Sinesio López Jiménez
En Perú y en algunos países de AL tenemos democracias electorales con dictaduras empresariales. Desde 1990 los ministros de Economía y Finanzas no provienen de los partidos que ganan las elecciones sino de los organismos financieros internacionales o de la banca privada. Los caminos de acceso al cargo pueden ser diversos, pero los más frecuentes son la ignorancia y el temor de los gobernantes elegidos, la presión del poder económico o una combina de ambos. El caso de Castilla fue una imposición de la CONFIEP con el apoyo decidido de los medios de la derecha. En todos los casos, lo que fundamenta la exigencia de los poderes fácticos es, además de la eficiencia, la (manida) confianza de los empresarios. ¿Y el voto de los electores?, ¿y la democracia?, ¿y la confianza de los ciudadanos?. Bien, gracias. Eso no cuenta.
¿Por qué los poderes fácticos pretenden tener en el MEF a ministros de su confianza?. Los empresarios más crudos y duros quieren en el MEF a ministros que les ayuden a ganar mucha plata y que no los agobien con impuestos y otras cargas. Los más sofisticados buscan ministros que, además de ayudarlos a ganar un buen billete, les garanticen el funcionamiento del modelo neoliberal y protejan sus intereses de largo plazo. ¿Y los equilibrios macroeconómicos?, ¿Y las responsables políticas fiscales y monetarias? No es necesario tener un ministro neoliberal en el MEF para mantener los equilibrios macroeconómicos y aplicar políticas fiscales y monetarias responsables.
En los tiempos de bonanza (2002 en adelante), los hombres del MEF han sido también guardianes del piloto automático de la economía primario-exportadora. Se limitaron a mantener el rumbo impuesto por la sostenida demanda internacional de materias primas y por los altos precios de los commodities. Son estos factores, no la genialidad de los burócratas del MEF ni el modelo neoliberal, los que explican los altos niveles de crecimiento económico alcanzado en estos últimos años. Cualquier ministro de economía y cualquier modelo económico en una situación de bonanza internacional tendrían éxito. Habría que imaginar a los superministros neoliberales en tiempos de vacas flacas para conocer la real dimensión de lo que valen.
Los altos niveles de crecimiento económico sobre estas bases frágiles han dado, sin embargo, a los hombres del MEF un cierto prestigio y una ocasional legitimidad sobre todo en el mundo empresarial. Cumplida la misión para la que fueron impuestos por los poderes fácticos los ministros del billetón son premiados por los organismos internacionales y por la banca privada con puestos directivos y con suculentos sueldos. Un típico intercambio de favores que todos ven como normal y no como una corruptela.
Los gobiernos de Toledo, García y Humala han desaprovechado la bonanza internacional para transformar el crecimiento en desarrollo sostenible. Una vez más la prosperidad falaz y la oportunidad perdida. Con la desaceleración de la economía y la posible crisis en que ella puede desembocar se requiere un nuevo equipo económico y un nuevo modelo. Un ministro impuesto por el capital que, además, pierde la oportunidad de la bonanza internacional para impulsar un desarrollo sostenible y que, frente a la desaceleración y a la posible crisis, insiste en mantener las mismas políticas del piloto automático, debe abandonar el cargo. Esas son quizás las razones por las cuales el Frente Amplio de Izquierda pide la renuncia de Castilla.
Siempre ha sido el modelo agro, minero exportador de materias primas. Todos lo dicen que modelo, tiene que cambiar a desarrollar industrias, tecnologia, educacion que es lo que nos llevara a ser un pais desarrollado.