LA POLITICA VOLATIL

[Visto: 889 veces]

 

Sinesio López Jiménez

En Perú son volátiles no sólo los electores. También los partidos y las organizaciones políticas e incluso los gabinetes son volátiles. Si a eso se suma la debilidad de las instituciones y del Estado se tiene un cóctel explosivo: La inestabilidad política o la política volátil. Cada uno de los componentes del coctel es explicado por factores específicos, pero en todos ellos subyacen algunos factores comunes que contribuyen también a explicarlos y comprenderlos: el caudillismo, la desvalorización de la política y del Estado y los poderes fácticos.

Las volatilidades electorales y partidarias han reforzado el ancestral caudillismo peruano y la política personalista que, a su vez, han potenciado esas volatilidades dando lugar a un círculo vicioso. A más volatilidades electorales y partidarias, más caudillismo y a más caudillismo, más volatilidades electorales partidarias. García, por ejemplo, contribuyó decisivamente a destruir el sistema de partidos en su primer gobierno y a acabar con el ciclo semi-partidario en su segundo gobierno. Ha destruido incluso a su propio partido. En 2010 casi ningún partido nacional está presente en los gobiernos regionales que pasaron a manos de “partidos” regionales y de caudillos locales.

Cinco gabinetes (con seis meses de duración promedio cada uno) revela una enorme inestabilidad en la conducción y en las políticas del gobierno. En este aspecto, el Perú ha vuelto (casi) a los niveles del siglo XIX en la que la duración promedio de los presidentes era de un año. La política expresaba una especie de taquicardia permanente del país. En el siglo XX, gracias a un lento aunque inseguro desarrollo institucional, la política peruana asumió una forma que Huntington ha llamado cíclica en la que se turnaban los gobiernos democráticos y los no democráticos.

¿Qué explica la volatilidad de los gabinetes? Hay varios factores, pero los más importantes probablemente sean el caudillismo errático y la presión de los poderes fácticos que han capturado el Estado. Ganar las elecciones con un programa de cambios y gobernar con un programa neoliberal conservador es lo que define el caudillismo errático que caracteriza a los gobernantes del 2001 en adelante (Toledo, García, Humala) y que da lugar a políticas ambiguas y a la desconfianza de todos: de la mayoría de los electores que se sienten traicionados y de las élites que desconfían de la fidelidad del gobernante al nuevo credo neoliberal que le han impuesto.

La presión de los poderes fácticos por tener más poder en el gobierno es un factor importante de inestabilidad. El caso de Castilla es muy ilustrativo al respecto. Accedió al gobierno por presión de la CONFIEP, incrementó su poder en cada crisis ministerial hasta llegar a ser (ahora) el virtual Primer Ministro. Sí las cosas son así, es más probable que Castilla use a Nadine para ganar más poder que al revés. Nadine es, en realidad, la que más pierde incluso en las encuestas.

Un factor decisivo que explica  la volatilidad de la política es, sin duda, su desvalorización así como la del Estado debido a la imposición del neoliberalismo extremo. La vigencia del mercado sin controles exige concentrar el poder en el vértice presidencial y tecnocrático, controlar la presión social y el escrutinio público, gobernar sin controles (decretos de urgencia), desplegar un hiperactivismo legislativo del Ejecutivo y limitar al máximo el poder y las capacidades del Estado.

Puntuación: 3.00 / Votos: 2

2 pensamientos en “LA POLITICA VOLATIL

  1. pepe mejia c.

    Siempre ha habido volatilidad, partidos que ganan las elecciones, con un programa que es cambiado por la derecha.
    Esta situacion tiene que cambiar, partidos que llegen a ser gobierno, tienen que cumplir su programa, por el cual el ciudadano voto. Los partidos regionales, locales tienen que tener una cobertura nacional.

    Responder
  2. Carolus

    Volatilidad e inconsistencia son parte de una idiosincracia peruana, basada en un desconocimiento y aceptación de nuestra sociedad, en la falta de clase política nacional y en la ausencia de polìticas de Estado a mediano y largo plazo. El reino del caos, el oportunismo y la ley del más fuerte hacen que involucionemos: "donde se pone el dedo salta la pus"…

    Responder

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *