Steve Levitsky sobre los partidos políticos en Perú (II): ¿Sólo en periodos de gran conflicto pueden surgir partidos fuertes?

Publicado en la web de noticias Spacio Libre (05 de marzo de 2012)


En su momento el Apra fue un partido perseguido y reprimido con violencia

En un post anterior señalamos que Steve Levitsky, en su artículo “Construcción de Partidos y paradoja del fujimorismo” (La República, 19 de febrero de 2012), enuncia dos ideas fuerza respecto del surgimiento de partidos fuertes. Primero, los partidos fuertes no surgen nunca de la ingeniería electoral y no se construyen cumpliendo con los requisitos de una Ley de Partidos; es decir, no son el resultado de ninguna reforma institucional. Segundo, los partidos fuertes surgen del conflicto; se construyen luchando por o contra algo. En el referido post comentamos la primera idea. Nos corresponde ahora comentar la segunda; aunque al respecto tengamos más preguntas que respuestas.

Levitsky sostiene que para consolidarse como organización duradera, un partido necesita dos cosas. Primero, un cemento que una a los políticos y cuadros más allá de sus ambiciones individuales (una ideología o identidad colectiva –una mística– basada en una historia de lucha); cemento sin el cual un partido nuevo va a ser una lista más de tránsfugas potenciales. Segundo, necesita cierto arraigo en la sociedad: militancia (un grupo de personas que se identifica fuertemente con el partido, que está dispuesto a trabajar y sacrificarse por ello, con una lealtad incondicional); y una base –más amplia– de gente que, aunque no milite activamente, siempre vote por el partido.

Ese tipo de lealtad y arraigo social –continúa Levitsky– surge del conflicto, de la polarización y la movilización social, y muchas veces, de la violencia, de la revolución, de la guerra civil o de periodos de extrema represión. Es así que partidos históricos como el aprismo, el peronismo y Acción Democrática en Venezuela se consolidaron durante periodos de polarización y fuerte represión. El APRA, el único partido fuerte que ha tenido el Perú, se consolidó durante la violencia de los años 30 y 40.

En líneas generales, creo que lo que sostiene Levitsky es correcto. Para que un partido político se institucionalice y deje de ser lo que constituye el común denominador de los “partidos” en nuestro país (ser organizaciones articuladas en torno a un caudillo y absolutamente dependientes de él; organizaciones meramente electoreras, sin vida orgánica permanente; simples membretes registrados en el Registro de Organizaciones Políticas), requiere en efecto de ese cemento (ideología o mística basada en una historia de lucha) y de ese arraigo social (militancia y base más amplia) a los que se refiere el connotado politólogo estadounidense.

Sin embargo, ¿ese cemento y ese arraigo social, esa militancia, identidad e ideología, únicamente pueden surgir en contextos de conflicto, polarización, violencia o represión extrema como sostiene Levitsky? Ciertamente, existen muchos ejemplos de partidos fuertes que han surgido en contextos como los señalados; como es el caso del Partido Aprista Peruano. Sin embargo, ¿es necesariamente así en todos los casos?

Los partidos se consolidan en la lucha política, de eso no hay duda; pero, ¿esa lucha política tiene necesariamente que llegar a ser violenta, es decir, darse en contextos en que las instituciones de la democracia política no funcionan plenamente? ¿No es posible acaso el surgimiento de partidos fuertes en contextos, ciertamente de lucha política, pero en que las reglas de la competencia democrática por el poder político no estén en cuestión por el ejercicio de la violencia?

De ser las cosas como sostiene Levitsky, la única esperanza que tendríamos para que en Perú surjan partidos fuertes sería esperar (o incluso forzar) que se genere un clima de convulsión social en el que se supone pueden florecer estas organizaciones. Creemos, o queremos creer, que no necesariamente tiene por qué ser así.

De otro lado, ¿basta que ocurran contextos de gran conflicto, violencia o represión para que surjan partidos fuertes? Nuestro país ha estado plagado de periodos en que esos contextos han primado, pero, salvo el Apra, no se han consolidado partidos fuertes. Para no ir tan lejos, en las décadas de los 80 y 90 del siglo pasado nuestro país atravesó un periodo de violencia, revolución, guerra civil o extrema represión; pero, en ese mismo periodo, los partidos, lejos de consolidarse y fortalecerse, colapsaron y fueron barridos del escenario político. [Continuará]

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Comentarios

  1. Augusto Ruiz Zevallos escribió:

    Buen artículo estimado Carlo Magno. Es correcta la pregunta, ¿Entonces no se puede, estamos fritos?. Y eso me recuerda cuando una vez confluimos con muchos ex cuadros intermedios de los partidos de izquierda de los 80s para "Refundar la política" tras el 5 de abril. Qué locura! Pero sana locura. Creo intuir la respuesta en el artículo del tal Levitzki: la clave es ese cemento del que alguna vez hablaron Grmasci, Althusser y sobre todo Poullantzas: la ideología. Por eso a mi no me llama la atención la acogida que tuvo el Movadef. Sendero Tiene ideología. Y la presencia del Movadef demustra que aún en estos tiempos posmodernos, es posible armar partidos. Qué partidos necesita el Sistema peruano. Creo básicamente una nueva derecha (eaa cabiar que están armando) y uno de izquierda moderada (socialdemócrata, socialsita liberal, como se llame). Para eso hace falta crear un discurso. Las alianzas de los grillos, una vez más, no funcionará. Un abrazo.

  2. Eloy Munive escribió:

    Estimado Carlo Magno, al respecto de este último escrito, que he seguido con detenimiento y analizado, esbozo algunos comentarios en mi blog aquí el enlace http://www.goo.gl/n40A9 Espero que aporte al debate. Un abrazo.

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