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Conocer y saber más sobre una ciudad

14/04/12: Sitios Arqueológicos de Ate declarados Patrimonio Cultural de la Nación

El Ministerio de Cultura (MINCU) hace pública la lista de sitios arqueológicos declarados Patrimonio Cultural de la Nación en el distrito limeño de Ate.

ATE VITARTE

1) Bellavista (RDN Nº 233/INC-2002)
2) Catalina Huanca (RDN Nº 233/INC-2002)
3) Cerro Mayorazgo (RDN Nº 827/INC-2004)
4) Gloria Chica (RDN Nº 651/INC-2003)
5) Huaca Santa Raquel o Santa Felicia B (RDN Nº 468/INC-2006)
6) Huanchihuaylas (RDN Nº 880/INC-2003)
7) Huaycán de Pariachi (RDN Nº 1189/INC-2000)
8) La Longuera o Longueras (RDN Nº 860/INC-2005)
9) La Puruchuca (RDN Nº 928/INC-2001)
10) Monterrey sector 1 (RDN Nº 278/INC-1998)
11) Monterrey sector 2 (RDN Nº 278/INC-1998)
12) Puruchuco – Huaquerones (RDN Nº 295/INC-1985)
13) San Juan de Pariachi (RDN Nº 1095/INC-2000)

Lista recogida el 14 de abril del 2012.

De todas ellas, no hemos podido localizar a Gloria Chilca, Cerro Mayorazgo, La Longuera, Monterrey 1 y 2. Si sabe en qué parte de Ate se ubican, le agradecemos pueda escribirnos. Si conoce la existencia de un sitio arqueológico en este distrito que todavía no ha sido declarado Patrimonio Cultural de la Nación, o si sabe que alguna de estas zonas arqueológicas está siendo depredada, le rogamos pueda escribirnos. Leer más »

23/03/12: VIDEO: La Huaca El Paraíso (San Martín de Porres, Lima)

El Paraíso es un sitio arqueológico compuesto por ocho unidades. Su presencia corresponde al periodo Arcaico (Precerámico tardío). Se ubica en la margen izquierda del valle del río Chillón, en el distrito de San Martín de Porres. Diversos arqueólogos y estudiosos han investigado el sitio como Federic Engels. El Paraíso es considerado una de las civilizaciones más antiguas de la costa peruana. Sin embargo, existe un problema grave en cuanto a la posesión de tierras: algunas personas reclaman como suyo terreno intangible.

Por: Marco Gamarra Galindo

Más información sobre la Huaca El Paraíso aquí. Leer más »

18/03/12: La Hacienda San Agustín: una historia que sobrevive al tiempo

A espaldas del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, una antigua comunidad de agricultores convive en un lugar que parece detenido en el tiempo. El pasado se respira en sus calles y las costumbres –de raigambre ancestral- se practican diariamente con el mismo fervor.

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Inmensos árboles adornan las calles del centro poblado ‘El Ayllu’. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Remontarnos a la historia de este pueblo, conocido como ‘El Ayllu’, es hablar de una de las haciendas más importantes del Callao durante la colonia y la república –la Casa Hacienda San Agustín- y de cómo una comunidad nos hereda un legado de fuertes tradiciones y vínculos de hermandad.

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Rancherías de la Hacienda San Agustín, Callao. Vivienda de los antiguos trabajadores, hoy habitantes de ‘El Ayllu’. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Caminar entre los extensos campos de cultivo y las acequias de ‘El Ayllu’ es, a estas alturas de la vida, y en medio de la selva de cemento en la que se está convirtiendo Lima, un verdadero privilegio. Los surcos trazados sobre los cultivos y las palmeras que observan nuestro caminar, evocan aquellos años de esplendor de la Hacienda San Agustín, cuando vastas y productivas hectáreas producían algodón, azúcar, papa, cebolla, camote, col, coliflor y betarraga en considerable cantidad.

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Tapiales que demarcan el camino hacia la Casa-Hacienda San Agustín. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Sus inicios se remontan a finales del siglo XVII cuando la orden agustina elige el valle de Bocanegra (Callao) para erigir la hacienda conventual San Agustín. Aprovechando la cercanía de los ríos Rímac y Chillón, esta congregación religiosa inició la construcción de lo que sería con el tiempo, quizás el único recinto colonial-rural del Callao cuyos arraigos culturales han resultado inmunes a los años y, contra todo pronóstico, han hermanado y unido a varias generaciones, precedente importante para que las familias que hoy en día habitan San Agustín, continúen cosechando no solo el alimento diario, sino también los lazos de parentesco.

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El Aeropuerto Internacional Jorge Chávez visto desde las chacras de la antigua Hacienda San Agustín. En el Callao, existían además de San Agustín otras haciendas como Oquendo, Santa Rosa, Márquez, La Taboada y Bocanegra. De todas ellas, solo San Agustín y Bocanegra sobreviven. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Los primeros pobladores de la Hacienda San Agustín eran trabajadores provenientes de las haciendas de la costa sur del Perú, quienes en su mayoría eran de origen afroperuano, y de la sierra sur del Perú, de origen andino. Hacia fines del siglo XIX llegaron los primeros japoneses a San Agustín. Contratados para trabajar como campesinos, muchos de ellos, sin embargo, tuvieron el trato de esclavos. Luego de la reforma agraria, los ‘Nikkei’ (japoneses) asumen dentro de la hacienda un protagonismo notable. A principios del siglo XX la Hacienda San Agustín –que se había convertido en una agroindustria- pasó a manos de la familia Prado. Fue el propio presidente Manuel Prado Ugarteche, propietario de la Hacienda San Agustín, quien inicia la construcción del actual aeropuerto Jorge Chávez sobre parte de los terrenos de San Agustín. “Desde la construcción del aeropuerto los pobladores de San Agustín han adquirido el carácter de erradicables, por una posible ampliación (…) por tal motivo no cuentan con título de propiedad (Lino 2007: 24)”.

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Casa-Hacienda San Agustín. Fue por muchos años propiedad de la acaudalada familia Prado. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Para la instrucción de las familias trabajadoras de la hacienda, la familia Prado contrata a la educadora Juana Barrantes Enríquez. ‘Juanita’ llegó a San Agustín en 1941 sin saber que se ganaría el aprecio y el cariño de todos los trabajadores de la hacienda: “La señorita Juanita, para los pobladores de San Agustín, es el gran referente de su historia, simboliza el paso del tiempo y los cambios sucedidos (Lino 2007: 25)”. El interesante libro de Elizabeth Lino Cornejo (Bogotá, 2007) ‘Oía mentar la Hacienda San Agustín’ (Editorial Convenio Andrés Bello) recoge, entre los muchos testimonios de los habitantes de la antigua hacienda, la de ‘Juanita’: “Yo viviendo en el Callao no sabía que existía. A mi papá lo oía mentar la hacienda San Agustín, Bocanegra, Oquendo, todos esos sitios. Lo oía mentar, pero no tenía idea de dónde quedaba. Y, después, quién iba a pensar que iba a venir aquí, me iba a anclar y me quedé”. Barrantes Enríquez llegó a educar a cinco generaciones. Habitó la Casa-Hacienda San Agustín hasta el 2008, año en el que falleció. Sin embargo, su herencia vive y perdura dentro de ‘El Ayllu’ hasta nuestros días. En la actualidad existe una biblioteca comunal en ‘El Ayllu’ que lleva su nombre.

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Manuel Prado Ugarteche de pie en el centro y la señorita Dora Barrantes (hermana de Juana, quien también ejerció la docencia en San Agustín) sentada en el extremo izquierdo. Foto extraída del libro ‘Oía mentar la Hacienda San Agustín’ (Bogotá, 2007).

La reforma agraria de Juan Velasco Alvarado (1969) produjo que los yanaconas –quienes trabajan la tierra- se apoderaran de sus parcelas. Así, los japoneses se independizaron y pasaron a ser propietarios. La familia Prado dejó de ser la dueña. En ese momento San Agustín pasó por un proceso acelerado de urbanización sobretodo en la década de los 80’s. Es en esta época cuando se funda el asentamiento humano ‘El Ayllu’, habitado por los antiguos trabajadores de la hacienda y por nuevas familias. “San Agustín mantuvo los campos de cultivo, la arquitectura, las costumbres y modos de vida de la hacienda, solo que sin la presencia y mandato del hacendado (Lino 2006: 23)”.

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Una antigua foto de la primera comunión de una promoción de niñas japonesas. Al centro: la señorita Juana. Foto extraída del diario El Comercio en artículo ‘La profesora de la Hacienda San Agustín’ (2008).

La Casa-Hacienda San Agustín está compuesta por dos plantas. Su material constructivo está representado por quincha y adobe –como las casonas del Centro Histórico de Lima-. Posee un techado alto para proveer de ventilación a la vivienda y un patio de ingreso muy espacioso, decorado al centro por dos palmeras de notoria antigüedad. El primer piso correspondió a la sede de las oficinas administrativas de la hacienda mientras que el segundo, residencia de la familia Prado.

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Segunda planta de la Casa-Hacienda San Agustín. La modernidad voraz no pudo con ellos. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Para el 2001, la empresa privada encargada de administrar el aeropuerto, Lima Airport Partners, firmó un contrato con el Estado peruano para ampliar las pistas de aterrizaje y almacenes. Este espacio es el que ocupa en la actualidad ‘El Ayllu’ (las 400 familias, la casa-hacienda San Agustín, el ingenio azucarero San José, las rancherías y demás viviendas de los habitantes de este centro poblado). El Ministerio de Transportes ha puesto como solución la reubicación de estas familias, pero, junto a ello, debería garantizarles puestos de trabajo, hecho que no está muy claro. En el ‘El Ayllu’ ya los tienen. ¿Por qué deberían aceptar ser reubicados si, además de dejar el lugar que los ha cobijado a ellos y a sus familias por muchas décadas, no tengan posiblemente la manera cómo laborar y, así, recibir ingresos que les permita tener una vida digna?.

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Interiores de la Casa-Hacienda San Agustín. Hoy habita en ella el señor Óscar Barrantes, nieto de la querida ‘Juanita’. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Si Lima Airport Partners logra ganarse la confianza de los habitantes de ‘El Ayllu’, que es con la que debería contar para iniciar el proyecto de ampliación del aeropuerto, la empresa encargada del Aeropuerto Jorge Chávez debería proteger los inmuebles históricos que allí dentro se hallan (como la Casa-Hacienda y el antiguo ingenio azucarero San José). Estos espacios podrían integrados perfectamente al nuevo ambiente como un recuerdo de lo que hubo antes de la existencia del aeropuerto, de cómo antes Lima era un conjunto de chacras y con una historia detrás muy grande.

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Agricultores japoneses en la Hacienda San Agustín (foto tomada del libro Okinawa shi Kyoyukai del Perú, Doris Moromisato. Fondo Editorial OKP, 1999). Publicada a la web por Daniel Goya. Leer más »

23/02/12: La casona Club Casino Huacho: apuntes sobre un hermoso inmueble del XIX

Declarada Patrimonio Cultural de la Nación en 1992, la Casona Club Casino Huacho representa una época en la historia de esta ciudad al norte de Lima donde grandes y productivas haciendas estaban instaladas en la zona, puesto que fue una de las propiedades de la familia Salinas, principales hacendados del lugar y cuyos descendientes fueron alternativamente dueñas de las haciendas Los Ángeles, Quipico y Andahuasi.

La casona Club Casino Huacho se encuentra ubicado frente a la Plaza de Armas de Huacho, en la calle Sáenz Peña. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Existe una serie de documentos –entre ellos los testamentos de la familia Salinas- que señalan que el hoy Casino Huacho fue construido antes de 1878 –y que fue heredado de su padre a Sebastián Salinas Ondarza. La casona perteneciente a la familia Salinas fue adquirida por el Club Casino Huacho recién en 1956, entidad que la conserva hasta la actualidad.

La casona Club Casino Huacho, Huacho. Foto: Marco Gamarra Galindo.

En la década de los 60’s, era evidente el deterioro que estaba sufriendo. Ante esta situación, el Club Casino Huacho realiza intervenciones que mantienen únicamente -de la construcción original- la fachada, salvo algunos detalles. Este emblemático inmueble de Huacho conserva también los colores originales: puertas, ventanas, balcón, balaústres y cornisa de color marrón; columnas y paredes de color blanco. Los materiales utilizados para su construcción fueron el adobe y la quincha. Su arquitectura es republicana.

Plaza de Armas de Huacho, 1973. Se aprecia la casona Club Casino Huacho. Foto: Sara Ruíz.

Uno de las personas que ha trabajado más la historia de la Casona Club Casino Huacho es Miguel Silva Esquén que, además de ser un investigador, es un huachano comprometido con el patrimonio de su ciudad: su cuidado y difusión. Él señala que esta casa fue alquilada al Club Casino Huacho en 1933, asociación que posteriormente compra la propiedad el 29 de septiembre de 1956, por un valor de S/. 200,000 al contado.

Esta casona alojó en 1900 al vigésimo quinto Arzobispo de Lima, don Manuel Tovar y Chamorro, durante sus visitas pastorales a diferentes pueblos del Norte Chico. En 1992 el Club Casino Huacho es testigo de la desaparición del periodista Pedro Yauri.

Desde el balcón del Club Casino Huacho cuántos discursos se habrán dado, cuántos acaudalados saraos celebrados o cuántas miradas, frente a la plaza, encontradas. Sin duda, esta casona se ha convertido en un emblema para todos los huachanos y por qué no, para todos aquellos que visitamos y queremos Huacho. Leer más »

11/02/12: La Quinta Baselli: un ‘Titánic’ en los Barrios Altos

Anclada en el Jr. Junín, la Quinta Baselli -el ‘Titánic’ de los Barrios Altos de Lima –es considerado uno de los lugares más tradicionales que conserva nuestra ciudad. En ella, italianos y limeños se reunieron en un espacio común y compartieron no solo el ideal de progreso, también costumbres y lazos culturales.

La Quinta Baselli en la edición sobre ‘El Centro Histórico de Lima: Patrimonio Humano y Cultural en Riesgo”, edición hecha por el CIDAP.

Inaugurada el 24 de marzo de 1929, la Quinta Baselli representa una época de bonanza en Lima: sus espaciosos y múltiples pasadizos, parejas habitaciones y su prestancia arquitectónica evidencian el poder adquisitivo que tenían algunas familias y autoridades para construir inmuebles en una tipología de quinta amplia y equipada con todos los servicios básicos.

Interiores de la Quinta Baselli. Foto: Marco Gamarra Galindo.

La Quinta Baselli fue habitada por un considerable número de italianos –el nombre que recibe esta quinta es, pues, resultado de ello: se dice que los esposos Baselli, un matrimonio italiano, mandó a construir la famosa quinta-. Los padrinos de la Quinta Baselli fueron doña Elena Porras del Riego y el ingeniero don Felipe González del Riego y hasta fue bendecida. Durante varias décadas el inmueble conservó los enchapes de mármol de las escaleras, los relieves en yeso y los barandales de madera. Mucho de este mobiliario permanece.

Segunda planta de la Quinta Baselli. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Grandes fiestas son celebradas en la Quinta Baselli, al más idéntico estilo del carnaval veneciano –donde tanto máscaras, papeles picados y músicas se entrelazaban para formar un ambiente lleno de color y alegría-. Esto se da en el marco de una clara influencia italiana en el lugar. La Quinta Baselli fue escenario también de concurridas jaranas criollas. Se cuenta que el máximo compositor peruano de música criolla, Felipe Pinglo, quien vivía a unas cuadras, cerca a la Iglesia y Monasterio Virgen del Prado, visitaba y armaba fiestas de rompe y raja en los interiores del ‘Titánic’.

Vecinos arreglando la quinta. Foto: Página Oficial de la Quinta Baselli en Facebook.

Su estilo es academicista, un tipo de arquitectura fiel a normas consideradas ‘clásicas’ de construcción. Si bien es cierto el academicismo no busca una belleza ideal, hace gala de una gran calidad técnica –lo cual es muy notorio en la Quinta Baselli-. Muchas familias que hoy viven en el ‘Titánic’ son conscientes de la historia y la importancia de este inmueble –ello lo pude constatar durante mi visita: muchos vecinos fueron amables y nos enseñaron hasta sus habitaciones-. No se borrará de mi mente los innumerables pasadizos que atravesé en los interiores de la quinta –es verdaderamente muy extensa, quizás por ello la llaman ‘Titánic’-. En el último pasaje hay una escalera –ya sin mármol- que sube a la segunda planta. Tendría que estar un día entero para conocer todos sus interiores. Esperemos que las autoridades y los propios inquilinos velen por la integridad de la Quinta Baselli.

Para ingresar a la Quinta Baselli se debe tener un conocido dentro; si no, puede verse uno en problemas. Foto: Anthony Valverde. Leer más »

04/02/12: Murallas de Lima: el Baluarte Puerto Arturo

Otro importante fragmento de la antigua Muralla de Lima se erige en el Jr. Pativilca, distrito de El Agustino. Se trata del baluarte o bastión Puerto Arturo, otrora fortificación militar que hoy yace bajo un uso de vivienda: son muchas las familias necesitadas que han utilizado sus muros de canto rodado, adobe y cal para guarecerse de cobijo. Incógnito, lleva muchas décadas soportando la indiferencia.

El Baluarte Puerto Arturo, El Agustino. Detrás se encuentra la histórica Casona Bastión de Puerto Arturo que lleva dicho nombre por estar a unos metros del baluarte. Foto: Marco Gamarra Galindo.

De los 34 bastiones que integraron la Muralla de Lima, identificados por Juan Bromley y José Barbagelata, Puerto Arturo figura en los mapas como uno de ellos. El propugnador de esta monumental obra fue el virrey Melchor de Navarra y Rocafull en el siglo XVII. Esperemos que las autoridades pongan en valor este inmueble histórico-cultural de nuestra ciudad. Como Puerto Arturo, también hay otros fragmentos de murallas como Comandante Espinar y Santa Lucía. Sin mayores dificultades, podría instaurarse un recorrido por las antiguas murallas de Lima.

Dintel del baluarte Puerto Arturo, El Agustino. Foto: Marco Gamarra Galindo. Leer más »

31/01/12: Murallas de Lima: el Baluarte Comandante Espinar

De aquella gran muralla que defendió Lima, construida por el virrey Melchor de Navarra a fines del XVII y compuesta por muros y baluartes que cercaban la ‘Ciudad de los Reyes’, sobreviven una serie de fragmentos que resisten al pasar de los años y a la indiferencia de las autoridades. Una de ellas es el Baluarte Comandante Espinar, ubicado en la Urbanización Santoyo, en el límite de Barrios Altos con El Agustino, Lima.

El baluarte Comandante Espinar, parte de las Murallas de Lima. Foto: Marco Gamarra Galindo.

El Baluarte Comandante Espinar es uno de los segmento de la Muralla que permanecieron intactos al proceso de urbanización de Lima iniciado por el gobierno de José Balta y ejecutado por Henry Meiggs. Como toda la Muralla, el sistema constructivo de este baluarte está compuesto por adobe, ladrillos y una base de piedras.

Junto al baluarte Comandante Espinar, persisten los baluartes Puerto Arturo y Santa Lucía. Es este último el que se halla en mejor estado de conservación. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Durante la década de los 50’s la zona empezó a lotizarse. Como consecuencia, el baluarte Comandante Espinar sufrió daños y atentados, quizás por el desconocimiento. A pesar de que en la actualidad se encuentra en estado grave, todavía son identificables sus muros y material constructivo. Esperemos que las autoridades de la Municipalidad Metropolitana de Lima y del Ministerio de Cultura la recuperen y pongan en valor. Cuánta historia existe detrás de este bastión.

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23/01/12: Los geoglifos de Yanacoto: un pasado que nos habla

A la altura de la Carretera Central con el Club El Bosque, en Chosica, existen unas figuras geométricas y serpentiformes conocidas como los geoglifos de Yanacoto. Estos trazos que posiblemente corresponden al Periodo Inicial (2000-1000 a.C.) de la cronología andina están dibujados sobre la terraza aluvial de la quebrada Yanacoto. Además de no ser muy conocidas por la ciudadanía, este complejo de geoglifos no ha sido investigado a profundidad.

Geoglifos de Yanacoto, testimonios de la historia precolombina del distrito de Chosica-Lurigancho. Foto: Marco Gamarra Galindo.

“El complejo de geoglifos de Yanacoto está conformado por líneas y círculos de evidente motivo geométrico; está presente la recurrencia de líneas paralelas con remates circulares a manera de bordes. Están incluidos, además, trazos que se pueden interpretar como serpentiformes”, señala Arnold Aguilar, estudiante de Arqueología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) y joven interesado en conocer la historia prehispánica de Chosica. Su estudio no se limita al trabajo de gabinete: ha recorrido la quebrada de Yanacoto y los cerros aledaños un sinfín de veces para investigar los primeros asentamientos en la zona. Uno de los sitios que más le gusta visitar es el complejo de geoglifos de Yanacoto. “Cada día me parecen más hermosos y misteriosos”, nos cuenta mientras observa las líneas y círculos del complejo, un notable vestigio precolombino que nos permite conocer más sobre la cosmovisión andina.

Arnold Aguilar explica a Junnior Reyes las características de la quebrada de Yanacoto, donde se encuentran ubicados los geoglifos milenarios. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Los geoglífos de Yanacoto fueron registrados en la década de los 80’s por el arqueólogo peruano Alberto Bueno Mendoza. Son una muestra extraordinaria del arte figurativo monumental que, según los estudiosos, podrían corresponder al Periodo Inicial (2000 – 1000 a.C.) de la cronología andina.

Alrededores de los geoglifos de Yanacoto. Para acceder a ellos se requiere emprender una caminata de aproximadamente una hora. Durante el recorrido el visitante aprecia un innumerable número de estructuras oblongas de datación prehispánica como las que se aprecian en la imagen. Foto: Marco Gamarra Galindo.

“Hay que considerar que los periodos, horizontes o cualquier cronología que se utilice, siempre cuenta con una cierta continuidad cultural de elementos que quedan y otros que cambian dentro de la cultura y se reflejan en las evidencias materiales. Si nosotros postulamos que esto es un geoglifo precerámico, por ejemplo, y luego postulamos que también existen evidencias cerámicas aledañas –que se pueden apreciar en la zona-, podemos establecer que esa división cortante entre lo que es precerámico y lo que es cerámico aquí no se da de manera tajante: hay todo un proceso de desarrollo cultural que evidencia continuidades y cambios, y donde la introducción de la cerámica no causa un impacto trascendental en lo que concierne a las expresiones figurativas de la cultura. Esta es una de las hipótesis a trabajar”, apunta Arnold Aguilar, revelando que todavía hay mucho por estudiar en el lugar.

Presencia considerable de cerámica dispersa en la zona. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Uno de los trazos que más llama la atención son las líneas serpentiformes. Éstas, comenta Arnold Aguilar, “se encuentran en la cerámica Ichma, sobre todo al estilo Huancho asociado a esta cultura y que geográficamente podría pertenecer al curacazgo de los Ruricancho o Lurin-huancho. La toponimia actual, si consideramos que el nombre del distrito de Chosica es Lurigancho, nos asocia a estos términos arqueológicos y sus posibles esferas de accion”. Sobre los círculos concéntricos y motivos geometricos, Aguilar señala que también están presentes en varias culturas. “Estos tipos de decoraciones se encuentran en, por ejemplo, La Galgada, en Huaca Prieta, en Chilca y en varios otros sitios también precerámicos que tienen motivos geométricos y círculos concéntricos en las decoraciones textiles, en algunas manifestaciones rupestres, en los muros de piedra, etc. Estamos ante un horizonte estilístico, geométrico para el inicio del Periodo Formativo (o entiéndase por Periodo Inicial) con una cronología aproximadamente de dos mil a mil años antes de Cristo”.

Arnold Aguilar señalando los círculos concéntricos de los geoglifos de Yanacoto. En quechua la palabra ‘Yanacoto’ significa montículo de piedras de color negro. Esto se aprecia en la zona. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Sobre la relación que podría existir entre el Templo en U de Yanacoto, ubicado a 1 km aprox. de los geoglifos, con el complejo, Aguilar indica que “existen planteamientos que suelen asociar geoglifos a Templos en U, y eso pues es un postulado antiguo: El arqueólogo Lorenzo Roselló asoció constantemente los campos de geoglifos de Canto Grande a Templos en U existentes. Por la misma línea el también arqueólogo Aurelio Rodríguez postula el mismo planteamiento (de asociar geoglifos con Templos en U o a diferentes tipos de desarrollo cultural). Lo que opina Aurelio Rodríguez es que eran caminos ceremoniales, caminos de los dioses, donde se realizaban las fiestas, él los denomina ‘taquis’, huellas”.

Templo en U de Yanacoto. Foto: Marco Gamarra Galindo.

No se descarta que el complejo de geoglifos de Yanacoto haya sido más grande de cómo lo apreciamos hoy en día. “Como podemos observar, hay dos líneas paralelas con su remate redondeado (…), el otro extremo no existe porque ha habido un deslizamiento de rocas que ha destruido parte de ese trazo. Esto nos puede permitir postular tentativamente que este complejo de geoglifos se extendió un poco más. Las actividades aluviónicas que vienen con regular intensidad, la han ido deteriorando. Estamos en una zona donde hay huaycos”, añade.

En las cercanías de la quebrada de Yanacoto se encuentran los restos arqueológicos de Santa Maria y Quirio, además de un camino inca intervalles. Foto: Marco Gamarra Galindo.

“Lastimosamente los geoglifos han sido olvidados por las autoridades y son generalmente aquellas personas que habitan sus cercanías los que conocen su existencia: muchos, pues, ignoran que en Lima también hay geoglifos”, explica con asidero el estudiante de arqueología.

Vista del valle del río Rímac desde la quebarada de Yanacoto. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Los geoglifos de Yanacoto están ubicados en el kilómetro 29.5 de la Carretera Central, a la altura del Club el Bosque, a unos quince minutos del Parque Central de Chosica. Al pie de la quebrada existe el AA.HH. Yanacoto al que se accede por mototaxi. Desde el centro poblado, el trayecto a los geoglifos es aproximadamente de una hora y media, caminando por terrenos pedregosos. El área del complejo de geoglifos comprende una longitud de 200 metros aproximadamente. Esperemos que las autoridades difundan y, sobretodo, protegan la integridad de estos geoglifos que nos permiten conocer más sobre la idiosincrasia y cosmovisión de los antiguos peruanos. Además del recorrido a los geoglifos, futuros recorridos por la zona podrían incluir visitas a los sitios arqueológicos de Santa María I, II y Quirio I, II. Leer más »