Editorial de la Web de Noticias Spacio Libre del 18 de setiembre de 2013
Todos los seres humanos de por sí somos sujetos de derecho. Por ello, el Estado tiene la obligación de asegurarnos la garantía de nuestros derechos fundamentales: la vida, la salud, la educación y la posibilidad de heredar, compartir un seguro de salud, de vida o simplemente garantizar la posibilidad de vivir.
Y eso, sólo desde el ámbito puramente civil y legal. Amparado en leyes y normas fundamentales como la Constitución, en sus partes social y económica. Hasta ahí todo bien, pero ¿qué pasa cuando un sector de la población, históricamente marginado, rechazado y vilipendiado pretende hacer respetar sus derechos en igualdad de condiciones? pues inmediatamente viene el bolondrón, la censura y la persecución.
Ejemplos hay de sobra en la historia. En nuestro presente, estamos viviendo más de una polémica por la lucha de los derechos de la comunidad LGTB. El capítulo más reciente ha sido la propuesta del congresista Carlos Bruce de promover la unión civil (no matrimonial) para garantizar a las parejas gais que puedan ejercer sus derechos tras años de convivencia, esta vez, reconocida.