UNA PLANCHA DE LUJO

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Sinesio López Jiménez
Si no fuera por la división, las elecciones primarias de las izquierdas serían ejemplares en el contexto peruano. Compiten varios pre-candidatos (7 en el FA y tres en la nueva alianza de Democracia Directa, Bloque Nacional Popular y Unete), son abiertas y masivas: cerca de 30 mil en el FA. No se sabe el número de votantes en el otro agrupamiento izquierdista, pero sus dirigentes más optimistas calculan no menos de 100 mil. Pago por ver.

Las elecciones de los partidos de derecha y de centro, en cambio, no son competitivas, ni abiertas ni masivas (salvo quizás la del Apra). Ellas se hacen para confirmar al dueño del partido y de la pelota como pre-candidato único (con excepción quizá de AP) y la mayoría de los “partidos” derechistas va a recurrir a la fórmula más fácil que les permite la ley: la nominación del candidato por delegados.

La división lastra las elecciones más o menos ejemplares de las izquierdas. La mayoría de la gente de a pie no entiende la división y tiene razón. No tienen diferencias programáticas ni estratégicas. Sólo los diferencia el tamaño de sus ambiciones y de los prejuicios de unos con respecto a otros. Los elegidos de cada agrupamiento creen que reciben un mandato irrenunciable de sus bases para representarlas, se encapsulan en su propia candidatura y marchan juntos al abismo.

Los frentes de izquierda protagonizan una doble competencia: una, entre ellos y dos, la de cada uno de ellos con las derechas. Los núcleos duros de los frentes creen que los electores escogerán al mejor (al propio) para enfrente las futuras batallas con la derecha. Temo que no habrá futuro porque, ante la división, los electores los van a abandonar por otros candidatos o anularán su voto. La fragmentación de las izquierdas es lamentable porque tiene buenos candidatos que tendrían un importante respaldo ciudadano si marcharan juntos.

Verónica Mendoza, por ejemplo, es una muy buena candidata que recibe el respaldo de un buen sector de la izquierda y de un progresismo plural. Carismática, honesta, combativa y, pese a su juventud, cuenta ya con una experiencia política ganada en buenas lides y tiene ideas claras sobre el Perú, sus problemas y sus posibilidades. Gonzalo García y Sergio Tejada del otro agrupamiento izquierdista son también buenos candidatos. Los tres serían una plancha de lujo.

Toda organización política (partido o frente) tiene un núcleo duro (los militantes), otro, más grande, de seguidores; y, finalmente, uno, mucho más vasto, de simpatizantes periféricos. Mi hipótesis es que el FA tiene un 10% de núcleo duro (unos tres mil militantes de todos los partidos), un 30% de seguidores (9 mil) y el 60% de simpatizantes periféricos (izquierdistas y progresistas). Eso explica que Verónica Mendoza, dirigente de un pequeño partido (Sembrar) gane las primarias del FA, mientras la mayoría del núcleo duro y de los seguidores votaron por Arana.

Ante la incapacidad de constituir un sujeto político único y ante la inminente debacle que los amenaza, la izquierda tiene una tabla de salvación: la constitución de un frente electoral con un programa común y una plancha presidencial unitaria para enfrentar a la derecha neoliberal. Que la virtud y la fortuna los acompañen.

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2 pensamientos en “UNA PLANCHA DE LUJO

  1. pepe mejia c.

    La izquierda, tiene que ir en un frente unico, con candidatos elegidos en las bases, convocar a los mejores tecnicos que hagan un programa nacional de nuestras proridades y punto. Ha luchar contra los candidatos tradicionales, debe imponerse la juventud, acompañada de la experiencia.

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