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Rector de la UNI admitió que alumnos del Colegio Mayor no están ‘plenamente preparados’

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Rector de la UNI admitió que alumnos del Colegio Mayor no están “plenamente preparados”

Se evaluará enviar a los estudiantes que ingresaron con un promedio bajo a un “ciclo introductorio”

Miércoles 02 de marzo de 2011 – 06:13 pm 7 comentarios

El rector de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), Aurelio Padilla Ríos, aseguró que los alumnos del Colegio Mayor Secundario Presidente de la República que ingresaron a dicha casa de estudios lo hicieron porque el promedio de los dos exámenes que rindieron fue mayor a 10 puntos. “Nadie entra a la universidad desaprobado”, añadió.

En diálogo con elcomercio.pe. Padilla Ríos explicó que en la modalidad “Colegio Mayor”, los estudiantes dan dos pruebas, una que se les toma solo a los egresados del centro educativo de Chaclacayo y la ordinaria. Los resultados de ambas se suman y dividen en dos.

Sin embargo, para Iván Medina, integrante del tercer universitario, esta modalidad “es injusta”, porque permite que personas que han jalado con cinco puntos el examen ordinario puedan ser parte de dicha casa de estudios a pesar de “no estar preparados”.

“Se ha producido una indignación masiva por el hecho de que estudiantes que en el examen ordinario han obtenido una nota muy baja que va desde cinco hasta nueve puntos hayan ingresado a la universidad, dejando fuera a otros que obtuvieron mayor puntaje”, declaró a esta web.

La primera prueba que se les toma a los alumnos del Colegio Mayor es preparada por el centro pre universitario de la UNI e incluye preguntas en referencia a todos los cursos que los adolescentes llevan. Generalmente, en esta prueba la mayoría obtiene un puntaje alto, por lo que prácticamente su ingreso está asegurado a pesar de que no pasen el segundo examen, que tiene mayor rigor académico.

Padilla Ríos dijo al respecto que de los 148 postulantes en esta modalidad, solo 67 pasaron la segunda fase, y de estos ingresaron 28 alumnos. “En la prueba general son tres exámenes, en la primera parte puede tener una nota alta, en la segunda promedio y en la tercera desapruebas, pero igual ingresas si el promedio final supera la valla mínima”, agregó.

“NO ESTÁN PLENAMENTE PREPARADOS”
A pesar de su defensa del examen, el rector de la UNI admitió que los estudiantes del Colegio Mayor no están “plenamente preparados” para la universidad que dirige.

“Lo que sucede es que estos chicos, con mucha habilidad intelectual, con una formación integral, no están plenamente preparados para la UNI. No significa que no pueden. Por ejemplo, hoy un decano dijo que el alumno que no ha pasado por una academia no puede ingresar a la UNI. Estos chicos por estar confinados no han podido ir a academias”, sostuvo.

Al ser consultado sobre por qué se permitió el ingreso de estos estudiantes si no tienen el nivel necesario, Padilla Ríos manifestó que se les ha tomado dos pruebas y que el promedio de ellas arroja un resultado positivo. “No es que no estén preparados, solo que no tienen el suficiente nivel para los estudios de Ingeniería y Arquitectura. Pero ellos han ingresado con nota aprobatoria”, añadió.

Además, negó que él haya abierto de forma arbitraria la modalidad de ingreso Colegio Mayor, como acusan los alumnos de la universidad, porque “los representantes del tercio participaron en la sesión en que se aprobó esta medida”.

Para finalizar, dijo que evaluarán en la próxima Asamblea Universitaria que los ingresantes del Colegio Mayor tengan un periodo de nivelación antes de que comiencen sus cursos generales para después ir a sus carreras. “Estos alumnos potencialmente van a llegar lejos, pero en este momento algo les falta, nosotros lo vamos a compensar con un ciclo introductorio”, acotó.

FUENTE: EL COMERCIO PERU Sigue leyendo

De nuevo sobre el cierre de páginas web: la necesaria naturaleza cautelar de esta medida

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De nuevo sobre el cierre de páginas web: la necesaria naturaleza cautelar de esta medida

Por D. Ignacio Colomer Hernández. Profesor titular de Derecho procesal. Universidad Pablo de Olavide Sevilla

I. Acerca de la desproporción existente entre el nuevo sistema público de protección de la propiedad intelectual y la naturaleza privada del derecho en juego
Cuando apenas se han apagado los ecos periodísticos por la no aprobación en el Congreso de la disposición final segunda de la Ley de Economía Sostenible, que contiene la conocida periodísticamente como «Ley Sinde», parece adecuado volver a retomar el tema (Actualidad Jurídica Aranzadi nº 807, 2010, «El cierre de páginas web y el papel de la jurisdicción contencioso-administrativa») y realizar algunas nuevas consideraciones jurídicas sobre la posibilidad de cierre de páginas web por parte de la Administración.
La creación de la Comisión de Propiedad Intelectual en el seno del ministerio de Cultura supone la atribución a un órgano administrativo de una competencia de salvaguarda de los derechos de propiedad intelectual en el seno de los servicios de la sociedad de la información. Ahora bien, esta asignación competencial no resulta homogénea con la naturaleza privada del derecho en juego, ni con las lesiones o vulneraciones que esta clase de derechos inmateriales pueden sufrir, pues la intervención pública en la tutela de un derecho de naturaleza privada tiene como consecuencia una desnaturalización de nuestro sistema de protección de los derechos, en el que, como regla general, la protección de los derechos privados es una carga y función que compete en exclusiva a los titulares de los mismos.
Y, en este sentido, cuando el Proyecto de Ley propone modificar el artículo 8 de la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico (en adelante LSSI) para incluir un nuevo supuesto habilitante, para la interrupción de un servicio de la sociedad de la información o para la retirada de un contenido, consistente en «la salvaguarda de los derechos de la propiedad intelectual», está colocando al sistema de protección de derechos privados en un punto de inflexión. La adopción de esas medidas de interrupción del servicio o de retirada de contenidos de una página web está prevista en la actualidad como parte de un sistema de protección de derechos e intereses públicos en el artículo 8 LSSI (salvaguarda del orden público, la seguridad pública, la defensa nacional, la protección de la salud pública, el respeto a la dignidad de la persona y al principio de no discriminación, etc.), y con el Proyecto se extiende de manera extravagante a la protección de derechos de titularidad privada.
Es decir, el Proyecto, lejos de buscar la eficacia o la eficiencia en los mecanismos de tutela de los derechos privados, lo que pasaría por proponer medidas de agilización de la tutela jurisdiccional de estos derechos privados por los jueces de lo mercantil en los correspondientes procesos civiles, opta por crear un sistema de tutela para esta clase de derechos que resulta ajena a la sistemática de la protección de los derechos existente en nuestro ordenamiento.
Se produce, por tanto, una desproporción entre la naturaleza pública y exorbitante del mecanismo de tutela que se prevé, la intervención de la Administración en garantía de un particular restringiendo los derechos de un prestador de servicios de la sociedad de la información, y el objeto de esa protección, que por esencia es un derecho de naturaleza privada y dispositiva, y que, en consecuencia, debería ser tutelado por los tribunales del orden civil.

II. Sobre la necesaria naturaleza cautelar y accesoria de las medidas de interrupción del servicio o de retirada de los contenidos de las páginas web
El problema se encuentra, a mi modo de ver, en que con la redacción propuesta en el Proyecto de Ley no queda suficientemente claro el carácter accesorio que el cierre de la página web debe de tener como medida cautelar vinculada a un procedimiento de protección de la propiedad intelectual. Y es que, si acudimos a la LSSI, en concreto a su artículo 11.4, se comprueba que la interrupción del servicio o la retirada de los contenidos «se adoptarán de forma cautelar o en ejecución de las resoluciones que se dicten, conforme a los procedimientos administrativos legalmente establecidos o a los previstos en la legislación procesal que corresponda».
Lo que significa que en el modelo general de la LSSI, para la tutela de los intereses públicos del artículo 8 de esa propia norma, las medidas a adoptar sobre las páginas web sólo podrán acordarse como medidas de ejecución de una previa resolución administrativa o judicial, o como garantía cautelar para la efectividad de la resolución que se tome en un procedimiento administrativo o procesal.
Sin embargo, el Proyecto de Ley parece contemplar la posibilidad del cierre de las web de forma aislada de un procedimiento principal de protección de los derechos de propiedad intelectual. De hecho, el texto del Gobierno expresamente parece querer dar carácter autónomo a la adopción de esta medida cuando se prevé, en una nueva redacción del artículo 158 del texto refundido de la Ley de Propiedad Intelectual, que su adopción «se entiende sin perjuicio de las acciones civiles, penales y contencioso-administrativas que, en su caso, sean procedentes».
De forma que, por tanto, la habilitación a la Administración para el cierre de las páginas web, en los términos en que se plantea ese artículo 158, parecería permitir la posibilidad de la adopción de esa medida sin que aparezca vinculada a la existencia de un procedimiento principal encaminado a la protección de la propiedad intelectual.
Sin embargo, debe señalarse con toda claridad que esa posibilidad de cierre de las web al margen de la existencia de un procedimiento principal en el que se ejercite una efectiva pretensión de tutela de la propiedad intelectual resulta extravagante y contraria con el propio sistema de la LSSI.
En otras palabras, y a pesar de la literalidad de la reforma proyectada, el cierre de las páginas web sólo puede acordarse, en cuanto restricción de derechos que supone para los prestadores de servicios de la sociedad de la información, como una medida cautelar de garantía de una pretensión de reparación o protección de un derecho de propiedad intelectual.
Y, como quiera que el procedimiento de protección de la propiedad intelectual sigue siendo el proceso civil iniciado por los particulares, parece necesario exigir que el cierre de las páginas web se causalice a la efectividad de una pretensión principal de protección de la propiedad intelectual. De lo contrario, se generaría una situación claramente lesiva para los derechos de los prestadores de servicios de la sociedad de la información, que podrían ver cerradas indefinidamente sus páginas web a pesar de que el solicitante del cierre a la Administración no haya iniciado previamente, o no inicie en un plazo razonable, por ejemplo los veinte días del artículo 730.2 LECiv, un procedimiento principal para la tutela de su derecho de propiedad intelectual supuestamente vulnerado.
ARANZADI. (27.01.2011)
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EL DORADO UNA BOLA MAS O REALIDAD

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Kenya y Keiko Fujimori y el robo del oro del Paititi

Testimonio* del padre Juan Carlos Polentini, Ex Párroco de Lares-Cusco, El Paí-Titi Padre Otorongo, Editorial

Salesiana, Lima, 1999.

He meditado mucho, he pensado profundamente, he dudado cobardemente si convenía hacer público lo que ahora con toda extrañeza ustedes van a leer. Lo haré con la menor cantidad posible de palabras. He juzgado que la verdad debe estar por encima de mis meditaciones, pensares y dudas, aunque me traiga problemas por lo abominable que
ella pueda ser. Al final, tantos problemas he tenido en estos años pasados por causa del Paititi, que uno más le seguirá también dando más sabor a la vida.

El Paititi ha sido un peso al cual muchas veces he querido descargar y dejar en abandono, y muchas veces lo hice, pero era una verdad tan manoseada y vilipendiada, burlada e ignorada que me exigía hacer algo para sacarla a la luz por el bien del Perú, y desagraviarla con la seguridad que me daban tantas confidencias sinceras oídas, y cosas vistas. Lamentablemente nunca encontré apoyo ni comprensión en los organismos y
personas pertinentes al tema. Más bien encontré burlas, críticas, insultos, calumnias, juicios, codicia, intereses personales, engaños, deseos de riqueza fácil, y otra peor. Agradezco a los pocos que sí me han aceptado y colaborado.

Mi criterio personal era que algo tan serio, rico y con tanta historia desconocida debía salir a la luz desde la Presidencia del Perú. Traté de hacer gestiones en varios gobiernos, pero siempre el “no” y el papel de ridículo. Al Presidente Fujimori, al menos en cuatro ocasiones, le hice llegar documentación que sí recibió, una de ellas en propias manos en Calca en el Valle Sagrado de los Incas. Me dijo: “Padre, vamos a hacer la
expedición”. Allí terminó todo. Tres años después me enteré del porqué. El, con toda prudencia consultó quién era ese cura que tanto lo importunaba con el Paititi, y la respuesta que recibió fue ésta: “Polentini y sus compinches son una colección de huaqueros”. Sin comentarios. Pecado mortal por calumnia agravada. Este informe
perverso fue la causa de todo el desastre que vino después.

El año 1996 dejé el Cusco, y en Lima las “Hermanitas de los Ancianos Desamparados”, y bien desamparado que yo estaba, me dieron amparo y asilo en su Hogar de Ancianos de la Avenida Brasil, donde continúo mi vejez.

El año 1998 se me presentó en este asilo un alto funcionario de Discovery Channel proponiéndome hacer el descubrimiento del Paititi con todos los detalles como ellos lo saben hacer. Por supuesto que acepté, me dejó de regalo un televisor, y fue a realizar los trámites. ¡Qué le habrán dicho en el INRENA, el INC, y demás, contra el cura Polentini que nunca más volvió!

Gracias al apoyo y animación de la señora María del Carmen Rodríguez del Solar, para el mes de junio del año 1999 pude publicar el libro Paititi (Padre Otorongo). Sólo 180 ejemplares pues nadie aceptó colaborar. Pensé que al menos con eso no se perdería la investigación realizada. Y no se perdió. Allí daba las coordenadas de la ciudad, por supuesto con un pequeño error. Ya veremos qué pasó. Alguno de esos pocos libros cayeron en manos seguramente del famoso SIN y su jefe (Vladimiro Mostesinos).

Lo que sigue a continuación no es con animación política, ni deseos de acusación ni condenación. Es algo que ha sucedido en mi vida, y que pienso debo hacerlo público por el bien del Perú, para evitar en el futuro falsas apreciaciones, para ayudar en el discernimiento de la verdad histórica, y por mi propia reputación después de
mi muerte.

Por el mes de julio o agosto del año 2000 leí en un periódico de Lima que la entonces señorita Primera Dama del Perú (Keiko Sofía Fujimori) había creado en la zona de la ciudad de Ica, y ya en la sierra, en un lugar con acceso sólo para helicópteros, una finca para cultivos sólo de exportación; y más adentro estaba instalando otras. Me llamó la atención la noticia que me pareció ridícula, y no le di importancia.

Por esas mismas fechas se perdió un helicóptero del Ejército que se dijo había caído patrullando la frontera con Ecuador, pero que fue desmentido por la guarnición militar del norte, ya que esa frontera no necesitaba ese patrullaje, y ellos no tenían helicóptero. Rápidamente los medios no hablaron más del tema.

Hacia mediados del año 2001 me llegaron comentarios del Valle de Lacco, de la comunidad de San Antonio, que durante muchos meses el año 2000 habían estado pasando a gran altura todos los días helicópteros de ida y vuelta, dos o tres por día. Que al principio les llamaba la atención, pero que después se fueron acostumbrando.
Ese Valle de Lacco era parte de mi Parroquia de Lares, y muchas veces había estado allí en San Antonio en cumplimiento de mi labor pastoral como párroco.

No recuerdo bien la fecha, pero por el año 2002 un piloto de helicópteros, no puedo dar más datos, hablando con él, me decía que en los círculos de pilotos se comentaba que en el año 2000 Fujimori con cinco helicópteros se había robado el oro del Paititi, llevándolo al Japón. Y que uno de los helicópteros se le había caído. En otra ocasión alguien me comentó que ese operativo duró nueve meses. Y en alguna otra ocasión que ese oro había salido por Ica.

El año 2003, el mes de agosto dos turistas rusos que sabían de mi libro, quisieron conocer el Mantto. Hacía ocho años que yo no iba, y los llevé. Al llegar arriba casi me desmayo, un poco por el cansancio, 76 años tenía, y por ser una subida bastante parada, pero sobre todo por lo que vi.

Fruto del libro. Me dije entonces: es cierto lo que me dijo el piloto, que “Fujimori con cinco helicópteros se robó el oro del Paititi”…y también aquí en el Mantto, “por lo que veo”. Aquí está la prueba. Es cierto.

Había sido técnicamente bien huaqueado, saqueado. Y con explosivo. Una roca de unos dos metros y medio de alto por uno y medio de diámetro ya no existía. Había sido dinamitada. Donde ella había estado, aparecía como el brocal de un pozo de un metro aproximado de diámetro lleno de piedras dinamitadas. No sé la profundidad, pero
supongo que allí haya salido su buena tonelada, o más. Había una especie de vereda como de un metro de ancho y unos ocho metros de largo de roca labrada. Todo dinamitado. ¿Qué estaría ocultando?: otras cuevas o grutas en la parte posterior de ese mural.

Por lo que pude ver, de allí han salido varios metros cúbicos de oro. Recordemos que un metro cúbico de oro macizo pesa 24 toneladas.

Terminado ese pillaje, toda la roca dinamitada había sido amontonada a lo largo de la base de esa roquería donde había estado la vereda, y en la que yo aparezco en una foto anterior. Y tapada con tierra, sobre la cual champas de gramínea del lugar para que al crecer todo quedara oculto. Pero la tierra se fue escurriendo, el pasto se secó, y aparecieron las piedras. El pozo lleno de piedras también fue tapado con tierra, que se fue escurriendo. Allí habían sembrado sorgo, quedaban unas diez plantas que aparecían entre piedras. Yo estuve allí tres años después del robo.

Lo peor fue que borraron el precioso mural histórico dejado por los Incas cuando su salida al Paititi. Quedan una o dos figuritas. Ese mural era un mensaje de despedida, el último, de los Incas. Había escenas de guerra, bailes, una cadena, los cuatro cuadrados del Tahuantinsuyo, catorce Incas, un círculo de triple raya…y lo borraron todo para no dejar huellas del robo. Cualquiera que vaya ahora al Mantto, sin haberlo conocido como
era antes, dirá que allí nunca hubo algo. Lo que la naturaleza no pudo borrar ni destruir, ellos lo hicieron.

Los Incas cuando ocultaban estas cosas solían dibujar, como en un inventario, lo que allí habían colocado. ¿Y si hubieran estado allí las estatuas de oro macizo de los catorce Incas, de tamaño natural, que nunca se encontraron? ¿y la cadena de Huáscar? ¿y el disco del dios sol?…

¿Cuántas toneladas, aparte del valor históricos cultural infinitos perdidos?

Y allí, en la paccha del cerro de enfrente queda llorando a gritos la Mamá, tallada en la roca, con sus hijos, impotente y dolorida por el fracaso de su misión de custodiar el legado de los Incas. A ella no la pudieron destruir. Queda como mudo testigo.

En Choquecancha, hace ya 40 años, recogí la tradición de los ancianos de entonces que las estatuas de los Incas habían estado un tiempo en las hornasinas del muro junto a la plaza, mientras el Inca estuvo allí tres meses despachando los grupos que viajaban al Paititi, y escondían entonces tanto peso que no habrían podido cargar.
Todo esto sucedió, según comentarios escuchados de los antiguos, mientras los españoles se ausentaron del Cusco para capturar a Manco Inca en Vilcabamba. Que este Manco Inca, en acuerdo secreto con Huainaapoc (Rey joven), hijo del otro Manco Inca, “segundo de este nombre”, y mayor, que había ampliado el Imperio Inca, hacía unos
veinte años, hasta el Gran Paititi donde gobernaba, en la Sierra de Parecis, Rondonia de Brasil, según las crónicas. Este Huainaapoc pudo haber sido el Inca que estuvo tres meses en Choquecancha organizando las expediciones. Era hijo de este Manco Inca gobernante del Gran Paititi, y nacido allá. Los que se fueron al Gran Paititi lo hicieron por el Collao, Tiahuanaco, Cochabamba, Pampa de Mojos, y siguiendo por el Gran Río (Río Grande en Bolivia), llegaron al Gran Paititi donde gobernaba Manco Inca (el mayor). En las márgenes de este Río Grande fueron quedando gran cantidad de estos fugitivos para cuidar que no pasen los invasores, y que luego recibieron el nombre de Guarayos, cuyos descendientes continúan viviendo en esas selvas. He conocido alguno de ellos, pues he vivido un año en Santa Cruz. Por entonces no sabía nada del Paititi. Justamente la ciudad de Santa Cruz tuvo su origen como campamento de organización para las expediciones que salían hacia la conquista del Gran Paititi. Pero nunca lo consiguieron.

¿Se podrá recuperar esa riqueza incaica?, ¿ya la habrán fundido?. Y los japoneses buenos ¿querrán cargar en el tiempo esta infamia?, ¿por qué “hijo predilecto” del Japón?

Después de estar en conocimiento personal de todo esto, tomé un buen mapa del Perú. Busqué con una regla la recta más corta para llegar desde el Paititi al mar, y esa línea pasaba por la ciudad de Ica. Entonces recordé la finca de la primera dama en las alturas de Ica, y las otras más de la última a un barco anclado en alta mar, sin testigos. El regreso con el combustible y víveres para los cargadores, que no serían peruanos fuera de los pilotos y mandos, sino de las mafias extranjeras. Si hubiera habido algún peruano engañado, seguro que ya no podría hablar.

Ubiqué en el mapa el lugar concreto de la comunidad de San Antonio de Lacco, y quedaba exactamente en el trayecto de la línea recta más corta hacia el mar. Por las cercanías de San Antonio pasaban los helicópteros.

Respecto del helicóptero caído, el último informe que recibí de fuente muy confiable, y dado desde la Comandancia del Ejército, es que había caído en Mameria, que sí está en la ruta de esa línea recta y terminando el territorio del Paititi. Muy cerca. A poco de haber levantado el vuelo. Lo amañado de ese informe es que decía que ese helicóptero iba desde a no sé qué mina de oro, llevando oro hacia Lima. Sí llevaba oro, pero no
de una mina de oro inexistente o fuera de ruta hacia un barco.

La caída de ese helicóptero es lo que puso fin al operativo de nueve meses, y luego se sucedieron los hechos del gran escape y nerviosismo conocidos por todos. Tengo conciencia de la gravedad feroz de lo que estoy haciendo público bajo mi total y única responsabilidad y consecuencias. Anunciando, no denunciando, cosa que no me compete a mí.

Son las cosas tristes y horribles sucedidas como consecuencia de la publicación de mi investigación en el libro PAÍ-TITI, Padre Otorongo, en su primera edición de sólo 180 ejemplares. Y que las he constatado personalmente, comprobado y verificado en el Mantto. En esta segunda edición no he querido cambiar, ni añadir o quitar algo de
aquella edición.

Soy testigo real real de cómo era el Mantto antes de ese infame operativo, y cómo quedó después. Y que ciertamente eso mismo, o peor, ha sucedido en el mismo Paititi. Ha sido el robo no del siglo ni del milenio. Es el robo de la creación de la humanidad.

¿Mil, dos mil, toneladas de oro labrado, artístico? ¿O más?

Nadie ha podido robar más que estos dos señores.

¿Cómo será una eternidad fritándose en un charco de oro derretido? Y con condimentos de mentiras, engaños…y cómplices.
Ojala que ahora entiendan de una vez por todas que el maravilloso Paititi existe, y que deben sacarlo a luz.
¿Será posible que los señores del INRENA, del INC, del proyecto PROM-MANU que operaban por aquellos valles, no se hayan percatado de lo que sucedía? ¿Cómplices? Seguramente que los geólogos y mineros nipones, y gobierno japonés tienen estudiados muy buenos proyectos para la explotación de esa fabulosa mina con la resurrección de
la dictadura gobernando el Perú. Debe hacerlo el mismo Perú para el Perú. No la vendan, no la rematen, no la regalen.

Estados Unidos es un rico que está sentado sobre un banco de cientos o miles de toneladas de papelitos pintados de verde; el Perú es un pobre que está sentado sobre un banco de miles o millones de toneladas de oro. El Paititi es una mina que ha enriquecido a todo el mundo, menos al Perú.

Esta mina de oro de los Incas se puede trabajar sin ningún tipo de contaminación. Lavaban el mineral sólo con las aguas del río Choritiari, en la laguna cuadrada Parrime. Muy cerca de los grandes hornos de fundición y factoría. Esa laguna Parrime se conectaba con el centro de la ciudad Paititi a través de un túnel escalonado de
más o menos un kilómetro de largo. La laguna ya no existe por causa del aluvión provocado por el derrumbe de la cascada. Era artificial. En ella se decantaba el oro que venía de la mina, y tenía para ello instalaciones de compuertas y otros. En ella quedaba lo más pesado, y lo demás en los canales que se aprecian en la foto después de la laguna. Todo esto ya no existe por el derrumbe de la cascada, sucedido entre el mes de setiembre de 1993 que el avión sacó esta foto y el año 1999 en que yo recibí noticias en que algo había sucedido con la cascada del Inca, pero quedó registrado en la foto del avión.

Sugiero mejorar la ley del Parque Nacional de Manu, para hacerla más realista, inteligente, nacionalista y más humana con los nativos y sus necesidades. Y que un grupo peruano la trabaje, despachando a sus países a todas esas empresas que están envenenando todo el Perú.

(*) Extracto del Capítulo final del libro “El Padre Otorongo”, del Padre Juan Carlos Polentini, que vive en la actualidad en el Hospicio de las “Hnas. de los Ancianos Desamparados” en la Av. Brasil, de la ciudad de Lima, capital del Perú.

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APRUEBAN DIRECTIVA QUE ESTABLECE “PROCEDIMIENTOS PARA LA CONCESIÓN DEL BENEFICIO DE AUXILIO JUDICIAL” Y “FORMATO DE SOLICITUD DE AUXILIO JUDICIAL”

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APRUEBAN DIRECTIVA QUE ESTABLECE “PROCEDIMIENTOS PARA LA CONCESIÓN DEL BENEFICIO DE AUXILIO JUDICIAL” Y “FORMATO DE SOLICITUD DE AUXILIO JUDICIAL”
RESOLUCION ADMINISTRATIVA Nº 182-2004-CE-PJ
Artículo Primero.- Aprobar la Directiva Nº 006-2004-CE-PJ “Procedimientos para la Concesión del Beneficio de Auxilio Judicial”, y el “Formato de Solicitud de Auxilio-Judicial”, que en anexo forman parte integrante de la presente resolución.
Artículo Segundo.- Transcribir la presente resolución a la Oficina de Control de la Magistratura del Poder Judicial, Presidencias de las Cortes Superiores de Justicia de la República, Oficinas Distritales de Control de la Magistratura y Gerencia General del Poder Judicial, para su conocimiento y fines pertinentes.
Regístrese, publíquese, comuníquese y cúmplase.
SS.
HUGO SIVINA HURTADO
WÁLTER VÁSQUEZ VEJARANO
ANDRÉS ECHEVARRÍA ADRIANZÉN
JOSÉ DONAIRES CUBA
EDGARDO AMEZ HERRERA
LUIS ALBERTO MENA NÚÑEZ
DIRECTIVA Nº 006-2004-CE-PJ
DIRECTIVA DE PROCEDIMIENTOS PARA LA CONCESIÓN DEL BENEFICIO DE AUXILIO JUDICIAL
I. OBJETIVO
Regular la tramitación y concesión del beneficio de Auxilio Judicial, así como implementar sus mecanismos de control.
II. FINALIDAD
Contar con un documento técnico de gestión que viabilice la utilización del Formato a emplearse para solicitar la concesión de Auxilio Judicial.
III. ALCANCE
La presente Directiva es de obligatorio cumplimiento por los Órganos Jurisdiccionales y Administrativos del Poder Judicial.
IV. BASE LEGAL
1. Constitución Política del Perú (Principio de Gratuidad de la Administración de Justicia, Artículo 139 – Inciso 16);
2. Ley Nº 27444 (Ley del Procedimiento Administrativo General, Artículo Nº 42 – Inciso 42.1);
3. Decreto Supremo Nº 017-93-JUS (Aprueba el T.U.O. de la Ley Orgánica del Poder Judicial – Artículo 24);
4. Decreto Legislativo Nº 768, (Aprueba el T.U.O. del Código Procesal Civil – Sección Tercera, Título VII, Artículos 179 al 187, modificados por Ley Nº 26846).
V. VIGENCIA
A partir del día siguiente de la publicación de la Resolución Administrativa que aprueba la presente Directiva en el Diario Oficial El Peruano.
VI. NORMAS GENERALES
1. La Gerencia General, en su condición de Órgano Ejecutivo, Técnico y Administrativo, propone al Consejo Ejecutivo del Poder Judicial las normas y disposiciones tendientes a organizar y uniformizar los Servicios Judiciales en el ámbito nacional.
2. El acceso al servicio de justicia es gratuito para las personas de escasos recursos económicos, sin perjuicio del pago de costos, costas y multas establecidas por Ley y disposiciones administrativas del Poder Judicial.
3. El Auxilio Judicial es el beneficio concedido por la Dependencia Judicial correspondiente a las personas naturales que para cubrir o garantizar los gastos del proceso, pongan en peligro su subsistencia y la de quienes de ellas dependan.
4. Entiéndase por Dependencia Judicial a los órganos jurisdiccionales competentes por razón de territorio, materia, grado o cuantía, para conocer los procesos para los cuales se está requiriendo el beneficio de Auxilio Judicial.
5. El auxiliado está exonerado de todos los gastos del proceso, entendiéndose como tales los montos que el Poder Judicial deja de percibir por la concesión de dicho beneficio, es decir, los correspondientes a cédulas de notificación y aranceles judiciales.
6. El beneficio de Auxilio Judicial puede solicitarse antes o durante la tramitación del proceso, debiendo peticionarse en el primer caso, ante la Mesa de Partes del órgano correspondiente y, en el segundo caso, ante el órgano jurisdiccional que está conociendo la causa, para ello presentará la solicitud respectiva, empleando el formato de Solicitud de Auxilio Judicial, que como anexo 01 forma parte integrante de la presente Directiva.
7. Entiéndase como constancia de aprobación de la solicitud de Auxilio Judicial a la copia certificada de la resolución expedida por la Dependencia Judicial correspondiente, aprobando el petitorio efectuado por el auxiliado.
VII. NORMAS ESPECÍFICAS
1. Las personas naturales que se encuentren comprendidas dentro de los presupuestos del artículo 179 del Código Procesal Civil, pueden solicitar la concesión del beneficio de Auxilio Judicial ante la Dependencia Judicial correspondiente mediante el llenado de la solicitud (anexo 01), debiendo adjuntar al mismo los medios probatorios que acrediten su imposibilidad económica para afrontar los gastos del proceso y que se especifican en el referido documento.
2. De cumplirse estrictamente con lo dispuesto en el párrafo precedente, el Órgano Jurisdiccional, expedirá resolución concediendo el beneficio peticionado, la que será notificada al recurrente y a la Oficina de Administración Distrital de la respectiva Sede Judicial, adjuntando copias de los actuados pertinentes.
3. La Oficina de Administración Distrital mensualmente realizará un control posterior y aleatorio de las solicitudes de Auxilio Judicial concedidas en su respectiva Sede Judicial, a fin de comprobar la veracidad y vigencia de la información declarada por el solicitante.
4. Si como resultado de estas acciones se detectara la existencia de información que no corresponda a la realidad, en todo o en parte, la Administración comunicará este hecho al Magistrado que conoció la solicitud.
5. Ante el informe de la Oficina de Administración Distrital, el Magistrado, de ser el caso, declarará automáticamente finalizado el auxilio concedido y condenará a quien lo obtuvo indebidamente al pago de una multa equivalente al triple de los Aranceles y Cédulas de Notificación dejadas de pagar, sin perjuicio de remitir lo actuado al Ministerio Público a efectos de iniciar las acciones penales a que hubiere lugar.
Asimismo el Órgano Jurisdiccional correspondiente dará por finalizado el Auxilio Judicial, cuando el justificable informe sobre la modificación de la circunstancias que motivaron la concesión.
ANEXO I
FORMATO DE SOLICITUD DE AUXILIO JUDICIAL
Yo …………………………………….., identificado con Documento de Identidad Nº …………
(apellidos y nombres)
de …………. años de edad, con domicilio en ……………… ………, estado civil …………….………………,………………….., solicito mediante el
presente documento de Declaración Jurada, se me conceda la exoneración de la presentación de Aranceles Judiciales y Cédulas de Notificación Valorada, en el proceso que ……………………………………… en el Poder Judicial.
(voy a iniciar o he iniciado señalar número de Expediente de ser el caso)
El que suscribe este documento, garantiza la validez de la información contenida en el mismo. Comprometiéndome a brindar las facilidades necesarias y presentar la documentación adicional requerida, en caso de ser visitado en mi domicilio por Verificadores Autorizados del Poder Judicial, con o sin previo aviso.
Para acreditar lo solicitado, cumplo con adjuntar los documentos en copia fedateada siguientes:
01. Documento de Identidad del solicitante.
02. Recibo de luz, agua, teléfono y cable (correspondiente al mes de la presente solicitud).
03. Recibo actual del pago de autovaluo (en caso contar con casa propia).
04. Recibo del pago de alquiler (de ser el caso).
05. Documentos que sustentan el vínculo familiar, (en caso de poner en riesgo la subsistencia de los que dependen del solicitante).
06. Boleta de Pago o Recibo de Honorarios.
07. Otro documento que acredite que los gastos del proceso ponga en peligro su subsistencia.
En caso de encontrarse información que no se ajuste a la verdad, el suscrito pagará la sanción pecuniaria equivalente a tres veces el valor de los Aranceles Judiciales y Cédulas de Notificación Valoradas que se dejaron de pagar por la referida exoneración.
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Firma Huella Digital
Nombre completo
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UNA BROMA TELEFONICA AL REY DE ESPAÑA, CONSIDERADA POR LA CASA REAL COMO MUY GRAVE.

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La Casa Real considera ‘muy grave’ la broma de Catalunya Ràdio al Rey Juan Carlos

Después de que trascendiera en Internet la broma de Catalunya Ràdio al Rey Juan Carlos I, fuentes de la Casa Real consideran “muy grave” el incidente, sobre todo por suplantar la identidad del presidente de Cataluña, Artur Mas, para “obtener una grabación” del Rey. Tanto es así que las mismas fuentes aseguran que la llamada “está fuera de contexto” y no se explican por qué el equipo del programa siguió con la broma si ya sabían que no se iba a emitir debido al libro de estilo de la cadena radiofónica.

Después de toda esta polvareda levantada, la dirección de la emisora pública ha lamentado el incidente y ha abierto “un procedimiento para frenar la apropiación y el uso indebido de este archivo sonoro”. Esta investigación de Catalunya Ràdio llega cuando el contenido de la grabación ya se ha extendido por la red a través de Youtube, a pesar de las indicaciones de la cadena.

Los propios miembros del programa ‘Tot es molt confús (Todo es muy confuso)’ explicaron en los primeros minutos del espacio que no iban a poder emitir la cinta, aunque sí difundieron los instantes previos a la conversación con el Rey Juan Carlos I.

En la grabación se puede escuchar cómo un redactor del equipo pide a la Casa Real poder felicitar al monarca en nombre del “secretario del señor Mas de Cataluña”. Una petición con doble sentido ya que el conductor del programa se llama Pere Mas, en coincidencia con el apellido del nuevo presidente catalán. De tal calibre fue la broma que el propio Don Juan Carlos inició la conversación con un “hola ‘president'”. De hecho, este es uno de los aspectos que peor ha sentado en la Casa Real.

Fuentes de Catalunya Ràdio consultadas por ELMUNDO.es han asegurado que este tipo de bromas radiofónicas, según reza el libro de estilo de la emisora, no se emiten “si las dos partes implicadas no están de acuerdo”, como señala el artículo 2.5.5.4 de su guía editorial.

Tomado de Elmundo.

Pueden ver el Video en el siguiente Link:

http://www.elmundo.es/elmundo/2011/01/07/barcelona/1294416672.html
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LEY 28683 QUE MODIFICA LA LEY 27408, LEY QUE ESTABLECE LA ATENCIÓN PREFERENTE A LAS MUJERES EMBARAZADAS, LAS NIÑAS, NIÑOS Y ADULTOS

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LEY N° 28683 QUE MODIFICA LA LEY N°27408, LEY QUE ESTABLECE LA ATENCIÓN PREFERENTE A LAS
MUJERES EMBARAZADAS, LAS NIÑAS, NIÑOS, LOS ADULTOS MAYORES, EN LUGARES DE ATENCIÓN AL
PÚBLICO

Artículo 1°.- Modificación
Modifícase el artículo único de la Ley N°27408, Ley que establece la atención preferente a las mujeres embarazadas,
las niñas, niños, los adultos mayores, en lugares de atención al público, el que queda redactado con el siguiente texto:

Artículo 1°.- Objeto de la ley
Dispónese que en los lugares de atención al público las mujeres embarazadas, las niñas, niños, las personas adultas
mayores y con discapacidad, deben ser atendidas y atendidos preferentemente. Asimismo, los servicios y
establecimientos de uso público de carácter estatal o privado deben implementar medidas para facilitar el uso y/o
LEY Nº 28683

(El Peruano: 11-03-2006)

CONCORDANCIA: Acuerdo de Directorio N° 004-2006-031-FONAFE (Aprueban Directiva de Apoyo a la Persona con Discapacidad)

EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA

POR CUANTO:

La Comisión Permanente del Congreso de la República ha dado la Ley siguiente:

LA COMISIÓN PERMANENTE DEL CONGRESO DE LA REPÚBLICA;

Ha dado la Ley siguiente:

LEY QUE MODIFICA LA LEY Nº 27408, LEY QUE ESTABLECE LA ATENCIÓN PREFERENTE A LAS MUJERES EMBARAZADAS, LAS NIÑAS, NIÑOS, LOS ADULTOS MAYORES, EN LUGARES DE ATENCIÓN AL PÚBLICO

Modificación

Modifícase el artículo único de la Ley Nº 27408, Ley que establece la atención preferente a las mujeres embarazadas, las niñas, niños, los adultos mayores, en lugares de atención al público, el que queda redactado con el siguiente texto:

Artículo 1.- Objeto de la Ley
Dispónese que en los lugares de atención al público las mujeres embarazadas, las niñas, niños, las personas adultas mayores y con discapacidad, deben ser atendidas y atendidos preferentemente. Asimismo, los servicios y establecimientos de uso público de carácter estatal o privado deben implementar medidas para facilitar el uso y/o acceso adecuado para las mismas.”

Artículo 2.- Obligaciones
Las entidades públicas y privadas de uso público deben:

1. Consignar en lugar visible de fácil acceso y con caracteres legibles el texto de la presente Ley.

2. Emitir directivas para el adecuado cumplimiento de la Ley, las que deben ser publicadas en su portal electrónico.

3. Adecuar su infraestructura arquitectónica cuando corresponda.

4. Capacitar al personal de atención al público.

5. Exonerar de turnos o cualquier otro mecanismo de espera a los beneficiarios de la presente Ley.

6. Implementar un mecanismo de presentación de quejas contra funcionarios públicos, servidores o empleados, que incumplan su obligación de otorgar atención preferente. Así como llevar un registro de control de las sanciones que impongan, las cuales deben poner en conocimiento de la municipalidad correspondiente.

7. Otras que establezca el reglamento.

Artículo 3.- Multa
Establécese la sanción de multa por incumplimiento a la Ley, la cual no excederá el 30% de la Unidad Impositiva Tributaria (UIT), y se aplica atendiendo a la magnitud de la infracción y con criterio de gradualidad. El dinero recaudado por este concepto se destina a financiar programas de promoción, educación y difusión de la presente Ley.

Artículo 4.- Infracciones
Infracciones a la Ley:

1. No brindar atención preferente a las mujeres embarazadas, niñas, niños, personas adultas mayores y con discapacidad, en los lugares de atención al público.

2. Omitir consignar en lugar visible, de fácil acceso y con caracteres legibles el texto de la presente Ley.

3. No emitir directivas para el adecuado cumplimiento de la Ley y/u omitir publicarlas en su portal electrónico.

4. No adecuar su infraestructura arquitectónica cuando corresponda.

5. No implementar un mecanismo de presentación de quejas contra funcionarios públicos, servidores o empleados, que incumplan su obligación de otorgar atención preferente.

6. No llevar un registro de control de las sanciones que se impongan.

7. No exonerar de turnos o cualquier otro mecanismo de espera a los beneficiarios de la presente Ley.

8. Otras que establezca el reglamento.

Artículo 5.- Entidad competente
La municipalidad se encarga de aplicar las multas en el ámbito de su jurisdicción comunicando de su imposición y pago a la Defensoría Municipal del Niño y Adolescente (DEMUNA), Oficina Municipal de las Personas con Discapacidad (OMAPED) y oficinas de servicio social.

Artículo 6.- Licencias de funcionamiento
Las municipalidades dictan las disposiciones necesarias para que previo al otorgamiento de Licencia de Funcionamiento de los establecimientos en los que se brinde atención al público se verifique el cumplimiento de la presente Ley.
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EL FISCAL PIDEN OCHO AÑOS DE PRISIÓN PARA MENEM POR TRAFICO DE ARMAS A ECUADOR EN EL CONFLICTO PERU-ECUADOR

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EL FISCAL PIDEN OCHO AÑOS DE PRISIÓN PARA MENEM POR TRAFICO DE ARMAS A ECUADOR EN EL CONFLICTO PERU-ECUADOR

LA NACION
Viernes 24 de diciembre de 2010
Publicado en edición impresa
Jorge Urien Berri

Con una invocación a los tres jueces para que “no dejen impunes a los que cometieron delitos bastardeando sus investiduras”, el fiscal Mariano Borinsky pidió condenar a 17 de los 18 acusados por el contrabando de armas del Ejército a Croacia y Ecuador. Solicitó condenas de ocho años de prisión, de cumplimiento efectivo, para el ex presidente Carlos Menem, y de siete años para su ex cuñado Emir Yoma y el ex ministro de Defensa Oscar Camilión.
Ninguno de ellos se encontraba en la sala del Tribunal Oral en lo Penal Económico N° 3, que fallaría en abril o mayo del año próximo, tras los alegatos de los defensores, que comenzarán en febrero.
Borinsky, acompañado por el fiscal adjunto Marcelo Agüero Vera, consideró a Menem y a Camilión coautores del delito de contrabando agravado por tratarse de armas, que tiene una pena máxima de 12 años de prisión, y a Yoma, un instigador.
A algunos abogados les sorprendió que sólo pidiera ocho años para el ex presidente, la misma pena solicitada para el intermediario en las operaciones, el teniente coronel (R) Diego Emilio Palleros, quien no era funcionario ni tenía poder de decisión. “Se tuvo en cuenta que Menem y Palleros fueron los únicos que intervinieron desde el principio hasta el final del contrabando”, explicó a La Nacion una fuente de la fiscalía.
Las operaciones
Con abundancia de datos, Borinsky destacó que las operaciones movieron US$ 53 millones entre 1991 y 1995, con siete embarques a Croacia y tres a Ecuador y que los US$ 34 millones facturados por Fabricaciones Militares ingresaron en esa empresa estatal y los US$ 19 millones restantes se habrían “distribuido”. Agregó que los precios de venta eran inferiores a los costos de fabricación y que el pago de cinco millones de dólares a Fabricaciones Militares por reintegros constituyó una estafa.
Las herramientas que permitieron el contrabando, continuó Borinsky, fueron tres decretos secretos firmados por Menem donde constaban destinos falsos y se prohibía a la Aduana verificar la mercadería.
Pese a que el 90% del armamento era del Ejército, el entonces jefe de la fuerza y actual embajador en Colombia, teniente general (R) Martín Balza, fue sobreseído en instancias anteriores, pero ayer Borinsky pidió investigarlo por presunto falso testimonio cometido cuando declaró como testigo en este juicio bajo juramento de decir la verdad. Por la misma razón pidió investigar a una allegada a Yoma, Aurelia Hoffman.
Borinsky también consideró coautores de contrabando agravado a varios ex funcionarios de Fabricaciones Militares: Luis Sarlenga, ex interventor, para quien solicitó seis años; Julio Jesús Sabra (cinco); los coroneles Manuel y Jorge Cornejo Torino (cinco), Carlos Alberto Núñez (seis); Haroldo Luján Fusari (cinco); Carlos Jorge Franke (seis); Edberto González de la Vega (seis); el general Angel Vicario (cuatro años y seis meses), y Teresa Irañeta de Canterino (cinco), además de otros señalados como partícipes necesarios. En cambio, sólo pidió tres años de cumplimiento en suspenso para el ex jefe de la Fuerza Aérea brigadier Juan Paulik y el sobreseimiento por prescripción de la verificadora de Aduana Teresa Cueto.
Entre los imputados, esta mujer, que nada tuvo que ver con las maniobras, fue la única que estuvo presa en un penal. Su codefensor Diego Zysman Bernaldo de Quirós dijo a La Nacion: “Ella es inocente y quiero que el tribunal me permita alegar para que la absuelvan. El fiscal dijo que los decretos de Menem impedían a la Aduana la verificación”.
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Aprueban el Reglamento de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública DECRETO SUPREMO Nº 072-2003-PCM

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Aprueban el Reglamento de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública
DECRETO SUPREMO
Nº 072-2003-PCM

EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
CONSIDERANDO:

Que, mediante la Ley Nº 27806 se aprobó la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública, con la finalidad de promover la transparencia de los actos de Estado y regular el derecho fundamental del acceso a la información
consagrado en el numeral 5 del artículo 2º de la Constitución Política del Perú;
Que, mediante la Ley Nº 27927 se modificaron y agregaron algunos artículos a la Ley Nº 27806, Ley de Transparencia
y Acceso a la Información Pública, estableciéndose en la Primera Disposición Transitoria, Complementaria y

Final que el Poder Ejecutivo, a través de los Ministerios respectivos y del Consejo Nacional de Inteligencia, en su
calidad de órgano rector del más alto nivel del Sistema de Inteligencia Nacional (SINA), elaborará el correspondiente
reglamento, el cual será aprobado por el Consejo de Ministros y publicado en un plazo no mayor de noventa (90) días
contados a partir de la vigencia de dicha Ley;

Que, mediante Decreto Supremo Nº 043-2003-PCM se aprobó el Texto Único Ordenado de la Ley Nº 27806, Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública;
Que, a fin de cumplir con lo dispuesto en la referida Ley, mediante Resolución Ministerial Nº 103-2003-PCM se creó
la Comisión Multisectorial encargada de elaborar el Reglamento de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información
Pública, la misma que elaboró el respectivo anteproyecto y lo sometió a consulta ciudadana mediante su prepublicación
en el Diario Oficial El Peruano el sábado 7 de junio de 2003;
Que, como resultado de la prepublicación, la Comisión Multisectorial recibió sugerencias de diversas entidades
públicas y privadas, las mismas que han sido consideradas para la elaboración del proyecto de Reglamento que
presentó al Consejo de Ministros;
De conformidad con lo dispuesto en el inciso 8) del artículo 118º de la Constitución Política y el Decreto Supremo
Nº 043-2003-PCM que aprueba el Texto Único Ordenado de la Ley Nº 27806, Ley de Transparencia y Acceso a la
Información Pública;
Con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros;
DECRETA:
Artículo 1º.- Aprobación del Reglamento
Apruébese el Reglamento de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública, que consta de cinco (5)
títulos, veintidós (22) artículos y cuatro (4) disposiciones complementarias.
Artículo 2º.- Refrendo
El presente Decreto Supremo será refrendado por la Presidenta del Consejo de Ministros, el Ministro de Economía
y Finanzas, el Ministro de Justicia, el Ministro de Transportes y Comunicaciones, el Ministro de Defensa y el Ministro
del Interior.
Dado en la Casa de Gobierno, en Lima, a los seis días del mes de agosto del año dos mil tres.
ALEJANDRO TOLEDO
Presidente Constitucional de la República
BEATRIZ MERINO LUCERO
Presidenta del Consejo de Ministros
JAIME QUIJANDRÍA SALMÓN
Ministro de Economía y Finanzas
EDUARDO IRIARTE JIMÉNEZ
Ministro de Transportes y Comunicaciones
y encargado de la Cartera de Justicia
AURELIO LORET DE MOLA BÖHME
Ministro de Defensa
FERNANDO ROSPIGLIOSI C.
Ministro del Interior

REGLAMENTO DE LA LEY DE TRANSPARENCIA Y ACCESO A LA INFORMACIÓN PÚBLICA

TÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES
Artículo 1º.- Objeto
El presente Reglamento regula la aplicación de las normas y la ejecución de los procedimientos establecidos en la Ley Nº 27806, “Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública” y su modificatoria, Ley Nº 27927; sistematizadas en el Texto Único Ordenado aprobado por Decreto Supremo Nº 043-2003-PCM, que en adelante se denominará “la Ley”.
Artículo 2º.- Ámbito de aplicación
El presente Reglamento será de aplicación a las Entidades de la Administración Pública señaladas en el Artículo 2º de la Ley.
El derecho de acceso a la información de los Congresistas de la República se rige conforme a lo dispuesto por la Constitución Política del Perú, el Reglamento del Congreso y demás normas que resulten aplicables.
Este dispositivo no regula aquellos procedimientos para la obtención de copias de documentos que la Ley haya previsto como parte de las funciones de las Entidades y que se encuentren contenidos en su Texto Único de Procedimientos Administrativos.
El derecho de las partes de acceder al expediente administrativo se ejerce de acuerdo a lo establecido en el Artículo
160º de la Ley Nº 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General.
Artículo 3º.- Obligaciones de la máxima autoridad de la Entidad
Las obligaciones de la máxima autoridad de la Entidad son las siguientes:
a. Adoptar las medidas necesarias que permitan garantizar el ejercicio del derecho de acceso a la información pública dentro de su competencia funcional;
b. Designar a los funcionarios responsables de entregar la información de acceso público;
c. Designar al funcionario responsable de la elaboración y actualización del Portal de Transparencia;
d. Clasificar la información de carácter secreto y reservado y/o designar a los funcionarios encargados de tal clasificación;
e. Disponer se adopten las medidas de seguridad que permitan un adecuado uso y control de seguridad de la información de acceso restringido; y, f. Otras establecidas en la Ley.
Artículo 4º.- Designación de los funcionarios responsables de entregar la información y de elaborar el Portal de Transparencia.
Las Entidades que cuenten con oficinas desconcentradas o descentralizadas, designarán en cada una de ellas al funcionario responsable de entregar la información que se requiera al amparo de la Ley, con el objeto que la misma pueda tramitarse con mayor celeridad.
La designación del funcionario o funcionarios responsables de entregar la información y del funcionario responsable de la elaboración y actualización del Portal se efectuará mediante Resolución de la máxima autoridad de la Entidad, y será publicada en el Diario Oficial El Peruano. Adicionalmente, la Entidad colocará copia de la Resolución de designación en lugar visible en cada una de sus sedes administrativas.
Las Entidades cuyas sedes se encuentren ubicadas en centros poblados o en distritos en que el número de habitantes no justifique la publicación de la Resolución de designación en el Diario Oficial El Peruano, deben colocar copia de la misma en lugar visible.
Artículo 5º.- Obligaciones del funcionario responsable de entregar la información
Las obligaciones del funcionario responsable de entregar la información, son las siguientes:
a. Atender las solicitudes de acceso a la información dentro de los plazos establecidos por la Ley;
b. Requerir la información al área de la Entidad que la haya creado u obtenido, o que la tenga en su posesión o control;
c. Poner a disposición del solicitante la liquidación del costo de reproducción;
d. Entregar la información al solicitante, previa verificación de la cancelación del costo de reproducción; y,
e. Recibir los recursos de apelación interpuestos contra la denegatoria total o parcial del pedido de acceso a la información y elevarlos al Superior Jerárquico, cuando hubiere lugar.
En caso de vacancia o ausencia justificada del funcionario responsable de entregar la información, y cuando no haya sido designado un encargado de cumplir las funciones establecidas en el presente artículo, el Secretario General o quien haga sus veces asumirá las obligaciones establecidas en la Ley y el presente Reglamento.
Artículo 6º.- Funcionario o servidor poseedor de la información
Para efectos de la Ley, el funcionario o servidor que haya creado, obtenido, tenga posesión o control de la información
solicitada, es responsable de:
a. Brindar la información que le sea requerida por el funcionario o servidor responsable de entregar la información y por los funcionarios o servidores encargados de establecer los mecanismos de divulgación a los que se refieren los artículos 5º y 24º de la Ley;
b. Elaborar los informes correspondientes cuando la información solicitada se encuentre dentro de las excepciones que establece la Ley. En los casos en que la información sea secreta o reservada, deberá incluir en su informe el código correspondiente, de acuerdo a lo establecido en el literal c) del artículo 21º del presente Reglamento.
c. Remitir la información solicitada y sus antecedentes al Secretario General, o quien haga sus veces, cuando el responsable de brindar la información no haya sido designado, o se encuentre ausente;
d. La autenticidad de la información que entrega. Esta responsabilidad se limita a la verificación de que el documento
que entrega es copia fiel del que obra en sus archivos.
e. Mantener permanentemente actualizado un archivo sistematizado de la información de acceso público que obre
en su poder, conforme a los plazos establecidos en la normatividad interna de cada Entidad sobre la materia; y,
f. Conservar la información de acceso restringido que obre en su poder. Para los efectos de los supuestos previstos en los incisos a), b) y c), deberá tener en consideración los plazos establecidos en la Ley, a fin de permitir a los responsables el oportuno cumplimiento de las obligaciones a su cargo.
Artículo 7º.- Responsabilidad por incumplimiento
Los funcionarios o servidores públicos incurren en falta administrativa en el trámite del procedimiento de acceso a
la información y, por ende, son susceptibles de ser sancionados administrativamente, cuando de modo arbitrario obstruyan el acceso del solicitante a la información requerida, o la suministren de modo incompleto u obstaculicen de cualquier manera el cumplimiento de la Ley.
La responsabilidad de los funcionarios o servidores públicos se determinará conforme a los procedimientos establecidos para cada tipo de contratación.
TÍTULO II
PORTAL DE TRANSPARENCIA
Artículo 8º.- Obligaciones del funcionario responsable del Portal de Transparencia
Son obligaciones del funcionario responsable del Portal de Transparencia, las siguientes:
a. Elaborar el Portal de la Entidad, en coordinación con las dependencias correspondientes;
b. Recabar la información a ser difundida en el Portal de acuerdo con lo establecido en los artículos 5º y 25º de la Ley; y,
c. Mantener actualizada la información contenida en el Portal, señalando en él, la fecha de la última actualización.
Artículo 9º.- Información publicada en el Portal de Transparencia
La información difundida en el Portal en cumplimiento de lo establecido en la Ley, es de conocimiento público.
El ejercicio del derecho de acceso a dicha información se tendrá por satisfecho con la comunicación por escrito al interesado de la página web del Portal que la contiene, sin perjuicio del derecho de solicitar las copias que se requiera.
La actualización del Portal deberá realizarse al menos una vez al mes, salvo los casos en que la Ley hubiera establecido plazos diferentes.
TÍTULO III
PROCEDIMIENTO DE ACCESO A LA INFORMACIÓN
Artículo 10º.- Presentación y formalidades de la solicitud
La solicitud de acceso a la información pública puede ser presentada a través del Portal de Transparencia de la Entidad o de forma personal ante su unidad de recepción documentaria.
Será presentada mediante el formato contenido en el Anexo del presente Reglamento, sin perjuicio de la utilización de otro medio escrito que contenga la siguiente información:
a. Nombres, apellidos completos, documento de identidad, domicilio. Tratándose de menores de edad no será necesaria la presentación del documento de identidad;
b. De ser el caso, número de teléfono y/o correo electrónico;
c. En caso la solicitud se presente en la unidad de recepción documentaria de la Entidad, firma del solicitante o huella digital, de no saber firmar o estar impedido de hacerlo;
d. Expresión concreta y precisa del pedido de información; y,
e. En caso el solicitante conozca la dependencia que posea la información, deberá indicarlo en la solicitud.
Si el solicitante no hubiese incluido el nombre del funcionario o lo hubiera hecho de forma incorrecta, las unidades de recepción documentaria de las Entidades deberán canalizar la solicitud al funcionario responsable.
Artículo 11º.- Subsanación de la falta de requisitos de la solicitud
El plazo a que se refiere el literal b) del Artículo 11º de la Ley, se empezará a computar a partir de la recepción de la solicitud en la unidad de recepción documentaria de la Entidad, salvo que ésta no cumpla con los requisitos señalados
en los literales a), c) y d) del artículo anterior, en cuyo caso, procede la subsanación dentro de las 48 (cuarenta y ocho) horas, caso contrario, se dará por no presentada, procediéndose al archivo de la misma. El plazo antes señalado se empezará a computar a partir de la subsanación del defecto u omisión.
En todo caso, la Entidad deberá solicitar la subsanación en un plazo máximo de 48 (cuarenta y ocho) horas, transcurrido el cual, se entenderá por admitida la solicitud.
Artículo 12º.- Remisión de la información vía correo electrónico
La solicitud de información podrá responderse vía correo electrónico cuando la naturaleza de la información solicitada y la capacidad de la Entidad así lo permitan. En este caso, no se generará costo alguno al solicitante.
La Entidad remitirá la información al correo electrónico que le hubiera sido proporcionado por el solicitante dentro de los
plazos establecidos por la ley, considerando lo siguiente:
a. Si la solicitud se presentara por la unidad de recepción documentaria, la entidad podrá responder el pedido de información o podrá remitir cualquier otra comunicación al solicitante utilizando correo electrónico, siempre que éste dé su conformidad en su solicitud; y,
b. Si la solicitud se presentara vía el Portal de Transparencia de la Entidad, el solicitante deberá precisar el medio por el cual requiere la respuesta en el formulario contenido en él.
Artículo 13º.- Liquidación del costo de reproducción
La liquidación del costo de reproducción que contiene la información requerida, estará a disposición del solicitante
a partir del sexto día de presentada la solicitud. El solicitante deberá acercarse a la Entidad y cancelar este monto,
a efectos que la entidad efectúe la reproducción correspondiente y pueda poner a su disposición la información
dentro del plazo establecido por la Ley.
La liquidación del costo de reproducción sólo podrá incluir aquellos gastos directa y exclusivamente vinculados con la reproducción de la información solicitada. En ningún caso se podrá incluir dentro de los costos el pago por remuneraciones e infraestructura que pueda implicar la entrega de información, ni cualquier otro concepto ajeno a la reproducción.
Cuando el solicitante incumpla con cancelar el monto previsto en el párrafo anterior o habiendo cancelado dicho monto, no requiera su entrega, dentro del plazo de treinta (30) días calendario contados a partir de la puesta a disposición
de la liquidación o de la información, según corresponda, su solicitud será archivada.
Artículo 14º.- Uso de la prórroga
La prórroga a que se refiere el inciso b) del artículo 11º de la Ley deberá ser comunicada al solicitante hasta el sexto
día de presentada su solicitud. En esta comunicación deberá informársele la fecha en que se pondrá a su disposición
la liquidación del costo de reproducción.
Artículo 15º.- Entrega de la información solicitada en las unidades de recepción documentaria
La solicitud de información que genere una respuesta que esté contenida en medio magnético o impresa, será
puesta a disposición del solicitante en la unidad de recepción documentaria o el módulo habilitado para tales efectos,
previa presentación de la constancia de pago en caso de existir costo de reproducción.
Artículo 16º.- Límites para la utilización de la información reservada
Los entes autorizados para solicitar información reservada se encuentran limitados respecto a los fines para los
que debe utilizarse esta información, por cuanto solamente podrá ser utilizada para los fines a que se contraen las
excepciones, y quien acceda a la misma es responsable administrativa, civil o penalmente por vulnerar un derecho
de la persona amparado constitucionalmente.
TÍTULO IV
TRANSPARENCIA SOBRE EL MANEJO DE LAS FINANZAS PÚBLICAS
Artículo 17º.- Mecanismos de publicación y metodología
Las Entidades cuyas sedes se encuentren ubicadas en centros poblados o en distritos en que el número de habitantes
no justifique la publicación de la información de carácter fiscal a través de sus Portales de Transparencia o de los diarios de mayor circulación, deben colocarla en un lugar visible de la entidad.
Artículo 18º.- Publicación de información sobre finanzas públicas
El Ministerio de Economía y Finanzas, para dar cumplimiento a lo señalado en el artículo 25º de la Ley, puede incluir en su Portal de Transparencia los enlaces de las Entidades comprendidas en los alcances del referido artículo, sin perjuicio del cumplimiento de la obligación de estas últimas de remitirle la información de rigor.
Artículo 19º.- Información que debe publicar CONSUCODE
La información que debe publicar el Consejo Superior de Contrataciones y Adquisiciones del Estado – CONSUCODE en virtud del artículo 29º de la Ley, es la que las Entidades están obligadas a remitirle de conformidad con el artículo 46º del Texto Único Ordenado de la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado, aprobado por Decreto Supremo
Nº 012-2001-PCM y el artículo 10º de su Reglamento, aprobado por Decreto Supremo Nº 013-2001-PCM.
TÍTULO V
REGISTRO DE LA INFORMACIÓN DE ACCESO RESTRINGIDO
Artículo 20º.- Desclasificación de la información reservada
La información clasificada como reservada debe desclasificarse mediante Resolución debidamente motivada del
Titular del Sector o Pliego, según corresponda, o del funcionario designado por éste, una vez que desaparezca la
causa que originó tal clasificación. En tal sentido, a partir de ese momento es de acceso público.
La designación del funcionario a que se refiere el párrafo anterior, necesariamente deberá recaer en aquél que
tenga competencia para emitir Resoluciones.
Artículo 21º.- Registro
Aquellas entidades que produzcan o posean información de acceso restringido llevarán un Registro de la misma,
el cual se dividirá en información secreta e información reservada.
En el Registro deberán consignarse los siguientes datos, de acuerdo a su clasificación:
a. El número de la Resolución del titular del sector o del pliego, según corresponda, y la fecha de la Resolución por
la cual se le otorgó dicho carácter;
b. El número de la Resolución, la fecha de expedición y la vigencia del mandato cuando el titular del sector o pliego,
según corresponda, hubiese designado un funcionario de la Entidad para realizar la labor de clasificación de la
información restringida;
c. El nombre o la denominación asignada, así como el código que se da a la información con el objeto de proteger
su contenido, el mismo que deberá estar reproducido en el documento protegido, con el objeto del cotejo respectivo
para el momento en que se produzca la correspondiente desclasificación;
d. La fecha y la Resolución por la cual el titular del sector o pliego, según corresponda, prorrogó el carácter secreto
de la información, por considerar que su divulgación podría poner en riesgo la seguridad de las personas, la
integridad territorial y/o la subsistencia del régimen democrático, cuando ello corresponda;
e. El número, tipo de documento y la fecha con que se fundamentó ante el Consejo de Ministros el mantenimiento
del carácter restringido de la información, cuando ello corresponda; y,
f. La fecha y la Resolución de desclasificación de la información de carácter reservado en el caso que hubiera desaparecido la causa que motivó su clasificación, cuando ello corresponda.
Artículo 22º.- Informe anual al Congreso de la República
Para efectos de dar cumplimiento a lo dispuesto por el artículo 22º de la Ley, las Entidades remitirán a la Presidencia
del Consejo de Ministros, según cronograma que esta última establezca, la información relativa a las solicitudes de acceso a la información atendidas y no atendidas.
El incumplimiento de esta disposición por parte de las Entidades acarreará la responsabilidad de su Secretario General
o quien haga sus veces.
La Presidencia del Consejo de Ministros remitirá el Informe Anual al Congreso de la República, antes del 31 de
marzo de cada año.
DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS
Primera.- Aplicación supletoria de la Ley Nº 27444
En todo lo no previsto expresamente en el presente Reglamento, será de aplicación lo dispuesto por la Ley
Nº 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General.
Segunda.- Difusión de la Ley y el Reglamento
La Entidades promoverán la difusión de la aplicación de la Ley y del presente Reglamento entre su personal con la
finalidad de optimizar su ejecución.
Tercera.- Adecuación del TUPA
Las Entidades que en sus Textos Únicos de Procedimientos Administrativos (TUPA) no cuenten con el procedimiento
y determinación del costo de reproducción de acuerdo a la Ley y al presente Reglamento, asumirán el mismo hasta su adecuación.
Cuarta.- Implementación
Para efectos de la implementación del formato a que se refiere el artículo 10º del Reglamento, así como de la adecuación de los Textos Únicos de Procedimientos Administrativos (TUPA) a que se refiere la Tercera Disposición Complementaria, las Entidades cuentan con (15) quince días útiles que rigen a partir de la publicación de la presente norma. Sigue leyendo

Discurso del Nobel Mario VARGAS LLOSA “ELOGIO DE LA LECTURA Y LA FICCIÓN”

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Discurso del Nobel Mario VARGAS LLOSA

“ELOGIO DE LA LECTURA Y LA FICCIÓN”

Aprendí a leer a los cinco años, en la clase del hermano Justiniano, en el Colegio de la Salle, en Cochabamba (Bolivia). Es la cosa más importante que me ha pasado en la vida. Casi setenta años después recuerdo con nitidez cómo esa magia, traducir las palabras de los libros en imágenes, enriqueció mi vida, rompiendo las barreras del tiempo y del espacio y permitiéndome viajar con el capitán Nemo veinte mil leguas de viaje submarino, luchar junto a d’Artagnan, Athos, Portos y Aramís contra las intrigas que amenazan a la Reina en los tiempos del sinuoso Richelieu, o arrastrarme por las entrañas de París, convertido en Jean Valjean, con el cuerpo inerte de Marius a cuestas. La lectura convertía el sueño en vida y la vida en sueño y ponía al alcance del pedacito de hombre que era yo el universo de la literatura. Mi madre me contó que las primeras cosas que escribí fueron continuaciones de las historias que leía pues me apenaba que se terminaran o quería enmendarles el final. Y acaso sea eso lo que me he pasado la vida haciendo sin saberlo: prolongando en el tiempo, mientras crecía, maduraba y envejecía, las historias que llenaron mi infancia de exaltación y de aventuras. Me gustaría que mi madre estuviera aquí, ella que solía emocionarse y llorar leyendo los poemas de Amado Nervo y de Pablo Neruda, y también el abuelo Pedro, de gran nariz y calva reluciente, que celebraba mis versos, y el tío Lucho que tanto me animó a volcarme en cuerpo y alma a escribir aunque la literatura, en aquel tiempo y lugar, alimentara tan mal a sus cultores. Toda la vida he tenido a mi lado gentes así, que me querían y alentaban, y me contagiaban su fe cuando dudaba. Gracias a ellos y, sin duda, también, a mi terquedad y algo de suerte, he podido dedicar buena parte de mi tiempo a esta pasión, vicio y maravilla que es escribir, crear una vida paralela donde refugiarnos contra la adversidad, que vuelve natural lo extraordinario y extraordinario lo natural, disipa el caos, embellece lo feo, eterniza el instante y torna la muerte un espectáculo pasajero. No era fácil escribir historias. Al volverse palabras, los proyectos se marchitaban en el papel y las ideas e imágenes desfallecían. ¿Cómo reanimarlos? Por fortuna, allí estaban los maestros para aprender de ellos y seguir su ejemplo. Flaubert me enseñó que el talento es una disciplina tenaz y una larga paciencia. Faulkner, que es la forma –la escritura y la estructura- lo que engrandece o empobrece los temas. Martorell, Cervantes, Dickens, Balzac, Tolstoi, Conrad, Thomas Mann, que el número y la ambición son tan importantes en una novela como la destreza estilística y la estrategia narrativa. Sartre, que las palabras son actos y que una novela, una obra de teatro, un ensayo, comprometidos con la actualidad y las mejores opciones, pueden cambiar el curso de la historia. Camus y Orwell, que una literatura desprovista de moral es inhumana y Malraux que el heroísmo y la épica cabían en la actualidad tanto como en el tiempo de los argonautas, la Odisea y la Ilíada. Si convocara en este discurso a todos los escritores a los que debo algo o mucho sus sombras nos sumirían en la oscuridad. Son innumerables. Además de revelarme los secretos del oficio de contar, me hicieron explorar los abismos de lo humano, admirar sus hazañas y horrorizarme con sus desvaríos. Fueron los amigos más serviciales, los animadores de mi vocación, en cuyos libros descubrí que, aun en las peores circunstancias, hay esperanzas y que vale la pena vivir, aunque fuera sólo porque sin la vida no podríamos leer ni fantasear historias.

Algunas veces me pregunté si en países como el mío, con escasos lectores y tantos pobres, analfabetos e injusticias, donde la cultura era privilegio de tan pocos, escribir no era un lujo solipsista. Pero estas dudas nunca asfixiaron mi vocación y seguí siempre escribiendo, incluso en aquellos períodos en que los trabajos alimenticios absorbían casi todo mi tiempo. Creo que hice lo justo, pues, si para que la literatura florezca en una sociedad fuera requisito alcanzar primero la alta cultura, la libertad, la prosperidad y la justicia, ella no hubiera existido nunca. Por el contrario, gracias a la literatura, a las conciencias que formó, a los deseos y anhelos que inspiró, al desencanto de lo real con que volvemos del viaje a una bella fantasía, la civilización es ahora menos cruel que cuando los contadores de cuentos comenzaron a humanizar la vida con sus fábulas. Seríamos peores de lo que somos sin los buenos libros que leímos, más conformistas, menos inquietos e insumisos y el espíritu crítico, motor del progreso, ni siquiera existiría. Igual que escribir, leer es protestar contra las insuficiencias de la vida. Quien busca en la ficción lo que no tiene, dice, sin necesidad de decirlo, ni siquiera saberlo, que la vida tal como es no nos basta para colmar nuestra sed de absoluto, fundamento de la condición humana, y que debería ser mejor. Inventamos las ficciones para poder vivir de alguna manera las muchas vidas que quisiéramos tener cuando apenas disponemos de una sola. Sin las ficciones seríamos menos conscientes de la importancia de la libertad para que la vida sea vivible y del infierno en que se convierte cuando es conculcada por un tirano, una ideología o una religión. Quienes dudan de que la literatura, además de sumirnos en el sueño de la belleza y la felicidad, nos alerta contra toda forma de opresión, pregúntense por qué todos los regímenes empeñados en controlar la conducta de los ciudadanos de la cuna a la tumba, la temen tanto que establecen sistemas de censura para reprimirla y vigilan con tanta suspicacia a los escritores independientes. Lo hacen porque saben el riesgo que corren dejando que la imaginación discurra por los libros, lo sediciosas que se vuelven las ficciones cuando el lector coteja la libertad que las hace posibles y que en ellas se ejerce, con el oscurantismo y el miedo que lo acechan en el mundo real. Lo quieran o no, lo sepan o no, los fabuladores, al inventar historias, propagan la insatisfacción, mostrando que el mundo está mal hecho, que la vida de la fantasía es más rica que la de la rutina cotidiana. Esa comprobación, si echa raíces en la sensibilidad y la conciencia, vuelve a los ciudadanos más difíciles de manipular, de aceptar las mentiras de quienes quisieran hacerles creer que, entre barrotes, inquisidores y carceleros viven más seguros y mejor. La buena literatura tiende puentes entre gentes distintas y, haciéndonos gozar, sufrir o sorprendernos, nos une por debajo de las lenguas, creencias, usos, costumbres y prejuicios que nos separan. Cuando la gran ballena blanca sepulta al capitán Ahab en el mar, se encoge el corazón de los lectores idénticamente en Tokio, Lima o Tombuctú. Cuando Emma Bovary se traga el arsénico, Anna Karenina se arroja al tren y Julien Sorel sube al patíbulo, y cuando, en El Sur, el urbano doctor Juan Dahlmann sale de aquella pulpería de la pampa a enfrentarse al cuchillo de un matón, o advertimos que todos los pobladores de Comala, el pueblo de Pedro Páramo, están muertos, el estremecimiento es semejante en el lector que adora a Buda, Confucio, Cristo, Alá o es un agnóstico, vista saco y corbata, chilaba, kimono o bombachas. La literatura crea una fraternidad dentro de la diversidad humana y eclipsa las fronteras que erigen entre hombres y mujeres la ignorancia, las ideologías, las religiones, los idiomas y la estupidez. Como todas las épocas han tenido sus espantos, la nuestra es la de los fanáticos, la de los terroristas suicidas, antigua especie convencida de que matando se gana el paraíso, que la sangre de los inocentes lava las afrentas colectivas, corrige las injusticias e impone la verdad sobre las falsas creencias. Innumerables víctimas son inmoladas cada día en diversos lugares del mundo por quienes se sienten poseedores de verdades absolutas. Creíamos que, con el desplome de los imperios totalitarios, la convivencia, la paz, el pluralismo, los derechos humanos, se impondrían y el mundo dejaría atrás los holocaustos, genocidios, invasiones y guerras de exterminio. Nada de eso ha ocurrido. Nuevas formas de barbarie proliferan atizadas por el fanatismo y, con la multiplicación de armas de destrucción masiva, no se puede excluir que cualquier grupúsculo de enloquecidos redentores provoque un día un cataclismo nuclear. Hay que salirles al paso, enfrentarlos y derrotarlos. No son muchos, aunque el estruendo de sus crímenes retumbe por todo el planeta y nos abrumen de horror las pesadillas que provocan. No debemos dejarnos intimidar por quienes quisieran arrebatarnos la libertad que hemos ido conquistando en la larga hazaña de la civilización. Defendamos la democracia liberal, que, con todas sus limitaciones, sigue significando el pluralismo político, la convivencia, la tolerancia, los derechos humanos, el respeto a la crítica, la legalidad, las elecciones libres, la alternancia en el poder, todo aquello que nos ha ido sacando de la vida feral y acercándonos –aunque nunca llegaremos a alcanzarla- a la hermosa y perfecta vida que finge la literatura, aquella que sólo inventándola, escribiéndola y leyéndola podemos merecer. Enfrentándonos a los fanáticos homicidas defendemos nuestro derecho a soñar y a hacer nuestros sueños realidad. En mi juventud, como muchos escritores de mi generación, fui marxista y creí que el socialismo sería el remedio para la explotación y las injusticias sociales que arreciaban en mi país, América Latina y el resto del Tercer Mundo. Mi decepción del estatismo y el colectivismo y mi tránsito hacia el demócrata y el liberal que soy –que trato de ser- fue largo, difícil, y se llevó a cabo despacio y a raíz de episodios como la conversión de la Revolución Cubana, que me había entusiasmado al principio, al modelo autoritario y vertical de la Unión Soviética, el testimonio de los disidentes que conseguía escurrirse entre las alambradas del Gulag, la invasión de Checoeslovaquia por los países del Pacto de Varsovia, y gracias a pensadores como Raymond Aron, JeanFrançois Rével, Isaiah Berlin y Karl Popper, a quienes debo mi revalorización de la cultura democrática y de las sociedades abiertas. Esos maestros fueron un ejemplo de lucidez y gallardía cuando la intelligentsia de Occidente parecía, por frivolidad u oportunismo, haber sucumbido al hechizo del socialismo soviético, o, peor todavía, al aquelarre sanguinario de la revolución cultural china. De niño soñaba con llegar algún día a París porque, deslumbrado con la literatura francesa, creía que vivir allí y respirar el aire que respiraron Balzac, Stendhal, Baudelaire, Proust, me ayudaría a convertirme en un verdadero escritor, que si no salía del Perú sólo sería un seudo escritor de días domingos y feriados. Y la verdad es que debo a Francia, a la cultura francesa, enseñanzas inolvidables, como que la literatura es tanto una vocación como una disciplina, un trabajo y una terquedad. Viví allí cuando Sartre y Camus estaban vivos y escribiendo, en los años de Ionesco, Beckett, Bataille y Cioran, del descubrimiento del teatro de Brecht y el cine de Ingmar Bergman, el TNP de Jean Vilar y el Odéon de Jean Louis Barrault, de la Nouvelle Vague y le Nouveau Roman y los discursos, bellísimas piezas literarias, de André Malraux, y, tal vez, el espectáculo más teatral de la Europa de aquel tiempo, las conferencias de prensa y los truenos olímpicos del General de Gaulle. Pero, acaso, lo que más le agradezco a Francia sea el descubrimiento de América Latina. Allí aprendí que el Perú era parte de una vasta comunidad a la que hermanaban la historia, la geografía, la problemática social y política, una cierta manera de ser y la sabrosa lengua en que hablaba y escribía. Y que en esos mismos años producía una literatura novedosa y pujante. Allí leí a Borges, a Octavio Paz, Cortázar, García Márquez, Fuentes, Cabrera Infante, Rulfo, Onetti, Carpentier, Edwards, Donoso y muchos otros, cuyos escritos estaban revolucionando la narrativa en lengua española y gracias a los cuales Europa y buena parte del mundo descubrían que América Latina no era sólo el continente de los golpes de Estado, los caudillos de opereta, los guerrilleros barbudos y las maracas del mambo y el chachachá, sino también ideas, formas artísticas y fantasías literarias que trascendían lo pintoresco y hablaban un lenguaje universal. De entonces a esta época, no sin tropiezos y resbalones, América Latina ha ido progresando, aunque, como decía el verso de César Vallejo, todavía Hay, hermanos, muchísimo que hacer. Padecemos menos dictaduras que antaño, sólo Cuba y su candidata a secundarla, Venezuela, y algunas seudo democracias populistas y payasas, como las de Bolivia y Nicaragua. Pero en el resto del continente, mal que mal, la democracia está funcionando, apoyada en amplios consensos populares, y, por primera vez en nuestra historia, tenemos una izquierda y una derecha que, como en Brasil, Chile, Uruguay, Perú, Colombia, República Dominicana, México y casi todo Centroamérica, respetan la legalidad, la libertad de crítica, las elecciones y la renovación en el poder. Ése es el buen camino y, si persevera en él, combate la insidiosa corrupción y sigue integrándose al mundo, América Latina dejará por fin de ser el continente del futuro y pasará a serlo del presente. Nunca me he sentido un extranjero en Europa, ni, en verdad, en ninguna parte. En todos los lugares donde he vivido, en París, en Londres, en Barcelona, en Madrid, en Berlín, en Washington, Nueva York, Brasil o la República Dominicana, me sentí en mi casa. Siempre he hallado una querencia donde podía vivir en paz y trabajando, aprender cosas, alentar ilusiones, encontrar amigos, buenas lecturas y temas para escribir. No me parece que haberme convertido, sin proponérmelo, en un ciudadano del mundo, haya debilitado eso que llaman “las raíces”, mis vínculos con mi propio país –lo que tampoco tendría mucha importancia-, porque, si así fuera, las experiencias peruanas no seguirían alimentándome como escritor y no asomarían siempre en mis historias, aun cuando éstas parezcan ocurrir muy lejos del Perú. Creo que vivir tanto tiempo fuera del país donde nací ha fortalecido más bien aquellos vínculos, añadiéndoles una perspectiva más lúcida, y la nostalgia, que sabe diferenciar lo adjetivo y lo sustancial y mantiene reverberando los recuerdos. El amor al país en que uno nació no puede ser obligatorio, sino, al igual que cualquier otro amor, un movimiento espontáneo del corazón, como el que une a los amantes, a padres e hijos, a los amigos entre sí. Al Perú yo lo llevo en las entrañas porque en él nací, crecí, me formé, y viví aquellas experiencias de niñez y juventud que modelaron mi personalidad, fraguaron mi vocación, y porque allí amé, odié, gocé, sufrí y soñé. Lo que en él ocurre me afecta más, me conmueve y exaspera más que lo que sucede en otras partes. No lo he buscado ni me lo he impuesto, simplemente es así. Algunos compatriotas me acusaron de traidor y estuve a punto de perder la ciudadanía cuando, durante la última dictadura, pedí a los gobiernos democráticos del mundo que penalizaran al régimen con sanciones diplomáticas y económicas, como lo he hecho siempre con todas las dictaduras, de cualquier índole, la de Pinochet, la de Fidel Castro, la de los talibanes en Afganistán, la de los imanes de Irán, la del apartheid de África del Sur, la de los sátrapas uniformados de Birmania (hoy Myanmar). Y lo volvería a hacer mañana si –el destino no lo quiera y los peruanos no lo permitan- el Perú fuera víctima una vez más de un golpe de Estado que aniquilara nuestra frágil democracia. Aquella no fue la acción precipitada y pasional de un resentido, como escribieron algunos polígrafos acostumbrados a juzgar a los demás desde su propia pequeñez. Fue un acto coherente con mi convicción de que una dictadura representa el mal absoluto para un país, una fuente de brutalidad y corrupción y de heridas profundas que tardan mucho en cerrar, envenenan su futuro y crean hábitos y prácticas malsanas que se prolongan a lo largo de las generaciones demorando la reconstrucción democrática. Por eso, las dictaduras deben ser combatidas sin contemplaciones, por todos los medios a nuestro alcance, incluidas las sanciones económicas. Es lamentable que los gobiernos democráticos, en vez de dar el ejemplo, solidarizándose con quienes, como las Damas de Blanco en Cuba, los resistentes venezolanos, o Aung San Suu Kyi y Liu Xiaobo, que se enfrentan con temeridad a las dictaduras que sufren, se muestren a menudo complacientes no con ellos sino con sus verdugos. Aquellos valientes, luchando por su libertad, también luchan por la nuestra. Un compatriota mío, José María Arguedas, llamó al Perú el país de “todas las sangres”. No creo que haya fórmula que lo defina mejor. Eso somos y eso llevamos dentro todos los peruanos, nos guste o no: una suma de tradiciones, razas, creencias y culturas procedentes de los cuatro puntos cardinales. A mí me enorgullece sentirme heredero de las culturas prehispánicas que fabricaron los tejidos y mantos de plumas de Nazca y Paracas y los ceramios mochicas o incas que se exhiben en los mejores museos del mundo, de los constructores de Machu Picchu, el Gran Chimú, Chan Chan, Kuelap, Sipán, las huacas de La Bruja y del Sol y de la Luna, y de los españoles que, con sus alforjas, espadas y caballos, trajeron al Perú a Grecia, Roma, la tradición judeocristiana, el Renacimiento, Cervantes, Quevedo y Góngora, y a lengua recia de Castilla que los Andes dulcificaron. Y de que con España llegara también el África con su reciedumbre, su música y su efervescente imaginación a enriquecer la heterogeneidad peruana. Si escarbamos un poco descubrimos que el Perú, como el aleph de Borges, es en pequeño formato el mundo entero. ¡Qué extraordinario privilegio el de un país que no tiene una identidad porque las tiene todas! La conquista de América fue cruel y violenta, como todas las conquistas, desde luego, y debemos criticarla, pero sin olvidar, al hacerlo, que quienes cometieron aquellos despojos y crímenes fueron, en gran número, nuestros bisabuelos y tatarabuelos, los españoles que fueron a América y allí se acriollaron, no los que se quedaron en su tierra. Aquellas críticas, para ser justas, deben ser una autocrítica. Porque, al independizarnos de España, hace doscientos años, quienes asumieron el poder en las antiguas colonias, en vez de redimir al indio y hacerle justicia por los antiguos agravios, siguieron explotándolo con tanta codicia y ferocidad como los conquistadores, y, en algunos países, diezmándolo y exterminándolo. Digámoslo con toda claridad: desde hace dos siglos la emancipación de los indígenas es una responsabilidad exclusivamente nuestra y la hemos incumplido. Ella sigue siendo una asignatura pendiente en toda América Latina. No hay una sola excepción a este oprobio y vergüenza. Quiero a España tanto como al Perú y mi deuda con ella es tan grande como el agradecimiento que le tengo. Si no hubiera sido por España jamás hubiera llegado a esta tribuna, ni a ser un escritor conocido, y tal vez, como tantos colegas desafortunados, andaría en el limbo de los escribidores sin suerte, sin editores, ni premios, ni lectores, cuyo talento acaso –triste consuelo- descubriría algún día la posteridad. En España se publicaron todos mis libros, recibí reconocimientos exagerados, amigos como Carlos Barral y Carmen Balcells y tantos otros se desvivieron porque mis historias tuvieran lectores. Y España me concedió una segunda nacionalidad cuando podía perder la mía. Jamás he sentido la menor incompatibilidad entre ser peruano y tener un pasaporte español porque siempre he sentido que España y el Perú son el anverso y el reverso de una misma cosa, y no sólo en mi pequeña persona, también en realidades esenciales como la historia, la lengua y la cultura. De todos los años que he vivido en suelo español, recuerdo con fulgor los cinco que pasé en la querida Barcelona a comienzos de los años setenta. La dictadura de Franco estaba todavía en pie y aún fusilaba, pero era ya un fósil en hilachas, y, sobre todo en el campo de la cultura, incapaz de mantener los controles de antaño. Se abrían rendijas y resquicios que la censura no alcanzaba a parchar y por ellas la sociedad española absorbía nuevas ideas, libros, corrientes de pensamiento y valores y formas artísticas hasta entonces prohibidos por subversivos. Ninguna ciudad aprovechó tanto y mejor que Barcelona este comienzo de apertura ni vivió una efervescencia semejante en todos los campos de las ideas y la creación. Se convirtió en la capital cultural de España, el lugar donde había que estar para respirar el anticipo de la libertad que se vendría. Y, en cierto modo, fue también la capital cultural de América Latina por la cantidad de pintores, escritores, editores y artistas procedentes de los países latinoamericanos que allí se instalaron, o iban y venían a Barcelona, porque era donde había que estar si uno quería ser un poeta, novelista, pintor o compositor de nuestro tiempo. Para mí, aquellos fueron unos años inolvidables de compañerismo, amistad, conspiraciones y fecundo trabajo intelectual. Igual que antes París, Barcelona fue una Torre de Babel, una ciudad cosmopolita y universal, donde era estimulante vivir y trabajar, y donde, por primera vez desde los tiempos de la guerra civil, escritores españoles y latinoamericanos se mezclaron y fraternizaron, reconociéndose dueños de una misma tradición y aliados en una empresa común y una certeza: que el final de la dictadura era inminente y que en la España democrática la cultura sería la protagonista principal. Aunque no ocurrió así exactamente, la transición española de la dictadura a la democracia ha sido una de las mejores historias de los tiempos modernos, un ejemplo de cómo, cuando la sensatez y la racionalidad prevalecen y los adversarios políticos aparcan el sectarismo en favor del bien común, pueden ocurrir hechos tan prodigiosos como los de las novelas del realismo mágico. La transición española del autoritarismo a la libertad, del subdesarrollo a la prosperidad, de una sociedad de contrastes económicos y desigualdades tercermundistas a un país de clases medias, su integración a Europa y su adopción en pocos años de una cultura democrática, ha admirado al mundo entero y disparado la modernización de España. Ha sido para mí una experiencia emocionante y aleccionadora vivirla de muy cerca y a ratos desde dentro. Ojalá que los nacionalismos, plaga incurable del mundo moderno y también de España, no estropeen esta historia feliz. Detesto toda forma de nacionalismo, ideología –o, más bien, religión provinciana, de corto vuelo, excluyente, que recorta el horizonte intelectual y disimula en su seno prejuicios étnicos y racistas, pues convierte en valor supremo, en privilegio moral y ontológico, la circunstancia fortuita del lugar de nacimiento. Junto con la religión, el nacionalismo ha sido la causa de las peores carnicerías de la historia, como las de las dos guerras mundiales y la sangría actual del Medio Oriente. Nada ha contribuido tanto como el nacionalismo a que América Latina se haya balcanizado, ensangrentado en insensatas contiendas y litigios y derrochado astronómicos recursos en comprar armas en vez de construir escuelas, bibliotecas y hospitales. No hay que confundir el nacionalismo de orejeras y su rechazo del “otro”, siempre semilla de violencia, con el patriotismo, sentimiento sano y generoso, de amor a la tierra donde uno vio la luz, donde vivieron sus ancestros y se forjaron los primeros sueños, paisaje familiar de geografías, seres queridos y ocurrencias que se convierten en hitos de la memoria y escudos contra la soledad. La patria no son las banderas ni los himnos, ni los discursos apodícticos sobre los héroes emblemáticos, sino un puñado de lugares y personas que pueblan nuestros recuerdos y los tiñen de melancolía, la sensación cálida de que, no importa donde estemos, existe un hogar al que podemos volver.
El Perú es para mí una Arequipa donde nací pero nunca viví, una ciudad que mi madre, mis abuelos y mis tíos me enseñaron a conocer a través de sus recuerdos y añoranzas, porque toda mi tribu familiar, como suelen hacer los arequipeños, se llevó siempre a la Ciudad Blanca con ella en su andariega existencia. Es la Piura del desierto, el algarrobo y el sufrido burrito, al que los piuranos de mi juventud llamaban “el pie ajeno” –lindo y triste apelativo-, donde descubrí que no eran las cigüeñas las que traían los bebes al mundo sino que los fabricaban las parejas haciendo unas barbaridades que eran pecado mortal. Es el Colegio San Miguel y el Teatro Variedades donde por primera vez vi subir al escenario una obrita escrita por mí. Es la esquina de Diego Ferré y Colón, en el Miraflores limeño -la llamábamos el Barrio Alegre-, donde cambié el pantalón corto por el largo, fumé mi primer cigarrillo, aprendí a bailar, a enamorar y a declararme a las chicas. Es la polvorienta y temblorosa redacción del diario La Crónica donde, a mis dieciséis años, velé mis primeras armas de periodista, oficio que, con la literatura, ha ocupado casi toda mi vida y me ha hecho, como los libros, vivir más, conocer mejor el mundo y frecuentar a gente de todas partes y de todos los registros, gente excelente, buena, mala y execrable. Es el Colegio Militar Leoncio Prado, donde aprendí que el Perú no era el pequeño reducto de clase media en el que yo había vivido hasta entonces confinado y protegido, sino un país grande, antiguo, enconado, desigual y sacudido por toda clase de tormentas sociales. Son las células clandestinas de Cahuide en las que con un puñado de sanmarquinos preparábamos la revolución mundial. Y el Perú son mis amigos y amigas del Movimiento Libertad con los que por tres años, entre las bombas, apagones y asesinatos del terrorismo, trabajamos en defensa de la democracia y la cultura de la libertad. El Perú es Patricia, la prima de naricita respingada y carácter indomable con la que tuve la fortuna de casarme hace 45 años y que todavía soporta las manías, neurosis y rabietas que me ayudan a escribir. Sin ella mi vida se hubiera disuelto hace tiempo en un torbellino caótico y no hubieran nacido Álvaro, Gonzalo, Morgana ni los seis nietos que nos prolongan y alegran la existencia. Ella hace todo y todo lo hace bien. Resuelve los problemas, administra la economía, pone orden en el caos, mantiene a raya a los periodistas y a los intrusos, defiende mi tiempo, decide las citas y los viajes, hace y deshace las maletas, y es tan generosa que, hasta cuando cree que me riñe, me hace el mejor de los elogios: “Mario, para lo único que tú sirves es para escribir”. Volvamos a la literatura. El paraíso de la infancia no es para mí un mito literario sino una realidad que viví y gocé en la gran casa familiar de tres patios, en Cochabamba, donde con mis primas y compañeros de colegio podíamos reproducir las historias de Tarzán y de Salgari, y en la Prefectura de Piura, en cuyos entretechos anidaban los murciélagos, sombras silentes que llenaban de misterio las noches estrelladas de esa tierra caliente. En esos años, escribir fue jugar un juego que me celebraba la familia, una gracia que me merecía aplausos, a mí, el nieto, el sobrino, el hijo sin papá, porque mi padre había muerto y estaba en el cielo. Era un señor alto y buen mozo, de uniforme de marino, cuya foto engalanaba mi velador y a la que yo rezaba y besaba antes de dormir. Una mañana piurana, de la que todavía no creo haberme recobrado, mi madre me reveló que aquel caballero, en verdad, estaba vivo. Y que ese mismo día nos iríamos a vivir con él, a Lima. Yo tenía once años y, desde entonces, todo cambió. Perdí la inocencia y descubrí la soledad, la autoridad, la vida adulta y el miedo. Mi salvación fue leer, leer los buenos libros, refugiarme en esos mundos donde vivir era exaltante, intenso, una aventura tras otra, donde podía sentirme libre y volvía a ser feliz. Y fue escribir, a escondidas, como quien se entrega a un vicio inconfensable, a una pasión prohibida. La literatura dejó de ser un juego. Se volvió una manera de resistir la adversidad, de protestar, de rebelarme, de escapar a lo intolerable, mi razón de vivir. Desde entonces y hasta ahora, en todas las circunstancias en que me he sentido abatido o golpeado, a orillas de la desesperación, entregarme en cuerpo y alma a mi trabajo de fabulador ha sido la luz que señala la salida del túnel, la tabla de salvación que lleva al náufrago a la playa. Aunque me cuesta mucho trabajo y me hace sudar la gota gorda, y, como todo escritor, siento a veces la amenaza de la parálisis, de la sequía de la imaginación, nada me ha hecho gozar en la vida tanto como pasarme los meses y los años construyendo una historia, desde su incierto despuntar, esa imagen que la memoria almacenó de alguna experiencia vivida, que se volvió un desasosiego, un entusiasmo, un fantaseo que germinó luego en un proyecto y en la decisión de intentar convertir esa niebla agitada de fantasmas en una historia. “Escribir es una manera de vivir”, dijo Flaubert. Sí, muy cierto, una manera de vivir con ilusión y alegría y un fuego chisporroteante en la cabeza, peleando con las palabras díscolas hasta amaestrarlas, explorando el ancho mundo como un cazador en pos de presas codiciables para alimentar la ficción en ciernes y aplacar ese apetito voraz de toda historia que al crecer quisiera tragarse todas las historias. Llegar a sentir el vértigo al que nos conduce una novela en gestación, cuando toma forma y parece empezar a vivir por cuenta propia, con personajes que se mueven, actúan, piensan, sienten y exigen respeto y consideración, a los que ya no es posible imponer arbitrariamente una conducta, ni privarlos de su libre albedrío sin matarlos, sin que la historia pierda poder de persuasión, es una experiencia que me sigue hechizando como la primera vez, tan plena y vertiginosa como hacer el amor con la mujer amada días, semanas y meses, sin cesar. Al hablar de la ficción, he hablado mucho de la novela y poco del teatro, otra de sus formas excelsas. Una gran injusticia, desde luego. El teatro fue mi primer amor, desde que, adolescente, vi en el Teatro Segura, de Lima, La muerte de un viajante, de Arthur Miller, espectáculo que me dejó traspasado de emoción y me precipitó a escribir un drama con incas. Si en la Lima de los cincuenta hubiera habido un movimiento teatral habría sido dramaturgo antes que novelista. No lo había y eso debió orientarme cada vez más hacia la narrativa. Pero mi amor por el teatro nunca cesó, dormitó acurrucado a la sombra de las novelas, como una tentación y una nostalgia, sobre todo cuando veía alguna pieza subyugante. A fines de los setenta, el recuerdo pertinaz de una tía abuela centenaria, la Mamaé, que, en los últimos años de su vida, cortó con la realidad circundante para refugiarse en los recuerdos y la ficción, me sugirió una historia. Y sentí, de manera fatídica, que aquella era una historia para el teatro, que sólo sobre un escenario cobraría la animación y el esplendor de las ficciones logradas. La escribí con el temblor excitado del principiante y gocé tanto viéndola en escena, con Norma Aleandro en el papel de la heroína, que, desde entonces, entre novela y novela, ensayo y ensayo, he reincidido varias veces. Eso sí, nunca imaginé que, a mis setenta años, me subiría (debería decir mejor me arrastraría) a un escenario a actuar. Esa temeraria aventura me hizo vivir por primera vez en carne y hueso el milagro que es, para alguien que se ha pasado la vida escribiendo ficciones, encarnar por unas horas a un personaje de la fantasía, vivir la ficción delante de un público. Nunca podré agradecer bastante a mis queridos amigos, el director Joan Ollé y la actriz Aitana Sánchez Gijón, haberme animado a compartir con ellos esa fantástica experiencia (pese al pánico que la acompañó). La literatura es una representación falaz de la vida que, sin embargo, nos ayuda a entenderla mejor, a orientarnos por el laberinto en el que nacimos, transcurrimos y morimos. Ella nos desagravia de los reveses y frustraciones que nos inflige la vida verdadera y gracias a ella desciframos, al menos parcialmente, el jeroglífico que suele ser la existencia para la gran mayoría de los seres humanos, principalmente aquellos que alentamos más dudas que certezas, y confesamos nuestra perplejidad ante temas como la trascendencia, el destino individual y colectivo, el alma, el sentido o el sinsentido de la historia, el más acá y el más allá del conocimiento racional. Siempre me ha fascinado imaginar aquella incierta circunstancia en que nuestros antepasados, apenas diferentes todavía del animal, recién nacido el lenguaje que les permitía comunicarse, empezaron, en las cavernas, en torno a las hogueras, en noches hirvientes de amenazas –rayos, truenos, gruñidos de las fieras-, a inventar historias y a contárselas. Aquel fue el momento crucial de nuestro destino, porque, en esas rondas de seres primitivos suspensos por la voz y la fantasía del contador, comenzó la civilización, el largo transcurrir que poco a poco nos humanizaría y nos llevaría a inventar al individuo soberano y a desgajarlo de la tribu, la ciencia, las artes, el derecho, la libertad, a escrutar las entrañas de la naturaleza, del cuerpo humano, del espacio y a viajar a las estrellas. Aquellos cuentos, fábulas, mitos, leyendas, que resonaron por primera vez como una música nueva ante auditorios intimidados por los misterios y peligros de un mundo donde todo era desconocido y peligroso, debieron ser un baño refrescante, un remanso para esos espíritus siempre en el quién vive, para los que existir quería decir apenas comer, guarecerse de los elementos, matar y fornicar. Desde que empezaron a soñar en colectividad, a compartir los sueños, incitados por los contadores de cuentos, dejaron de estar atados a la noria de la supervivencia, un remolino de quehaceres embrutecedores, y su vida se volvió sueño, goce, fantasía y un designio revolucionario: romper aquel confinamiento y cambiar y mejorar, una lucha para aplacar aquellos deseos y ambiciones que en ellos azuzaban las vidas figuradas, y la curiosidad por despejar las incógnitas de que estaba constelado su entorno. Ese proceso nunca interrumpido se enriqueció cuando nació la escritura y las historias, además de escucharse, pudieron leerse y alcanzaron la permanencia que les confiere la literatura. Por eso, hay que repetirlo sin tregua hasta convencer de ello a las nuevas generaciones: la ficción es más que un entretenimiento, más que un ejercicio intelectual que aguza la sensibilidad y despierta el espíritu crítico. Es una necesidad imprescindible para que la civilización siga existiendo, renovándose y conservando en nosotros lo mejor de lo humano. Para que no retrocedamos a la barbarie de la incomunicación y la vida no se reduzca al pragmatismo de los especialistas que ven las cosas en profundidad pero ignoran lo que las rodea, precede y continúa. Para que no pasemos de servirnos de las máquinas que inventamos a ser sus sirvientes y esclavos. Y porque un mundo sin literatura sería un mundo sin deseos ni ideales ni desacatos, un mundo de autómatas privados de lo que hace que el ser humano sea de veras humano: la capacidad de salir de sí mismo y mudarse en otro, en otros, modelados con la arcilla de nuestros sueños. De la caverna al rascacielos, del garrote a las armas de destrucción masiva, de la vida tautológica de la tribu a la era de la globalización, las ficciones de la literatura han multiplicado las experiencias humanas, impidiendo que hombres y mujeres sucumbamos al letargo, al ensimismamiento, a la resignación. Nada ha sembrado tanto la inquietud, removido tanto la imaginación y los deseos, como esa vida de mentiras que añadimos a la que tenemos gracias a la literatura para protagonizar las grandes aventuras, las grandes pasiones, que la vida verdadera nunca nos dará. Las mentiras de la literatura se vuelven verdades a través de nosotros, los lectores transformados, contaminados de anhelos y, por culpa de la ficción, en permanente entredicho con la mediocre realidad. Hechicería que, al ilusionarnos con tener lo que no tenemos, ser lo que no somos, acceder a esa imposible existencia donde, como dioses paganos, nos sentimos terrenales y eternos a la vez, la literatura introduce en nuestros espíritus la inconformidad y la rebeldía, que están detrás de todas las hazañas que han contribuido a disminuir la violencia en las relaciones humanas. A disminuir la violencia, no a acabar con ella. Porque la nuestra será siempre, por fortuna, una historia inconclusa. Por eso tenemos que seguir soñando, leyendo y escribiendo, la más eficaz manera que hayamos encontrado de aliviar nuestra condición perecedera, de derrotar a la carcoma del tiempo y de convertir en posible lo imposible.

Estocolmo, 10 de diciembre de 2010.
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MURIO EL PRESIDENTE NESTOR KIRCHNER

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ARGENTINA
Fallece el ex presidente argentino Néstor Kirchner por un ataque cardíaco
Es el tercer problema de salud que padecía en los últimos nueve meses
Juan Ignacio Irigaray | Buenos Aires
Actualizado miércoles 27/10/2010 08:54 horas

Néstor Kirchner, el esposo de la Presidenta Cristina Fernández y ex mandatario argentino (2003-2007), ha fallecido este miércoles por un ataque cardíaco, informó la prensa bonaerense.

Era el tercer problema serio de salud en los últimos ocho meses que padecía el diputado nacional, jefe del gobernante partido justicialista (peronista), y secretario general de la Unión de Naciones del Sur (Unasur).

El pasado 11 de septiembre, Kirchner, de 60 años, fue sometido con éxito a una cirugía cardiovascular para desbloquear una arteria coronaria. Y el 7 de febrero fue trasladado de urgencia a la misma clínica e intervenido luego de que los médicos advirtieron que tenía una placa ulcerada que le obstruía la arteria carótida derecha.

En 2004, siendo presidente argentino, debió ser hospitalizado de urgencia en la provincia de Santa Cruz a raíz de una indisposición estomacal. En medio de un fuerte hermetismo, la oficina de prensa de la Casa Rosada dijo que sólo se trató de una gastroduodenitis, pero pasó cinco días ingresado en ese centro médico.

Al año siguiente, la entonces primera dama cometió una infidencia y reveló que en verdad el presidente había sufrido “una úlcera perforada y realmente estuvo muy mal”. Desde entonces Kirchner dejó de fumar y comenzó a hacer dieta alimenticia.

Pero el enloquecido ritmo de vida del ‘hombre fuerte’ de Argentina y el consiguiente estrés debido al exceso de actividad atentaban contra su salud, según subrayaban los médicos y especialistas consultados por estas horas en las emisoras de radio y televisión de Buenos Aires.

Kirchner concentraba cuatro trabajos a la vez: era secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), candidato ‘presidenciable’ en las elecciones generales de 2011, jefe del gobernante partido Justicialista (peronista), y diputado nacional.

Con tanto pluriempleo y las recaídas de su estado de salud, en los mentideros políticos de Buenos Aires circulaban interrogantes sobre si Kirchner estaba en condiciones de afrontar la campaña electoral de cara a 2011 y una eventual segunda presidencia hasta 2016.
http://www.elmundo.es/america/2010/10/27/argentina/1288184045.html
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