Archivo por meses: febrero 2015

EL AÑO DEL PATO RENGO

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Sinesio López Jiménez

En el último año de gobierno todos los presidentes, en particular los latinoamericanos, caminan como pato rengo. No siempre es así, sin embargo. Lagos y Bachelet de Chile se fueron con altos índices de aprobación. Lula de Brasil y Mujica de Uruguay casi salieron en andas. En el Perú, en cambio, la mayoría de los electores quiere sacarlos a empellones. Su salida es apurada y no les da tiempo ni oportunidad para organizar una alternativa de continuidad de su “partido”. Toledo no tuvo candidato presidencial ni lista congresal que lo defendiera ante García, quien lo tuvo durante cinco años como piñata.

García fracasó en organizar una candidatura presidencial y los electores redujeron sus 37 congresistas a 4. El control ciudadano es generalmente implacable. Es difícil predecir en qué terminarán los esfuerzos de Humala y Nadine por tener candidatos propios a la Presidencia de la República y al Congreso, sobre todo ahora que se les ha aparecido la Virgen (Urresti) que puede hacerles el milagro de la candidatura propia relativamente exitosa. Urresti puede tener éxito en frenar (e incluso destruir) a la dupla García-Fujimori, pero no les garantiza una victoria significativa. Tal vez solo un número de congresistas que haga de Gana Perú un partido que cuente (en términos de Sartori).

¿Por qué el último año de gobierno es difícil?. ¿Por qué los presidentes y sus seguidores no pueden organizar una línea de sucesión partidaria?. Hay varios factores que explican estas dificultades. El primero es la evaluación ciudadana del desempeño de los presidentes en el campo económico y social. Cuando son evaluados bien en ambos campos, se van saboreando la gloria y en olor de multitudes. Estos son los casos de Lula, Mujica, Lagos y Bachelet. Serían también los casos de Evo Morales (Bolivia) y de Correa (Ecuador) si se fueran ahora. Cuando les va bien en el campo económico, pero son desaprobados en el campo social, los presidentes se van como en el Perú: sin pena ni gloria.

Gracias al boom exportador, el Perú tuvo el supuesto “milagro económico”, pero todos los presidentes no lo aprovecharon para diversificar la economía y desplegar políticas sociales agresivas. Sólo al final de su gobierno, Toledo impulsó el Programa Juntos; García prefirió el cemento a las necesidades sociales de la gente; Humala transformó los derechos universales de la inclusión en asistencialismo. El segundo factor explicativo es el conjunto de promesas incumplidas. Todos, unos más que otros, despertaron grandes expectativas en la gente, pero los logros al final de los gobiernos son muy pocos. El desfase entre expectativas y logros no se ha producido por falta de recursos (que los tuvieron en abundancia) sino por una apuesta consciente de servir a los grandes intereses de los ricos y distribuir las migajas a los pobres. En ambos factores ha jugado un papel decisivo la captura del MEF y del BCR por la CONFIEP, los medios de derecha y los tecnócratas neoliberales.

Otros factores son el papel de los medios y la inexistencia de un sistema de partidos. Los medios de derecha se ensañaron con Toledo y Humala y mimaron a García, pero no lo salvaron de la debacle. En su peor gobierno, en cambio, la fuerza partidaria del Apra permitió que Alva Castro obtuviera el 20%. Todo un milagro partidario.

 

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EL LEVIATHAN CORPORATIVO

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Sinesio López Jiménez

Es la primera vez que Humala y Nadine Heredia se atreven a responder al partido de los medios concentrados (PMC) desde sus puestos de mando del gobierno. ¿Hasta dónde va a llegar la irritación de la pareja presidencial? ¿Es sólo una reacción momentánea para luego someterse a los periodicazos de siempre?. ¿Se atreverá a ponerle la cascabel al gato?. ¿Se atreverá a poner un límite al abuso de poder de los medios concentrados?. Ver para creer.

El PMC no quiere ser sólo el partido mediático que reemplaza a todos los partidos (casi inexistentes) sino que aspira ser un Estado dentro del Estado. Robert Dahl, uno de los grandes teóricos de la democracia, llamó el Leviathan corportativo a las grandes corporaciones privadas que abusaban de su poder económico y terminaban afectando la libertad y la participación de los ciudadanos y de los consumidores sin que estos tengan la capacidad de responderle y de limitarlo. El caso del PMC es aleccionador. En la práctica, es un Leviathan privado que mina la autoridad legítima del Leviathan público (el Estado), el único al que todos los peruanos le reconocemos el derecho a ejercer su autoridad sobre nosotros dentro del territorio que nos pertenece.

El PMC, a través de campañas sistemáticas y gracias a su enorme poder económico, impone y saca ministros de acuerdo a sus intereses económicos y políticos. En la práctica y en asociación con la CONFIEP, se ha apoderado de los aparatos económicos del Estado (en particular del MEF y del BCR) y se prepara para tomar los aparatos sociales (salud y educación) devaluando y transformando los bienes públicos en negocios privados, lo que afecta decisivamente a los sectores populares y pobres del país. Su poder se extiende también a la capacidad de imponer la agenda política no sólo al gobierno que termina haciendo lo que quiere el PMC sino también a los procuradores, a los fiscales, a los jueces y a todos los organismos de control que terminan persiguiendo a los políticos del centro y de la izquierda y lavando la cara a los candidatos favoritos de los medios concentrados.

Ejerce quizás su mayor poder sobre el Congreso al que no sólo le impone la agenda sino que lo hace existir. Los congresistas tiemblan cuando se trata de defender las demandas de los ciudadanos que chocan con los intereses del PMC porque  este los hace desaparecer de las pantallas de la TV y de las páginas de sus periódicos  o, en el peor de los casos,  los destruye políticamente a través de campañas de desprestigio. Este control mediático del Congreso es un serio problema porque es justamente allí donde debe discutirse los límites y las regulaciones de los excesos del poder mediático como hicieron en su momento los países desarrollados y democráticos.

Otra preocupación central de los medios concentrados es el control de la representación política de los diversos sectores sociales y de los distintos espacios sociopolíticos. Su apuesta mayor es eliminar a los representantes de los espacios de centro y de la izquierda para coparlos desde la derecha o, en su defecto, estimular su máxima fragmentación. Como digitados por la derecha, esta última parece ser la apuesta de algunos izquierdistas. La izquierda fragmentada es la izquierda que la derecha necesita.

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2016: JUEGOS ESTRATEGICOS

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Sinesio López Jiménez

No hay crisis por ahora, pero hay un conjunto de nudos de conflicto que se pueden intensificar y conducir a una crisis. Si la desaceleración económica continúa y se profundiza en el 2015, ella será un escenario seguro de crisis no sólo política sino también social. Ya no se enfrentarán sólo los tecnócratas neoliberales del gobierno, los tecnócratas neoliberales de oposición, los medios concentrados y los economistas críticos del modelo neoliberal, sino que entrarán al escenario conflictivo los movimientos populares, las clases medias y la CONFIEP.  La corrupción generalizada y la inseguridad ciudadana echarán más leña al fuego de la crisis económica en un contexto electoral.

Por ahora se tiene tres espacios más o menos definidos en el escenario político y electoral (la derecha, el centro y la izquierda) con una mayor inclinación hacia la derecha. Uno de los problemas centrales es la búsqueda de representación política de estos espacios que da lugar a disputas, conflictos, fragmentaciones y coaliciones La derecha está sobrepoblada de candidatos, pero los más viables hasta ahora son tres: Keiko, García y PPK. La mitad del país, sin embargo, no los quiere. El centro no tiene aún candidatos seguros. Toledo duda y el candidato de Gana Perú es aún un misterio. La representación del espacio de la izquierda es la más difícil. Ella tiene solo algunas representaciones regionales, pero carece de una representación nacional.

El juego estratégico de los diversos actores que buscan representar a los diferentes espacios es relativamente complejo. A la derecha (inevitablemente fragmentada) le interesa que el centro y la izquierda no tengan candidatos. Ese es el juego ideal de los medios concentrados (PMC). Un juego alternativo es el estímulo de la alta fragmentación de esos espacios. El escenario ideal de los candidatos del centro sería su unidad, la fragmentación de la derecha y de la izquierda   (o la ausencia de esta). Un escenario alternativo sería una coalición de centro-izquierda encabezada por el centro.

El escenario ideal de la izquierda es su unidad y la fragmentación de los otros espacios (o la ausencia de candidaturas del centro). Un escenario alternativo es una coalición de centro- izquierda encabezada por la izquierda, pero como en la izquierda prima la racionalidad imperfecta, sus actores pueden terminar apostando a la fragmentación. Estos posibles juegos estratégicos pueden ser redefinidos por la presencia de dos outsiders: Gastón Acurio que reordenaría los espacios del centro hacia la derecha y un candidato impulsado por los jóvenes movilizados que redefiniría los espacios del centro hacia la izquierda.

Cuando se analiza la  distribución de los medios en el escenario político salta a la vista la abultada presencia de los medios de derecha, especialmente del PMC. Ellos inciden decisivamente en la configuración de los espacios, en su representación, en el juego estratégico del proceso electoral, en la competencia  y en sus resultados. Todo esto plantea un tema central para la democracia en el Perú: ¿Es viable la democracia cuando se tiene una altísima concentración de los medios en una sola mano?. ¿Qué hacer?. Este será sin duda un tema central del debate electoral.

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EL PARTIDO DE LOS MEDIOS CONCENTRADOS (PMC)

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Sinesio López Jiménez

Gramsci, el más brillante teórico del heterodoxo marxismo italiano, se preguntaba en los años 30 del siglo pasado, si el Times de Londres era o no un partido político. La pregunta es tanto o más pertinente si la dirigimos a El Comercio, el decano de la prensa peruana, sobre todo ahora que es el buque insignia del partido de los medios concentrados (PMC). Este suple con creces la carencia de partidos en el campo de la derecha. El PMC tiene su estado mayor (el directorio y los cuerpos directivos de los diversos medios bajo su mando) que define la línea política (los enemigos a combatir, los aliados, los programas, las estrategias, las tácticas), cuenta con intelectuales orgánicos (columnistas y articulistas neoliberales) y, para estar de acuerdo con los tiempos, contrata a sicarios mediáticos (algunos columnistas que fungen de analistas y otros contratados ad-hoc) para liquidar moralmente a sus enemigos.

El PMC no se comporta como un partido competitivo sino que tiene más bien pretensiones de partido único como en los estados totalitarios. Concentra mucho poder mediático, no por la fuerza de las ideas, sino gracias a la capacidad de compra del capital. Para el PMC no hay adversarios sino enemigos. Todos los políticos que no comparten el campo de la derecha neoliberal son enemigos a los que hay que liquidar moral y políticamente. Desde el 2010 en adelante viene desplegando una campaña agresiva de liquidación de los dirigentes políticos de la izquierda que desempeñan cargos públicos o que pueden representar a la izquierda, exagerando algunos errores o simplemente inventándolos.

Desde una fecha más reciente vienen haciendo lo mismo con los políticos que pueden representar al centro. Las campañas contra Toledo y contra la pareja presidencial, a partir de indicios que es necesario investigar, han sido y son demoledoras. La cosa comienza en la TV, siguen luego los mastines de la concentración y remata El Comercio con una sesuda sentencia editorial que repiten como loros sus aliados de la radio y de otros canales de TV.   Los delitos que puedan haber cometido algunos políticos de izquierda o de centro tienen que ser juzgados imparcialmente y castigados. Eso es diferente a lo que hacen los medios concentrados. Ellos denuncian, magnifican, escandalizan, juzgan y condenan  a  los políticos de centro y de izquierda mientras callan, ocultan los delitos y las denuncias de sus candidatos favoritos de la derecha.

Una estrategia alternativa, en caso fallara la liquidación de un candidato que represente al centro y de otro a la izquierda, es incentivar la sobrepoblación de esos espacios con candidatos de tal manera que se anulen entre ellos. No faltarán los ambiciosos que colaboren con  la estrategia alternativa de fragmentación del centro y de la izquierda que plantea la derecha. El juego político global puede cambiar si aparecen dos outsider fuertes (Gastón, por ejemplo, en el centro y otro en el centro-izquierda que venga de los movimientos juveniles). Gastón es el terror de García, Keiko, PPK y el probable candidato de los jóvenes movilizados puede incidir decisivamente en el centro y en la izquierda. ¿Qué hará el PMC en tales probables circunstancias?. ¿Intentará cooptarlos, mimarlos o liquidarlos?. Lo veremos en su momento si esa hipótesis se concretara.

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