Archivo del Autor: Sinesio López Jiménez

Acerca de Sinesio López Jiménez

Sinesio López Jiménez es doctor en Sociología por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) de Lima, Perú. Hizo estudios de doctorado en la Ecole Pratique des Hautes Etudes de la Universidad de París bajo la dirección de Alan Touraine. En la actualidad es profesor principal de la Facultad de Ciencias Sociales de la PUCP y de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNMSM. Fue coordinador de la maestría en Sociología de la PUCP, coordinador de la maestría en Ciencia Política de la PUCP, Director de la Biblioteca Nacional del Perú (2001-2005), Director de El Diario de Marka (1982-1984) y columnista político del mismo. Los campos de interés académico son la Teoría Política, la Política Comparada, el Estado, la Democracia y la Ciudadanía. Ha sido profesor visitante de FLACSO, Quito, Ecuador y del CAEM. Es autor de los libros El Dios Mortal, Ciudadanos Reales e Imaginarios, Los tiempos de la política, coautor de varios libros de sociología y política y ha escrito muchos artículos y ensayos de su especialidad publicados en el Perú y en el extranjero. Actualmente es columnista del diario La República.

CIUDADANIA EFECTICA Y PARTICIPACIÓN ELECTORAL.

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Sinesio López Jiménez

Mantener el buen nombre de una institución pública no es una tarea fácil. Eso depende no sólo del esfuerzo inteligente de una buena oficina de imagen institucional sino principalmente de lo que haga o deje de hacer la institución misma. Este es el caso del JNE. Lo que está quedando lamentablemente en la opinión pública de estos días es que el JNE es una institución copada por el Apra en la que un ex -ministro, por propia confesión, influye para mantener o desbarrancar a los alcaldes de su cargos, previo pago (¿de honorarios?). También queda la imagen de un JNE que festina trámites en el asunto de la revocatoria de Susana Villarán, se desatiende de los delitos cometidos por los revocadores (firmas falsas y financiamientos sospechosos) y se deja atarantar por los medios que son voceros de la coalición mafiosa de los revocadores.

Pero el JNE ha hecho también cosas muy importantes y útiles para los ciudadanos, los políticos, los candidatos, los investigadores en asuntos electorales que, por desgracia, no tienen la misma resonancia que los hechos que lo difaman. Este es el caso del monumental Mapa Político Electoral del Perú elaborado y publicado por el JNE. Entre los interesantes contenidos de esta publicación, el aporte más arriesgado, sin duda, lo constituye el Índice de Participación Electoral (IPE), una propuesta que según la propia institución pretende “…servir como modelo de medición a la comunidad electoral latinoamericana”. Es la primera vez que se formula un índice complejo que mide la participación electoral desde una aproximación que toma en cuenta un número importante de variables (4 referidas a la ciudadanía y 4 a las organizaciones políticas), lo que es un valioso esfuerzo por superar la asociación unidimensional de este fenómeno con la mera asistencia a las urnas, poco trascendente en un contexto en que el sufragio es obligatorio. Lo que el IPE mide, en realidad, es la calidad de la participación electoral.
Si bien el IPE es especialmente útil para la profundización del conocimiento en el campo de los estudios electorales, puede ser también interesante cruzarlo con otros índices socio-políticos para investigar el nivel y la intensidad de la asociación entre ellos. En efecto, existe una fuerte correlación entre el IPE y el Índice de Ciudadanía Efectiva (ICE), entendido éste como el nivel de acceso efectivo a los derechos ciudadanos (civiles, políticos y sociales) reconocidos por el Estado. Esto significa que mientras mayor es el acceso efectivo a los derechos ciudadanos, mayor es la participación electoral compleja de ciudadanos y partidos. El nivel de ciudadanía efectiva se empina con el alto nivel de los derechos políticos, pero trastabilla y desciende con el bajo nivel de los derechos civiles y sociales en los distritos pobres y muy pobres del país. En resumen, a mayor nivel de ciudadanía efectiva (ICE), mayor calidad de la participación electoral (IPE).
Espero que el JNE continúe esta tarea cuando se generen nuevas fuentes de información y se actualicen las ya existentes, lo que va a redundar en beneficio de todos los ciudadanos. Estoy seguro que el nuevo presidente del Jurado, el Doctor Francisco Távara, va a valorar adecuadamente estas iniciativas y les va a dar el respaldo que merecen.
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REVALORIZAR LA POLITICA

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Sinesio López Jiménez
Una de las preocupaciones centrales de los académicos, los políticos y los periodistas es la construcción de partidos políticos vigorosos. Se ha pasado ya de la etapa de los diagnósticos a la de las propuestas. En este campo se plantean opciones que, bien vistas, no son alternativas sino énfasis en ciertas dimensiones de una misma tarea. Algunos analistas subrayan la necesidad de reformar los diseños institucionales que tienen que ver con la formación y la marcha de los partidos: el sistema electoral (voto preferencial, ley de cuotas, circunscripciones electorales, etc) y la ley de partidos (comités de electorales, la participación activa, mayor control de los partidos por los organismos electorales,etc).
Otros analistas y políticos plantean la necesidad de encarar la formación misma de los partidos y prestan atención a dos factores: la organización y la marca (Levitsky, La República 25/11/12) y a las condiciones que facilitan la operación de esos factores. En el caso de la organización se sostiene que la adversidad, el conflicto, la alianza con la sociedad civil ayudan a la formación de las organizaciones partidarias y en el caso de la marca se afirma que la diferencia clara y distinta de un partido con respecto a los otros y la consistencia mantenida en el tiempo contribuyen decisivamente a definirla.
Me parece que esta ginmasia intelectual que prepara la formación de partidos vigorosos es útil pero limitada. Puede ayudar, pero no resuelve el problema. Pienso que hay una tarea previa, más estructural, que consiste en hacer de la política un espacio de realización de los sueños y un lugar en donde se resuelven los problemas de la gente. Es necesario revalorizar la política que fue desprestigiada, en el caso peruano de los 80, por el terrorismo de Sendero Luminoso y del MRTA y por la política desastrosa de García y que fue desvalorizada por el neoliberalismo de los 90 en adelante. El liberalismo, en general, y el neoliberalismo extremo, en particular, conllevan la desvalorización de la política, del Estado y de los partidos.
La revolución francesa instaló una economía de mercado de larga duración (sólo interrumpida por las guerras napoleónicas) y una prolongada política volátil. No hay que olvidar que el siglo XIX fue el siglo de las revoluciones y restauraciones. Las fuerzas que impusieron y controlaron la economía de mercado lograron desvalorizar la política y el Estado transformándolos en realidades de segundo orden. En la realización de esa tarea paradójicamente fueron acompañados por Marx y los anarquistas. Un poco más tarde se logró establecer un equilibrio entre la economía y la política cuando la sociedad y los trabajadores aceptaron la autoregulación de la economía de mercado y los empresarios aceptaron, a su vez, la autoprotección de los trabajadores impulsada por los sindicatos y la administración pública (Polanyi, la gran transformación).
A diferencia de otros países de AL, en el nuestro se impuso (en el 90) el neoliberalismo extremo que estableció una economía de mercado sin derechos para los trabajadores (capitalismio salvaje) y una alta volatilidad de la política que hasta ahora no se resuelve. La solución de este problema pasa por la revalorización de la política, del Estado y de los partidos y por el establecimiento de un equilibrio estable entre el Mercado y el Estado. La crisis que se avecina puede ayudar a establecerlo.
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¿CUANDO SE JODIO LA POLITICA?

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Sinesio López Jiménez
Como toda actividad humana, la política tiene claros y oscuros y una escala de matices para todos los gustos. Algunos pensadores modernos (los contractualistas) colocaron la política en la naturaleza humana y vieron en ella una forma de salir de esta (Hobbes, Rousseau) o una forma de mantenerla y prolongarla (Locke). Hobbes identificaba la naturaleza humana con el estado de guerra del que se salía a través del contrato para establecer la política y el Estado moderno “que es el la voluntad de todos expresada en la voluntad de uno solo o de pocos”. Rousseau pensaba que el estado de naturaleza del hombre era imperfecto y que adquiría su perfección en la comunidad política a través del pacto social. Locke sostenía que el estado de naturaleza del hombre era de libertad, igualdad y soberanía que había que prolongar en la sociedad civil y en el gobierno.
Otros pensadores modernos (Maquiavelo, Montesquieu, Hegel, Marx) ubicaron la política en la historia en donde se desarrollaba como un proceso abierto en la búsqueda de la realización humana a través de conflictos y acuerdos. Más allá de las diferencias, los historicistas sostenían que la política era una manera de hacer la historia, construir sociedades, organizar estados y proponer modos de vida más llevaderos. Como respuesta a contractualistas e historicistas, surgieron los pensadores conservadores (Burke, De Bonald, de Maistre) que ubicaron la política en la tradición y los reaccionarios (Carl Schmitt, Donoso Cortés) que fundaron la política en una decisión (dictadura) para resolver situaciones de excepción. Donoso Cortés, por ejemplo, creía que todo el siglo XIX era una situación de excepción o de caos.
Algunos políticos peruanos de hoy parecen colocar la política en la perversión. Ello no obstante, la política (del siglo XX en adelante para abreviar) ha tenido momentos de gloria y momentos perversos. También momentos grises y aburridos. El Apra de los 30, los movimientos clasemedieros de los 50, los movimientos campesinos de los 60, el clasismo de los 70, las luchas democráticas son momentos de gloria. La fastuosidad oligárquica, la exclusión total, las dictaduras y las persecuciones políticas constituyen abismos depresivos. Por encima de cimas y simas, la política del siglo XX ha sido un espacio para realizar nuestros sueños, algunos de los cuales devinieron pesadillas. El senderismo de los 80 transformó la utopía revolucionaria en un infierno del terror y la liquidó. García convirtió el sueño de la inclusión populista en una pesadilla a la que nadie quiere retornar. Fujimori y Montesinos encontraron en la búsqueda del orden (económico y político) una ocasión para el asesinato y el robo.
La política se pervirtió. Los senderistas que asesinaron a miles de peruanos pretenden pasar piola y participar en los procesos electorales a través del Movadef manteniendo la ideología terrorista. Los defensores del presidente más corrupto de la historia se han autoerigido en los guardianes de la moralidad pública. Los sicarios mediáticos, defensores de corruptos o corruptos ellos mismos, pretenden encarnar la opinión pública. Los traidores acusan de falta de lealtad a los que mantienen sus principios y respetan la voluntad de los electores. Estas son las fuerzas oscuras contra las que tenemos que luchar y a las que tenemos que derrotar.
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DE LA DERROTA PARCIAL A LA DERROTA TOTAL

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Sinesio López Jiménez
De los múltiples debates políticos y periodísticos sobre el terrorismo, el Movadef y las distintas formas de combatirlos se han ido configurado con cierta claridad tres estrategias básicas: la réplica de la estrategia del terror de Fujimori y Montesinos, la estrategia de la ilegalización y de la ilegalidad y la estrategia de la derrota total. La primera es defendida, aparte del fujimorismo, por la DBA y sus voceros periodísticos y políticos que están regados en las distintas agrupaciones de derecha. Esta estrategia confunde todo, otorga la misma identidad y el mismo peligro al terrorismo del VRAEM, a Sendero Luminoso, al Movadef y pretende meter en el mismo saco a la izquierda legal.
Esta confusión proviene de la desinformación, de la pereza mental, del interés, de la ideología recalcitrante o, simplemente, de la falta de inteligencia estratégica. Su versión extrema pretende negar la calidad de peruanos y de ciudadanos a los integrantes de estas diferentes organizaciones, negarles sus derechos humanos y acabar con ellos a como dé lugar, incluido desde luego el terror. Coloca por delante el componente militar de la estrategia sobre los componentes políticos y de inteligencia y no se haría problemas si pudiera organizar comandos del tipo Grupo Colina o Rodrigo Franco.
La estrategia de la ilegalización y de la ilegalidad es sostenida por el gobierno de Ollanta, por algunos sectores del nacionalismo y por los partidos de centro derecha. En este campo hay precisiones y confusiones. Me parece que, a estas alturas, el gobierno ya tiene claro contra quienes está combatiendo en el VRAEM aunque, hasta ahora, no logre avances importantes ni en el campo político ni en el militar ni en el de inteligencia. Existe una confusión, sin embargo, en la identificación de Sendero Luminoso con el Movadef. La negación de la inscripción electoral –correcta mientras no renuncie a la violencia ni a la ideología senderista del terror- y la peligrosa propuesta del negacionismo se inscriben en esta estrategia. Esta es ineficaz porque, por un lado, no ofrece salidas sino sólo represión y victimiza al Movadef y, por otro, saca el problema del campo político para desplazarlo a otros campos (movimientos sociales, vuelta a la violencia y al terrorismo).
La estrategia de la derrota total es defendida por la izquierda legal que sostiene que en el VRAEM opera una banda armada (rechazada por SL pero con rezagos senderistas) al servicio del narcotráfico que es necesario derrotar tanto en el campo político como en el militar. Afirma asimismo que SL y el Movadef tienen elementos comunes de identidad (la cúpula y la ideología del Movadef son senderistas), pero presentan también diferencias (el Movadef no hace terrorismo, la mayor parte de sus integrantes -en especial los jóvenes- no son ni han sido senderistas).
Esta estrategia se basa también en un dato fundamental: SL ha sido derrotado en el campo militar, pero no en el político. Su derrota es, en este sentido, parcial y es necesario transformarla en total. Una derrota es total cuando el enemigo asume las reglas y el comportamiento que le impone el vencedor. La democracia habrá derrotado totalmente a SL y al Movadef cuando estos renuncien a la violencia como forma de acceder al gobierno, pidan públicamente perdón por los miles de asesinatos que cometieron y asuman las reglas de juego de la democracia.
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LAS DRAMATIZACIONES EXAGERADAS DE LA DERECHA

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Sinesio López Jimenez
Con inteligencia y delicadeza Rafael Rocangliolo ha calificado como un asunto menor la recepción de un documento del Movadef por la Embajada peruana en Argentina. Sólo las deslumbrantes inteligencias de la derecha ven la amenaza del fin del mundo en ese minúsculo e irrelevante acontecimiento. Los directores de los medios y sus escribidores le ponen la lupa del escándalo, se asustan ellos mismos y pretenden que todos los peruanos compartamos su miedo.
Si recibir un documento del Movadef es casi el fin del mundo, es legítimo preguntarse qué sentido tiene para la preclara inteligencia de la derecha el hecho macizo e histórico de un asesor y socio del Presidente de la República (Fujimori) negociando con los jefes de Sendero Luminoso un supuesto acuerdo de paz, haciendo traer al estado mayor senderista de las diversas cárceles del país para que delibere con sus jefes y, como fin de fiesta, enviándoles una tortita para que celebren su cumpleaños.
Tengo entendido que en la lúgubre frialdad de la prisión de la Marina del Callao se engendró y nació el Movadef, justamente como resultado de las negociaciones entre Abimael Guzmán, Elena Iparraguirre y Vlamidiro Montesinos (con autorización de Fujimori). La criatura tiene padres, comadronas y padrinos conocidos, pero ninguno de ellos, siguiendo una costumbre muy peruana, quiere reconocerlo. Ahora, sin embargo, es un delito recibir un documento de esa monstruosa criatura, pero sus padres y padrinos pretenden pasar piola.
Me parece que esta es la madre del cordero, del movadef y de la derecha, en especial de una parte de ella. Hay un cierto aire de familia entre el Movadef, la DBA y el fujimorismo. Tienen el mismo ADN político y son, por eso, hermanos enemigos que se aman y se odian, tienen la misma estructura de pensamiento (aunque de contenido diferente) y su comportamiento político es parecido. Cada uno en su campo, desde luego. Los diarios chicha de la DBA, por ejemplo, practican impunemente el senderismo periodístico contra sus supuestos enemigos. Como lo hacían los diarios chicha de Vladimiro y Fujimori.
El problema ahora es qué hacer con el Movadef. ¿Se reconoce a sus integrante la condición de peruanos?, ¿tienen derechos ciudadanos?, ¿se les aplica el ius soli o el ius sanguinis?, ¿o son extraterrestres?. ¿Qué política se va a seguir con ellos?. Los voceros de la derecha han sostenido teorías muy profundas al respecto. Una presentadora de televisión (que, además, es abogada) dijo sin inmutarse: Ellos (los del Movadef) son terroristas y no tienen derechos humanos (sic). Otro escribió la infamia punible según la cual Nicolás Lynch es el embajador de Sendero.
¿Qué hay detrás de estas dramatizaciones exageradas de la derecha?. Mi hipótesis es que la derecha quiere desbarrancar al Canciller y a sus colaboradores para que sus petimetres dirijan la política exterior (y también la política interna). Con ese fin trabajan al susto al gobierno con periodicazos y pantallazos, como ya lo hicieron para tener el control de la economía. Lamentablemente el gobierno inexperto y débil cede y, en lugar de defender a su embajador, lo deja caer. Habría que recordarle a la derecha que, si quiere gobernar, gane las elecciones como lo hicieron Humala y las izquierdas (en las que milita Nicolás Lynch) que lo respaldaron.
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COALICIONES MAFIOSAS

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Sinesio López Jiménez
La asonada del jueves y del sábado pasados tiene actores conocidos que, luego de la derrota, quieren pasar piola. En primer lugar, los comerciantes informales que ganan mucha plata pero que no pagan impuestos. En segundo lugar, el hampa contratada por los comerciantes para enfrentarse a la policía e impedir su traslado a Santa Anita. En tercer lugar, algunos representantes del fujimorismo que vienen apoyando la resistencia a la autoridad municipal. Finalmente, la DBA que atiza todo tipo de oposición a Susana Villarán. Todos ellos forman una pequeña coalición mafiosa que tiene como voceros a los medios que la DBA controla.
Algo parecido se viene preparando en el transporte urbano en manos de los informales que han hecho del tránsito limeño un infierno, sobreexplotan a sus trabajadores, ganan mucha plata y no pagan impuestos. Algunos de ellos no quieren la reforma porque los formaliza, los obliga a pagar impuestos y a tratar bien a sus trabajadores. Ellos quieren mantener la jungla urbana (que nos friega a todos) a punta de paros (ya van 9) que son propagados y celebrados por la DBA y sus voceros, pese a que detestan las huelgas y piden masacrar a los huelguistas. Ellos forman también su propia coalición para resistir la reforma impulsada por Villarán.
¿Qué va a pasar cuando el gobierno y la Municipalidad de Lima decidan enfrentar seriamente a la inseguridad ciudadana?. ¿La DBA va a organizar su pequeña coalición con los delincuentes?. ¿Veremos primeras planas en defensa de los secuestradores, los narcotraficantes y otras especies del hampa?.Lo dudo. Sería demasiado. Lo que harán es combatir a los que luchan (Municipio y gobierno) denodadamente contra el hampa para que fracasen. Esa es su chamba. A la DBA le gusta chapotear en la mierda.
Otra coalición mafiosa es la de los revocadores. Sus integrantes son los operadores que (movidos por intereses subalternos) apelan a métodos clientelistas (pago por las firmas) y delictivos (firmas falsas); los financistas, uno de los cuales (por confesión de los operadores) es un partidario y defensor de un ex -alcalde acusado de corrupción; los políticos que aún no se atreven a dar la cara; y (¿cuándo no?) la DBA que trabaja al susto y a periodicazos al JNE, a la RENIEC y a cuanta institución tenga que ver con la revocatoria de Susana Villarán. Los que no se han dejado chantajear por la DBA son la centro-derecha y la derecha decente.
En estas pequeñas coaliciones mafiosas está siempre presente la DBA que es la articuladora de todas ellas. ¿Cómo opera la DBA?. Como los diarios chicha en manos de Montesinos, ahora financiados, no por el Estado, sino por intereses privados, pero sus objetivos son los mismos: asesinar moralmente a sus enemigos apelando a la agresión verbal, al insulto, la mentira, la calumnia, la difamación. Que estén en manos privadas no quita el carácter delictivo a su modo de actuación. Asesinan moralmente por encargo, se cobijan bajo el manto sagrado de la libertad de expresión, exigen impunidad y no faltan congresistas cobardes que se someten a sus chantajes.
El mal existe. En los 80 se encarnó en Abimael Guzmán y en Alan García; en los 90, en Abimael Guzmán, en Vladimiro Montesinos y en la mafia fujimorista y ahora en la DBA y en sus diarios neo-chicha.
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LA CALIDAD DE LA DEMOCRACIA

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Sinesio López Jiménez
Cuando Robert Dahl, uno de los grandes teóricos de la democracia, comenzó a escribir sobre el tema (A preface to democratic theory, 1956) declaró paladinamente que no era un filósofo de la democracia sino un científico de la misma y que, como tal, no le interesaba lo que debía ser la democracia sino lo que ella era en la realidad. Esa tesis desató encendidos debates puesto que la democracia, como todos los conceptos de la política, se mueve entre la normatividad y la efectividad. En 1971 (Polyarchy; participation and opposition) Dahl aceptó, sin embargo, la inevitable tensión entre la democracia como ideal y como realidad. A la primera llamó democracia y a la segunda, poliarquía.

En este último libro, Dahl distingue dos dimensiones de las poliarquías (competencia y representación) que se desarrollan a partir de un régimen cerrado y que permiten entender tanto los tipos y los grados del régimen político democrático como las transiciones democráticas, pero presenta claros límites para comprender las consolidaciones de la democracia. Ha sido Philippe Schmitter (Do autoritarismo a democracia, 1999), entre otros, el que ha ofrecido algunas herramientas conceptuales básicas (duración, institucionalización, constitucionalización, rutinización, amplitud) para analizarlas y entenderlas.

Pero la consolidación de la democracia no dice nada acerca de su bondad. Esa preocupación impulsó los estudios sobre la calidad de la democracia que, en el fondo, analizan el grado en que una poliarquía se aproxima a la democracia. En el estudio de este tema se reabre una vieja discusión sobre la democracia: ¿se reduce ésta a un conjunto de reglas y procedimientos para acceder al gobierno o comprende también los contenidos (libertad, igualdad, soberanía) y el resultado (responsiveness)?. Cuando sucede lo primero entonces la calidad de la democracia es idéntica al nivel democrático de un régimen político. El análisis de la calidad democrática se vuelve más interesante cuando comprende, además de los procedimientos, los contenidos sustantivos (libertad, igualdad, soberanía) y los resultados (Diamond y Morlino, 2004; Levine y Molina, 2007).

Sospecho, sin embargo, que a este enfoque habría que añadirle dos elementos que ayudarían a entender mejor la calidad de la democracia: la agencia ciudadana o ciudadanía efectiva y la democraticidad del estado (O´Donnell, 2004). En el Perú, por ejemplo, solo el 40% tiene todos los derechos (civiles, políticos y sociales), pero el 60% tiene todos los derechos políticos, pocos derechos civiles (libertad) y muy poco o nada de derechos sociales. Eso afecta la responsiveness y el lado liberal de la calidad democrática. Lo mismo pasa con el Estado cuyas políticas públicas y cuya efectivdad legal no llegan a todos por igual.

Pero hay algo más: ¿Qué sucede con la calidad de la democracia cuando un candidato es elegido con un programa que impulsa el empleo, la distribución y un rol más activo del Estado (POS) pero gobierna con un programa neoliberal (POE)?. Susan Stokes (Mandates and Democracy, 2001) ha estudiado 12 casos en AL que fueron elegidos con un POS, pero gobiernan con un POE. Esto sugiere añadir un nuevo elemento para analizar la calidad de la democracia: el respeto de los gobernantes a la voluntad de los ciudadanos.
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MISERIA MORAL

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Sinesio López Jiménez
La acusación de algunos miembros de la Comisión de Etica contra JDC es ridícula y tonta. Se le acusa del intento de favorecer a sus familiares a través de la presentación de un proyecto de ley. Si ese es el criterio todos los congresistas que presentan proyectos de ley para resolver algunas fallas del mercado o diversos tipos de injusticas debieran pasar por la Comisión de Etica para ser sancionados, si tienen familiares que, por desgracia, están involucrados en esas situaciones. Un Congresista maestro o ex –militar, por ejemplo, no podría abogar por sus colegas o ex -colegas porque es muy probable que tenga familiares dentro de esas categorías.
Si se lleva al extremo la lógica de los acusadores, la mayoría de los congresistas tendría que pasar por la Comisión de Etica porque todos o casi todos los proyectos de ley (que presenta) terminan favoreciendo directa o indirectamente a algún familiar que vive en el país porque la ley es para todos. ¿O hay que excluir a los familiares para que la propuesta de ley sea justa?. Eso a todas luces es un disparate. ¿Quiénes han formulado esta acusación sin pies ni cabeza?. Los fujimoristas. ¿Con qué cara, con qué derecho y con qué moral, los partidarios y defensores del gobierno más corrupto de la historia acusan a JDC de falta de ética?. Fujimori está preso por corrupto y asesino. Sus socios, Montesinos y su mafia, por lo mismo. JDC presidió con brillantez una de las comisiones de investigación que develó la corrupción y los crímenes de Fujimori y Montesinos. Los fujimoristas hacen ahora el ridículo por venganza.
¿Quiénes apoyan la acusación contra JDC? La pequeña bancada del Apra y un desubicado ppkausa. ¿Le han preguntado los defensores de García que hace él para que la plata llegue sola?. ¿La Comisión de Etica ha llamado a García para que explique esa absurda tesis que destruye brutalmente la moral pública de los ciudadanos?. García no pertenece a la estirpe republicana (Haya, Belaúnde) que la política empobreció. El está en el otro bando o banda. Cuando las encuestas preguntan por los gobiernos más corruptos de la historia, García le disputa el primer lugar a Fujimori. Entiendo que Mulder, como tantos sufridos apristas, es un hombre honesto ¿qué hace entonces defendiendo a García y a algunos ex -ministros apristas francamente indefendibles?.
¿Quienes promueven la acusación contra JDC? La DBA y la prensa que eventualmente controla. Los directores de cierta prensa son sicarios mediáticos a los que sus propietarios han contratado para asesinar moralmente a sus enemigos. Agreden, mienten, insultan, calumnian impunemente y tienen el cuajo de pedir una ley especial que los proteja y que les impide ir a la cárcel cuando delinquen. Quieren tener corona. ¿Qué buscan los promotores y los acusadores de JDC?. Pretenden enlodar a uno de los más brillantes, experimentados y honestos parlamentarios de las últimas décadas para que comparta el fango de los corruptos que ellos defienden. Podrán decir entonces a sus amos: Tarea cumplida, todos son corruptos. Esta es una muestra de la miseria moral y la pequeñez intelectual de la DBA.
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TONO Y EL CABALLO ROJO

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Sinesio López Jiménez
Antonio Cisneros, el popular Toño, fue sobre todo un poeta, pero hizo de todo (periodista, profesor universitario, investigador, promotor cultural) y dejó en todas las actividades por las que pasó una huella imperecedera. Una de ellas es el Caballo Rojo, el mejor suplemento cultural de los 80. Entre las propuestas de varios artistas, Toño escogió la de Cristina Gálvez como el logo distintivo del suplemento: un brioso caballo rojo dispuesto a correr y competir en el complejo escenario de la cultura peruana y latinoamericana, abierta al mundo.
Fue su fundador y su único director. En cambio, El Diario de Marka, del cual El Caballo Rojo era su suplemento, tuvo varios directores (Jorge Flores, Carlos Urrutia, Guillermo Thondike, Sinesio López, José María Salcedo y Ricardo Letts). La dirección de El Caballo Rojo tenía un trono estable, mientras la del diario era una silla voladora. A El Diario de Marka le iba bien cuando al país le iba mal. Expresaba la ira de los abajo en una sociedad turbulenta e injusta. El mismo diario era también turbulento por los conflictos internos que lo trababan, pero salía religiosamente. Guillermo Thondike decía con sorna que El Diario de Marka era el único en el mundo que se dirigía solo.
El Caballo Rojo, en cambio, corría sereno en medio de la tempestad. Toño encabezaba un pequeño equipo de primera (Marco Martos, Tito Hurtado, José María Salcedo, Lorenzo Osores, Mito Tumi y Luis Valera como editor) y otro de colaboradores nacionales y extranjeros también de primera. El diario del domingo era esperado por su brillante suplemento cultural. Muchos lo guardan empastado como una valiosa joya cultural. Toño viajó a la eternidad cabalgando el brioso Caballo Rojo que dirigió en el 80 del siglo pasado.
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¿BUROCRATISMO SALVAJE O CAPITALISMO SALVAJE?

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Sinesio López Jiménez
García acaba de escribir una larga perorata contra el estado en defensa del capital. Sostiene que la crisis del capitalismo europeo tiene su origen en el sistema político que ha “generado incesantemente más instituciones y reglas hasta frenar con ellas la capacidad creadora y productiva de las sociedades. Y lo peor es que lo han hecho escudándose tras el cliché del Estado del Bienestar y explicando que, para acercarse a los habitantes, este debe crear más instituciones, lo que, en última instancia, ha causado un brutal endeudamiento que pagarán los hijos y nietos de quienes ahora consumen muy por encima de su capacidad de producción”. Por esta razón “ el tal “Estado de Bienestar” resulta un Estado esclavista diferido en el tiempo”.
Luego de atiborrar y atarantar al lector con un montón de cifras sobre la burocracia española para ilustrar lo que él llama el burocratismo salvaje se pregunta: “¿Qué tiene que ver todo esto con el llamado “capitalismo salvaje”, de la plusvalía y el afán de ganancia?. Se responde haciendo una pequeña concesión: “Tal vez sea una parte del problema, pero lo central es que ha sido la administración política la que ha generado este inmenso gasto, estimulado a su vez por la misma población empleada en la burocracia o la que exige más beneficios. Así, este sector social obtiene sueldos, subsidios y pensiones que alimentan el consumismo y el boom inmobiliario…” (sic) (Perú 21, 02/10/12).
Hay varias cosas que discutir sobre este “razonamiento facilista y erróneo” (para usar sus propios términos) sobre la crisis del capitalismo. Una primera es que ese “razonamiento” está en la misma línea del diagnóstico ligero que hizo (sobre la crisis del capitalismo) en la APEC PERU 2008 (para sorpresa de los presidentes allí presentes) y que repitiera sin sonrojarse en un debate (Canal N) con participación de expertos en el tema. Sostuvo entonces que no había que preocuparse porque era “una crisis de crecimiento” (sic) del capitalismo. En segundo lugar, su visión de la crisis del capitalismo se emparenta con las tendencias ultraconservadoras del GOP norteamericano de los 70 (del siglo pasado) que lanzaron una cruzada (apoyándose en el racismo) para desmontar el Estado de bienestar que, según ellas, subsidiaba a grandes grupos ociosos que vivían de los impuestos que pagaban los norteamericanos (Krugman, The conscience of a liberal, 2007).
En tercer lugar, la idea que García tiene del Estado de Bienestar se aleja de los estudios más serios (Przeworski, Offe, etc) que lo entienden como un Estado de compromiso entre los trabajadores que aceptan la legitimidad de la acumulación capitalista y los empresarios que aceptan la participación de los primeros en la riqueza que ellos producen. Es razonable pensar que los cambios en las condiciones que permitieron la organización del Estado del Bienestar (crecimiento económico sostenido, alto nivel de organización de la clase obrera, presencia de los vigorosos partidos social-demócrata y liberal) obligan a aligerarlo en las circunstancias actuales, pero ni la Thatcher se atrevió a desmontarlo en forma radical. Mantuvo, por ejemplo, la base financiera y la estructura administrativa del servicio de salud, especialmente su universidad y el principio de tratamiento gratuito, pero modificó radicalmente la dinámica institucional, la gerencia y la gestión (Day y Klein, 1991).
En cuarto lugar, el “diagnóstico” de García sobre la crisis del capitalismo choca frontalmente con los análisis de los economistas más serios cualquiera sea su orientación teórica (marxistas, keynesianos, liberales). Le haría bien leer, además de Krugman, a Stiglitz, quien publica un artículo sobre este tema en su revista favorita (Caretas N° 2248 del 06/09/12). En quinto lugar, la visión conservadora de García sobre el Estado del Bienestar conduce al despliegue de una estrategia de reordenamiento del capitalismo en el que las clases medias y los trabajadores salen perdiendo y una ínfima minoría empresarial sale ganando. En el Reino Unido, la proporción del 1% más alto antes del impuesto a las utilidades subió del 5.7% en 1978 al 8.7% en 1989 y en los Estados Unidos la proporción del 1% más alto antes del impuesto a la renta (excluyendo ganancias de capital) se elevó del 7.9% en 1976 al 16.9% en el año 2000. La proporción del grupo más rico —el 0.1%— se triplicó en EE.UU. durante este período (Atkinson, 2007:19). Una pregunta para García: ¿Esto es burocratismo salvaje o capitalismo salvaje?.

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