LA POLITICA: ¿NOBLE O VIL OFICIO?

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                                                           Sinesio López Jiménez

De la política se puede decir lo mismo que Luis Miró Quesada, legendario director de El Comercio,  decía del periodismo. Puede ser el más noble o el más vil de los oficios. En el mundo clásico la política fue una forma de realización humana. Los ciudadanos que actuaban en la polis griega y en la civitas romana podían ser mejores ciudadanos y aspiraban a arañar la eternidad. En el Medioevo los Papas hicieron de la política un oficio divino (afirmando que el poder venía de Dios y que ellos eran los administradores de la titularidad del poder teocrático), aunque muchas veces la transformaron en un albañal.

Los republicanos (Maquiavelo entre ellos) de las ciudades-república del Medioevo postularon hacer de la política una forma de hacer la historia de los hombres (como alternativa a las historias de Dios, de la Fortuna y del comercio) y un espacio de plena realización humana. Hobbes pensó que la política y el Estado eran una forma de salir de la egoísta naturaleza humana pre-social y pre-política (que nos conducía a la guerra de todos contra todos) y de construir el orden y la paz. Locke, por el contrario, hizo de la política y del gobierno medios para conservar y defender la vida, la propiedad y la libertad, rasgos que, según él, caracterizan el estado de naturaleza de los hombres.

Escribo esta pequeña historia que muestra que la política (más allá de sus diversas orientaciones)  puede ser distinta al miasma que ella ha llegado a ser en el Perú de hoy. El panorama es desolador si se examina rápidamente el Estado, las instituciones, los partidos, los liderazgos. El Estado es una macro-estructura débil, capturada, hemipléjica, ineficaz y corrupta. Sus aparatos económicos (en particular, el MEF y el BCR) han sido capturados por la CONFIEP para ponerlos a su servicio. Los aparatos de control institucional han sido capturados por los corruptos para blindarse y limpiarse de las acusaciones de corrupción.

He aquí algunas perlas para ilustrar estas capturas. Algunas autoridades del poder judicial y del Ejecutivo presionan a una jueza para que absuelva a los acusados de haber asesinado a un terrorista rendido luego de la liberación de los rehenes en la Embajada de Japón. El TC limpia a Castañeda del caso Comunicore y a García de las acusaciones de crímenes de lesa humanidad en el caso de El Frontón. Algunos fiscales se niegan a acusar judicialmente a algunos ministros del gobierno de García comprometidos en casos de corrupción. En el TC y en la Fiscalía (como en el poder judicial y en otras instituciones de control) ha habido y hay una notoria influencia del Apra. A todo esto hay que añadir la repartija del Congreso.

Los partidos tanto los históricos (Apra, AP, PPC y los de izquierda) como los que se llaman así por un abuso del lenguaje (Perú Posible, Solidaridad Nacional, Somos Perú, Gana Perú, etc) están en la lona y no hay indicios claros de un retorno a la vida actica. El vacío fue llenado por los caudillos que tuvieron sus momentos de gloria  pero que hoy visitan el abismo, acusados de corrupción casi todos sin excepción. Lo que probablemente más irrita a los ciudadanos es que pretendan utilizar la política (se autoproclaman candidatos presidenciales) para salir del albañal, pero terminan embarrándola más. Algunos de ellos, sin embargo, se hacen ilusiones de éxito. Necesitan un terremoto social y político para despertar.

 

 

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Un pensamiento en “LA POLITICA: ¿NOBLE O VIL OFICIO?

  1. Edmundo MW

    Creo que comparto su opinión profesor, siendo sinceros nos podemos quejar en un parrafo o en mil hojas, pero que podemos hacer si esa es, desgraciadamente, nuestra realidad, cambiarla?? Almenos por el momento será muy difícil. Si no llegan a realizar reformas estructurales en educación y salud, no se enfrente la corrupción, informalidad y delincuencia y por Dios no se haga algo con el Congreso, pasaran los siglos y nos seguieremos quejando. Saludos

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