Entre el martes y el miércoles de la semana pasada, los tres países andinos que mantienen negociaciones con EE.UU. hacia un Tratado de Libre Comercio, decidieron secuencialmente postergar la firma del mismo por ausencia de un acuerdo satisfactorio para todas las partes.
El martes por la noche, Ecuador decidió postergar la última ronda de negociaciones en principio hasta la tercera o cuarta semana de enero, lo que fue explicado por el Ministro Jorge Illingwoth como una reacción a la negativa por parte de EE.UU. de ceder en temas claves como medidas fitosanitarias y ambientales, agricultura y propiedad intelectual. Minutos después del anuncio de Ecuador, el equipo negociador de Colombia decidió dar por concluida también la ronda de negociación. El Ministro Jorge Botero justificó la decisión luego que la discusión se atascara en los temas agrícola y de propiedad intelectual.
Por último, el equipo negociador peruano se abstuvo de dar por concluidas las negociaciones el mismo martes, a la espera que EE.UU. reconsiderara su posición. El miércoles el ministro Ferrero anunció que se postergaba el cierre de esta 14ª ronda hasta la primera quincena de diciembre, aunque antes de la reunión de la OMC en Hong Kong el 13 del mismo mes. Si bien EE.UU. ha reconsiderado el tema de patentes de segundo uso a favor de los países andinos, no ha cedido en los demás temas de propiedad intelectual y agrícola en los que Perú ha decidido mantenerse firme.
Es improbable que esta secuencia de eventos haya sido producto de una estrategia coordinada. Basta considerar los factores de presión interna y de contexto que los tres países enfrentan. Por el lado del Perú, los negociadores han advertido que la presión interna exige mostrar evidencias de una negociación exhaustiva para lograr legitimidad, lo cual se ha logrado con la intensidad del trabajo desplegado en esta ronda, aunque se ha visto empañado por la decisión de Perú de abandonar el bloque andino.
En el caso de Colombia, hay que tomar en cuenta que Uribe ha logrado abrirse camino hacia la reelección hace un par de semanas, cuando el Tribunal Constitucional aprobó la Ley de Garantías Electorales. Con su actual aprobación de 70%, la probabilidad que salga reelegido es considerable, por lo que el repliegue de Colombia puede verse como una maniobra estratégica para presionar a EE.UU. por el hecho de mantener un aliado en la región. En el caso de Ecuador, la presión de los grupos anti-TLC, liderados por la confederación indígena (CONAIE) y la importancia de los temas de propiedad intelectual y agrícolas para su economía en el largo plazo, hacen que el débil régimen de Alfredo Palacio piense más de dos veces antes de aceptar la intransigencia de los EE.UU. Leer más