CUESTIONES VENEZOLANAS

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Sinesio López Jiménez

En la actual discusión sobre la situación venezolana se cruzan muchos temas que, al mezclarse sin un análisis previo y diferenciado, generan una gran confusión. Por un lado, están los temas que tienen que ver con la democracia: el fraude y el acto de votación, el proceso electoral y su carácter competitivo o no, el carácter del régimen político venezolano (¿es una democracia, una dictadura o un autoritarismo competitivo?). Por otro, están los temas que tienen que ver con la política exterior: La dirección de la política exterior, la autorización parlamentaria para viajar, el UNASUR. Y finalmente, la cuestión de si existe o no una relación entre la política exterior y la democracia.

Todo este zanfarrancho nace de la estrecha e inesperada diferencia (de los resultados electorales entre los Maduro Y Capriles) que ha dado pie a la acusación de fraude y al reclamo de la auditoria electoral de todas las mesas electorales por parte de los perdedores, del gobierno norteamericano y de la derecha latinoamericana y peruana en particular. El máximo organismo electoral ha decidido la auditoria total de la votación y Maduro y Capriles la han aceptado. Esta aceptación por Maduro significa, a mi juicio, que no hay fraude electoral en el acto de votación.

No hay fraude, pero hay inequidad en el proceso electoral como lo hubo aquí en el 2011, en el 2006 y en el 2000. ¿Con qué cara y con qué derecho reclama equidad la derecha?. La inequidad del proceso electoral tiene que ver principalmente con la voluntad de perpetuarse en el poder en general y con la reelección indefinida en particular. Esta conduce, a mi juicio, a un régimen no democrático. La mayoría de los venezolanos cree, sin embargo, que su régimen político es una democracia y que su gobierno es democrático. ¿Quién define el carácter de un régimen político? ¿la mayoría del pueblo venezolano que lo elige o los observadores externos ideologizados e interesados?. ¿Quién es el soberano?.

La voluntad de intervenir del gobierno norteamericano y de la derecha latinoamericana tiene que ver más con los negocios esperados que con la democracia deseada. Ha llegado la hora del business neoliberal.  Todo su rollo es, sin embargo, muy ideologizado en defensa de la democracia. ¿Por qué el gobierno peruano tiene que guiarse por los berrinches ideológicos de la derecha peruana? ¿Por qué UNASUR y los gobierno que la integran tienen que someterse a los intereses del gobierno norteamericano y de las derechas latinoamericanas?

Se dice que el gobierno peruano y UNASUR están avalando una dictadura. En el peor de los casos, el gobierno de Maduro es un gobierno autoritario elegido por la mayoría de los venezolanos. Y si fuera una dictadura (un régimen totalmente cerrado que no es el caso), ¿el gobierno peruano no lo debiera reconocer?. Si las ideologías y el  carácter democrático de los regímenes y gobiernos definen la política exterior, ¿por qué la derecha no exige la ruptura con China que  es una dictadura de partido único?.

La política exterior, por lo demás, es responsabilidad del Presidente de la República de acuerdo a la Constitución. El Congreso ejerce un cierto control y autoriza su salida al exterior, pero no dirige las relaciones exteriores. Si la derecha quiere dirigirlas, que gane las elecciones.

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