Padre borracho lo acuchilló por defender a su mamá de golpiza
Un enloquecido vendedor de piñas asesinó al quinto de sus siete hijos asestándole una profunda cuchillada en el abdomen, porque éste salió en defensa de su madre, quien era golpea da salvajemente por el hombre en su humilde vivienda ubicada en la cima de un cerro en San Juan de Lurigancho.
El menor identificado como Armando P.P. (16) murió en el hospital Materno Infantil de Canto Grande, mientras que su padre y presunto asesino Eugenio Polino Espinoza (52) escapó y es buscado intensamente por los agentes de la Divincri de San Juan de Lurigancho.
Según información de la policía, el filicidio ocurrió a la 01:30 horas de la madrugada de ayer, luego de que el vendedor de piñas en Los Olivos llegó a la rústica casa ubicada en el lote 1 de la manzana J del asentamiento humano Cristo Rey, de propiedad de una de sus hijas.
El iracundo hombre, quien estaba en estado de ebriedad, buscó a su ex pareja y madre de sus hijos, Capristana Palomino Palacios (53), por lo que tocó incesantemente la puerta, pero ella no le abrió por temor a ser agredida físicamente, como había ocurrido antes, pese a que estaban separados.
Pero Polino Espinoza insistió y de un fuerte golpe abrió una ventana y consiguió sacar el seguro de la puerta (pestillo) e ingresó. Ya en el interior forzó a su ex conviviente a retomar la relación sentimental.
Como ella se opuso, el sujeto la agarró a puñetazos vociferando insultos e improperios.
Al ver esa situación, uno de sus hijos menores salió corriendo a llamar a su hermano Armando (16), quien se encontraba en la casa de otra de sus hermanas, distante sólo a una cuadra, en el lote 19 de la manzana B del mismo asentamiento humano.
El menor no tuvo ningún reparo en enfrentarse verbalmente a su padre, diciéndole que deje tranquila a su mamá porque ella no quería saber nada de él.
En ese momento el vendedor sacó a relucir el filudo cuchillo que guardaba en el cinto de su pantalón, porque lo usaba para cortar piñas, y se lo clavó en el abdomen, con tal violencia, que lo dejó con las vísceras expuestas.
Los hermanos del adolescente pidieron ayuda a los vecinos y luego de una hora fue trasladado al hospital de Canto Grande, en el que dejó de existir a las 05:30 horas de la madrugada de ayer.
Según se pudo conocer, el adolescente Armando P.P. (16) trabajaba vendiendo gelatina y marcianos en las unidades de transporte público, para poder ayudar a su madre y sus pequeños hermanos.
La mujer e hijo habían llegado a Lima de vacaciones de su natal Huánuco en el mes de diciembre y de eso aprovechaba su ex pareja para insistir en retomar la relación con ella.
15 de Febrero del 2011
FUENTE: OJO PERU