mal regulada y no es suficientemente transparente”, afirmó.
El proyecto de ley será aprobado el martes en el Senado y la Cámara de Representantes, antes de ser enviado a la Casa Blanca para su promulgación.
El principal desacuerdo se refería a una disposición tendiente a controlar más severamente al inmenso mercado de los productos derivados intercambiados de común acuerdo, cuyo valor nominal se estima en cerca de 6 billones de dólares.
Esos complejos instrumentos especulativos han estado en el centro de la última crisis financiera que se inició en 2007 en Estados Unidos.
La reforma de los derivados fue atenuada: los derivados más riesgosos serán comercializados separadamente y en las entidades que no reciban dinero público, pero los bancos podrán continuar utilizando los derivados vinculados a los mercados de cambio, de oro y de plata.
Por lo demás, los legisladores llegaron a un acuerdo en un medida bautizada “la regla de Volcker”, por el nombre del asesor económico del presidente Obama, Paul Volcker, cuya idea es apartar a los bancos comerciales de la “tentación” de asumir riesgos y se concentren en sus actividades crediticias.
Pero también en este punto los legisladores autorizaron excepciones, edulcorando la versión original del texto. Así, los bancos comerciales podrán seguir comercializando algunos productos de inversión.
Los republicanos de la conferencia no aprobaron el texto. Según ellos, la aprobación unilateral de esas reglas pondrá a las instituciones estadounidenses en dificultades. “Esto podría conducir al desastre si sólo nosotros seguimos este camino”, dijo el republicano Spencer Bachus.
La oposición también criticó el costo de la reforma, estimado en 22.000 millones de dólares, y financiado en parte por un fondo de 19.000 millones descontado a los grandes bancos.
El proyecto legal prevé asimismo la creación de un organismo de protección del consumidor financiero en el seno de la Reserva Federal (Fed, banco central de Estados Unidos). También impide el rescate de grandes instituciones financieras con el dinero de los contribuyentes.
Por su parte, los banqueros de la Asociación Estadounidense de Bancos (ABA) no comparten el acuerdo del Congreso y denuncian “las nuevas restricciones” que suspuestamente conspiran contra su actividad.
Los legisladores iniciaron el 10 de junio las negociaciones entre ambas cámaras y tenían previsto llegar a un acuerdo sobre el proyecto antes del sábado 26 de junio y la inauguración de la cumbre del G20 en Toronto, Canadá, uno de cuyos grandes temas será la regulación financiera.
El presidente Obama pudo así volar a Canadá para la cumbre con la perspectiva de una importante victoria legislativa la semana próxima.
emp/mj/cel/jb/rpl
Congreso EEUU acuerda histórica reforma financiera
Junio 25, 2010. Por Charles Abbott y Andy Sullivan WASHINGTON (Reuters)
Los legisladores de Estados Unidos forjaron una histórica reforma de las normativas financieras al amanecer del viernes, lo que es una gran victoria local para el presidente Barack Obama justo antes de una cumbre global dedicada al tema. En una sesión maratónica de más de 21 horas, los legisladores acordaron reescribir las reglas del mercado lo que va a presionar a las ganancias de Wall Street y van a cargarla de mayor supervisación y restricciones más ajustadas.
La reforma aún tiene que obtener la aprobación final de ambas cámaras del Congreso antes de que Obama pueda firmarla como ley, lo que le da a Wall Street una última chance para desplegar su ejército de negociadores en el Congreso. Se esperaba una rápida aprobación y la reforma podría ir a Obama para su firma el 4 de julio. El proyecto realmente se ha vuelto más pesado durante su año de idas y venidas en el Congreso.
Los Demócratas barrenaron una ola de disgusto público con la industria que se concedió a sí misma grandes compensaciones mientras buena parte del país sufría la profunda recesión causada por sus acciones. “Nos preocupan las grandes riquezas. Me preocupa que las grandes riquezas tengan una influencia corruptora, pero es satisfactorio saber que cuando la opinión pública se involucra, va a triunfar”, dijo el representante demócrata Barney Frank, que encabezó el panel.
En las últimas horas de la sesión, los legisladores llegaron a acuerdos sobre las secciones más polémicas del proyecto, que restringen la intermediación de derivados de los bancos y limitan sus operaciones en un esfuerzo para proteger de las actividades más riesgosas los depósitos respaldados por los contribuyentes. Pero la industria ganó concesiones significativas que podrían aflojar la cuerda.
La reescritura más integral de las leyes financieras desde la década del 1930 busca evitar que se repita la crisis financiera del 2007 al 2009, que provocó la recesión y llevó a rescates de los contribuyentes para los desesperados gigantes financieros. Las entidades financieras tendrán que pagar 19.000 millones de dólares para cubrir sus costos. “No hay forma de ver esta ley como positiva para el sector financiero”, escribió Jaret Seiberg, analista de Concept Capital, quien sin embargo señaló que podría haber sido mucho peor.
LIMITES A LAS OPERACIONES RIESGOSAS
El compromiso permite a los bancos seguir adelante con las operaciones con tipos de cambio y de interés, que suponen el grueso del mercado de derivados directo de 615 billones de dólares. Los bancos también podrían participar en canjes de oro y plata y derivados diseñados para cubrir sus propios riesgos. Para ello tendrían que separar las actividades de intermediación que se dedican a intercambios agrícolas, energéticos y de metales, de los canjes bursátiles y de los canjes de certificados de deuda no regulados. Los legisladores resolvieron otro punto polémico del proyecto alrededor de la medianoche, cuando acordaron que los bancos deberían afrontar restricciones a sus actividades de intermediación riesgosas. El proyecto transformaría dramáticamente el panorama financiero de Estados Unidos. Crea una nueva autoridad de protección al consumidor y brinda a los reguladores nuevos poderes para controlar a las compañías financieras en problemas antes de que puedan lastimar a la economía. Aunque deja intacto el remendado mosaico de reguladores federales que no lograron detener la última crisis, establece un concejo inter-agencias para supervisar los riesgos sistémicos a la estabilidad.
El proyecto también obliga a buena parte del mercado de derivados directos, que empeoró la crisis financiera y llevó al rescate de la aseguradora AIG por 182.000 millones de dólares, a canales más responsables como las agencias de liquidación y los mercados. Los bancos más grandes tendrán que juntar más capitales que eventualmente los ayudan a lidiar con otras crisis. Las agencias calificadoras de crédito, como Moody’s Corp, podrían ver a sus modelos de negocios puestos en vertical por los reguladores que quieren resolver conflictos de interés. Los emisores de tarjetas de crédito, como Bank of America, probablemente tengan que reducir las comisiones de transacción que cobran a los comerciantes que usan sus tarjetas.
(Reporte adicional de Roberta Rampton, Rachelle Younglai y Kevin Drawbaugh; redacción de Andy Sullivan. Editado en español por Hernán García/Mario Naranjo
Obama da la bienvenida a “mayor reforma financiera desde la Gran Depresión”
El acuerdo logrado esta madrugada en EEUU tras veinte horas de negociación ininterrumpida en el Congreso incluye “las mayores protecciones financieras para el consumidor” en la historia del país, a juicio del presidente estadounidense.
WASHINGTON, junio 25.- El presidente de EEUU, Barack Obama, dio hoy la bienvenida al acuerdo preliminar en el Congreso para aprobar la “mayor reforma financiera en nuestro país desde la Gran Depresión”.
En una breve alocución antes de partir hacia Canadá para participar en las cumbres del G8 y el G20, que agrupan a las principales economías del mundo, Obama aseguró que “el crecimiento económico y la prosperidad dependen de que contemos con un sector financiero firme y robusto”.
El acuerdo logrado esta madrugada en EEUU tras veinte horas de negociación ininterrumpida en el Congreso incluye “las mayores protecciones financieras para el consumidor” en la historia del país, a juicio del presidente estadounidense.
En lugar de una serie de agencias supervisoras, ahora habrá sólo una, y las agencias emisoras de tarjetas de crédito y las empresas hipotecarias “tendrán que cumplir las reglas y proporcionar información clara y concisa”.
Asimismo, regula por primera vez los mercados de derivados, que manejan 600 billones de dólares al año y que “sacaremos a la luz del día” por primera vez.
La medida, aseguró, abarca “el 90 por ciento” de lo que él había pedido cuando reclamó al Congreso que acometiera una reforma del sistema financiero para evitar que se repitan crisis como la padecida en los últimos dos años, la peor desde la Gran Depresión.
La reforma otorga también más poder de supervisión al Gobierno y limita la posibilidad de que los bancos hagan apuestas arriesgadas con sus fondos.
El acuerdo, que ahora pasará a las dos Cámaras del Congreso para su aprobación, representa una victoria para el presidente Barack Obama, que llegará a Canadá con la prueba de que Estados Unidos hace algo concreto para evitar las crisis financieras con impacto global.
Wall Street y el sector financiero en general ha ejercido una dura presión para evitar que la reforma supusiera una merma importante de sus actividades, si bien ha aceptado otras limitaciones, consciente de que es necesario evitar crisis como la que se originó en 2008.
La Casa Blanca espera que las dos Cámaras aprueben el texto la semana próxima, con vistas a que Obama pueda firmar la ley antes del 4 de julio.
Suben los valores bancarios tras el acuerdo sobre la reforma financiera
Junio 25, 2010. Los valores bancarios subían este viernes en la bolsa de Nueva York, tras el acuerdo al que llegaron legisladores sobre un texto común para la reforma del sector financiero que puso fin a una incertidumbre que inquietaba al sector.
Hacia las 14H10 GMT, las acciones de los bancos Bank of America (+2,00% a 15,32 dólares) y JP Morgan Chase (+2,42%, a 38,95 dólares) eran las que experimentaban mayores aumentos en el seno del índice Dow Jones.
Los títulos de Goldman Sachs subían 1,71%, a 137,29 dólares, los de Morgan Stanley lo hacían 1,41%, a 27,24 dólares y los de Citigroup 3,31%, a 3,91 dólares. El índice Bix de valores bancarios subía 1,60%.
Los establecimientos financieros “obtuvieron, en fin, un poco de claridad sobre lo que deben hacer. Tengo confianza en que los bancos y los corredores ganarán dinero, pero necesitaban una dirección. No se puede dejar flotar la idea durante un año y esperar a que las empresas inviertan”, explicó Marc Pado, de Cantor Fitzgerald.
Tras una maratón de veinte horas, los legisladores de la Cámara de Representantes y del Senado se pusieron de acuerdo en un texto, y ambas cámaras se pronunciarán el martes sobre una versión definitiva del texto antes de enviarlo a la Casa Blanca para promulgarlo.
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