CUMBRE, POBREZA Y APROBACION

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Sinesio López Jiménez

García vive un momento pasajero de gloria y de euforia. Quedaron atrás, al menos por ahora, la ira, los insultos, las quejas de incomprensión salpicadas de vez en cuando por la depresión. El punto de viraje comenzó con la Cumbre ALC-UE en la que García tuvo un buen desempeño y pronunció un discurso que iba a contracorriente de lo que viene haciendo como gobernante. La racha siguió el domingo 25 de mayo, fecha en la que el Decano publicó la encuesta de Ipsos APOYO que le daba 9 puntos de incremento en la aprobación ciudadana (35%), especialmente en Lima y en el norte del país. La presentación de la encuesta concluía con un sano consejo al Presidente para superar el tercio de la aprobación ciudadana: “Si quiere avanzar más allá, la política social tendría que mostrar similar eficacia y compromiso presidencial”. Siguiendo fielmente el consejo, el paroxismo llegó el lunes 26 de mayo con una calculada conferencia del prensa en la que el INEI (del señor García) anunciaba que la pobreza había bajado 5.2% en un año (el 2007) y que la extrema pobreza sólo había descendido 2.4%.

Con el consejo a García, Apoyo revelaba que no había encontrado una relación entre la reducción de la pobreza y el incremento de la aprobación ciudadana. Este era principalmente atribuido al lucimiento de García en la Cumbre ALC-UE. Un tercio de los ciudadanos (constituido probablemente por las clases medias y altas) lo aprobaba por la promoción de la inversión privada, por el buen manejo de la economía, porque era diferente al primer gobierno y por haber mejorado la imagen del Perú en el exterior. Pero el 61% (proveniente posiblemente de las clases populares y pobres) lo desaprobaba por la inflación, por no reducir la pobreza y por incumplir las promesas electorales. Pese a ello, es válido preguntarse si existe alguna relación entre el aumento de la aprobación de García y la reducción de la pobreza. Es difícil saberlo con precisión porque no se pueden cruzar las dos variables (reducción de la pobreza e incremento de la aprobación) pues no tienen la misma base de datos. Si se cruzaran, podríamos saber con exactitud no sólo el sentido y el nivel de asociación que ellas presentan sino también la causalidad. Tampoco se puede realizar una aproximación por comparación en el conjunto de las regiones porque la encuesta de Apoyo no es representativa por departamentos como sí lo es supuestamente la del INEI. Las relaciones que se pueden establecer, dados los tipos de datos, no son rigurosas, sino muy laxas. Ello no obstante, mi hipótesis es que no existe una relación fuerte entre la reducción de la pobreza y el incremento de aprobación de García o, para decirlo, con mayor precisión, es probable que existe una relación fuerte en Lima y en la costa norte, pero es posible que en las otras regiones la relación sea débil (centro) o no exista (sur y oriente). Según el INEI de García, sin embargo, la pobreza se ha reducido sobre todo en Lima y en costa, pero también en el sur y, sobre todo, en el oriente, pero el muy bajo nivel de aprobación presidencial en estas dos regiones no se ha movido para nada. ¿Cómo explicar estos desencuentros?. Hay varias explicaciones posibles, pero dos son las más plausibles. Primera, el INEI de García está sobrestimando la reducción de la pobreza en el país en general y en tres regiones en particular. Segunda, si se ha reducido efectivamente la pobreza, es necesario considerar los factores que explican tal reducción. Es probable que en Lima y en la costa norte la reducción se haya producido por aumento del empleo y quizás de los ingresos y en el centro, sur y oriente, la reducción de la pobreza, si los datos son verdaderos, sea obra de las diversas formas de asistencialismo que el gobierno está aplicando como política social. Si este fuera el caso, los pobres creen probablemente, con justa razón, que no están saliendo de la pobreza y, en esa misma medida, no se sienten obligados a premiar a García con su aprobación. En el último artículo sobre el perro del hortelano, García ofreció una penosa y ridícula explicación: la mala información y la ignorancia de los pobres les impiden percibir y entender que su situación de pobreza está siendo superada.

Maquiavelo sostenía que la fortuna (suerte) era mujer y que había que saber tomarla por asalto. Es lo que está haciendo García ahora utilizando el incremento en la aprobación y la reducción en la pobreza para soñar con la prolongación de su mandato hasta el 2015 para reducir la pobreza hasta el 10% de la población. García quiere potenciar la aprobación ciudadana para presionar por la reelección vía reforma constitucional y seguir la ruta de Uribe en Colombia, como alternativa a la ruta fujimorista para entornillarse en el poder. Pero el florentino afirmaba también que la mejor manera de superar los designios de la fortuna era el despliegue de la virtud, esto es, el desarrollo de capacidades excelsas por parte del ciudadano y del político. Entre esas capacidades excelsas están la defensa del bien común, la renuncia a los intereses particulares, la ciudadanía activa, la moderación y la austeridad. Eso es lo que no hace García, salvo el planteamiento de la austeridad como coartada.

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