“Ya habíamos retomado nuestra relación e iniciamos una terapia psicológica de pareja por el bien de nuestras hijas. Por eso él se vengó. Primero quiso matarme, pero como no pudo acabó con la vida de mi esposa”, reveló ayer Javier Requejo, viudo de Leyla Zegarra Avalos, quien murió a causa de las quemaduras que le ocasionó su ex pareja Carlos Jairo Fernández Chacón (18).
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Carlos Jairo Fernández, quien nacio y vivió en el Callao, permanece internado en el hospital Arzobispo Loayza por las quemaduras que presenta.
La infortunada mujer, quien falleció el viernes tras siete días de agonía, fue sepultada ayer en el cementerio Parque del Recuerdo, en Lurin.
El viudo, quien tuvo tres hijas con la víctima, se mostró desconsolado y contó que “ese sujeto estaba obsesionado con ella y mi esposa creía que podía salvarlo de las drogas, pero se equivocó”.
RECONCILIACION
Javier Requejo, quien es obrero de construcción, dijo “hace cinco meses nos separamos porque el dinero no nos alcanzaba y teníamos problemas. El aprovechó nuestras rencillas para engañarla haciéndole regalos”.
Agregó que “como nuestras hijas estaban afectadas por la separación, decidimos darnos otra oportunidad y ella lo dejó”.
“Iniciamos una terapia de pareja que nos estaba ayudando en nuestra reconciliación. Pero él seguía buscando a Leyla. Venía a la esquina y se quedaba esperándola. Un día lo enfrenté y le pegué”, recordó el viudo.
ARMADO
Tras ser rechazado por Leyla, Carlos Jairo Fernández buscó a su rival para vengarse de la golpiza que le dio.
“Unos días antes de atacar a Leyla estuvo buscándome. Me esperó en el paradero con un arma de fuego, así me contaron mis amigos. Se lo dije a Leyla y me pidió que me cuide porque ese tipo era peligroso. Y ahora lamento que ella no lo hiciera, pues confiaba en él y creía que nunca le haría daño”, contó Javier.
SIN RESENTIMIENTOS
Acongojado, confesó que el motivo por el que la familia de la víctima se vistió de blanco para el funeral, es porque en una ocasión ella le dijo “si me muero primero, mi deseo es que en mi velorio se vistan de blanco”. Ella quería ser recordada con alegría, añadió.
Por su parte, los padres de la occisa, quien tenía 29 años de edad, también expresaron que como cristianos que son no tienen sed de venganza ni guardan rencores.
En tanto, al mediodía, el féretro con los restos de Leyla fue retirado de la vivienda de sus padres, ubicado en la urbanización Las Delicias de Villa, en Chorrillos, en donde se ofició una misa. Luego fue paseado por las calles aledañas e hizo una parada en la casa donde vivió con su esposo e hijas.
En medio del llanto y escenas de dolor de los familiares y amigos, que a gritos repetían “Leyla, amiga, presente”, el ataúd fue llevado al cementerio.
A la 1:30 de la tarde, los restos de Leyla fueron sepultados ante la mirada de dolor y resignación de sus parientes.
26 de Marzo del 2012
fuente: OJO PERU